23/11/2000

BATLLE: HAY QUE ESTAR PREPARADOS PARA LOS CAMBIOS

"En el Uruguay y en el mundo se van operando cambios en la sociedad y hay que estar preparado para eso", expresó el Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle, en un discurso pronunciado en el Centro de Altos Estudios Nacionales (CALEN) a donde le fue presentado un estudio que se propone proyectar los posibles escenarios de la realidad de Uruguay en el año 2020.

Estas fueron las palabras pronunciadas por el primer mandatario

"En primer lugar, tengo que pedirles disculpas, son las nueve de la noche, les puedo asegurar que tanto a Uds. como a mí se nos enfría el asado; por lo menos tengo algunas personas en mi casa que están esperando para compartir una cena.

Y por tanto tengo que pedirles excusas, tengo que pedirles perdón porque la reunión empezó un poco más tarde. Siempre se van arrastrando las horas y cuando uno entra a Casa de Gobierno y con posterioridad tuve oportunidad de escuchar los informes que se iniciaron por los distintos medios oficiales que me dieron una información muy completa y pormenorizada de las actividades del CALEN, que han realizado, de las que han realizado, de las que están realizando en la actualidad y yo hice unas apreciaciones generales sobre las mismas, haciendo específica referencia al hecho de que, sin ninguna duda, este tipo de instituciones y este tipo de organizaciones, hoy, más que nunca, son absolutamente imprescindibles en la vida de las naciones. Hace muchos años, tanto como la historia misma del ser humano, las naciones a través de sus organizaciones estatales y de sus estructuras sociales, de sus individuos destacados toman decisiones, toman decisiones que hacen a la vida de los pueblos, que hacen a su destino, que hacen al éxito o al fracaso de los objetivos que se procuran cuando se toman esas decisiones.

Sin ninguna duda, en el mundo europeo y en el mundo americano, americano del Norte, en los últimos años, una cantidad muy importante de factores intervinieron para tomar esas decisiones. Factores que estaban vinculados no sólo a las estructuras institucionales, a los centros académicos y a los distintos grupos de acción sociales tanto en materia industrial como de servicios, sino fundamentalmente al bagaje histórico y cultural que todas esas naciones fueron acumulando a lo largo de tantos y tantos años de participar en los asuntos centrales de la vida del Universo conocido.

A nosotros en América, pese a nuestra relativa antigüedad, eso nos toma en buena medida fue al comienzo de esa tarea. Una tarea que si Uds. reflexionan en el pasado histórico advertirán que pese a que hace algunos cientos de años que andamos por este continente, y pese a que este continente en esos cientos de años recibió un bagaje cultural, un bagaje de estructuras tan firmes y tan sólidas que los recuerdos de Carlos V y de Felipe II siguen vivos en todas las administraciones latinoamericanas y pese a que uno de los primeros actos de la colonización española fue la de San Marcos, en Lima, lo cierto es que recién ahora estamos todos entrando a tomar en consideración la necesidad de ponernos delante de los hechos y tratar de descubrir los caminos para incorporarnos a los acontecimientos del porvenir. Lo que todavía no hemos podido lograr es que esos trabajos y esos estudios pasen más allá de los anaqueles. Cuando uno lee por ejemplo los informes de la CIDE, referidos por ejemplo a las medidas necesarias para reformar el régimen previsional en el Uruguay, los habían redactado algunos jóvenes que en aquel momento fueron tomados como técnicos para acompañar el trabajo que dirigió el entonces contador joven, Cr. Iglesias, los jóvenes que redactaron esos textos ya establecen cuál tenía que ser el camino que el Uruguay tenía que seguir en la materia y el que lo redactó fue un joven llamado Ricardo Zerbino. Por tanto si, tomamos los informes de la CIDE, y los leemos, vamos a ver que muchas de las cosas que hemos discutido y que hemos resuelto muchos años después, estaban allí y muchas de las cosas que tenemos que resolver y aún no hemos resuelto también están allí. Lo cierto es que en el mundo y también en el Uruguay se ha operado un cambio en la sociedad, como espejo y consecuencia de los cambios esperados en el mundo. La declinación desde los días que fueron muy fuertes en el pensamiento y en la acción de las naciones y en los grupos sociales abrió más el camino a otro tipo de observaciones y a otro tipo de análisis y a una realidad nueva que hoy en el mundo opera, y entró a juzgar si esa realidad es mejor que una anterior o no, pero es una realidad distinta y cambiante y además cambiante una manera uniformemente acelerada de casi inclusive, pese a la enorme información de que disponemos y a los métodos mucho más sofisticados que tenemos y a la maquinaria mucho más adecuada para analizarlos y para manejarlos, también igualmente difícil los análisis de prospectiva que acierten en esta realidad tan cambiante que el mundo nos muestra día a día.

