30/08/2000
BATLLE REIVINDICO LA CONDUCTA DE LOS PROCERES COMO
TESORO DE LAS NACIONES
El Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle, dijo
que la conducta de los próceres "es el patrimonio permanente"
de los pueblos y que ellos recogen su testimonio visible en los documentos
que enriquecen el acervo patriótico. Al hablar en el acto de donación de
152 docuemntos de alto valor histórico, por el Banco de Montevideo, al
Ministerio de Educación y Cultura, el Presidente encomió el espíritu de
los investigadores que buscan engrandecer el paso de los pueblos. La
siguiente es la pieza oratoria del primer mandatario.
Lo que yo dije al Ministro de Educación y Cultura, que
es quien tiene a su cargo todo lo que gira alrededor del homenaje que este
año el país esta haciendo en el sesquicentenario del fallecimiento del
General Artigas, es que dijera unas palabras. El me pide que lo haga en
nombre del gobierno, en nombre suyo y en el de los Ministros, aquí
presentes.
El ex Ministro de Educación y Cultura, Yamandú Fau y
mi antiguo profesor el señor Narancio y los amigos Assunçao y nuestro
gran amigo de Lavalleja, que ha sido uno de los cultores más importantes
en su conocimiento poético de lo que son las recordaciones que el pueblo
debe a los héroes de la patria. Asumo esto, en primer lugar, en la
misión de Presidente de la República, para decirle al amigo San
Cristobal y a todos los integrantes del Banco de Montevideo, el enorme
significado del esfuerzo que han hecho al adquirir y donar esta serie
documental, tan importante, que hoy llega a manos de las autoridades
nacionales y serán entregadas en custodia para que los estudiosos las
puedan utilizar -en la medida en que así lo requieran- el Museo
Histórico Nacional y las demás instituciones que guardan todos estos
tesoros, que hoy se enriquecen con esta formidable colección.
Quienes durante años hemos estado vinculados a estas
disciplinas y hemos tenido la curiosidad de seguir, de alcanzar y de estar
junto a estos y otros elementos que nos permiten introducirnos en el
quehacer de nuestros mayores, de admirar sus formidables esfuerzos con
medios tan escasos como los que tenían, no tenemos otra cosa que expresar
reconocimiento y admiración por este acto, que supone dar al país una
cantidad valiosa, en cantidad y contenido, de cosas a las que había
dedicado su vida un ciudadano como Octavio Assunçao.
Esta colección, que llega a nosotros hoy, debió haber
llegado antes porque el Estado, en su momento, debió haber hecho lo que
ustedes han hecho ahora. El Estado no lo pudo hacer porque no siempre el
Estado cuenta con los recursos adecuados para cumplir con todos sus
objetivos y tiene, ante la necesidad de optar, en el sentido de utilizar
esos recursos en aquello que considera, en cada circunstancia, lo más
apremiante, pero Don Octavio Assunçao, a quien tuve el gusto de conocer
muy de cerca porque le ligaba una gran amistad con mi familia
-particularmente con mi señor padre- merecía el esfuerzo -que él había
hecho durante toda su vida- de que estuviera en donde él siempre quiso
que se radicara el resultado de su trabajo. Debemos recordar que muchas
otras cosas que Don Octavio Assunçao hizo en la materia, como lo que
tiene que ver con la iconografía del Río de la Plata y de Montevideo,
que están hace tiempo, en donación, en el Municipio de Montevideo y es
una de las colecciones más significativas y más importantes con las que
cuenta el Uruguay.
Octavio Assunçao fue un hombre incansable en la
búsqueda de estos elementos de nuestra historia, a los que rodeó además
de un cariño excepcional, puesto que en todos aquellos que tratamos de
ser contadores de cosas no siempre tuvimos ni tenemos la dedicación, el
cuidado, la prolijidad, el esmero, el celo y el sentido de belleza con la
cual cada una de sus piezas era conservada, encuadernada y clasificada. De
esa manera se integraba no solamente en el valor de su contenido, sino en
su valor estético a lo que fue una de las más importantes colecciones,
de las importantes y muchas que ha habido en el Uruguay puesto que, sin
exageración alguna, podemos decir que en este pequeño país mucha gente,
a lo largo de su vida, tuvo el celo de cuidar estas cosas antiguas y luego
entregarlas al Estado. Por eso el Estado uruguayo es un repositorio que
hoy se enriquece con esta formidable donación.
