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22 de diciembre, 2009

Unidos en la Acción

Gobierno reafirmó histórico compromiso con ONU y como defensor del multilateralismo
Naciones Unidas y el Gobierno realizaron una evaluación país del plan piloto desarrollado en Uruguay en el marco de la reforma del sistema de cooperación internacional. Cuenta con 12 proyectos y unas 45 iniciativas basadas en atención de inequidades y pobreza, descentralización, participación ciudadana y fortalecimiento institucional. Uruguay es el que más avanzó en el proyecto, de los 8 países elegidos para su reforma.

En el marco de la Reforma de Naciones Unidas se realizó la Rendición de Cuentas y Revisión del Estado del Piloto Uruguay "Unidos en la Acción".

Del acto –que tuvo lugar en las instalaciones de la Torre Ejecutiva- participaron: el Vicepresidente de la República, Rodolfo Nin Novoa; el Canciller, Pedro Vaz; el Director de la OPP, Martín Dibarboure, y el Coordinador Residente de Naciones Unidas en Uruguay, Pablo Mandeville, entre otras autoridades.

Naciones Unidas y el Gobierno uruguayo realizaron una evaluación país de este programa piloto. De esta forma se analizaron los 12 proyectos y más de 45 iniciativas que se llevan adelante en conjunto con Ministerios y organismos departamentales, la OPP y actores de la sociedad civil.

Uruguay es uno de los ocho países elegidos en el mundo por el Sistema de Naciones Unidas para su reforma, único país de América de renta media (definidos por el PBI per cápita).

Esta elección de Uruguay supone una enorme responsabilidad, ya que implicó la puesta en marcha de un plan piloto con varios objetivos.

Dentro de los ocho países, es Uruguay el que tiene mayor porcentaje de avance del proyecto.

Naciones Unidas se encuentra rediseñando los sistemas de cooperación internacional mundiales. Las Agencias donantes por temas de recursos y eficiencias hacen la cooperación internacional mucho más dirigida, específica.

Este plan piloto procura identificar los ejes estratégicos donde los países de renta baja necesitan la cooperación. Los proyectos se basan en las inequidades, el ataque a la pobreza, la descentralización, la participación ciudadana y el fortalecimiento institucional. Cada proyecto tiene seis o siete subproyectos o actividades puntuales.

Identificar estrategias para fortalecer eficacia, eficiencia e impacto de la acción de ONU

El Vicepresidente Rodolfo Nin Novoa indicó que Uruguay es el único país de América Latina y el Caribe de renta media alta que forma parte del grupo de los ocho países piloto de la reforma de Naciones Unidas, aún no siendo prioritario a la hora de adjudicar cooperación internacional.

Esta oportunidad representa para el país una gran responsabilidad dado que se plantean una serie de desafíos que pueden incidir en esta situación a partir de la experiencia piloto que están evaluando.

Nin Novoa recordó que a comienzos de este decenio, Uruguay atravesó la segunda crisis económica más grave de su historia moderna, al menos desde comienzos del siglo XX. Al momento de asumir el gobierno, la situación social en la que se encontraba podía ser definida como mínimo como "muy grave". Uno de cada tres uruguayos vivía bajo la línea de pobreza, y uno de cada 10 en situación de indigencia o de vulnerabilidad a la indigencia.

Partiendo de altos niveles de inversión pública en políticas sociales, nuestro Gobierno priorizó dentro del Presupuesto Nacional, las reformas que dieran las condiciones necesarias para el crecimiento y la distribución constante. Fijó como meta un incremento histórico de la inversión educativa y la puesta en marcha de reformas en el área social que implican un crecimiento significativo del gasto social que el Estado realiza. Los resultados muestran que se va por el camino correcto, aseguró.

Las políticas impulsadas en estos años, en el terreno económico y social permitieron alcanzar claros resultados positivos. Los lineamientos fundamentales ya trazados permitirán seguir trabajando en la misma línea para lograr un desarrollo económico y social sostenido y sustentable.

Uruguay debe mantener un crecimiento sostenido de la economía, a través de la diversificación productiva y la mejora de la inserción en los mercados internacionales dentro y fuera de la región, así como continuar con la disminución de los índices de pobreza e indigencia, sobre todo en las generaciones más jóvenes, y la reducción de las brechas de inequidad.

