09/11/2000
PALABRAS DEL SEÑOR PRESIDENTE DR. JORGE BATLLE ANTE LA
DELEGACION DEL PARLATINO
Yo, con mi ya larga vida política, básicamente he
sido parlamentario, dos veces diputado, dos veces senador; estoy aquí un
poco de paso. No digo de casualidad, porque trabajé bastante, pero más o
menos a una edad en donde con la edad que tengo hoy, con la edad que voy a
salir de acá, tengo 73 años, voy a salir con 77, posiblemente voy a
tener chance de poder jugar con algún nieto.
Por tanto, soy, en este momento, una persona un poco
más libre que el común y puedo trasmitir alguna cosa que quizás otros
la sienten igual, pero atados todavía a una situación de las cuales
forman parte, yo estoy ya mucho más allá de eso, por las circunstancias
del andar del tiempo, puedo a mi juicio decirlas, no mejor que nadie, pero
por lo menos expresar lo que siento... no como parlamentario, sino ahora
de este lado de la situación; que no es un lado opuesto el del Poder
Ejecutivo al Parlamento, pero es notoriamente con otro tipo de urgencias y
de inmediateces en los planteos y en las demandas.
Yo, francamente, creo que el crecimiento que todos
anhelamos y con el cual vamos a poder mejorar las condiciones de vida de
nuestros pueblos, se va a dar solamente en la medida en que podamos
superar las particularidades que hemos, durante los últimos 50 años,
desarrollado en cada uno de nuestros países.
América, no digo Estados Unidos y Canadá, pero el
resto de América, México inclusive, hemos en buena medida y a lo largo
de nuestra historia, sido seguidores fieles de lo que el mundo europeo nos
.....organizaba y pensaba. No ha sido un defecto, para nada. Ha sido la
consecuencia natural de la relación de fuerzas, y de la importancia de
las culturas y de las tecnologías, manejadas por Europa principalmente,
durante tanto tiempo. Y por tanto, nosotros desarrollamos una cultura, en
cada uno de nuestros países, que estaba fundamentada después de 1920 en
naciones que se encerraban, se protegían y que podían de esa manera, por
un lapso, ir manejando y asignando los recursos internamente en la forma
como la circunstancia política a cada uno de nosotros nos lo fue
permitiendo; con nuestras relativas capacidades o con nuestras relativas
posibilidades.
Lo cierto es que hoy la cosa es completamente
diferente. Y eso desde el Poder Ejecutivo se siente con una presión
feroz. Y pienso que eso que se siente en el Poder Ejecutivo del Uruguay,
se siente en todos los poderes ejecutivos de todos estos países. La
presión feroz de la demanda, de lo que todo el mundo reclama con justicia
y con derecho y la presión feroz de las limitaciones a alcanzar, a
satisfacer medianamente esas demandas.
Pero no es que se crean todo tipo de problemas, por esa
inseguridad, incerteza que afectan la vida de los seres humanos de una
forma central.
Bueno, yo, francamente, siento que son necesarios todo
tipo de esfuerzos y todo tipo de iniciativas para resolver esas
posiciones; hay algo que me suena como central, sin lo cual lo demás va a
ser muy difícil que funcione y cuando realmente funcione va a llegar
quizá para la inmensa mayoría de la gente muy tarde. Y es precisamente
esa incapacidad que hemos desarrollado entre nosotros y todavía no hemos
podido vencer de asumir los traumas que el hecho nos va a generar, pero
que son los únicos traumas que vamos a poder conducir y dirigir de la
apertura y de la integración. Nos pasa todos los días a todos nosotros.
Nosotros con los argentinos, los argentinos con nosotros, nosotros con los
brasileros, los brasileros con nosotros, los chilenos con nosotros,
nosotros con los chilenos.
Y son naturalmente dificultades que la sociedad hoy no
puede asumir a veces en forma inmediata porque se deshacen cosas, se
destruyen empleos y se destruyen actividades, pero que si no lo hacemos
cada día va a ser más difícil alcanzar el objetivo.
Nosotros desde que entramos al gobierno sentimos eso
como la prioridad más importante del gobierno. O sea, tener recursos para
la salud, para la vivienda, para la niñez, para la juventud, para la
tercera edad, para hacer caminos, para hacer hospitales, para hacer
escuelas, para mantenerlos, para hacerlos funcionar.......
La presión fiscal en un instante en que se revierta.
