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14 de diciembre, 2009

Integración de la cadena

Buenas Prácticas: Guía para que arroceros mejoren su productividad y competitividad
La Asociación de Cultivadores de Arroz presentó la "Guía de Buenas Prácticas Agrícolas", con el fin de mejorar la eficiencia del sistema productivo y la valoración del producto, además de promover la ética en el manejo de recursos naturales. Esta herramienta es parte de una estrategia de captación de valor, que debe ser redituable al bolsillo del productor. Uruguay se distingue por su alto nivel en la integración de la cadena.

La "Guía de Buenas Prácticas Agrícolas" es un instrumento con un enorme potencial para el sector productivo. Es por ello que la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) y la Gremial de Molinos Arroceros presentaron por primera vez un material de esta naturaleza.

En el acto de lanzamiento estuvieron presentes el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Andrés Berterreche; el Presidente de la ACA, Tabaré Aguerre; el Presidente de la Gremial de Molinos Arroceros, Adolfo Crosa; el Decano de la Facultad de Agronomía, Fernando García; el Presidente de INIA, Dan Piestun, y el Director del LATU, Carlos Paolino.

El tema ambiental y la diferenciación del producto a nivel internacional preocupa a la ACA, teniendo en cuenta que nuestro grano tiene características diferenciales respecto al resto de los países productores.

La aplicación de esta Guía derivará en procesos que permitirán la certificación ambiental, productiva y social. Además se podrán demostrar las virtudes del arroz uruguayo a nivel internacional.

La Guía de Buenas Prácticas es un primer paso importante, cuya confección estuvo a cargo de la Asociación de Cultivadores de Arroz y la Gremial de Molinos Arroceros, en una interacción industria-productores. Además contaron con el apoyo de instituciones como la Facultad de Agronomía, INIA, LATU y MGAP.

Tabaré Aguerre explicó que se trata de la culminación de un proceso que comenzó en 1998, cuando frente a denuncias de contaminación del ambiente, además de buscar argumentos, se debían medir los impactos, demostrar la inocuidad de la producción y subsanar en caso que se detectaran fallas.

Ahora comienza una etapa de mucho trabajo para la concreción, indicó.

"El arroz uruguayo con valor agregado ambiental", es una marca que distingue a nuestro producto.

Aguerre realizó un racconto del papel del arroz nacional en el comercio mundial.

Uruguay exporta 900.000 toneladas de arroz al año, lo que representa el 3% del mercado mundial. Es un producto importante en el menú exportador. Durante 2008 se exportó por 450 millones de dólares, en lo que se consideró un gran año.

En el período correspondiente a enero-octubre de 2009, el arroz representó el 9% de las exportaciones de nuestro país.

Los tradicionales compradores siempre fueron Irán y la Unión Europea. Actualmente Irán salió de escena y dejó su lugar a Irak, además de otros 40 mercados del mundo a los que nuestro país le vende este producto.

El Jerarca aseguró que Uruguay tiene una enorme capacidad de producción y una excelente inserción en el mercado comercial.

El arroz en nuestro territorio ocupa 170 mil hectáreas (50% en lagos, arroyos y ríos, y el restante 50% en represas artificiales especialmente creadas).

En tanto, hizo referencia al sistema de rotación agrícola arroz-pasturas. Tiene un bajo uso del suelo, un 20 o 30% del tiempo, el resto en proceso de pasturas. De esta manera conforma un círculo tecnológico virtuoso, que redunda en más productividad con menor uso de agroquímicos, lo que lo vuelve más sustentable y competitivo (menor uso=menor costo).

Aguerre enumeró una serie de acciones realizadas en el sector: promoción de la competitividad a través de la productividad, impulso de la electrificación, alternativa de fuentes de riego multiprediales, diferenciación de un producto a través de la estrategia de producción. Asimismo, se procuró quedar libre de transgénicos como forma de distinguirse del resto, y se realizó un monitoreo de agroquímicos, con una medición científica.

En esta larga lista, el Manual de las Buenas Prácticas es otro logro alcanzado. Las autoridades aspiran a que los productores se suscriban a esta iniciativa.

Aguerre calificó la Guía como parte de una estrategia en el objetivo de captación de valor.

El documento contiene lo que se denomina "cumplimiento mayor" o "se debe" (exigencias según normativa), y "se recomienda" (prácticas que se comprobaron eran efectivas). El objetivo es unificar las técnicas para mejorar la producción global.

El Jerarca explicó que para alcanzar el ansiado valor agregado ambiental se deberá someter a un proceso de eco-certificación. Los productores deben estar preparados para este proceso y colaborar con su concreción.

Es importante que una parte de la agregación de valor sea redituable en el bolsillo del productor, aclaró Aguerre, quien entiende que la integración de la cadena de valor es un elemento diferencial de nuestro sistema productivo.

En este sentido, la cadena debe ser seria, creíble, confiable y certificable.

El Ministro Andrés Berterreche, por su parte, expresó su visión sobre este recurso. Para ello relató su experiencia en el sector forestal, donde se realizó la primera guía hace varios años. En este sentido, aseguró que hubo un antes y un después de la aplicación de la Guía.

Berterreche entiende que contar con este Manual es ya una necesidad comercial, dadas las condiciones para-arancelarias, que cada vez se dan más.

El rol del Estado en todo esto es de colaboración, aclaró.

No es algo estático, sino muy dinámico; las prácticas, las trabas y los avances en el sector cambian, explicó.

El Jerarca entiende que la arrocera es una de las cadenas mejor estructuradas, que tiene la responsabilidad adicional de ser vanguardia en el sector agrícola.

Berterreche se comprometió a hacerle llegar personalmente a la ACA una devolución de los contenidos de la Guía a la brevedad.

   
 
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