27/06/2000
Batlle en la Asociación de Bancos Argentinos
"NUESTROS PUEBLOS HAN HECHO UN ESFUERZO TREMENDO"
El Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle Ibáñez, participó
en Buenos Aires de la reunión anual de la Asociación de Bancos
Argentinos. En la oportunidad hizo uso de la palabra y se refirió a la
situación económica actual de Latinoamérica, en especial de los países
de la región. Asimismo, destacó los esfuerzos del MERCOSUR por salir de
la crisis y la necesidad de ampliar los mercados hacia los países
integrantes del ALCA y el NAFTA. El siguiente es el texto completo de su
alocusión.
Señor Presidente de la Asociación de Bancos
Argentinos, Señor Ministro de Economía, Señor Ministro de Defensa,
Señor Presidente del Banco Central, Señoras, Señores, amigos.
Tengo de nuevo el honor de asistir a decir alguna
pequeña cosa, nada más que una poca cosa, a esta Asamblea a la cual he
tenido la oportunidad de concurrir en más de una oportunidad. Primero
como simple oyente y participando gracias a la generosidad y a la buena
voluntad de ABA y de nuestro amigo Pelusotti y en otras oportunidades a
decir algunas cosas y en estas circunstancias, después de dos días de
trabajo y de haber escuchado ustedes a tanta gente tan ilustre y tan
importante sobre temas tan centrales para la economía de nuestros países
se podrán ustedes imaginar que a esta altura de la noche y deseosos todos
como estamos, yo inclusive, de escuchar la palabra autorizada de nuestro
amigo el Ministro de Economía, Señor Machinea, yo voy a ser muy breve y
voy a hablar de la única cosa que hecho en mi vida, voy a hablar un poco
de política que es a lo que me he dedicado, más o menos desde hace
doscientos años. (risas)
Y voy a hacer un poco de política histórica, porque
me parece que es bueno, de vez en cuando, recorrer el pasado para poder
avizorar mejor el presente y enfocar también con más claridad nuestro
futuro.
Sin ninguna duda después de las guerras napoleónicas
se dio un proceso de globalización en la civilización Atlántica. Fue un
formidable proceso de globalización. Un formidable proceso de
globalización que posiblemente alcanzó también a otras regiones del
planeta pero que desde el punto de vista de lo que a nosotros nos
interesa, afectó en forma formidable la vida de nuestras naciones para
hablar de estas de las que hoy integramos el MERCOSUR, particularmente del
Río de la Plata, de manera tal que durante esos cien años que corrieron
con posterioridad a las guerras napoleónicas, cuando dominados los mares
en forma definitiva por Inglaterra, el precio de los fletes y la seguridad
del transporte, el primero cayó abruptamente y la seguridad del
transporte fue total. Asistimos durante esos cien años, a una
transferencia de capital que mirada en términos desestacionados se puede
decir que es prácticamente igual o parecida o mayor, quizás, en algunos
casos a la que estamos asistiendo hoy en el mundo sin los mecanismos que
hoy dispone el mundo financiero para hacerlo. Asistimos igualmente a una
formidable transferencia tecnológica en donde la tecnología que llegó a
nosotros de manos de los inversores, para desarrollar toda la
infraestructura en nuestro países fue una tecnología de primer nivel.
En 1902 la empresa belga que construyó el puerto de
Montevideo, que es la misma que dragó los pasos de Martín García,
construyó el puerto de Montevideo en 1902 para los navíos de aquella
época con treinta pies de profundidad al cero.
Eso que advertimos en el mundo del capital y la
tecnología se extendió también con enorme fuerza a la transferencia de
cientos de miles, seguramente, millones de personas. Quizás, todos los
que están acá, absolutamente todos, vinieron promediando el siglo XIX,
desde Europa. Esa es la ley que ha prevalecido en las inmigraciones
formidables que recibió todo el continente desde Estados Unidos hasta la
Patagonia.
Al mismo tiempo, por aquel entonces, los precios
convergían y los mercados estaban absolutamente abiertos. Las así
llamadas diferencias de intercambio, se habían prácticamente suprimido,
estaban casi ausentes de la realidad económica del mundo y nuestros
productos que se conocían no como exportación sino como extracción de
frutos del país, llegaban sin dificultades a todos lados, con precios
iguales en todos lados y con mercados absolutamente abiertos en todos
lados. No teníamos investiment grave, no había. Nadie se preocupaba por
el investiment grave. (aplausos)
Los inversores, mientras no se los comían, ganaban
plata, (risas) pero corrían riesgos espantosos, pero invertían,
absolutamente en medio de revoluciones y guerras civiles, cosas tan
terribles. como Pago Largo, ycomo la Batalla del Sauce, en donde
degollados por centenares entre nosotros, nos dedicábamos a esa forma de
ver el mundo, había otros, unos gringos que hacían puentes, que hacían
instalaciones de luz, de gas, puertos, bancos, seguros y daban préstamos
y al mismo tiempo también se ingeniaban para cobrarlos. No solamente
porque tenían cónsules eficientes que podían hablar otras veces rugir
sino porque les interesaba el crecimiento de estas naciones que crecieron
junto con Europa. Así nos hicimos todos europeos.