Por más impuestos que se pongan, los impuestos ni siquiera se recaudan,
porque la gente no los puede pagar. Por más gastos que se ofrezcan, no
hay modo como pagarlos. Y, por tanto, yo pienso que el punto central es el
comercio. Y no tengo duda que en la medida que nosotros vayamos retrasando
los procesos, para ayudarnos a ese cambio y, bueno, esos procesos cuando
los tengamos que dar, van a ser seguramente mucho más dolorosos. Cuanto
más rápido nos acerquemos a ese objetivo vamos a poder resolver más
rápidamente nuestros problemas.
Nosotros les decimos con toda claridad esto, porque
¿cómo sería más feliz el Uruguay? Y, bueno, si en vez de exportar
2.500 millones de dólares, exportamos el doble, exportamos 5.000. Para
eso necesitamos quien nos compre. Porque no alcanza con producir. Es
preciso para que alguien le compre a uno lo que uno produce. Si no, para
qué producir. Y para eso tiene que haber acceso a otros mercados. Y si
no, cómo llegamos. Y si cada uno de nosotros legítimamente vamos
defendiendo nuestras cosas y no hacemos hacia fuera de nosotros lo que
naturalmente se hace hacia dentro, no hay nadie que en el chaco argentino
produzca trigo. Porque si el chaco argentino fuera una nación quizá
algún sector pretendería producir allí trigo.
Sin embargo, en el resto de Argentina se produce de una
forma tanto o más económica y tanto o más fácil que inclusive pensando
exactamente en lo que el Uruguay puede ser y lo que la Argentina puede ser
hasta nos convendría a nosotros traer el trigo de la Argentina, que lo
produce mucho más barato y usar esas tierras fértiles para otro tipo de
actividades en donde sería mucho más competitivo y con precios mucho
más eficaces. Y daríamos más trabajo y seríamos más felices, no
tenemos que deshacer algo que hemos hecho.
Y eso nos cuesta. Y cuanto más tiempo demoremos, más
nos cuesta. Y más gente sufre. Esto es una cosa que realmente, cuando uno
está en el Parlamento, que es una cosa hermosa, simpática, en donde
puede debatir estas cosas, las cosas quedan en buena medida en el debate.
Porque sabemos que hoy pasamos de la Comisión a la ley, pero la ley luego
tiene que implementarse. En el fondo no, no digo que no se lo vea, pero no
tiene el peso que tiene cuando uno está sentado en el Poder Ejecutivo y
la cosa es ahora y ahora. Y no es mañana, es ahora, y no es mañana, es
ahora. Y a veces las soluciones no pasan por una cosa beneficiosa de
inmediato sino por una cosa beneficiosa mañana.
De los muchos problemas que tenemos, que los tenemos en
todos los países en mayor o menor grado, para mí el tema central es el
comercio. No hay ningún otro tema que tenga la capacidad de generar
mejores condiciones globalmente, y lo digo naturalmente, está en nosotros
hacer una justicia que distribuya esos bienes que llegan a nosotros con un
grado adecuado de distribución entre todos los sectores sociales.
Pero si nosotros no llegamos rápidamente a una ida
común de cómo implementamos eso, no vamos en corto plazo a poder
resolver los problemas, que en un mundo global ha hecho que mucho más
rápidamente la diferencia se agrande.
Un rico y un pobre hace 100 años tenían muy poca
diferencia en cuanto a los medios que poseían para acceder a los bienes
que aparentemente solamente los ricos podían acceder, para tener mejor
calidad de vida. No había mucho mejores heladeras; ni mucho mejores
lugares para guardar la carne fría en un tiempo dado en el Uruguay, que
abajo de una palmera colgado un pedazo adentro de una jaula de fiambrera
para que no entraran las moscas. Más o menos a todo el mundo le pasaba lo
mismo.
El...seguramente lo debe haber visto en su casa afuera
de chico, y nosotros también. Y de eso comía el rico y el pobre, en
igual cantidad de proteína.
Hoy no; hoy uno tiene un freezer fantástico y una
heladera fantástica y el otro no puede. Las diferencias se han agrandado
muchísimo. La tecnología ha servido mucho más a unos que a los demás.
Y la globalización todavía más. Y es una realidad, más allá de que
nos guste o no nos guste, tenemos que buscar mecánicas para defender
nuestra realidad. Y la mecánica para defender nuestra realidad no es
otra, no hay otra a mi juicio hoy, que lo más rápido posible unirnos. Lo
más rápido posible. Y eso, en esa tarea, los parlamentarios son
fundamentales. Son fundamentales los parlamentarios.
El día en que los Parlamentos, que ya se están
consolidando en esta unión, puedan entre todos empujar este cambio,
entonces, vamos a conseguir cambios muy importantes, porque además muchas
veces las cosas que defendemos ni siquiera son las cosas que defienden la
gente que más necesita. Los que se defienden y procuran mejores
posiciones son aquellos que tienen el lobby de los que manejan las cosas,
en el fondo no benefician a los más sino que los perjudican. Le hacen
pagar por la misma cosa mucho más caro.
