13/09/2000

BATLLE LLAMO A MODERNIZAR NUESTRA ACTIVIDAD GANADERA

El Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle, exhortó hoy a los productores pecuarios a hacer nuevos esfuerzos para actuar en forma cooperativa, modernizar sus técnicas y salir a conquistar mercados exteriores como forma de expandir el sector. El mandatario habló hoy en una reunión de expertos denominada "Proyecto de sustitución de la marca a fuego: identificación individual y trazabilidad", que tuvo lugar en la sede del Ministerio del ramo con presencia, entre otras jerarquías, del Ministro Ing. Agr. Gonzalo González. La siguiente es la alocución íntegra del Presidente.

Voy a decir dos o tres cosas. Siempre he tenido la oportunidad de sostener, a lo largo de mi ya larga actividad política, que el sector primario del Uruguay ha sido el que más capacidad ha demostrado para incorporar tecnologías y técnicas de producción a su actividad en relación a todas las demás actividades comerciales e industriales del Uruguay. Si uno observa lo que ha sido la incorporación de estos conocimientos a la producción, yo creo que uno puede decir que el sector primario ha estado siempre capacitado para llevar adelante transformaciones e incorporarlos a la actividad de todos los días.

Si algo nos ha faltado, es la posibilidad de que esos conocimientos se hayan extendido y hayan comprendido a la inmensa mayoría de los productores. De cualquier forma, tengo la más absoluta certeza de que el Uruguay y su producción primaria están en un momento en donde, si tomamos determinado tipo de decisiones, vamos a poder participar del juego mundial en primera división. Pero si no tomamos determinado tipo de decisiones, vamos a quedar afuera del mundial, puesto que la globalización tiene la fuerza -no conocida hasta ahora- de que aquel que no se comporta de determinada manera queda al lado del camino y no hay gobierno por fuerte que sea, ni asociación, federación o ninguna otra organización, por fuerte que sea, que esté en condiciones de transformar esa realidad si los productores no asumen esta necesidad de transformación. Es algo sí o sí. Es inexorable. Si empezamos, cada uno de nosotros, a discutir si eso se debe cambiar o no, vamos a quedar atrás en el tiempo y no vamos a poder sacar, de lo que producimos, los frutos a los cuales quienes producen tiene derecho a disfrutar.

Por tanto, me da la impresión de que todos debemos hacer un esfuerzo para concentrarnos en algunas transformaciones que son imprescindibles. Y esta es una de ellas. Nosotros, además, fuimos testigos de ello en Francia, donde nos pasó esto. Fuimos una noche invitados a cenar a una parrillada en el Café de la Paix. Era una parrillada bien puesta. Pedimos carne. Teófilo, por error, pidió un bife a la tártara y cuando le trajeron la carne cruda pegó una espantada como si fuera un redomón. Cuando estábamos comiendo la carne yo mandé buscar al maitre y le pedí que nos diera la trazabilidad. El me dijo que no tenía la más mínima idea de lo que le estaba hablando. Le pregunté dónde había comprado la carne. Yo quería saber el origen de la carne, quién la había cuidado, quién había criado a la vaca. Me dijo que iban al mercado, compraban la carne al por mayor, la dividían y nos la cobraban como podían. Y se acabó.

Pero al día siguiente fuimos a la fábrica y nos encontramos con que allí hacían medio millón de caravanas chipeadas. Medio millón por día. Las enviaban con nombre y apellido, en un paquete, a cada uno de los productores de Europa, que las incorporaba al ganado. Además advertimos que tenían un reglamento en Bruselas, que era como la apélation controlée en materia de vinos, lo cual significa que eso nos llega sí o sí. Y si no lo hacemos, ya no es que estemos matando una buena parte de nuestro ingreso, con las preciosas y enormes marcas que, superpuestas una a otra hasta tres veces, hacen que los cueros se deprecien, porque ya el comprador lo castiga antes de llegar diciendo que vale tanto menos, aunque sea mentira, aunque vayan todos los cueros sin marcar.

Ocurrió como cuando nosotros fuimos a Smithfield acompañando al señor Wilson Ferreira, y donde los compradores ingleses nos dijeron, "no, la de ustedes vale tanto menos que la de los argentinos". ¿Y porqué, si la carne es igual? Porque la de ellos nos llega lo doce meses. En cambio, la nuestra les llegaba solamente cuando había zafra y por tanto, como el comprador no tenía continuidad de la mercadería, directamente la depreciaba.

