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22 de enero, 2010

UPA para Haití

Entre lunes y martes próximos partirá primera unidad potabilizadora y técnicos de OSE
Un avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya será el que trasladará a la ciudad de Río de Janeiro, al comienzo de la próxima semana, la primera de dos plantas potabilizadoras de agua y los cinco técnicos designados por el Organismo. Desde allí serían embarcados en una aeronave brasileña con destino a Puerto Príncipe. Las UPA uruguayas demostraron ser económicas, duraderas, muy eficaces y de fácil operatividad.

Entre lunes y martes de la semana próxima sería embarcada la primera de las dos Unidades Potabilizadoras Autónomas, conocidas como UPA, que OSE donará como parte de la Ayuda Humanitaria de nuestro país a Haití. La misma iría acompañada de los cinco técnicos del organismo que ya fueron designados para instalarlas. El transporte se hará efectivo en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya que se dirigirá a Río de Janeiro y que será el que a su regreso, traslade desde la ciudad brasileña a nuestro país, los restos del Oficial  Gustavo Martirené. Desde Río de Janeiro la unidad potabilizadora y los técnicos serían trasladados en una aeronave brasileña rumbo a la capital haitiana, aunque no trascendieron detalles de esto ni de cuándo partiría la segunda unidad potabilizadora con destino a Haití. Así lo hizo saber el Secretario General de OSE, Daoiz Uriarte, quien agregó que el personal del Organismo permanecerá en la isla caribeña el tiempo necesario para instalar las UPAS e instruir al personal local designado para operarlas. “Nuestra idea en estos casos siempre es capacitar gente en el lugar y que se haga cargo, luego, la población local”, apuntó el funcionario estatal.

Uriarte indicó que las UPA de referencia tienen las dimensiones similares a las de un contenedor convencional. Procesan entre 15.000 y 20.000 litros de agua potable. Son relativamente económicas, frente a otras de su tipo. Su costo ronda los 60.000 dólares y no se requiere una alta capacitación para operarlas. Pueden transportar en camión y requieren, además, poca energía eléctrica. De hecho, funcionan con generadores de gasoil, no muy potentes, e inclusive lo pueden hacer con paneles solares. La vida útil estimada es de diez años, aunque las que operan en la órbita de la Misión de Paz uruguaya en el Congo, ya tienen doce años de buen funcionamiento.

Según el entrevistado otra de las virtudes de estas unidades es que trabajan con aguas de gran turbidez, como por ejemplo las del río Congo, En este caso transforman aguas que se ubican en una escala de 300 de turbidez a 0.5, similar a las que se toman en Montevideo. En Haití ya operan UPA uruguayas que fueron asignadas a las tropas que integran la Misión de Paz en ese país y que, en forma accesoria, proporcionan agua potable a la población civil.

En el mundo ya funcionan 40 UPA uruguayas que fueron comercializadas, donadas o funcionan en apoyo a Misiones de Paz.

Uriarte explicó que luego de sucedido el terremoto en Haití, hace hoy diez días, “lo primero que hicimos fue ver la disponibilidad de unidades en stock y armar en forma urgente al menos dos plantas. Condicionamos la donación a las necesidades de ese país, a lo que nos dijera la Cancillería y el Sistema Nacional de Emergencia (SNE) en coordinación con la Misión de Paz en Haití”.

El funcionario indicó que hubo contactos entre OSE y su homóloga caribeña, la Dirección de Agua y Saneamiento, donde se manejó que un técnico de ese país, que conoce las características técnicas de las Unidades Potabilizadoras, sea quien influya en la decisión de la ubicación final de las dos unidades.

“Hemos conversado –relató Uriarte- que la UPA por lo general es un producto que trabaja con aguas superficiales aunque también puede aprovisionarse de pozos. Puerto Príncipe cuenta con una serie de perforaciones donde se extrae el agua por bombas, muchas de ellas de poco caudal. Entonces sería inútil llevar estas unidades a ese lugar. Y deberían funcionar preferentemente juntas para ser bien aprovechadas”. El funcionario adelantó que podrían ser ubicadas en una zona un poco más alejada de la capital, en un lugar donde se realojen damnificados y se pueda conseguir agua superficial”.  

Dijo que una donación de estas características no es fácil. “A veces, si no existen condiciones apropiadas para ser recibida la ayuda se puede complicar más que ayudar”. En ese sentido, Uriarte señaló que el transporte de las UPA ofrece dificultades adicionales. Cada una tiene un peso de siete toneladas y un avión Hércules de la Fuerza Aérea puede trasladar una sola unidad por viaje.

“No sólo hay que pensar en llegar a Puerto Príncipe, desembarcar y trasladar las unidades por calles que están destruidas y en un lugar donde no es fácil conseguir grúas ni repuestos. También es necesario proporcionar seguridad a los técnicos de OSE que viajen”, manifestó.