Nuestros abuelos jamás fueron a los EE.UU., no sabían
donde quedaba, íbamos todos a Europa. Nuestras abuelas, la abuela del
señor y mi abuela, iban al Hotel del Louvre y llevaban hasta la vaca en
el barco. Yl esa fue la forma en que estos países crecieron; ¡y qué
manera de crecer! Y crecimos así hasta 1918, hasta que Wilson los
convenció de que había que hacer la paz y naturalmente en aquel mundo en
donde tremendamente nos costó establecer instituciones, organizar el
sistema financiero, tener una justicia realmente eficiente, los países
sin embargo auxiliados por los países europeos que fueron nuestros
socios, crecieron.
Se puede decir que a principios de siglo, la Argentina
era uno de los países más prósperos del mundo, sin ninguna duda. Y
cuando ustedes van a Montevideo y ven el Parque Hotel, lo hicimos con
fondos propios en 1910 y el Hotel Carrasco, con fondos propios en 1923,
eso era América, América era eso. Crecíamos, educábamos, mejorábamos
nuestra vida en medio de un mundo en donde Europa y sus imperios, sin
ninguna duda, manejaban el mundo conocido.
Ustedes saben que siempre que vengo a Buenos Aires -
una ciudad hermosa en la que nació mi madre además - tengo el agrado de
ir a la librería Colonial - paso un aviso, es muy buena - en la Plaza
Vicente López, es de un uruguayo que merece que se le de una mano. (risas
y aplausos) Fui hoy allí porque siempre tiene libros del Río de la Plata
que mucho me interesan y me encontré con un informe que un buen señor
había enviado en 1857 a la Asamblea General Legislativa del Uruguay en su
condición de sufriente Ministro de Hacienda del gobierno del Uruguay que
es lo mismo Ministro Hacienda, Ministro de Economía o decir sufriente es
lo mismo. Me hace acordar aquella novela de Leonidas Andreiev, "El
que recibe las bofetadas", es el que siempre tiene que decir que no
cuando todos los demás ministros padecen de esa enfermedad ministerial
que es la propensión al gasto y que naturalmente los Ministros de
Economía necesitan de presidentes que como en mi caso, tengan ese triple
origen que sella la marca: genovés, catalán y escocés, ¡un peso
jamás! (aplausos).Jamás!
Este buen señor escribió en su momento un informe al
Parlamento uruguayo donde le decía con un presupuesto general de gastos -
Machinea mire que lindo y que chiquito que era, pero era prolijo, muchas
veces más prolijos que los de ahora - Una de las reglas mejores para
juzgar de la prosperidad o decadencia de un país, es el balance anual de
sus exportaciones e importaciones. Hace un cálculo sobre las
importaciones según las ventas aduaneras y luego hace una reflexión
sobre las exportaciones, 1857: "Para cubrir esta suma, el país ha
producido según cómputos moderados, - el hombre no hablaba de
contrabando - còmputos moderados entre los novillos que ha faenado y ha
exportado para la provincia de Río Grande, - ya funcionaba el MERCOSUR -
225.000 cabezas, que a 20 pesos cada una da la suma de 4 millones y medio;
ha producido más de 500.000 pesos de lana y de los cueros del consumo,
cueros de caballo, pieles de carnero, aceite de yegua, crin, huesos y
algún trigo - siempre fuimos malos en la agricultura - un millón y
medio. Se ve pues que hemos exportado valores de 6 y medio millones o
aproximadamente la suma necesaria para la permuta de los productos
extranjeros que alimentan nuestro comercio exterior."
Este buen señor, más tarde, llegó a Presidente de la
República y vivió revolución tras revolución y en medio de esas
terribles revoluciones que lo llevaron a buscar una acuerdo de paz en
1872, mantuvo esta situación. La política generaba una inestabilidad tal
que nos matábamos entre nosotros, pero los novillos, la lana y los cueros
seguían saliendo. Los mercados europeos recibían sin problemas y los
precios nos daban para sobrevivir.
Naturalmente, en medio de las balas, este buen señor
en 1868 inauguró el agua corriente de Montevideo en la Plaza Matriz, esa
Plaza masónica que hay frente al Cabildo, con unos caños terroríficos
que vinieron desde 35 kilómetros, traìdos en carreta arriba de colchones
de chala. El tenía revoluciones y tenía mercado; nosotros como no
tenemos mercado, en cualquier momento vamos a tener revoluciones, y esto
es una realidad. Esta es una realidad.
