Defensa uruguaya ante La Haya
Uruguay espera con optimismo fallo de Corte
Internacional para dar fin al conflicto
Paul Reichler, jefe del estudio
jurídico que llevó adelante la defensa de Uruguay ante la
Corte Internacional de Justicia de La Haya, llegó el pasado
viernes a nuestro país para visitar Fray Bentos y las
instalaciones de la planta de Botnia. Afirmó que espera con
optimismo un resultado favorable para Uruguay y que lo
importante es que ambos países acepten el fallo e inicien
un camino hacia la reconciliación de los pueblos
El Intendente de Río Negro, Omar Lafluf,
agradeció la labor de toda la delegación uruguaya, de los
diversos ministerios y organismos que representaron al país
en la Corte Internacional de Justicia, que brindaron el
soporte técnico para que los juristas puedan llevar
adelante una defensa como la que se efectuó.
Afirmó que Uruguay tomó todas las
medidas preventivas necesarias para evitar efectos nocivos
al medio ambiente y que se trabajó con técnicos capaces de
instrumentar todas las medidas necesarias garantizar el
buen desarrollo de Botnia, la cual se configura como la
mayor inversión del país con capitales privados.
El Intendente recordó sostuvo que el
departamento de Río Negro se vio afectado por este tema,
dado que desde hace tres años los principales puentes que
unen al país con Argentina están bloqueados, en una clara
violación al Tratado del MERCOSUR que exige el libre
tránsito de bienes, personas y servicios. Al mismo tiempo,
sostuvo que en esos tres años no hubo acciones de
enfrentamiento o agravio hacia el pueblo argentino.
Por su parte, Paul Reichler -miembro del
colegio de abogados del Tribunal Supremo de Estados Unidos
y director del bufete Floe|y, Hoag & Elío de Boston- visitó
nuestro país con el fin de conocer las instalaciones de la
planta de Botnia, así como también a sus trabajadores, para
continuar recabando datos para la defensa del país en La
Haya.
Informó que el caso está totalmente
presentado ante la Corte y que el equipo uruguayo tiene
grandes esperanzas y optimismo por la defensa realizada.
Sin embargo, comentó que no se puede afirmar cuál será el
fallo de la Corte, ni cuándo será emitido. “Ahora es
preferible que ambos países esperen con tranquilidad y
paciencia el fallo de la Corte” explicó y afirmó que el
debate entre Argentina y Uruguay se desarrolló en el lugar
apropiado, que fue precisamente la Corte Internacional de
Justicia, donde un grupo de juristas destacados y
neutrales, trataran el tema con objetividad,
independientemente del interés de una u otra nación. Agregó
que ambos países declararon y se comprometieron a acatar el
fallo de la Corte, sea cual sea, y cumplir con la
sentencia estipulada. La única manera de resolver el debate
y poner fin al conflicto entre Uruguay y Argentina es
dejarlo en manos de un tercero, independiente y neutral,
recordando que fue Argentina la que decidió llevar el caso
a La Haya. Uruguay aceptó y nunca planteó objeciones a la
jurisdicción de la Corte, así como tampoco objetó la
decisión de Argentina.
“El debate culminó y ahora es el momento
para buscar la forma de reparar la brecha entre los
países”, enfatizó el jurista.
Por otra parte, manifestó que Uruguay
demostró claramente que no hubo violación del Tratado del
Río Uruguay y que ambos países habían acordado los procesos
de observación, consideración, consultas y negociaciones
sobre las dos plantas de celulosa, así como también que
cada país cumplió sus acuerdos en cuanto a la consulta,
intercambio de información y la negociación.
“Desafortunadamente no fue posible llegar a un acuerdo
sobre si la planta de Botnia debía o no construirse”,
recordó.
En cuanto a los alegatos sobre la
contaminación por parte de la planta, Argentina hizo un
gran esfuerzo, invirtió importantes recursos, llevó
profesionales y “cumplió con su deber a su propio pueblo de
hacer todo el esfuerzo posible para sustentar sus
alegatos”, sostuvo Reichler. “Sin embargo, yo creo que a
pesar del esfuerzo profesional que hizo Argentina, no
existe ninguna prueba que haya habido alguna contaminación
del río por parte de la planta” sentenció. Afirmó también
que la calidad del agua no fue afectada -que es a lo que el
Estatuto del Río Uruguay se refiere-. “Las pruebas son
contundentes en que no hay efectos nocivos en la calidad
del agua a causa de las operaciones de la planta de Botnia”.
En tal sentido, aseguró que la opinión
de expertos independientes determinaron con informes
técnicos claros, contundentes y conclusiones enfáticas
sobre la no contaminación del río Uruguay por parte de la
planta de celulosa. Estos profesionales canadienses son
contratados por la Corporación Financiera Internacional del
BID, que cuenta con estándares ambientales sumamente
elevados y que son los más estrictos del mundo en materia
de preservación del medio ambiente. Estos expertos no
solamente examinaron los impactos sobre el agua, sino
también sobre el aire, determinando que no fueron afectados
por el funcionamiento de Botnia.