Y bueno, y eso yo creo que, este... como ex-
Parlamentario que yo he sido, y no he ocupado ningún otro cargo en el
Gobierno de la República del Uruguay, nunca jamás; fui dos veces
Diputados y dos veces Senador, y hoy desde la Presidencia de la República
lo siento como una demanda que no se puede postergar.
Los cambios de tiempo eran otros, eran más lentos los
tiempos, eran más lentos para todo, para el advenimiento de una
situación eran más lentos; hoy los tiempos son de vértigo ....Y
ciertamente eso nos demanda respuesta que tienen que tener la misma
intensidad y la misma velocidad.
Nosotros integramos el Mercosur, yo soy en buena
medida, digamos, el responsable mayor de algunas disposiciones existentes
en la Constitución uruguaya con propósito de nuestra vocación de
integrarnos, somos partidarios del Mercosur, de la existencia de una
Institución con un ánimo central fuerte, con una Secretaría Técnica
fuerte, con Tribunales que derimen los conflictos, que sean fuertes. Una
Institución que progresivamente alcance niveles de supra-nacionalidad
como lo ha sido Europa.
Pensamos en que Europa a necesitado 50 años para
llegar, después de las guerras terribles que han, digamos, cambiado su
propia mentalidad, a estos acuerdos; y a Europa le ha costado 50 años
llegar a más y no todo el mundo está contento allá adentro, ni siquiera
todo el mundo está. Y comprendemos que para nosotros que somos países de
distinta conformación también eso es naturalmente mucho más difícil y
quizá demoremos más tiempo o quizás teóricamente deberíamos demorar
más tiempo, pero no tenemos ese tiempo.
Un paso para unirnos con el Grupo Andino como lo
señalamos el 26 de junio en la reunión que hubo en la Argentina, cuando
el Señor Presidente de la Argentina Señor De la Rúa era presidente pro
tempore; también para unirnos con México, como lo señalamos también en
instancias inclusive del Uruguay y los señalamos, digo, todos los
integrantes del Mercosur, para hacer un acuerdo del libre comercio con
México, creemos que lo mismo tenemos que hacer con Centro América y
creemos, nosotros por lo menos, que lo mismo tenemos que hacer con Canadá
y con Estados Unidos.
Nosotros vinimos de Europa, todos, o por lo menos los
que no nacieron acá, vinieron de Europa o de la queca, pero
fundamentalmente de Europa fueron aquellos que condujeron la sociedad;
aquella sociedad hispana primera, de Europa después, nos vino la cultura
política, la cultura institucional, la cultura social, la cultura
académica, la cultura en buena medida religiosa, también, nos vino de
Europa. Y nos vino el comercio y tuvimos la infraestructura que nos vino
de Europa, la tecnología que nos vino de Europa, el capital que nos vinos
de Europa y la gente que nos vino de Europa y el mercado. Pero de Europa
el mercado no nos puede dar, aunque quiera, no nos lo puede dar. Europa
tiene la obligación de incorporar cien millones de habitantes de Europa
del este; tiene la obligación de incorporar a Polonia, Lituania, Rumania,
Hungría, a Bulgaria, a checos, eslovacos y eslovenos, croatas. El Primer
Ministro de Albania me dijo: mi objetivo es entrar a la Comunidad
Económica Europea; la Ministra de Relaciones de Bulgaria me dijo, mi
objetivo es entrar a la Comunidad Económica Europea. No hay quien no
quiera entrar ahí. Y Europa los tiene que recibir, porque no pueden tener
europeos de segunda; porque ellos no pueden tener ese alto nivel de vida
que tienen y tener a los polacos mal y a los húngaros peores y a los
búlgaros a la miseria y a los rumanos horribles. No pueden tenerlos. Por
tanto se tienen que ocupar de ellos, no se pueden ocupar de nosotros.
Podrán invertir, pero mercado no nos pueden dar.
Acá el único mercado para crecer, está para allá
arriba. México, hace diez años, exportaba 27 mil millones de dólares,
hoy exporta 132 mil millones, más que toda América del Sur junta. Para
mi eso es creer o reventar. Llega un instante, cuando uno habla con el
Ministro de Economía y tiene que ver cuánta plata tiene en la
Tesorería, hay que, además de tener un pensamiento firme, ser práctico;
y para crecer tenemos que crecer hacia afuera no crecer hacia adentro; y
para crecer hacia afuera tenemos que tener mercado, no discursos. Y los
mercados están ahí, quizá no es el mejor mundo, es posible, si; es
posible de repente Europa era mejor, es posible. Pero no es un tiempo más
ni para discutirlo, porque no lo pueden hacer. Europa hoy no lo puede
hacer. Canadá, Estados Unidos y México hoy lo pueden hacer, y Asia es un
continente que junto a América va a poder hacer una cantidad de cosas.
