20/07/2000

BATLLE: "NECESITAMOS CRECER PARA HACER UNA POLÍTICA SOCIAL JUSTA Y ADECUADA"

"Necesitamos crecer para poder hacer una política social adecuada, justa y adecuada, necesitamos crecer", expresó el Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle, en la ceremonia de instalación del Encuentro entre el Banco Interamericano de Desarrollo y el Congreso Judío Interamericano, que tuvo lugar en el Salón de Actos del Edificio Libertad. El primer mandatario también se refirió a dos temas que el consideró fundamentales: la educación y la organización familia.

Estas fueron las palabras pronunciadas por el primer mandatario:

Señor Presidente del Congreso Judío Latinoamericano, el señor Nasser,

Señor Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, querido amigo, el Cr. Enrique Iglesias,

Saúl, nuestro amigo, el presidente del Comité Central,

Señor Representante de la Cancillería de Israel,

Señor Embajador,

Señores Legisladores,

Señores miembros del Banco de Seguros,

Señoras, Señores, Amigos:

Ustedes sí, ciertamente están hoy acá en una casa amiga. Esta es una casa amiga, una casa abierta, una casa que tiene además el gusto de recibirlos, compartir con ustedes sentimientos, experiencias, esfuerzos, esperanzas.

Cuando bajamos después de conversar, y naturalmente cuando llega el Cr. Iglesias siempre conversamos sobre las necesidades de estos países y la enorme importancia que tiene el Banco que él preside, la colaboración para acercar los recursos necesarios para atender esas dificultades que los pueblos siempre tienen, a veces más, a veces menos, pero que siempre tienen, y sentados aquí, no conociendo esta cosa nueva que estoy aprendiendo día a día, que es el protocolo, me acerqué a Enrique y le dije: "Enrique, ¿tendré que hablar? Y me dijo: "Me parece que sí". Entonces yo pensé "¿Y cómo voy a empezar? No me gustaba empezar por el término "pobreza". Me gustaba empezar por el término "justicia". Y vino a salvarme del aprieto Saúl, cuando ese pensamiento, el término "justicia", me coloca nada menos que en la buena línea de la reflexión de Maimónides. Se podrá imaginar, Saúl, que no imaginaba que usted me iba a dar ese pie o me iba a levantar ese centro, en manes del fútbol actual, para poder escribir y desarrollar un poco el pensamiento que hoy los convoca a ustedes y que nos preocupa a todos los ciudadanos de este país desde siempre, cosa que le ha permitido a este país tener en ese orden de sus preocupaciones, digamos, perfiles, que ciertamente nos enorgullecen, históricamente hablando. No que nos enorgullecen a nosotros que hace cuatro meses que estamos en este asunto en medio de climas hostiles, petróleos inalcanzables e intereses montantes, o sea, rampantes, diría yo para hablar en términos de heráldica. Pero que el Uruguay siempre ha tenido una aproximación muy, a mi juicio, muy clara, muy decidida, en todo lo que tiene que ver con la aplicación del término "justicia". Que no es solamente la aplicación del término "justicia" en la aplicación de los ámbitos y los tribunales que la cuidan y la imparten, sino en la vida de los ciudadanos de todos los días.

Lo dijo con toda claridad el amigo Enrique Iglesias, con la claridad de acostumbra a hablarnos y educarnos y enseñarnos, porque su palabra siempre recuerdan a lo que ha sido siempre, además de un economista, un educador. Necesitamos crecer para poder hacer una política social adecuada, justa y adecuada, necesitamos crecer. Y crecer supone, crecer en momentos en que el viento viene del lado de la puerta. Nuestras economías aquí en América Latina son todas procíclicas. Cuando la cifra general de negocios es buena las recaudaciones suben, los gastos crecen. Cuando la cifra general de negocios baja, los gastos no bajan, las recaudaciones bajan y los agujeros se trasforman en agujeros negros. Por tanto no hay políticas sociales que se puedan sostener, porque no hay inversiones que se puedan hacer, y no hay actividades que nutran esos recursos para las políticas sociales. Quizás algunos de los problemas que los países en desarrollo, los países emergentes, estos países que somos de segundo mundo, tengamos que plantearnos, ante nosotros mismos y ante las colectividades de crédito internacional, si no será al revés. Si no será que cuando la sociedad civil crece es mejor que el Estado se achique y que no invierta tanto. Y cuando la cosa se viene del lado de la puerta y la sociedad civil no le pueda aportar los recursos al Estado, no será el momento que el Estado pueda hacer inversiones de infraestructura que prolongadas en el tiempo "a pinicio" de su concreción le permitan a las sociedades desarrollarse, generar nuevas oportunidades y generar nuevos empleos.