El amigo San Cristobal ha hecho una referencia a muchos
de los documentos. Esta mañana leí este catálogo de la librería
colonial con mucha atención y cariño como leo todo lo que quincenalmente
me manda el amigo Pereyra para ver si me engancha en esa cosa terrible que
tienen los así llamados a sí mismos coleccionistas de cosas viejas, las
que todos quisiéramos tener en nuestra biblioteca. Leí con detención
este catálogo y le aseguro que hay muchísimas piezas importantes,
tremendamente interesantes y muy valiosas que, sin niguna duda, van a
enriquecer a la nación y le van abrir más posibilidades a todos aquellos
que pueden llegar a leerlas, a admirarlas, a cotejarlas, al estudiarlas, a
conocer mejor nuestro pasado y por tanto ver con más claridad nuestro
futuro.
En este año, en que estamos recordando la figura de
Artigas, en donde todas estas cosas engarzan con lo que hizo, con lo que
pensó, con lo que dijo, los cortos y pocos años en que actuó como
primera figura entre 1811 y 1820 en la Banda Oriental, este es uno de los
elementos más importantes con los cuales adornamos un esfuerzo que se
viene haciendo desde distintos sectores de la vida nacional, presidido por
el señor Ministro para poder volcar la atención de nuevo, en todo el
país, sobre la figura del General Artigas.
Yo considero que eso es algo que tiene que estar en la
primera fila de nuestras preocupaciones permanentes. Los pueblos que dejan
un poco de lado la consideración y el recuerdo de aquellos que lo
fundaron, aquellos que tuvieron la oportunidad y así lo hicieron, con
sentencias biblicas, establecer con toda claridad cuál es el derrotero de
la nación, todo eso se mantiene tan fresco, tan puro, tan auténtico como
el que fuera expresado en sus cartas, en sus bandos y en sus
declaraciones, al punto que podríamos hacer hoy un rosario de sus
expresiones más características y que más lo han distinguido y
cualquiera hoy o mañana o siempre podría sentirse más honrado si desde
sí, desde sí mismo, desde su ser, lo encuentra como su fuente de
inspiración para repetir, conjugar, actuar, creer, vivir y morir por las
cosas que sostuvo.
Considero que esto es algo que tenemos que tratar de
poner en primer plano en todas nuestras actividades. No es que vaya en
procura de un nacionalismo equivocado. Muy por el contrario. El
nacionalismo puede ser pedestal o puede ser lápida. Nosotros lo tenemos
que tomar como lo que realmente puede ser: un pedestal desde el cual los
países van a poder crecer desde su ser más íntimo hacia todas las
actividades, puesto que está lleno de valores morales y éticos que son,
en última instancia, los únicos que realmente permanecen a lo largo del
tiempo. Todo lo demás desaparece. Quedan apenas los testimonios y los
libros, lo que perdura y tiene fuerza: los ejemplos de conducta de quienes
establecieron los mojones de los cuales jamás nos podremos apartar si
queremos seguir siendo lo que somos.
Hacer eso, recordarlo permanentemente, es una tarea de
todos nosotros. Por lo tanto, señores, en nombre de la República les
estamos agradeciendo el esfuerzo que han hecho, el interés que han tomado
por dar este paso, que tienen mucho más valor que el valor del esfuerzo
financiero, para adquirir todos estos documentos, puesto que tiene el
valor no solamente de lo que ellos representan y significan en sí mismos,
sino que lo representa como adhesión a la mejor causa nacional. En ese
sentido el gobierno todo, los señores miembros de la Comisión de
Homenaje al General José Gervasio Artigas aquí presentes, y a todos los
que se encuentran acá, les volvemos a agradecer el esfuerzo que han
hecho, el sentido con que han empeñado su acción y este hermoso obsequio
que la nación recibe del Banco de Montevideo. Muchas gracias.