Ello, de cualquier manera, nos obliga aún más a analizar los temas del orden de lo que Uds. han tratado, por ejemplo en el año pasado, y los que están tratando en este año, como temas centrales a lo que va a ser el destino de un pequeño país incrustado en una región tan importante como la va a ser para el mundo por su condición de proveedora de alimentos y su eventual condición de proveedora de conocimientos si es que nosotros damos el paso adecuado para instrumentar esta segunda faz de nuestra capacidad. Y por tanto, este tipo de instituciones como la que hoy constituimos en la Casa de Gobierno, inspirada por la ONUDI, en donde participa también un conjunto de gente para analizar lo que es la prospectiva tecnológica del país, como otras organizaciones son centrales a las decisiones que en materia política la sociedad uruguaya debe asumir, en un momento en que a mi juicio la sociedad uruguaya está muy proclive a esos cambios. Yo diría que la sociedad uruguaya en el pasado manifestó enorme resistencia a esos cambios. Que no fueron únicamente resistencias por modelos ideológicos, que fueron resistencias por el alto a una estabilidad con crecimiento que el Uruguay ofreció durante muchos y muchos años, muchas veces sin saber mucho por qué y muchas veces sin haber hecho el propósito adecuado para alcanzarlo, porque el país se benefició largamente de los conflictos internacionales que le posibilitaron al país mantener en aquella relación de costo-producto beneficios significativos en mérito a las necesidades que Europa tenía de lo que el Uruguay podía ofrecer.

Alcanzaría como estudio interesante para un joven que se va a recibir de sociólogo, hacer el análisis de lo que fue la evolución de las luchas frigoríficas, que en la época de la guerra ocupaba en el Cerro a 18.000 personas. Imagínense el reflejo sobre la vida, sobre el pensamiento, no de los que vivieron entonces que hoy ya no existen, sino de sus hijos y de sus nietos en un área, en una zona de la ciudad que estuvo tan terriblemente afectada sin oportunidad de sustitución, en donde se constituyeron pueblos enteros como en Nuevo París o en otras zonas, con gentes que venían en los convoyes que traían ganado y que eran hombres de campaña y que sabían manejar el cuchillo, y por tanto eran contratados para llegar a la faena y se quedaron a vivir y construyeron áreas pobladas en todas las zonas de la 20° Sección y de la 13° Sección y que un día se encontraron con que aquello terminaba y se escapaba la vida de debajo de los pies.

Y eso trajo una cantidad enorme de consecuencias. Y después que esta sociedad que estuvo acostumbrada a una estructura muy rígida, muy sólida, aparentemente y realmente en su momento muy exitosa, sufrió nuestra sociedad los embates de ese cambio. Y en los embates de un cambio no hay nada más conservador que el sentimiento humano de preservar lo que se tiene, y el riesgo de entrar al cuarto oscuro, que tiene un niño con miedo cuando sabe que no hay luz en el cuarto que entra, es casi parecido al riesgo que no se anima a asumir una colectividad cuando no sabe qué hay al día siguiente del cambio que le están ofertando. Mire qué cosas interesantes: Yo sentí próximo a la yugular la cuerda que me iba a colgar cuando anuncié que había que vender el oro, lo vendí hace poco tiempo y nadie se importó del asunto... De no haberlo vendido perdimos una oportunidad fantástica, perdimos cientos de millones de dólares que pagamos en intereses y que no aprovechamos de intereses y que ahora lo vendimos a un precio bastante pobre. Y eso no es porque los pueblos no quieran, es porque la sensación que muchas veces tienen los pueblos es como dirían los marinos: el pueblo está en estropada, una estropada que se hace difícil cambiar el rumbo y cuando más grande es la estropada, más difícil es cambiar el rumbo. Prevé de que las sociedades toman conciencia muchas veces o la mayor parte de las veces o casi todas las veces, toman conciencia con sufrimiento propio de las necesidades de cambio, llega un momento en lo que los cambios generacionales al mismo tiempo se están produciendo porque una generación según Ortega pone quince años. Piensen en quince años. Piensen en qué edad tenían los que hoy tienen cuarenta, qué edad tenían los que hoy tienen sesenta... y los que hoy como yo estamos arriba de setenta... para saber entonces cómo piensan los que tienen veinte y cómo todo eso conforma un Estado nuevo en esta sociedad que hace, no a los que la representan en organizaciones formales, sino a los que la constituyen mucho más permeable al tiempo que vendrá que al tiempo que fue. Mientras que los que la representan en organizaciones formales todavía están mucho más cerca del tiempo que se fue que del tiempo que vendrá.