Enfrentar con éxito estos desafíos constituye una condición necesaria para el logro de mayores niveles de desarrollo humano.

Buscando alcanzar estos objetivos, el actual gobierno y el próximo, apelan fuertemente a la transformación del Estado que persigue varios objetivos: fortalecer las capacidades del Estado para planificar estratégicamente y para diseñar, implementar y evaluar políticas; promover la participación de los ciudadanos en el territorio, apostando a la herramienta de la descentralización; construir un nuevo Estado de bienestar que garantice los derechos de todos los ciudadanos y que apoye al sector privado para el desarrollo. Todos ellos están contenidos en los objetivos de la experiencia piloto de Naciones Unidas.

Uruguay fue históricamente uno de los países de la región con mayores niveles de desarrollo humano, pero eso no garantiza que pueda alcanzar fácilmente un crecimiento sostenido de su economía y mayores niveles de integración social, sin consolidar las capacidades para el desarrollo que debe tener el Estado, dijo.

En momentos que se abren vías alternativas sobre el rol que las Naciones Unidas pueden desempeñar como espacio de concertación internacional, más allá de los magros resultados de la reciente Conferencia de Cambio Climático en Copenhague, como herramienta para la promoción del desarrollo humano, el Gobierno uruguayo reafirmó su histórico compromiso con esta organización. Esto responde a una profunda convicción en sus valores constitutivos, en sus principios fundamentales, la defensa del multilateralismo, la protección de los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, la promoción del desarrollo humano, entendido como expansión de las libertades de los ciudadanos, el cuidado del medio ambiente, la lucha contra todas las fuentes de inequidad y discriminación.

Por estas razones, el actual Gobierno expresó su interés a ONU de integrar el primer grupo de países piloto de esta reforma de las Naciones Unidas. Con esta decisión, Uruguay espera contribuir con la comunidad internacional y en particular con los hermanos países de América Latina y el Caribe identificando posibles estrategias para fortalecer la eficacia, eficiencia e impacto de la acción de Naciones Unidas.

El Gobierno uruguayo demostró en los hechos su inequívoco compromiso con el desarrollo de reformas estructurales y el impulso de políticas de Estado de largo aliento, ideadas y planificadas como parte de una estrategia de desarrollo del país a mediano y largo plazo. Nuestro país se encuentra en la región entre los que más recursos destinan a la inversión pública social. El aporte de la cooperación internacional del sistema de Naciones Unidas en un país como el nuestro descansa fundamentalmente en los temas estratégicos, en su rol político y técnico, en su capacidad para contribuir a los esfuerzos nacionales, brindando asistencia técnica, apostando al fortalecimiento institucional y promoviendo experiencias innovadoras que permitan articular los esfuerzos de los distintos actores del Estado y la sociedad civil.

Esta experiencia en particular permitió desarrollar capacidades, involucrando organismos diversos del Estado, atendiendo la necesaria transversalidad entre ellos para superar viejos aislamientos, así como la descentralización para acercar a la ciudadanía el quehacer de las políticas públicas.

Señaló el involucramiento del Parlamento, atendiendo los temas de género y generaciones, jerarquizando el interés por niños y jóvenes con sus organizaciones civiles, llegando hasta la labor legislativa de los ámbitos regionales y locales.

Respecto al piloto de Uruguay, destacó que nuestro país considera que debe primar el criterio de flexibilidad de manera de alcanzar soluciones de consenso hacia un cambio de paradigma de la cooperación, para un desarrollo a favor de todos los países que se adapte a las particularidades de cada uno de ellos y a las distintas realidades nacionales.

Se entiende necesario que se instale la reforma teniendo presentes algunos principios fundamentales que deberían regir las actividades operacionales para el desarrollo, como el carácter universal y multilateral de las mismas, así como su neutralidad.

La experiencia que Uruguay pueda lograr en el proceso del programa piloto sobre cómo potenciar el papel de Naciones Unidas como instrumento de cooperación, puede ser de utilidad para el análisis del tema en los futuros debates. Eso se vio jerarquizado por los resultados obtenidos en la ejecución de los resultados y posicionamientos del país.

