27/11/2000
BATLLE EXALTO LA LABOR DE LA ESCUELA EN LA FORMACION URUGUAYA
A través de un resumen de la historia de su
vinculación al instituto Elbio Fernández, el Presidente de la
República, Dr. Jorge Batlle, exaltó el rol de la escuela en la
formación del pensamiento liberal de los ciudadanos de la República. El
primer mandatario habló esta tarde en el edificio Libertad al presentar
un libro de la profesora Diosma Piotti sobre la presencia del
"Elbio", precisamente, en la enseñanza del país.
PRESIDENTE BATLLE: ... Porque en la escuela no me
dejaban hablar; yo digo que en la historia de la vida, en la historia de
cada uno de nosotros, tiene momentos de alegría, momentos de tristeza,
momentos de honores extremados y de situaciones inimaginadas, no. Nunca
pude imaginar que iba a tener el enorme honor de ser el Presidente
de la República, luego de haber sido alumno en la escuela, en el liceo
después, miembro de la directiva del Elbio, compañero del amigo Fornaro
y del amigo Paullier y otros buenos amigos; miembro, además, como lo soy
todavía, de una sociedad de Amigos de la Educación Popular y en mi
condición de Presidente de la República, tener nada menos que la
felicidad y el honor de compartir con ustedes esta reunión, en este
momento en que se ha hecho público un trabajo que, sin ninguna duda, ha
de ser tan hermoso y tan brillante, como el Elbio se lo merece, como las
calidades y capacidades que nos a mostrado recientemente y todos
conocíamos, desde siempre, de la Profesora Diosma Piotti nos ha
señalado.
Es una felicidad enorme y me dirijo como Presidente,
pero más que como Presidente, como ciudadano, y más que como ciudadano o
tanto como, como ciudadano, a todos ustedes, particularmente al Profesor
Zolessi. Porque cuando yo entré al Elbio por primera vez, el Profesor
Zolessi todavía era demasiado joven para dar clase, puesto que si él
dice que tiene alguna mucha edad, me parece que andamos cerca uno del
otro. Fui alumno de su hermana, que me retaba bastante en la clase de
historia, les puedo asegurar. Y pasé en dos oportunidades por la
Institución, por esa formidable Institución que le ha hecho tanto honor
al país y tanto honor a la educación. Y les puedo asegurar a todos
ustedes que desde la posición que hoy estoy, me permite ver muchas cosas,
dentro y fuera del país. Uno de las cosas que más ve, cuando sale del
país es la enorme diferencia que supone para el Uruguay la tarea
educativa, la tarea escolar, de escolaridad que se ha hecho en el Uruguay
desde hace tantos y tantos años.
El domingo pasado fui a Rincón de la Torre, y Rincón
de la Torre es un pequeño paraje que está contra el Río San José,
viniendo por la Ruta 11, antes de llegar a la Zanja Honda se dobla a la
izquierda; es un camino que lleva a Rincón entre Cagancha y el San José,
Rincón de la Torre. Y me encontré con que el tambero me tenía guardada
una invitación para asistir a la celebración de una escuela, la escuela
de Rincón de la Torre, fundada en 1880; ciento veinte años. Cuando,
entonces, en 1880 en aquel lugar que aún próximo a Montevideo, pero
aislado, absolutamente aislado, sin comunicación de ningún tipo, ni
calidad, como en el resto del país, se levantaron a impulsos de este
grupo humano que fundó el Elbio Fernández, ese enorme caudal de cultura,
de conocimiento, de civilidad y de civilización que supuso el desarrollo
escolar; cómo, entonces, entiende por qué somos realmente un país,
quizás no el mejor, pero uno de los mejores, sin discusión alguna, en
este continente. Y eso tuvo su origen, básicamente, en la proyección
hacia todo el territorio nacional del esfuerzo de este grupo de jóvenes.
