14/04/2000

BATLLE INAUGURÓ COSECHA DE ARROZ 2000

El Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle Ibáñez, inauguró hoy la cosecha de arroz del año 2000 en un establecimiento arrocero ubicado en las cercanías de la ciudad de Río Branco (Depto. de Cerro Largo). El acto se había suspendido por mal tiempo el viernes 7 de abril y mantuvo, para esta oportunidad, los detalles previstos para aquella ocasión.

El Dr. Batlle llegó sobre las 15 horas a la capital arachana en el helicóptero oficial. Fue recibido por las autoridades de la Asociación Cultivadores de Arroz encabezados por su Presidente, Ing. Agr. José I. Uriarte. Allí el Dr. Batlle procedió a inaugurar la sede regional de la Asociación y se trasladó, junto a sus anfitriones, hasta el establecimiento del productor Omar Leites, donde, a invitación de éstos, ascendió a una máquina cosechadora y la puso en marcha, con lo que dio por inaugurada la cosecha.

En la oportunidad, el Primer Mandatario hizo uso de la palabra de la siguiente manera:

En primer lugar quiero decirles que prácticamente en términos generales comparto los puntos de vista expresados por el Presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz. Èl ha hecho una descripción justa y acertada de lo que ha sido la historia y lo que es la importancia de este sector en la vida productiva del país y también ha dicho con claridad las dificultades que enfrenta.

Conozco algo de este sector, no por haber sido simplemente un arrocero marginal en algún momento, sino porque antes de eso conocí en el departamento de Rocha -particularmente en Cebollatí- los comienzos de esta actividad de la mano de viejos amigos de mi padre. Fundamentalmente de Don Ricardo Ferrés a quienes siempre recordaremos porque ha sido uno de los hombres más importantes en el desarrollo y organización de este trabajo industrial y agrícola en el Uruguay. De la mano de él, entonces, tuve la oportunidad como periodista, como legislador, de estar cerca de los problemas de la producción.

He visto aún más como a lo largo de estos años progresivamente se ha ido adelantando en el uso del agua, en el manejo del agua por gravedad, en la caminería, en electrificación, en el uso de maquinaria agrícola más moderna. Nunca soñé con ver este tipo de cosechadoras en aquella época ni menos trabajar en algún lugar donde no hubiera barro por lo menos hasta la coyuntura de las piernas. Se hacía entonces un trabajo mucho más difícil, más gravoso para la máquina como para el ser humano. Se ha progresado enormemente. Recuerdo aquellos campos del Arrozal 33, donde mi amigo Jorge Sanguinetti me iba explicando paso a paso.

Veo que eso se ha transformado en una formidable actividad que le ha dado al país prestigio en el mundo, donde se maneja un área creciente sino que se manejan áreas nuevas y hay arroz en el sur. Hay arroz en Durazno, en Río Negro y cualquier día en la costa del Santa Lucía, a pocos kilómetros de Montevideo, alguien estará pensando en plantar arroz aunque sigue siendo la zona del norte, de Artigas, de Bella Unión, de Salto, privilegiada por su situación geográfica que aprovecha la mayor cantidad de sol posible para una planta que se necesita sol en la cabeza y agua en los pies.

El Estado a través de sucesivos planes y créditos ha contribuido a favorecer áreas de desarrollo que sin ninguna duda han mejorado las condiciones para que se pudiera plantar. Las actividades tanto privadas como publicas, en un esfuerzo común han procesado un mejoramiento significativo en lo que tiene que ver con todo un manejo genético que le ha permitido al Uruguay estar en la primera línea de las transformaciones y los avances para ir utilizando las nuevas variedades requeridas por el mercado.

Esto quiere decir que desde el punto de vista objetivo, el Uruguay ha dado todos los pasos, ha alcanzado todas las organizaciones tanto industriales como de molino, como de infraestructura de la maquinaria, como de los centros de creación de maquinaria local como hace muchos años cuando íbamos a comprar las "caiperas" a José Pedro Varela, a lo de Camacho que era el que hacía toda la maquinaria. O sea que alrededor del arroz se fue generando un mundo, una cultura del trabajo, casi una civilización del arroz y estamos en condiciones de competir con los mejores en el mundo entero.

En ese sentido no somos más que los mejores, pero los mejores no son más que nosotros. ¿Qué nos está pasando? Bien lo dijo el Presidente, hay vientos terribles que vienen de afuera y que nos han hecho mucho daño desde el punto de vista de la baja de los precios. No se pueden comparar los precios de la zafra pasada con el de los promedios de las zafras anteriores. Pero tampoco se pueden comparar estos con los de la media histórica de 9 dólares la bolsa, nos enfrentamos con un precio del entorno de los 6 dólares y ahora empezando la zafra, por debajo de ese precio.

El Presidente del Banco República ha ayudado -si bien es su obligación- ha cumplido con ella. Tenemos la fortuna de haber designado ayer en la titularidad del Banco República, a un hombre capaz -que sustituye a otro Presidente que también había estado a la altura de sus obligaciones- el Ec. García Peluffo. Sin ninguna duda es un hombre capaz, inteligente, una mente abierta con el cual ustedes podrán dialogar para plantearle todos sus problemas y estos caminos de solución.