Quiere decir que esto es sí o sí. Claro que da trabajo, porque cualquier cambio, en cualquier sociedad, lo da. Y quizás en una sociedad pequeña, conservadora, que durante mucho tiempo tuvo términos de intercambio muy favorables, donde los valores unitarios y los costos de producción no se compadecían en cuanto a lo que es hoy sino que eran mucho menores y los de venta mucho mayores. Por tanto estas cosas no eran necesarias y además era más fácil ver una marca en el anca que en la quijada y era más fácil una marca a fuego que una marca fría y poner dos y tres en el tubo era más fácil que hacerlo en una pierna, entonces estas cosas son difíciles de asumir, pero si no las asumimos, nuestros derechos a quejarnos van a quedar incólumes pero su realidad se va a ver más disminuida y muy debilitada. Y esto me parece que es algo en donde el Ministerio, el gobierno y los técnicos del Ministerio lo podrán plantear, lo podrán organizar, pero son los productores los que tienen que hacerlo y son las sociedades agropecuarias y las federaciones las que tienen que promover todo esto entre los productores para que esta transformación se haga realidad rápidamente.

Además, señores, todavía no tenemos registrada en Estados Unidos la marca "Hereford Uruguay". La tramitación la está haciendo el gobierno. La solicitud a la Asociación Rural del Uruguay se la pedí yo el domingo pasado en la Exposición. Mientras los argentinos tienen registrada la marca Angus Argentina, el Uruguay no tiene registrada la marca Hereford Uruguay. Sin embargo tenemos el rodeo de Hereford más grande del planeta. Entonces, ¿qué vamos a vender? Tenemos que vender calidad, y para vender calidad tenemos que vender animales sanos, animales sin marca y animales con trazabilidad, porque además, acá, el machismo impera. Ustedes ven lo que les pasa a nuestras señoras. Cada seis meses cambian la moda. Lo que es moda no incómoda. Por el contrario, es un gran estímulo en beneficio de la economía nacional. Ahora la moda es esa. La moda es la ecología. La moda son los productos naturales. La moda es la trazabilidad. La inmensa mayoría de la gente sigue esa moda sin saber si el producto que le dan tiene realmente la conservación y guarda los parámetros que se dice son imprescindibles para obtener una nutrición sana. Porque si realmente tuvieran preocupación por la nutrición, la primera cosa que harían en Europa es no comer porque todos los productos lácteos de Europa están infectados de los productos químicos que le echan a la tierra, al punto de que uno va a Holanda y abre la canilla del agua, quiere tomar agua y la gente le dice, no, de esa agua no tome porque las tierras están saturadas de productos químicos y fertilizantes. ¿Y los patos que salen de allí? Son los que el ganado come, y el agua que toma es esa. Por tanto, si estamos haciendo un fuerte énfasis en materia de país natural, los únicos que pueden dar esa respuesta válida en el Cono Sur son los países de clima templado: sur del Brasil, Uruguay y Argentina.

Por lo tanto, no hay en el mundo lugar para la vaca. No hay. El único lugar donde la vaca puede producir un producto final de primera calidad sin que se le ponga dinero encima, por parte de la sociedad, es el hemisferio sur de clima templado: acá, Nueva Zelandia y Australia. No hay más. En los demás lugares, para tener un lugar arriba de la tierra, hay que pagar. La sociedad tiene que hacerlo. Cuando se habla de conservar la población rural en Europa no dicen la verdad, porque Italia está importando sesenta mil personas para trabajar en la tierra, porque no tiene quien lo haga.

No están defendiendo la vida del productor rural sino una industria organizada y amparada detrás del subsidio. Por lo tanto nosotros, que somos chicos pero podemos producir un volumen formidable de productos de calidad, si no damos los pasos necesarios para unirnos en la producción, para hacer una Conaprole al revés y ponerle calidad, por más esfuerzos que haga la sociedad, por más refinanciaciones que haga la sociedad, la función final no cierra. Esa es una cosa que debemos tenerla como una conciencia de todos nosotros y advertir que son los pasos imprescindibles que tiene que dar el Uruguay todo, independientemente de quien esté en el gobierno.

El gobierno no pretende que estén contentos con él. Para nada. ¡Si una de las funciones del gobierno es saber aguantar!. El gobierno, lo que pretende es que lo que los ciudadanos producen en el campo se den cuenta del problema real que tenemos todos en función de los precios y de todas las cosas que nos afectan negativamente y que se van a ir cambiando, por suerte. Hay otra cosa que es fundamental: no podemos pretender que nuestro éxito o rentabilidad surja de que mañana la lana valga cuatro dólares, porque si eso no va a valer cuatro dólares, tenemos que buscar mecanismos que nos permitan colocarlos en el mercado eliminando las trabas y las barreras que nos impiden adquirir o recibir, por lo que producimos, mejores precios.