Este grupo de jóvenes que, cuando tomaron a su cargo
esta enorme tarea, eran realmente muy jóvenes; hoy en nuestra sociedad
uruguaya, cuando hablamos de alguna persona que tiene 50 años decimos
este muchacho y cuando buscamos a alguien que tiene responsabilidad de
conducir las cosas, está entre 50 o más; en aquel tiempo la mayor parte
de los que transformaron el país lo hicieron antes de los 30 años de
edad. Y toda está gente, toda está gente formidable, Carlos María
Ramírez, Vázquez Acevedo, Elbio Fernández, todos ellos; Varela, todos
ellos, se lanzaron a la vida con una capacidad formidable de absorber el
conocimiento que en el mundo existía, de incorporarlo y de transferirlo y
hacerlo acción en la sociedad. Éramos en aquel tiempo mucho más osados,
mucho más avanzados, mucho más arriesgados. Desde la nada fuimos capaces
de hacer todo y de hacer un gran país. Creo que más allá de las muchas
cosas que se pueden decir de cada uno, desde los muchos ángulos, de los
cuales aquí se han dicho cosas preciosas, como las ha dicho nuestro amigo
el actual Presidente del Directorio; como lo ha dicho Diosma, como lo ha
dicho el ilustre profesor Urta Melián, con tanta gracia y con tanta
certeza, y verdad profunda de lo que nos ha transmitido, una de las
grandes lecciones que uno recibe de los orígenes de las personas de está
institución, fue lo que ellos fueron capaces de proyectar sobre el país,
en aquel tiempo y desde las condiciones en las que vivieron. Seguramente,
la profesora Piotti en está tarea tan hermosa como es de hacer libros de
historia, en donde a contado con la colaboración inapreciable de los
amigos, y no paso un aviso, de Linardi Risso, esto es verdad; no crean que
estoy pidiendo rebaja en los libros, con Linardi es imposible; que tantas
cosas buenas han hecho por la cultura, habrá podido recorrer la vida de
Varela lo que fue su intento inicial y su decepción cuando llegó desde
el Río de la Plata hacia Europa, y vio el sistema político europeo. Y se
traslado a Estados Unidos y estuvo con Sarmiento, y se vínculo, por
iniciativa de Sarmiento, a las escuelas que, entre otros, dirigía el gran
Horacio Man, y tomó de allí todos los planteos que aún hoy están
vigentes en nuestra Educación Primaria; y que han hecho de nuestra
Educación Primaria el gran instrumento civilizador, transformador, al
influjo de aquella palabra de Sarmiento que le dijo: "bueno, si
querés hacer una República, la primera cosa que hay que hacer es formar
republicanos". Y la Escuela Elbio Fernández ha formado republicanos.
No en balde de sus filas han salido, muchos y muchos de los más
importantes gobernantes de este país, inclusive, casi todos los últimos
dignatarios más importantes; algún tiempito hemos pasado por ahí.
Algunos toda la escuela, otros un poco, otros todo el liceo, pero todos
hemos pasado por ahí. ¿Y por qué?. Por lo que dice el profesor Urta
Melián; por lo que dice, que es más importante el ser que el tener. Y
porque pese a que, como ese efecto pendular en las cosas de la vida, pese
a que sin ninguna duda, sin ninguna duda, el mundo en los últimos 25, 30
años se ha lanzado en pos de los bienes, y muchas veces esa disputa
terrible para adquirir los bienes y para tener los bienes, le ha hecho
daño a otras cosas centrales de la vida de la Humanidad; admitamos que
esa disputa por tener cosas fue también la consecuencia de que por
milenios nunca tuvieron nada la mayoría.
La tecnología que en los últimos 30 años ha
invadido, o 40 años, nuestras vidas, realmente, le ha posibilitado a los
más alcanzar cosas que nunca habían imaginado que eran capaces de
alcanzar. No se sabe, o quizás se sabe y no lo sabemos nosotros, los
registros de aquellos que murieron de frío, o que murieron de hambre, en
los países que hoy son los países más civilizados y más adelantados;
la peste negra diezmó a Europa, prácticamente la exterminó. La inmensa
mayoría de la gente vivía adorando el más allá, porque el más acá,
era el infierno real.
Y, sin ninguna duda, en los últimos años, las
sociedades al impulso de las transformaciones tecnológicas le han podido
acercar a una inmensa, una enorme cantidad de gente cosas que le han
mejorado su calidad de vida. Que le han mejorado la posibilidad de poder
tener tiempo para reflexionar, para pensar, para soñar, porque antes
apenas se tenía tiempo para sobrevivir.
Lo que pasa es que al tiempo que esas cosas llegan
también llegan con ellas otras, y hay que ver que ese es el objetivo de
la vida, el fin de la vida, la razón de la vida. Por eso es que me animé
a decir el 1? de marzo: "es mucho más importante el ser que el
tener". Porque si tener algo de lo mucho que el conocimiento da, es
por vivir, pero sin ser aún teniendo todo, no vale la pena vivir. Y si
algo he tenido como expresión de su naturaleza íntima y formativa, el
Elbio, es que nos ha tratado de enseñar a ser a todos. Algunos que
éramos alumnos medios indisciplinados, capaz que no aprendimos mucho,
pero que ellos trataron, trataron; y que lo siguen haciendo, lo siguen
haciendo. Y que lo seguirán haciendo por los tiempos de los tiempos, no
tengo ninguna duda. Y que estamos del brazo del Elbio construyendo lo
mejor para el país, creo que es el camino que nos han enseñado nuestros
mayores y el que tenemos que seguir.
Por tanto, es más que un día especial. Es un día de
felicidad para todos, y para mí es una oportunidad que nunca creí que
iba a tener. Pero que hoy si la tengo, la tengo para expresar lo que
siento, porque considero que, precisamente, por haberse saciado en los
seres humanos, como vocación mayor de existencia, el tener; la sociedad
demanda y reclama la revaloración de esa tabla de valores que nos vienen
desde siempre, que forman parte de nuestros orígenes, de nuestra cultura
más antigua, y que son, sin ninguna duda, las esencias sin las cuales las
sociedades no pueden encontrar ni armonía, ni las familias integración.
Estimados amigos, como ciudadano del Uruguay, como
Presidente de la República, siento como una obligación decirles, con
todos ustedes, larga vida a este formidable bastión de formación de
seres humanos libres, valientes, abiertos y dispuestos, desde sí, a
trabajar por la sociedad en que viven. Muchas felicidades a todos.