"Chile, como nos tiene acostumbrados, ha elegido su destino y se ha puesto en manos de ese ilustre ciudadano y gran amigo que es Ricardo Lagos. Chile ha tenido siempre con Uruguay una relación de amistad profunda y natural. En América, este proceso, que desde hace tiempo se viene instrumentando, cada día procura fortalecerse más, porque la unidad de nuestros pueblos y de nuestros gobiernos nos permitirá coordinar, en el milenio que comienza, una civilización americana, para lo cual nuestros esfuerzos comunes no solamente tienen que estar referidos a los planos comerciales y económicos que sin ninguna duda son los que coyunturalmente preocupan más a los pueblos, sino fundamentalmente a una unión de nuestros conocimientos, de nuestra cultura, de nuestras capacidades, de reflexionar y de hacer, para gestar entre todos, a partir de nuestra historia común, un porvenir que realmente vuelva a mostrarnos al mundo como lo fuimos en alguna oportunidad: un continente entero, sin fronteras, con pueblos y culturas que, unidos, son capaces de dar, para aquellos hombres y mujeres libres que habitan en este continente el fruto en una tierra no solamente de promisión sino también de libertad y de justicia. Y esto es lo que Uruguay y Chile, amén de otras naciones de este Continente, hemos procurado hacer de nuestro nacimiento y de lo que sin duda representamos. Honor al gran pueblo chileno".