Cuando uno tiene un porcentaje de deuda externa sobre
el producto, tan alto, como tenemos todos y cuando el porcentaje de
exportación sobre el producto es tan bajo y cuando no se puede manejar
una, hay que subir el otro y para subir el otro no alcanza con la
productividad, se precisan los mercados. De qué me vale producir si
Argentina y el Uruguay hace treinta y cinco años tienen la misma cuota de
carne vacuna y ovina en Europa, exactamente la misma.
En 1963 acompañé a ese gran ciudadano uruguayo que
fue Wilson Ferreira Aldunate en la última negociación de carnes, en
términos nominales nos pagaban en dólares lo mismo que nos pagan ahora,
treinta y cinco años después.
Este señor que sufrió mucho, pero que sobrevivió,
era el General Lorenzo Batlle, mi bisabuelo. Nosotros para sobrevivir,
necesitamos mercados y Europa hoy no los puede dar aunque quiera. Europa
ha contraído un compromiso político con todos los países del Este. He
estado conversando con el Primer Ministro Albanés, con el Primer Ministro
Polaco y este último me dijo que en dos años van a recibir de la
Comunidad Económica Europea la misma consideración y subsidio que
recibieron España, Portugal e Irlanda, más de diez países del pecos,
por un asunto político que si en vez de haber llegado desde allá,
estuviéramos nosotros allá, los que habrían sobrevivido de nosotros
después de dos guerras estarían reclamando, como primera medida para que
la casa europea esté en paz, que Europa se extienda hasta los límites
necesarios para asegurar la paz. Tenemos que advertir esa realidad
política y darnos cuenta que esa realidad política nos envía un
mensaje: "muchachos, arréglense".
Vamos a invertir allá, vamos a invertir comprando
todas las cosas que a ustedes no les funcionen más, se las vamos a hacer
funcionar. No está mal, bancos, empresas. Hoy una gran empresa europea
compró una gran empresa uruguaya, le va a dar mercado, le va a dar
capital, le va a dar porvenir, pero es una inversión en lo que ya está.
Por tanto, ¿nosotros estamos en dónde?, estamos en el MERCOSUR. ¿Tiene
sentido el MERCOSUR?, por supuesto que tiene sentido. ¿Tiene sentido para
el Uruguay?, es claro que tiene sentido para el Uruguay, y para el
gobierno actual del Uruguay tiene tanto sentido que yo soy el redactor de
las normas constitucionales de la Constitución del 65 que establecen al
MERCOSUR como un objetivo nacional del Uruguay.
Quiere decir que para el Uruguay tiene sentido el
MERCOSUR, el Uruguay está de acuerdo con el esfuerzo que se está
haciendo después de la crisis vivida. El Uruguay está de acuerdo con la
reunión que hubo aquí, en Buenos Aires, que creo que presidió el señor
Ministro Machinea, en la que se busca conjuntamente con la participación
de los Presidentes de los Bancos Centrales de los cuatro países, un
acuerdo que nos permita manejar precios, niveles de deuda y niveles de
déficit presupuestal, elementos sustantivos para que el MERCOSUR sea
creíble hacia adentro y creíble hacia afuera. Que esperamos además que
sea robustecido ese hecho con la existencia a breve plazo de Secretarías
Técnicas y de Tribunales que posibiliten la resolución de los problemas.
Los problemas no se pueden resolver por la comunicación telefónica de
los presidentes. Los presidentes no están para llamarse, para ver cómo
arreglamos el asunto del arroz cáscara. Los presidentes están para
hablar de otras cosas importantes que atañen al destino de nuestros
países y no a las trabas burocráticas que todavía entre nosotros todos
tenemos.(aplausos)
Entonces, si somos partidarios del MERCOSUR, estamos de
acuerdo con ese pequeño Mastrich que vamos a hacer. Estamos de acuerdo
con esas otras cosas que entendemos necesarias. Pensemos un poco en un
plazo de cinco o diez años, en cinco o diez años, ¿qué vamos a hacer?,
nos quedamos allí, ¿vamos a pretender nosotros que nuestro crecimiento
dependa del crecimiento de Brasil? ¿tenemos derecho acaso, a exigirle al
Brasil - que es el país más grande, porque es la locomotora del MERCOSUR
- a que tenga siempre una conducta con todos sus problemas, que los tiene
y muchos por cierto, para que nos asegure a nosotros un crecimiento como
el que tenemos que tener? ¿adonde apuntamos?.