Eso está en la base de la conversación. En North Carolina conocimos una cadena de restaurantes que vendía solamente carne argentina. Era lo mismo que la carne uruguaya, pero si nosotros no vamos a vender y no nos organizamos para ir a vender, si no organizamos la calidad de las cosas que vamos a remitir y si no ponemos la frutilla arriba de la torta -sino que vamos a estar pendientes de lo que nos vengan a comprar- entonces, nuestro lado del negocio va a ser siempre el lado peor. Esto, necesariamente, pasa por hacer una serie de modificaciones de esta naturaleza, entre las cuales yo creo que ésta es algo que no es la que va a transformar todo pero es un primer paso, que demuestra que la producción uruguaya, así como pudo eliminar la aftosa rodeado de países que la tenían, demostró que nuestros servicios veterinarios, junto a nuestros productores, eran capaces de hacer ese esfuerzo, ahora tenemos que hacer este otro esfuerzo y otros más en el futuro inmediato si queremos, además, aprovechar la coyuntura, porque la noticia que hoy recibí en la prensa es la de que el Brasil, desde el primer día actuó bien en el combate a la fiebre aftosa. El gobierno federal actuó con total transparencia. Debemos felicitar la gestión del gobierno de Brasil en esta materia. El gobierno de Paraguay ha decidido vacunar sus rodeos y transformarse, por un tiempo, en un país sin aftosa con vacunación y en Argentina están haciendo lo posible para controlar alguna situación que, al parecer, tuvo alguna génesis fronteriza. El Uruguay, gracias a su actuación, va a poder mantener un diferencial muy importante. Entonces, si a eso le agregamos otras cosas vamos a poder consolidar nuestra presencia en un mercado en donde ¡señores, no existimos! Vamos a ser realistas. Lo que hasta ahora hemos vendido, ha sido carne para hacer hamburguesas, no estamos haciendo carne para hacer el "prime beef", estamos vendiendo carne para hacer hamburguesas. Nuestros volúmenes han crecido pero para hacer hamburguesas. Y tenemos chance de hacer otras cosas en el mercado que es el mercado más importante. Así como estamos creciendo en EEUU, Canadá y en México, también estamos creciendo en Asia; y ahí, son los mercados a los que tenemos que apuntar porque son los mercados que tienen capacidad de compra, que tienen menos restricciones que otras. No digo que no tengan restricciones, pero tienen menos restricciones. Y para mí ese es un esfuerzo común y conjunto de hacer cosas. Y creo que mi presencia acá, obedece no al hecho de que haya tenido el gusto de ver esta cosa conjuntamente con un núcleo de personas capacitadas y representativas de las actividades productivas del Uruguay, sino porque creo que estas cosas son centrales a la vida del país, centrales a la vida del país. Debo decirles, para terminar, que cuando tuve que hacer, hace poco tiempo una exposición en la Argentina, ante los industriales y banqueros financista argentinos y extranjeros, utilicé como ejemplo el informe del Ministro de Economía de 1857 a la Asamblea Legislativa uruguaya para expresar cómo el país funcionaba económicamente pese a las dificultades civiles, institucionales, que tenía la sociedad uruguaya por entonces, ante casi todo el siglo XIX, y demostró que ellos se sustentaban en la producción primaria, en los números que hacía el ministro tenían todos que ver con la exportación al Brasil y a otros lugares del mundo de 250.000 cabezas, con la venta de cueros, y decía Hay un poquito de cuero, y de lana, y de cerda, y el ministro era el coronel Lorenzo Batlle, era mi bisabuelo. Lo hice para decir una vez más que creo que el gran futuro que tiene el Uruguay, además de la enorme importancia que tienen los servicios, en la producción diferenciada y cualitativa de los productos primarios. Creo en eso. Y desde mucho tiempo antes del acto electoral, he venido diciendo una simpleza, una simpleza que creo que es central: la vaca les gana. Como les gana el lanar de carne y el lanar de lana fina. Les gana. Porque es la tendencia de vivir de los seres humanos en el mundo. Es eso. No es un invento ni de este gobierno, ni de ningún gobierno ni de nadie. Siempre que lo hagamos dentro de parámetros y pautas que respondan a esa demanda. Y en ese sentido, en la medida de lo que podamos, dentro de las limitaciones financieras que el país vive y que las vamos a mantener, y que las vamos a mantener porque la estabilidad es un valor que no podemos perder y que tenemos que hacer un esfuerzo enorme por no perder en un momento que tenemos, sin ninguna duda, dificultades reales que las estamos enfrentando con decisión, esa estabilidad es la única cosa que nos va a permitir invertir con éxito desde estas transformaciones. Es desde estas transformaciones que vamos a crecer. Si no cambiamos, si no nos transformamos estaremos dando vuelta alrededor de la noria y siempre en el mismo lugar. Excúsenme que yo haya aprovechado esta oportunidad que me brinda Radio Sport para hacer no una catarsis sino expresar lo que siento, que por otra parte ha sido siempre mi manera de ser. He expresado siempre lo que siento: cuando estoy enojado todo el mundo se da cuenta; cuando estoy contento todo el mundo se da cuenta, desde el Presidente de la Asociación para abajo, todo el mundo se da cuenta si estoy enojado o si estoy contento. (Risas) Perdónenme. Muchas gracias. (Aplausos).