El Vicepresidente reafirmó el compromiso de nuestro país con el proceso de reforma de Naciones Unidas en Uruguay y el mundo, aguardando que el trabajo que se realice en estos días contribuya al objetivo de alcanzar efectivamente una ONU en acción.

Las características fundamentales de las actividades operacionales para el desarrollo del sistema de ONU deben ser entre otras su carácter universal, voluntario y de donación, su neutralidad y multilateralismo, así como su capacidad de atender con flexibilidad a las necesidades de desarrollo de los países receptores. Y que las actividades cooperacionales se realicen en beneficio de los países receptores, a solicitud de ellos y de conformidad con sus propias políticas y prioridades de desarrollo.

Dos pilares: la cooperación y la reforma de ONU

El Canciller Pedro Vaz explicó que nuestro país fue desde siempre un defensor incondicional del multilateralismo como principio rector de las relaciones entre los Estados, del fortalecimiento del Derecho Internacional y la jerarquización del papel de las Naciones Unidas en todos los ámbitos de su accionar.

El Sistema de Naciones Unidas debe adecuarse a las necesidades de un mundo que demanda nuevas respuestas, por lo tanto debe dotarse de las herramientas necesarias que permitan hacer frente a las amenazas globales que afectan a la comunidad internacional, renovándolo y fortaleciéndolo. Sólo así le será posible cumplir con los mandatos que los países miembros le encomendaron.

Esta firme convicción llevó al Gobierno Nacional a presentar su candidatura para incorporarse en esta experiencia piloto de reforma de las actividades operacionales del Sistema de Naciones Unidas denominada Unidos en la Acción.

Uruguay considera este proceso piloto como una oportunidad para probar nuevas modalidades de trabajo conjunto que se orienten hacia el fortalecimiento del multilateralismo en el marco del debate sobre el futuro de este Sistema, una mayor coherencia, eficiencia e impacto de las agencias en el terreno, paralelamente con una cooperación estratégica de la cooperación internacional por parte del Gobierno.

Ello implica una gran responsabilidad ante la comunidad internacional en general, que sigue con interés el proceso de construcción del programa y en particular con los países hermanos de América Latina y el Caribe con los cuales comparte algunas características, tales como ser en mayor o menor medida países de renta media o presentar índices de desarrollo humano relativamente altos.

Vaz destacó la resolución adoptada el pasado 9 de diciembre en el marco de la 2º Comisión sobre Cooperación para el Desarrollo con los Países de Renta Media, por la cual se invita al Sistema de Naciones Unidas a prestar más apoyo a estos países cuando corresponda, y a la comunidad internacional, incluida las instituciones financieras internacionales con el fin de continuar fortaleciendo sus esfuerzos para lograr un mayor desarrollo.

Esta resolución instala en forma definitiva la cooperación con los países de renta media en la agenda de ONU.

Los aprendizajes que Uruguay puede extraer sobre cómo potenciar el papel de las Naciones Unidas como instrumento de cooperación puede ser de utilidad para los países de la región y para el conjunto de los países de renta media de otras regiones del mundo.

Vaz dijo que el de Uruguay es un caso modelo con necesidades especiales y con capacidades que lo transforman en un atractivo oferente de cooperación sur-sur.

A partir de la incorporación de Uruguay al proyecto, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la OPP han trabajado conjunta y coordinadamente como dos caras de una misma moneda que proyecta su accionar en el ámbito interno e internacional.

El Canciller destacó la labor de Pablo Mandeville quien trabajó para el progreso y éxito de esta iniciativa, y agradeció a las agencias participantes y a los países que contribuyen con el Fondo de Coherencia y los demás Fondos creados para financiar el Programa.

Aquí se cruzan dos pilares del trabajo de Uruguay en lo internacional y lo multilateral particularmente importante: uno es la cooperación y otro la reforma de ONU, que no puede restringirse ni focalizarse en un ámbito reducido o un órgano determinado del Sistema, lo debe abarcar completamente. Además, debe incluir una profunda apropiación de los países miembros.

