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21 de noviembre, 2009

Derechos del Niño

UNICEF apela a la infancia como herramienta de consenso social en el mundo
Con motivo del 20º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, UNICEF lanzó una edición especial del Informe denominado "Estado Mundial de la Infancia". Sus autoridades entienden que la Convención logró colocar a la infancia en un lugar central de la política pública, convirtiéndose en una herramienta de consenso social. Procura cambiar radicalmente la relación del mundo adulto con el de los niños.

El encargado de presentar la publicación fue el representante de UNICEF en Uruguay, Egidio Crotti. También participaron: el director del programa Infamilla y miembro del Consejo Nacional Consultivo Honorario de los Derechos del Niño y Adolescente, Julio Bango, y el profesor y codirector del Magíster en Infancia, Adolescencia y Familia del Centro de Investigaciones Jurídicas de la Universidad "Diego Portales" de Chile y Consultor internacional de UNICEF, Miguel Cillero.

Asimismo, estaban presentes: la subsecretaria del MIDES, Ana Olivera; el ex subsecretario del MEC, Felipe Michelini; la presidenta del INAU, Nora Castro; la directora del DDHH del MEC, María Elena Martínez; la directora general de Secundaria, Alex Mazzei, y el director del INAU, Jorge Ferrando, entre otras personalidades.

Egidio Crotti explicó que este informe de UNICEF se realiza anualmente, en el mes de diciembre, en procura de hacer un balance de la situación de la infancia en el mundo, acompañado de un anexo estadístico que brinda la posibilidad de medir como sociedad cómo se avanza en el proceso de asegurarle a la infancia en el mundo el goce de sus derechos, oportunidades y poder desarrollarse de manera completa.

Este año se anticipó su elaboración, dado que en la jornada se celebra la ratificación universal de la Convención de los Derechos del Niño.

Este informe se centra en tres capítulos: el primero refiere a la importancia de la Convención; el segundo incluye distintos puntos de vista que brindan un panorama amplio; el informe termina resaltando algunos desafíos y propuestas del plan de acción.

Crotti resaltó la importancia de que hace 20 años la humanidad y todos los países representados en el consenso de Naciones Unidas se pusieron de acuerdo sobre algunos principios básicos relacionados a la infancia.

La Convención fue capaz de crear un consenso entre sociedades de desarrollo económico, de tradiciones culturales históricas y de religiones todas muy distintas. Ese es el primer valor esencial de la Convención, que se considera un instrumento vinculante.

Más allá del acuerdo, destacó el principio de responsabilidad, porque los Estados en el momento de firmarla y de ratificarla luego, se comprometieron a dar cuentas en forma regular de cómo avanzan en la implementación de la misma.

Crotti recordó que más de 70 países incluyeron la Convención en su legislación nacional, algunos poniéndola al mismo nivel de las Constituciones.

El Jerarca considera a la infancia una herramienta de acuerdo en la sociedad, por ello la importancia de aprovechar esta oportunidad. Es conveniente construir consenso social a partir de la infancia, dijo.

Ratificar la Convención implica revisar la propia legislación y administración, lo que no es una tarea sencilla. Actualmente UNICEF se encuentra abocado a colaborar en ello.

Crotti entiende que la Convención logró colocar a la infancia en un lugar central de la política pública. Hace 20 o 30 años la infancia era un tema de las Primeras Damas; ahora la Convención los obliga a ver que la infancia está vinculada a las decisiones de política pública de un país.

La ratificación de la Convención supuso un cambio en la forma en que UNICEF coopera con los países, dado que ahora existe un terreno común y un marco común de referencia. "Nuestro diálogo con el Gobierno, con la sociedad civil, con el sector privado, con la institución académica tiene en común el compromiso asumido", dijo.

Es un instrumento de monitoreo, de fiscalización, pero además facilita el diálogo.

Esta Convención procura cambiar radicalmente la relación del mundo adulto con el de la infancia; la infancia como sujeto de derecho porque son personas, aclaró. La diferencia que tienen con el adulto es que son personas que transitan hacia el logro de una autonomía completa. Esto implica un cambio de postura en cuanto al rol del Estado, la familia y la comunidad. Esto trae implícito el concepto de libertad, de participación y expresión de su opinión.

En otro orden, Crotti planteó una serie de desafíos que se identifican en el informe. Hizo referencia a la salida de la crisis, al cambio climático, y a situaciones de conflicto, que tienen repercusiones en los niños.