En otro orden, Reichler afirmó que
Uruguay hizo constar ante la Corte los daños causados por
los cortes de rutas, afectando la economía del país, al
pueblo uruguayo y también a aquellos argentinos que tampoco
pudieron cruzar el puente. Asimismo recordó que se puso
énfasis sobre estas acciones ilegales desde el punto de
vista del derecho internacional, lo cual fue condenado
unánimemente por el tribunal de arbitraje del MERCOSUR hace
unos años. “Esto es algo que inevitablemente agrava la
disputa entre las partes. Pero ahora no se necesitan más
elementos que agraven la disputa, ya que es necesario
enfocarse al fallo de la Corte”, reiteró.
En tal sentido, enfatizó que es
importante que ahora los países se dediquen a restaurar las
relaciones entre los pueblos hermanos. “Todos debemos
pensar en cómo mejorar las relaciones, y los boicots o
cortes de ruta no ayudan, solamente causan más daños, más
rencores. No es el momento ahora, mejor esperar con
tranquilidad la decisión de la Corte”, señaló.
En relación al fallo, Reichler dijo que
el objetivo de la Corte es llegar a una sentencia justa,
equitativa, conforme a los principios fundamentales del
derecho internacional. El grado de interés y la atención
especial que la Corte puso en este caso, da cuenta de la
importancia del tema y la seriedad a la hora de definir un
fallo y una sentencia equitativa. En tal sentido, la Corte
puede indicar a las dos partes que busquen cómo mejorar,
profundizar y extender su cooperación bilateral en la
protección del Río Uruguay. Ante La Haya, Uruguay expresó
su voluntad de trabajar conjuntamente con Argentina, si es
que ésta acepta hacer un monitoreo conjunto, así como
también futuros proyectos para proteger aún más el medio
ambiente.
“Estoy convencido de que los dos países
cumplirán con el fallo de la Corte y se espera que Uruguay
salga favorecido con la sentencia, lo que no implica que
Argentina salga afectado, sino con un veredicto el cual
estipule si hubo violación o no del Tratado del Río
Uruguay. En tal caso, Argentina habrá cumplido con su
deber ante su pueblo de presentar el caso ante esta Corte
Internacional”, resaltó el abogado, quien agregó que en
esta instancia ganar o perder es menos relevante que el
hecho de poner un final equitativo y justo a la
controversia entre los países para reconstruir las
relaciones normales”.
Respecto al cumplimiento de los fallos,
aseguró que en el 95% de los casos, los estados cumplen con
las sentencias voluntariamente, porque si las partes no
cumpliesen con la sentencia, las disputas se agravarían aún
más y los países podrían afectar su imagen frente a la
comunidad internacional.
El hecho de llevar un caso ante la Corte
Internacional de La Haya implica un interés en dar una
resolución pacífica a un conflicto y de acuerdo a las
normas del derecho internacional. Desde ese momento, la
parte que presenta su caso acepta la posibilidad de no
ganar el proceso jurídico. “Un estado es respetado por
haber cumplido con la ley, y el hecho que acepte un
resultado desfavorable, es prueba indiscutible de su
compromiso con la ley. Aumenta la imagen del país”.
En relación a una posible solicitud de
relocalización de la planta, Reichler dijo que para que la
Corte contemple una medida tan drástica, tendría que
concluir en base de las pruebas que existe un daño
irreversible al río y que no hay medidas colectivas
posibles que permitan la operación de la planta sin causar
daño ecológico. El jurista considera que no existen pruebas
para justificar que la planta causa daño al río, por lo que
pensar en sanciones tan drásticas no es lógico.
En relación a los
cortes de ruta, informó que este hecho no fue presentado
como demanda de Uruguay ante la Corte. Sobre este tema, no
se aventuró a anticipar ninguna ordenanza de la Corte al
respecto, sin embargo, precisó que posiblemente se haga
alguna mención del tema en el momento del fallo.
En su opinión
personal, esta cuestión se tiene que resolver entre los dos
estados y que, luego de que se resuelva la disputa
principal, se podrán solucionar los otros temas.
Reichler, sostuvo que
confía en que Argentina va a cumplir con todas las
obligaciones del veredicto de la Corte. Asimismo, indicó
que luego de conocido el dictamen por Argentina y Uruguay,
existirá menos tensión para solucionar sus conflictos
provocados por esta disputa. En su experiencia en este tipo
de querellas, informó que la Corte de La Haya, generalmente
da a conocer su decisión en un mínimo de cuatro meses a un
máximo de ocho meses luego del cierre de la Audiencia Oral.
En este sentido, dijo que calcula que el fallo estará
pronto principios de febrero. Comentó que cree que es un
plazo muy breve para fallar en este caso de tanta
complejidad. Para el letrado, sería mejor que pasaran ocho
meses para finalmente se dé el veredicto. Finalmente,
informó que no se reunió con el Presidente Vázquez, pero sí
lo hizo con el equipo original que formaba parte del
equipo legal de Uruguay. |