Si como resultado de este esfuerzo mancomunado se logra consolidar una experiencia piloto exitosa que permita avanzar en el logro de los Objetivos del Desarrollo del Milenio, se habrá marcado un primer hito en el proceso de reforma que comenzó a instrumentarse, añadió.

Una oportunidad de protagonismo internacional

El Director de OPP, Martín Dibarboure, indicó que esta iniciativa es de vital importancia para el país por constituir un escenario privilegiado de coordinación de las acciones y políticas públicas que se estructuran sobre los ejes prioritarios de desarrollo de nuestro país.

Esta labor implica un alto esfuerzo de coordinación de acciones entre Ministerios, organismos públicos nacionales y departamentales y de éstos a su vez con las Agencias de ONU.

Recordó que Uruguay es el único país piloto de América Latina participante de esta iniciativa y es uno de los ocho del mundo. La trascendencia es global. Muchos actores del Sistema Internacional de Cooperación están viendo hoy con gran interés lo que está pasando en Uruguay.

La experiencia de Unidos en la Acción apunta a lograr una mayor coherencia de coordinación del Sistema en el terreno.

El esfuerzo común entre el Gobierno Nacional y ONU permite un conjunto de aprendizajes sustantivo en lo que refiere a una mejor coordinación de las iniciativas de cooperación internacional, entre Agencias y contrapartes nacionales y éstas entre sí.

Esto repercute directamente en la eficiencia y eficacia de los proyectos, y por tanto en lo que es el impacto de los mismos en el bienestar de todos los ciudadanos.

Los recursos genuinos de cooperación que recibe fueron menguando en los últimos años y continuarán descendiendo.

En este contexto, los importantes recursos recibidos por el país en el marco del programa piloto son de particular relevancia. Su importancia radica no solamente en el valor de los términos absolutos, sino especialmente en su significación estratégica, al constituir una nueva forma de concebir y ejecutar los proyectos de cooperación internacional.

Esta nueva forma de gestión de cooperación internacional es un insumo relevante en el proceso de transformación de esa cooperación actualmente en curso en nuestro país.

Legalmente se constituyó el Instituto Uruguayo de Cooperación Internacional, que se beneficia de todas estas buenas prácticas. Este proceso innovador obtuvo resultados concretos, muchos de los cuales serán presentados aquí.

Esta experiencia piloto no estuvo exenta de dificultades. Todo proceso complejo plantea grandes desafíos que requieren soluciones creativas, así como el compromiso de todos los actores involucrados en el mismo.

Uruguay está sacando el máximo provecho de los ocho países designados, incluso es el que tiene mayor porcentaje de ejecución del piloto, reafirmando su compromiso como actor central de un sistema multilateral, democrático, igualitario y solidario.

Si bien el piloto aún tiene un año más por delante y su evaluación está recién comenzando, ya están surgiendo demandas para que nuestro país brinde a la comunidad internacional los aprendizajes que está generando en el marco de esta experiencia. Esto constituye una oportunidad de protagonismo internacional que queremos aprovechar con el mayor entusiasmo.

Esta iniciativa demandó un gran esfuerzo de liderazgo por parte de la OPP y el MRREE con coordinación, para lograr una apropiación efectiva del piloto Unidos en la Acción a nivel de todo el Gobierno Nacional.

La OPP está encargada de representar y articular las posiciones, demandas y legítimos intereses de todos los organismos del Estado, este rol articulador intrínseco a la OPP se vio fortalecido en la implementación de los 12 proyectos y más de 45 iniciativas que forman parte de esta experiencia.

Dibarboure se sumó a los reconocimientos a Pablo Mandeville y al coordinador de Unidos en la Acción por OPP, Nelson Villarreal.

Compromiso uruguayo con el multilateralismo

El Coordinador Residente de ONU, Pablo Mandeville, indicó que este es un insumo importante en la evaluación país que supondrá hasta mediados de mayo. Luego Uruguay lo presentará en la Reunión Intergubernamental que se planea para mediados de junio, donde los ocho países piloto presentarán sus evaluaciones, dando pie a una valoración global dispuesta por la Asamblea General que supondrá hasta mediados de 2011. Allí se aprenderá mucho de los procesos de los ocho países y de las lecciones que se pueden sacar del cruce de experiencias.

