Innovar para incluir
Capacidad de acción y cambio en jóvenes del MERCOSUR es
clave para desarrollo humano
Según un Informe para el Desarrollo
Humano del MERCOSUR presentado por el PNUD, de 4.600 casos en la región, el 72% apoyan la integración.
Según el estudio, los jóvenes de hoy están más formados
pero menos empleados, sus principales preocupaciones son el
medio ambiente, la seguridad, el trabajo y la pobreza.
Asimismo se destacó que los logros de las mujeres de la
región, son superiores a los de los varones.
Se presentó en la oficina del PNUD, el
primer Informe de Desarrollo Humano para MERCOSUR
2009-2010, realizado con la colaboración de un equipo
multidisciplinario que representa los cuatro países
miembros del Bloque, además de Bolivia y Venezuela. Para su
realización, se llevó a cabo una encuesta 4.600 casos en las ciudades de Montevideo, Gran Buenos
Aires, Río de Janeiro y Asunción.
El coordinador del Informe, asesor
especial de la dirección para América Latina y el Caribe
del PNUD, Fernando Calderón y la Gerente del IDH MERCOSUR,
Helena Rovner, fueron los encargados de realizar una
síntesis del trabajo presentado. Entre los datos más
relevantes se destaca que el 72% de los encuestados ven a
los procesos de integración como positivos para sus países;
no obstante este resultado, se observó también una gran
demanda de renovación de dichos procesos, con el aporte de
más elementos culturales.
Calderón explicó que se trata de un
Informe que analiza una gran cantidad de datos empíricos,
añadió que se trabajó con 40 grupos focales de diversos
estratos sociales y que también se realizaron encuentros
con autoridades gubernamentales, de los cuales se
extrajeron algunas proyecciones.
Actualmente, los jóvenes del MERCOSUR
afrontan mayores dificultades que las generaciones
anteriores en la transición entre la salida de la escuela y
el ingreso al mercado laboral, lo cual les da un
sentimiento creciente de inseguridad unido a una mayor
exposición a la violencia.
El informe cuenta con un capítulo
conceptual que destaca los rasgos básicos de la generación,
un capítulo socioeconómico comparativo, otro que abarca las
variables subjetivas; también se analizó la problemática
urbana y el concepto de acción colectiva entre los jóvenes.
Se concluyó que los jóvenes de la región
tienen un pluralismo cultural diverso y la construcción de
su sociabilidad pasa por el relacionamiento con los medios
a través de la información tecnológica -Internet y
celulares, entre otras cosas-.
Por esta razón esta generación se ha
denominado como "de la sociabilidad técnico informacional y
comunicativa". A su entender, estos datos refuerzan los
patrones de desigualdad social que existe en la región,
para lo cual ya existen algunas políticas que intentan
revertir dicha tendencia.
Para Calderón, uno de los hallazgos
fundamentales del Informe es que los jóvenes pueden
transformarse en los protagonistas estratégicos del
desarrollo humano y la democracia, porque "en los jóvenes
es donde anida la mayor capacidad de innovación", dijo.
Reforzando este concepto, el coordinador
explicó que es importante expandir el protagonismo de los
jóvenes, a pesar de las tendencias contrarias que existen.
Se destacan cinco motivos por los cuales
los jóvenes se están convirtiendo en protagonistas
estratégicos: su heterogeneidad social y diversidad
cultural; amplio manejo del entorno tecno-social, desde el
cual se comunican; son demandantes de reconocimiento,
equidad y participación y formas novedosas de hacer
política; la mayoría busca combinar la experiencia de sus
padres con formas innovadoras de concebir la vida
cotidiana; reconocen la inseguridad y la violencia como
problemas pero no renuncian al uso de espacios públicos,
por el contrario buscan generar novedosas estrategias de
protección colectiva.
El MERCOSUR ha avanzado su índice de
desarrollo humano, observándose a Brasil en el primer lugar
y a Uruguay como el país que tiene ese índice, más alto. A
pesar de esto, la pobreza sigue siendo el mayor problema
estructural en los países del MERCOSUR donde actualmente
existen 68 millones de pobres, de los cuales 60 millones
están en Brasil.