Yo acabo de estar, antes de estar con ustedes, con los integrantes de las Usinas Eléctricas del Estado, y hemos estado hablando de las inversiones que tenemos que hacer, de las inversiones que tenemos que hacer, trayendo el gas a todo el sur, de las inversiones que tenemos que hacer, poniendo el gas en el norte del país para hacer una usina generadora que nos permita compensar el crecimiento permanente que tiene esta sociedad en su demanda. Generando en el sur además del aporte del gas para generarle gas a todos los consumidores urbanos, generarle gas a todos ellos, a mejor precio, y con un producto ecológicamente mucho más sano, al mismo tiempo transformar nuestras usinas térmicas, con un petróleo a 31 dólares, en generarles energía a través del gas, que nos va a permitir bajar la energía eléctrica para la industria y tenerla a un mucho mejor precio. Y cuando sumamos todo lo que podemos hacer y nos sentimos entusiasmados porque vemos que eso al país va a darle oportunidades para mejorar la vida de la gente y por ende mejorar la pobreza, hacemos las sumas y decimos: "Che, se pasa del tope del déficit autorizado". Y el tope del déficit autorizado topea nuestras esperanzas, nuestras expectativas y nuestras políticas para defender a nuestros países de la pobreza.

Son esas cosas las que tenemos que tratar de encuadrarlas, hoy en el mundo, dentro de otro tipo de parámetros y de objetivos que estoy seguro que los grandes responsables y las grandes capacidades del mundo de la economía, de la política, de la filosofía, que están al frente de esas grandes instituciones, van a tener que empezar a mirar para que todas estas naciones puedan apoyarse en las cosas que se pueden hacer justo en los momentos en donde la sociedad civil, por equis circunstancias, disminuyen sus posibilidades de aportar a través de los impuestos que generan sus actividades, los recursos para atender todas las políticas y fundamentalmente, como consecuencia de ellas, las políticas sociales.

Naturalmente que en materia de políticas sociales cada país, en América, cada país es una realidad diferente y naturalmente nosotros solamente podemos hablar de la nuestra. Y creo que, en nuestra realidad, hay áreas de las políticas sociales del Uruguay que yo diría que están, no digo bien atendidas en el sentido de que están completamente atendidas, porque nunca hay algo que uno pueda sentirse satisfecho con lo que hace. Siempre hay más cosas para hacer y más objetivos para alcanzar. Pero yo diría que en materia de vivienda, en materia de salud, el país le da a la salud, le destina a la salud, en el ámbito público y en el ámbito privado, 10 puntos del Producto. Quizás allí muchas veces lo que falta es ordenar más que invertir más. Pero en donde sin ninguna duda nuestra sociedad tiene que actuar, y el sector público tiene que hacerlo, y el sector privado, y la sociedad civil y ustedes tienen mucho por delante para hacer, es en dos áreas absolutamente específicas y muy concretas.

La primera es como siempre la Educación. En el mundo, ustedes lo saben mucho mejor que yo, los países crecerán desde el saber. Es la mejor inversión, el conocimiento que se le pueda acercar a toda nuestra gente.

Y en segundo lugar, es la organización familiar. La organización familiar es un hecho central a la vida de las sociedades que, en función de acontecimientos que han aparecido en el mundo, los medios masivos de comunicación, la posibilidad de que esos medios masivos de comunicación lleguen a todos los seres humanos, el acortamiento de las edades en función de todas esas circunstancias en las cuales los jóvenes entran a formar parte de la vida societaria, que hacen que en el mundo entero hoy, a diferencia de lo que ocurrió en el pasado, los embarazos y los nacimientos en edades en donde se debe todavía estar jugando a los juegos de los niños son realmente algunas de las causas más particularmente importantes y decisivas en la desestructura familiar que trae luego y acarrea como consecuencia problemas de desencuentro de los ciudadanos y de los seres humanos con la sociedad y hacen como que sientan, en profundidad, los niños y los jóvenes que la sociedad los agrede, o que la sociedad los ha expulsado y por tanto hay tanta y tanta cosa a ordenar y a educar. Creo que ese es un tema -el que está vinculado con la familia- que es un tema central a las posibilidades de colaboración, desde el sector privado, desde la sociedad civil, con la sociedad. En donde la sociedad civil pueda hacer muchísimas cosas mucho mejor que el sector público.

Es absolutamente cierto que ustedes son, por muchas cosas que ustedes conocen mucho mejor que yo, porque forman parte de una sociedad que las ha vivido y las ha sufrido, ustedes todos tienen así como los protestantes y como los católicos y como todos aquellos que no somos ni una ni otra tercera cosa, pero que somos hijos de una sociedad occidental que está estructurada sobre valores que compartimos aunque no formamos parte de ninguna religión ni de ninguna iglesia. Ustedes saben que la familia es y seguirá siendo siempre el centro de las sociedades. Y eso es lo que más tenemos que procurar fortificar, conservar y estimular. Y todos lo que ustedes pueden hacer alrededor de ese tema concreto, de ese tema de la familia, de la educación de la gente joven, de la educación de las madres, es sin ninguna duda, y seguirá siendo mientras el hombre esté arriba de la Tierra por más cosas que la ciencia invente, el tema central de la organización de las sociedades. Si algo, en primer término, preocupa al gobierno del Uruguay, es ese sector de la sociedad. Y si algo en algún momento pensamos que es nuestro deber, con los recursos pocos que podamos manejar, atender, es precisamente ese sector de la sociedad.

Quiere decir, pues, que sé que ustedes son capaces, tienen imaginación, tienen creatividad, tienen experiencia, tienen, además, una vocación para hacerlo y sé que ustedes en las reuniones que están teniendo, estos y otros temas, lo van a poder considerar y transformar en acciones concretas de bien para todos.

Muchísimas gracias y que tengan mucho éxito en las gestiones que tengan que hacer.(aplausos).