A ellos estamos abiertos y es nuestro deseo el de colaborar. El país tiene que mantener no sólo aquellos mercados que ha conquistado, sino aquellos que pagando algún costo, alcanza. Porque para llegar a Irán pagamos un costo para darle la posibilidad a la producción nacional de llegar a esos mercados. Eso es algo que tenemos que hacer y no es la primera vez que se ha hecho. A Irán llegaron Don Ricardo Ferrés y Don Antonio Otegui a vender los productos del trabajo del Uruguay.

Seguimos en esa línea, seguiremos en esa línea. El arroz ha conquistado otros mercados importantes y tendrán la posibilidad de mantenerlos en la competencia donde está el mundo hoy ubicado. Es cierto que a veces competimos con desventaja porque hay otros países más fuertes financieramente, que pueden ofrecer cosas que nosotros no podemos ofrecer. Por eso es que nos empeñamos en las actividades internacionales, en plantear nuestra objeción clara a que los subsidios internos se transformen en subsidios a la exportación, no solamente en términos de arroz, de cebada, de productos agrícolas en donde el grupo de Cairns que integramos y contribuimos a constituir, su planteo central hoy es tratar de reducir, si no podemos eliminar, pero por lo menos reducir, la incidencia de los precios en los mercados de lo que suponen los subsidios de aquellos productos que luego vertidos a los mercados internacionales por la vía del subsidio hacen que los precios en los mercados se derrumben aún más.

Creo que la economía del Asia mejora y mejora rápidamente y ayuda a mantener el precio de los granos en general. También es cierto que nosotros debemos resistir, manejar nuestras discrepancias con respecto a lo que se ha dado en llamar la cuotificación voluntaria de los mercados del Mercosur.

Cuando el Uruguay decidió entrar al Mercosur, y formar parte de una comunidad económica, que tenía por objeto ulterior la unión aduanera, que supone como base filosófica un arancel común externo, pero manteniendo en lo interno una libertad absoluta en la corriente de transferencia de bienes de capital, de personas, el Uruguay aceptó ese criterio y esa filosofía y dio los pasos para cumplir los extremos que nos llevaban a consolidar ese Mercosur.

Todo el mundo advirtió, y sobre todo en la frontera, que eso caminó como sobe rieles a partir de la existencia de una moneda que tenemos ser sinceros, en los últimos tiempos estaba sobrevaluada y terminó, en los último años, determinando que ese mercado fuera para nosotros tan fácil y tan accesible, que por primera vez en la historia Uruguay llegó a tener un desnivel de balanza tan favorable con el Brasil de 400 millones de dólares en un solo año.

Pero la economía es más testadura y fuerte que los discursos y la voluntad de los gobernantes, y así el 13 de enero de 1999 Brasil no pudo resistir y allí tenemos, una diferencia hoy en contra nuestra de más de 20%. Advertimos que los comerciantes nos dicen "estamos en bancarrota, porque no podemos vender más nada, porque Brasil, con sólo mantener esos precios, nos lleva enorme ventaja y la gente lleva las mercaderías a vender del otro lado de la frontera". Todo el país está sintiendo, pues ese impacto.

 Esto se suma al hecho de que la zona Mercosur ha aumentado su producción, y al aumentar el área plantada, nos generan dificultades, pero nosotros seguimos creyendo en el Mercosur, un Mercosur abierto, sin cuotificaciones admitidas y administradas por los estados. Una unión aduanera con cuotas es una contradicción en sí misma. Por eso el gobierno fijó su posición frente al sector del arroz y lo haremos cuando corresponda.

Sentimos la situación del arroz, y no quitaremos los apoyos que hasta entonces han tenido y creemos en la capacidad e inteligencia que ustedes siempre han tenido para hallar soluciones sin romper el equilibrio.

Hemos oído decir que cuando la macroeconomía anda bien, la micro anda mal y yo debo decir que cuando la macroeconomía anda mal, la micro anda como la mona.

Esto deriva en que el estado baje sus costos y esa es una obligación que no vamos a poder resolver de un día para otro, pero es obligación compartida con todos los productores del país. Es una realidad y la hemos asumido desde el 1o. de marzo, cuando preconizamos una desmonopolización en todos los sectores, que habiliten mayor oferentes, que van a dar mejores niveles de precios competitivos a aquellos que los tomen como bienes no transables.

La producción de arroz hoy está mejor preparada que otros sectores y ha incorporado valores económicos que complementan sus ingresos. Los que además son propietarios, saben el buen uso de los rastrojos. Cuando baja el costo y cuando baja el precio, no baja el número de bolsas que obtenemos por hectárea. Presumo en lo que miro, y por el movimiento de las cabezas, que seguimos pagando nueve bolsas por hectárea. Pienso que esos costos fijos hay que analizarlos de la misma manera que cuando se refieren a los impuestos que pagan al Estado. Hay mucho costo malo en las transacciones convencionales nuestras, que no es culpa de nuestros errores y antes no los examinábamos, pero hoy sí las tenemos que examinar.

Déjenme decirles que en el Ministerio, el Ing. Gonzalo González y sus asistentes tendrán las puertas abiertas para recibirlos siempre. No le estamos sacando el cuerpo a las obligaciones ni creemos tener la razón, pero sí creo que debemos manejar informaciones entre ustedes y nosotros, para hallar soluciones entre todos, que no son fáciles. Pero entre todos vamos a salir adelante. Adelante y que tengan la mejor cosecha, la que necesitan.