Los jóvenes del Bloque están más
formados pero menos empleados y lo que se destaca
significativamente es que en los cuatro países miembros,
los logros de las mujeres son superiores a los de los
varones.
También se destacó que hay más educación
pero de menos calidad, siendo este tema mencionado por los
encuestados, como el tercer problema prioritario en las
cuatro ciudades estudiadas, mientras que se identificó a lo
laboral como el principal problema que deben afrontar.
Pese a las limitaciones señaladas, la
mayoría de los jóvenes es optimista con respecto a sus
oportunidades laborales, siendo que el 75% de los jóvenes
considera que sus posibilidades son mayores a las de los
adultos. Asimismo, expresan que la educación no les asegura
trabajo, sino que les da mayores posibilidades de competir.
Otro problema importante que aparece en
la encuesta es la inseguridad, porque las tasas de
mortalidad por homicidio en esta franja etaria son
alarmantes en algunos países de la región, como Brasil. Sin
embargo, en lugar de resignarse o encerrarse, los jóvenes
elaboran estrategias para recuperar los espacios públicos y
minimizar el riesgo de sufrir agresiones. Un joven de la
región, tiene 30 veces más posibilidades de sufrir una
muerte violenta que un joven europeo.
En líneas generales, se destaca también
que la mayoría de los jóvenes respeta la opinión de los
adultos, 7 y 9 de cada 10 atribuyen bastante o mucha
confianza a la opinión de sus padres, marcando que los
conflictos generacionales de otros tiempos quedaron atrás.
Uruguay mantiene los mejores indicadores
de la región en materia de pobreza, educación y salud y en
los últimos años se ha estancado en diversas áreas de
desarrollo. Según los especialistas, los mayores problemas
a resolver en relación a los jóvenes uruguayos son la
educación, la emigración juvenil, una estructura
demográfica que recarga sobre los jóvenes el peso de la
solidaridad intergeneracional, la subvaloración de sus
capacidades y su escasa participación. A modo de ejemplo,
en cuanto a la finalización de la enseñanza secundaria,
Uruguay registra los mismos niveles de hace 15 años –la
deserción es del 23% y sólo un 30% la culmina-. Los jóvenes
tienen una visión negativa de su país, pero al compararlo
con otros países, encuentran características positivas. Los
principales problemas que identifican son: Medio ambiente,
seguridad y pobreza e igualdad.
Argentina, pese a ocupar un lugar
relativamente alto en el índice de desarrollo humano –en
comparación con otros países de la región-, aún no logró
recuperarse de la crisis del 2001. Hay menos exclusión pero
una mayor inclusión desfavorable con trabajos inestables y
pocas oportunidades de participación. Los jóvenes perciben
un aumento de la inseguridad y la discriminación y según
los especialistas los principales problemas son la
deserción estudiantil y las altas tasas de desempleo.
En Brasil se han registrado los mayores
avances en educación y reducción de la pobreza en los
últimos años, aunque aún no llega a los niveles de
Argentina y Uruguay. Es el único país en el que los
ingresos de las generaciones más jóvenes no han disminuido
con respecto al inicio de la década, pero la violencia y
los altos niveles de desigualdad siguen siendo un problema
pendiente; la poca participación en el sistema político y
la discriminación de género causan gran preocupación en los
analistas.
Paraguay, en sus niveles de pobreza,
educación y empleo es el país del MERCOSUR con mayores
carencias, recrudeciéndose aún más esta problemática entre
las poblaciones indígenas. Casi la mitad de los jóvenes
paraguayos no puede alcanzar un estándar de vida mínimo en
forma autónoma, y aunque perciben una etapa de cambios, no
se sienten partícipes de la misma. Para los especialistas,
los principales problemas de los jóvenes paraguayos son las
dificultades de ingreso al sistema educativo, los altos
niveles de desempleo y las desigualdades entre los jóvenes
rurales y urbanos. |