No tengo ninguna duda que tenemos que apuntar al ALCA,
el MERCOSUR es un paso previo para integrarnos al ALCA. Lo he dicho antes
de la elección que determinó que yo fuera el Presidente de la
República, soy partidario del MERCOSUR desde su inicio. El Uruguay lo ha
probado además y yo sigo la línea política que el país ha tenido a
través de los distintos gobiernos de coalición, como el que hoy tenemos
en el Uruguay, pero nosotros decimos, que así como en el siglo XIX y
buena parte del XX, hasta que la guerra nos hizo una especie de intervalo
en la historia y quedamos allí como aislados de los acontecimientos como
si el sólo hecho nos pudiera haber resuelto los problemas para siempre,
hasta que nos dimos cuenta que eso no era así. Tenemos que mirar hacia
donde apuntamos.
Si yo pudiera conversar hoy con el General, le diría:
"estimado amigo, el 82% de lo que Uruguay exporta sigue siendo lo
mismo que exportaba usted cuando era gobierno. La misma carne, la misma
lana, el mismo arroz, el mismo campo, que tantas dificultades tiene,
porque sobrevive con heroicidad pese a que trabaja con precios de hace 35
años y con costos de ahora. Pero, ¿sabe qué? Europa que era el
comprador más importante que usted tenía, hoy es el último y el primero
es el NAFTA. Hoy los clientes más importante que tiene el Uruguay es
México, Estados Unidos y Canadá y el que tiene menos importancia en ese
rubro es aquel que tenía más entonces, es Europa."
Entonces todo eso que es natural, que no nos puede
enojar, más allá de los reclamos permanentes, insistentes, contra los
subsidios y las demás cosas, nos muestra algo muy claro. En el mediano
término el MERCOSUR es una necesidad para negociar mejor, para
representar mucho más, pero para meternos en un mercado mucho mayor,
porque de lo contrario cualquier accidente que pase en el mundo, nos va a
hacer perder todo el esfuerzo que hemos hecho. Todos estos países hemos
hecho un esfuerzo tremendo y nuestros pueblos han hecho un esfuerzo
tremendo.
Nosotros perdimos el 3% del producto en la crisis del
'99 y salvo aquellos accidentes climáticos negativos, todo fue
consecuencia de cosas que no pudimos controlar ni dominar: el precio del
petróleo, la crisis asiática, la crisis de Brasil. Entonces, ¿a qué
mercado está unido nuestro destino? Antes teníamos una puerta abierta
permanente hacia Europa, hoy no la tenemos más. ¿Vamos a reducir nuestro
horizonte a este grupo de países?. ¿Puede ser para Brasil un objetivo
político crecer en el mercado argentino? porque el mercado uruguayo es la
nada y ¿puede ser para el Uruguay como único objetivo político y
económico y social, crecer siempre que crezca Brasil?, me parece que no.
Quiere decir que el mensaje político que yo pretendo
darle a ustedes, es que tenemos que hacer buena letra adentro, tenemos que
apoyar a un gobierno, como este gobierno de su país que está haciendo
notoriamente un esfuerzo por nivelar las cuentas. Es el mismo esfuerzo que
estamos haciendo nosotros, tenemos que consolidar el MERCOSUR para que
funcione, pero tenemos que mirar un horizonte más grande, un horizonte
que así como en el siglo pasado fue un horizonte que lo encontramos en
aquellas naciones que eran las que ocupaban el centro del mundo y
manejaban el planeta y su cultura y su economía. Hoy, allí el camino
está cerrado y por tanto nuestro camino es muy sencillo, o nos juntamos
en el ALCA o como decía el Señor Guerra en España "no salimos en
la foto".
Y esa es una realidad que la única posibilidad real,
con recursos legítimos, de atender la pobreza, de atender la educación,
de atender la salud y de atender la vivienda. Porque todas las promesas
que se hacen con recursos que no son legítimos, la única consecuencia
que traen es inflación, la inflación es atraso y la inflación la pagan
siempre los que menos tienen y los que más pobres son. Y por tanto hablar
de eso es mentir a la gente y engañar al pueblo. Y nosotros como
gobernantes tenemos que saber que eso no puede ser (aplausos).
El investement grave que tenemos que ganar es con cada
ciudadano que espera de nosotros. Ahí está el investement grave central,
porque son nos han votado, los que confían en nosotros, a los que tenemos
que responder. Y a ese no le podemos decir que vamos a estar cinco años
pensando a quién le vamos a vender. Porque ese tiempo no se puede perder.
Señores, como lo mío es político y no es técnico y
en materia política, a los países chicos se nos permite decir cosas que,
quizá, a los grandes no, yo le digo a todos Uds. una cosa muy sencilla.
Como gobernante quiero que el Uruguay exporte 5.000 millones de dólares y
sé que el único lugar adonde puedo llegar con eso es a los mercados
mexicano, americano y canadiense. Y si no voy allá, no hay otro lugar tan
seguro para ir y estos cuatro países, solos, siendo grandes como dijo el
canciller Rodríguez Yavarini, son todos países del segundo mundo y la
única forma de crecer es asociarse a uno del primer mundo.
Muchas gracias.(aplausos)