Por tanto, estos estudios son centrales, enormemente importantes, enormemente desafiantes para poder reubicar esta sociedad, que está sensibilizada y que acepta con conciencia y con conocimiento los procesos de internalización en que vive y los procesos de cambio a los cuales debe asomarse inexorablemente.

Estos procesos son centrales para poder identificar en los distintos órdenes de la vida de esta sociedad los elementos que nos van a permitir ir encauzando su orientación y su dirección para alcanzar los objetivos que, sin ninguna duda, compartimos. No hay nadie que no comparta el objetivo de hacer una sociedad justa, de hacer una sociedad equitativa, de hacer una sociedad abierta, de oportunidades para todos. ¿Cuáles son los mecanismos, las ingenierías necesarias y adecuadas y los tiempos de que disponemos y cuál es el grado de importancia para elegir primero éste y no éste y tomar este camino o este atajo.

Y dejar esto que sabemos que lo tenemos que resolver para un tiempo que sentimos que no es el de hoy, mientras esto que aparece que no es el tiempo de hoy precisa ser resuelto inmediatamente para generar espacios para otras cosas.

Todo esto que además de haber sido los desafíos que se tuvieron necesidad de plantearse e intentar resolver todos los gobernantes y todos los dirigentes, tanto públicos como privados a lo largo de todos lo tiempos históricos en que les tocó vivir, hoy parecería que esos desafíos que los tienen que resolver igual, podrían ser o sentirse auxiliados por formaciones, por análisis o por estudios del tipo de lo que ustedes realizan. Por tanto, esperemos que los que estamos en el gobierno, no dejemos el estudio en el anaquel... por lo menos que retiremos del anaquel, lo miremos, lo leamos, para sentir, para discrepar porque además, la discrepancia es de donde viene el crecimiento...

La unanimidad es siempre sospechosa, mientras que la discrepancia es o el preguntarse por qué esto sí o por qué esto no, es lo que viene, la mayor parte de las veces, el cambio hacia el crecimiento de las comunidades.

Me siento honrado en saber de que en el Uruguay, aquí en este lugar, al igual que lo hay en otros lugares, un grupo de ciudadanos que representa las actividades de la profesión militar, las Fuerzas Armadas que nacieron antes de la propia Patria o con la Patria... y de los sectores privados, de la academia, de la industria, del comercio, de las profesiones, de la vida, están en condiciones de juntarse para trabajar y reflexionar. Y creo que es una tarea central al ser humano: reflexionar sobre el entorno y sobre sí mismo; ensimismarse, como diría Ortega, que es quizás una de las condiciones necesarias para justificar nuestra razón de ser, en el pasaje de la vida por nuestra Tierra ...

Por tanto, esta tarea es una tarea noble y es una tarea que seguramente nos va a ayudar a todos.

Muchísimas gracias, los felicito y deseo que en este impulso en que Uds. están encaminados entre ustedes y otras organizaciones que existen en el país en donde se muestra cada día más el interés por este tipo de reflexiones, podemos alcanzar algunas respuestas que asienten en los impulsos que tenemos que ordenar para promover los cambios que tenemos que hacer en la vida del Uruguay.

Yo tengo fe en eso, absoluta fe en ello, pero considero que el capital más formidable que tiene este país no es su belleza, ni su clima, que es bastante endemoniado, sino es realmente la gente de este país.

Muchísimas gracias y muy buenas noches."