El informe propone en momentos de crisis proteger los presupuestos que van a los servicios sociales básicos, evitar que pierdan sus oportunidades de desarrollo. Si vivir en pobreza significa no tener acceso a servicios de salud, a una alimentación de calidad, significa tener trastornos nutricionales, esas generaciones no se recuperan, aclaró. Por ello es responsabilidad de UNICEF proteger los presupuestos sociales.

El informe insiste en la necesidad que los programas de protección social y de lucha contra la pobreza tengan en cuenta el hecho que la misma tiene cara de niñez. También es importante del rol de la mujer, no recargar sobre ellas una carga adicional.

El principio básico de la Convención es el de la no discriminación; nos obliga a no limitarnos a los promedios. Tiene un fondo de no discriminación y búsqueda de la igualdad, indicó.

Crotti concluyó que la Convención implica un cambio cultural, no es solamente una política de gobierno, una ley, nos implica a todos. Supone el compromiso de cada uno para adecuar las relaciones sociales al espíritu de la Convención.

Uruguay vive un momento de cambio político, dijo. Es un desafío para este país asegurar que algunas políticas sean de verdad políticas de Estado. Es un momento donde el país mostrará su madurez, porque no puede cambiar cada cinco años sus políticas. Debe sostener acciones de largo plazo en materia de los derechos de las personas y el desarrollo de los recursos humanos.

Existe un esfuerzo intersectorial y transversal de tener una mirada a largo plazo, que es la Estrategia Nacional de Infancia y Adolescencia con miras al 2030. Uruguay tiene la ventaja que los cuatro candidatos se comprometieron continuar un camino que mantenga la prioridad en la infancia, dijo.

Crotti se mostró optimista y reconoció en Uruguay una institucionalidad y capacidad de entender el interés de su propia gente más allá de las diferencias tácticas de cómo llegar a ello.

Julio Bango elogió este informe por su contenido y por el hecho de haberlo elaborado.

A 20 años de la firma de la Convención que supone un cambio de paradigma en las formas de relacionamiento social y civilizatorio entre adultos, niños, niñas y adolescentes, se presenta un Estado Mundial de la Infancia con capacidad crítica. Esta síntesis nos pone a todos al tanto de cómo está el mundo respecto al tema, indicó. "El mundo no anda del todo bien respecto a la infancia y la adolescencia", aseguró.

El informe capta avances, pero además plantea los problemas, no "compra" ninguna de las dos mitades del vaso.

Al mundo aún le falta mucho para alcanzar justicia social y pleno ejercicio de la libertad de todas las personas, reflexionó.

Este informe además, vincula desde la política de infancia, esta situación con lo que es un orden económico y político global.

Una de las razones por las que hay que invertir en la infancia tiene que ver con las posibilidades de desarrollo ciertas de nuestras sociedades con la consolidación de nuestras democracias.

Miguel Cillero realizó una extensa presentación sobre el tema derechos del niño y el adolescente a nivel mundial, desde su rol de jurista.

La Convención de los Derechos del Niño es fundamentalmente un instrumento político que utiliza un mecanismo jurídico para transformar la sociedad. Pretende modificar las relaciones de los niños con las autoridades, la sociedad, la familia y la comunidad, busca reestructurar su carácter, su horizontalidad o verticalidad.

Cillero es optimista y confía en que el proceso está en marcha y el cambio se está produciendo.

Su ponencia se centró en tres partes: primero, enumeró una serie de cuestiones teóricas sobre la Convención y la diferencia entre protección y libertad, dándole a ello un cierto carácter histórico. Segundo, analizó cómo los principios estructurantes de la Convención (interés superior, igualdad) pueden servir de base para ver lo que ocurrió en estos años. Tercero, planteó desafíos o visiones de cara al futuro.

El especialista considera que la Convención es la expresión de un consenso político universal.

Cillero entiende que los derechos de los niños son una prueba de nuestras convicciones como sociedad, de ver si somos capaces de ceder parte de nuestros derechos para que una parte muy importante de la humanidad pueda desarrollar un proyecto independiente, aún a costa de algunas dificultades e inconveniencias para los adultos que son quienes reparten el poder, y de alguna forma tienen el poder político de diseñar y aplicar las políticas públicas, la justicia y la legislación.

   
 
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