Y por tanto a los Parlamentarios, que son los que más
claramente sienten la necesidades del pueblo....estoy acá, entro a las
nueve de la mañana, me voy a almorzar a mi casa, vuelvo de tarde, estoy
con todo el Estado; acá, el Estado es enorme tiene una burocracia de
terror, en el sentido de que hay que ponerla en marcha, hay que hacerla
funcionar y ustedes bien saben que esta constituida por mecánicas que se
aplicaron hace 50 años y que todavía no las hemos cambiado y a todos nos
cuesta cambiar eso, ustedes mismo lo ven a nivel de su propio Parlamento
muchas veces, así que yo tengo que tener antenas, si. Pero ustedes la
tienen prendidas todos los días, mucho más que yo, sin ninguna duda.
Sin ninguna duda, y sienten la demanda y yo la siento a
nivel de la Tesorería. Esa sí que es una demanda feroz y la respuesta a
más corto plazo es a mi juicio esa.
Nosotros, por ejemplo, vamos a Panamá, ahora, el
Parlamento me ha dado permiso para ir a Panamá, y vamos a tratar el tema
de la niñez y de la adolescencia. ¿Y qué es eso la niñez y la
adolescencia? Eso es producto de la pobreza, un problema que surgen de la
niñez y de la adolescencia. (Inaudible) de la niñez en sí misma y de la
adolescencia en sí misma, al final todo termina en darle los medios a la
gente que niño o adolescente para vivir mejor. Eso termina en recurso, y
los recursos no son la consecuencia de la emisión del dinero, porque eso
es inflación. Los recursos es consecuencia de lo que se produce y lo que
se produce no es lo que se vende dentro del mercado, es lo que se vende
afuera.
Y francamente a los Parlamentarios, que están haciendo
una tarea tan importante, que están construyendo una América nueva,
porque la están construyendo; porque esa es la manera legítima de
construirla porque son los que representan a los pueblos Americanos, con
su distinta forma de ser, sus culturas, esos sincretismo culturales que
hay en América que son una maravilla, es lo que uno desde este lugar,
desde este lado del mostrador, no es verdad, habiendo sido Parlamentario y
teniendo enorme respeto por el Parlamento, siendo que el Parlamento son
los pulmones de oxígeno que tienen las Naciones, uno tiene la obligación
de transmitir lo que uno a mi juicio debe siempre transmitir lo que
siente, y por tanto hago como los maridos cuando llegan de noche a la casa
y les comunican a sus mujeres sus problemas; ellos duermen y las mujeres
se desvelan. Y hago lo mismo con ustedes, les comunico mis problemas...No
para que Ustedes se desvelen, pero para que por lo menos cuando lleguen a
Presidentes, está en la aspiración normal de todo político, natural,
sepan que el lío que se van a encontrar es grande, sino encuentran al
mismo tiempo un buen mercado para venderle el producto del trabajo de la
gente de cada uno de nuestros países.
Yo le deseo la mejor suerte a todos y espero a que
puedan Ustedes realmente contribuir con el conocimiento de sus pueblos,
con la experiencia, con la sensibilidad de cada uno, porque si están
donde están es por eso, porque han sido sensibles a los problemas de la
gente, a que puedan conformar el sentimiento de unidad que pase por encima
de los límites que nos hemos impuesto.
El amigo Sarmiento decía que, al fin y al cabo, los Señores
Presidentes eramos todos albaceas testamentarios de Felipe II y si vemos
un poco las divisiones Municipales que la Corona de España nos dejó...
ahí están los países, estaban delineados los países ya un poquito más
allá de 1492. Todo eso es un poco artificial y estamos haciendo un
esfuerzo para eliminarla y creo que es un gran camino para atender un
Continente, no más fuerte, no me interesa ser tan fuerte, pero sí más
libre y más justo; y por tanto hacer que la gente sea un poco más feliz
en este corto tiempo que anda arriba de esta tierra. Que tengan mucha
suerte y muchas gracias por haber venido a poder darme la oportunidad de
decirles estas pocas cosas, que son una forma de catarsis...uno descarga
lo que le contó el Ministro de Economía por la mañana; y al fin al cabo
es eso, no estoy casado con Ustedes pero les transfiero los problemas.