El compromiso del país con el multilateralismo queda una vez más verificado. Si este proceso de reforma era exitoso en Uruguay, podía serlo en el mundo entero por lo difícil que es para un Sistema de ONU en países donde la cooperación disminuyó notoriamente, redescubrir una misión, una relevancia, en un proceso donde la cooperación no debe medirse sólo por los volúmenes de la ayuda, tal como fue concebido durante décadas, sino pensar en otro tipo de desarrollo donde se atacan vulnerabilidades y no sólo la pobreza de los países, indicó.

El 85% de los pobres vive en países de renta media. El 66% de los más pobres de América Latina vive en países de renta media. La cooperación destinada sólo a países pobres ignoraría los esfuerzos que esos gobiernos quieren hacer para tener un desarrollo más justo, más equitativo y sostenible.

Los resultados de la Conferencia de Copenhague fueron malos en relación a lo que tienen que ser, pero se aguarda que en los meses que restan hasta la COP16 en México lleven a que se establezcan los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, como los compromisos financieros que tienen que ayudar a los países en desarrollo para tener un camino de desarrollo bajo en carbono, más sustentable y más equitativo.

Esa es una discusión que se mantuvo desde el primer día del piloto, porque es una tarea pendiente de todos los países de renta o desarrollo medio, que son prácticamente la mitad de los países miembros de ONU.

El liderazgo de Uruguay en desarrollar la reflexión sobre el rol de los países de renta media y de la cooperación internacional, y la discusión sobre la relevancia es fundamental para el futuro de Naciones Unidas.

Además, se requiere otro tipo de cooperación, y en ese sentido se congratuló porque Uruguay creó el Instituto de Cooperación Internacional y respondió el llamado de otro país como Ruanda. Públicamente expresó su solidaridad y compromiso, compartiendo el Plan Ceibal, entre otras áreas. Esa es la verdadera cooperación sur-sur, dijo.

Para el Sistema fue un compromiso constante trabajar de manera más eficiente en este proceso. "Uruguay nos ha ayudado a hacer avances notorios", aseguró.

Una vez que nuestro país pasó a ser piloto en enero de 2007, las ambiciones fueron creciendo. En octubre de ese año firmaron un programa conjunto de 95 millones de dólares como meta de cooperación de la cual prácticamente la mitad era un aporte del Gobierno de Uruguay. Actualmente, se tienen recursos aprobados por 125 millones de dólares (se pasó de 32.6 a 125 millones). La mitad son recursos adicionales logrados por el enorme esfuerzo de cooperación conjunta entre el Gobierno y el Sistema de Naciones Unidas.

Hay un aporte directo que ayuda a trabajar en lo que Uruguay consideró importante que es disminuir su vulnerabilidad, incrementar su capacidad de acceso a las experticias, a asesoramiento en políticas públicas.

Ahora se ingresa en una etapa donde se definirá el nuevo marco de cooperación, el nuevo programa conjunto.

En 2010 se acompañarán los esfuerzos del nuevo gobierno, como una programación conjunta, indicó Mandeville.

"Tenemos un Sistema de Naciones Unidas perfectamente alineado con las prioridades del país. El país lidera el proceso y se apropia del mismo. Destacamos también el rol del Parlamento, de la sociedad civil y del piloto de Uruguay", dijo.

Todos los países que están iniciando este proceso de programación están aprendiendo de las lecciones de los ocho países pilotos. Todas las Agencias responden a las necesidades que los gobiernos decidieron. El gobierno decide en qué aspectos se debe concentrar el esfuerzo inter-agencial.

"Estamos muy comprometidos en que la cooperación de ONU sea articulada con las demás cooperaciones, de la UE y del BID", indicó.

Mandeville destacó la cooperación española en este proceso, así como de Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Italia, etcétera.

Reconoció además la labor de las Agencias, del personal de Naciones Unidas y los equipos técnicos.

Finalmente, Mandeville agradeció todos los comentarios sobre su persona y muy especialmente al gobierno uruguayo por su receptividad en el país y la confianza que en él depositaron durante todo este tiempo.

   
 
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  Rodolfo Nin Novoa
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