Durante la realización de la XIV Cumbre de Jefes de
Estado y de Gobierno del Grupo de Río, el Presidente de la República,
Dr. Jorge Batlle Ibáñéz, realizó en dos oportunidades algunas
precisiones. El siguiente es el texto completo de una de sus
intervenciones.
Señores Presidentes, Señores Cancilleres. Se podrán
imaginar que para Uruguay estar de nuevo aquí es un gran honor y para mí
una terrible dificultad, porque reemplazar nada menos que al
Doctor.Sanguinetti es sin ninguna duda una tarea más que difícil.
Pero me permitirán una pequeña improvisación. En
primer lugar y de acuerdo al tema que estamos considerando, el tema de
América Latina y el Caribe frente a la Cumbre del Milenio, quiero decir
que estoy totalmente de acuerdo con las palabras pronunciadas por el
Presidente Cardoso.
Señor Presidente Pastrana, creo que la democracia es
una plantita que hay que regarla y cuidarla todos los días. Naturalmente
yo soy abogado y tengo las deformaciones de mi profesión, y sobre todo la
del derecho romano en donde, la forma hace el fondo en los contratos de
modo superficial en donde los intereses son menores, a los contratos
mayores que son los contratos de la sociedad consigo misma. Cuando
violamos la forma violamos el fondo, es claro que cada uno en cada
circunstancia asume la capacidad de determinar cuándo el fondo puede ser
suficientemente grave, suficientemente decisivo, para que las formas se
dejen de lado.
Dentro de todas la evoluciones hemos hecho las nuestra.
En Uruguay, hemos muerto en los campos de batalla matándonos unos con
otros durante años y años. Estas circunstancias trágicas de
crecimiento, de cambio, son cosas que nos enseñan a ver que los caminos
adecuados -los mejores- son precisamente aquellos a los cuáles nos
encontramos en las expresiones del señor Presidente Cardoso y su
particular deferencia.
Yo quisiera señor Presidente, llegar a un punto más
concreto, un poco más eficaz, un poco más práctico. Todos tenemos un
político, todos llegamos al gobierno como consecuencia de la decisión
del pueblo. Todos tenemos demanda permanente, todos estamos acuciados por
nuestra falta de recursos para atender las necesidades. Sentimos que las
dificultades nos presionan y además nos manejamos con la dificultades que
la democracia tiene para manejarse, porque la democracia reconoce la
oposición.
En nuestro país muchas veces se sientan en ese camino
para proponer y afirmar cosas que son posibles, pero hay algo que me
parece que deberíamos tratar de reconocer. En primer lugar, la democracia
reclama que nosotros ajustemos nuestras conductas al exterior del país.
Tenemos que tener sociedades que se manejen en el reconocimiento de los
valores y de la ética, para poder tener respaldo hacia el interior.
Este hecho es importantísimo hoy más que nunca,
porque antes las cosas parecían que podían deslizarse en la oscuridad de
los pasillos, pero hoy por suerte la información contribuye a robustecer
la democracia. Felizmente los ciudadanos están cada día más informados.
Y esa es una tarea que no puede quedar fuera de nosotros, que solamente
vendrá si nosotros nos apuramos a ponerla en práctica.
Nosotros ya vivimos este asunto de la globalización
entre 1840 y 1920. Fue una globalización provechosa, hubo transferencia
tecnológica, de capital y una emigración formidable que vino de Europa
con fletes muy baratos, con mercados absolutamente abiertos y con precios
que convergían en el mundo entero. En ese tiempo que América creció ¡y
de que manera creció América!, nuestros países hicieron muchas cosas
con recursos propios cuándo no había ni Fondo Monetario, ni Banco
Mundial, ni Banco Internacional. ¡Las cosas que hicimos! ¡Los grandes
hombres que nos vanagloriamos tener en nuestros gobiernos! En ese tiempo
todos los países tuvimos la capacidad de educar, la capacidad de crecer,
la capacidad de andar mucho mejor.
¿Qué nos pasa hoy?, una globalización muy distinta y
cerrada tiene una mano única, viene de vuelta para acá, pero de acá
para allá no va. ¿Qué le pasa a nuestros amigos ecuatorianos con el
banano?; ¿Qué nos pasa con la carne?. Nosotros que somos en buena medida
de origen europeo, ¿qué haríamos nosotros si estuviéramos allá?
incorporar todos los países del Este para asegurarles un mejoramiento en
su calidad de vida. Por tanto de ellos no podemos esperar nada. ¡Que
tanto mimo! el mundo es redondo y Europa tiene que seguir ocupándose de
Africa ¿quién se va a ocupar de nosotros? Como dijo Octavio Paz, sólo
nos tenemos a nosotros mismos, o nos encontramos entre nosotros o no
caminamos.
Nos tenemos que unir rápido, y mucho más rápido porque si la
economía crece nosotros sabemos cómo hacer que la gente viva mejor, no
precisamos que nadie nos venga a decir cómo se resuelven los temas de la
pobreza. Nadie conoce a nuestros países mejor que cada uno de nosotros,
¡nadie! ni la Unión Europea ni nadie. La pobreza la conocemos porque los
pueblos nos votaron. Estamos aquí. Pero ¡qué podemos hacer si no
podemos comerciar, si no nos dejan vender! Quisiera preguntarle al Señor
Presidente de México ¿cuánto ha subido su exportación desde que se
integró al Nafta? ¿poquito o mucho? Quizás que al doble y sino hubiera
tenido el techo ¿cómo estaríamos? ¿cómo estaría México sino tuviera
el techo por delante? Y nosotros en el Mercosur ¿cómo estaríamos si no
podríamos entrar a Brasil? ¡estaríamos de lengua morada ! Por lo tanto
la cosa es práctica: Nos juntamos o "marchamos". No hay otra. Y
rápido y cuándo más rápido mejor.