26/09/2000

BATLLE: NO SIEMPRE ES FACIL HABLAR DE LA HISTORIA DE NUESTROS PAISES

El Dr. Jorge Batlle se refirió al pasado común de uruguayos y paraguayos al agradecer al gobierno de ese país la condecoración de la Orden Nacional del Mérito, que le fue impuesta en acto solemne. El presidente uruguayo la caracterizó como "el símbolo de dos siglos de unidad entre nuestros pueblos" en el siguiente discurso.

"Sras y Sres Embajadores, recibo esta condecoración en nombre del pueblo del Uruguay. Esta condecoración que tanto nos honra y que la recibo en nombre del pueblo del Uruguay, de todos aquellos ciudadanos que hoy me acompañan en esta delegación. Es Sr. Presidente el símbolo de dos siglos de unidad entre paraguayos y uruguayos. En la expresión Sr. Presidente de aquellos ciudadanos héroes de vuestra patria y de la nuestra que nos representan y que son el símbolo de nuestra identidad, y que reflejan además todos aquellos valores que nuestros respectivos pueblos más quieren, más defienden y alrededor de los cuales han construido su existencia, su perfil propio, su capacidad de sobrellevar los momentos más difíciles, y su decisión de hacer firme el porvenir. Estas naciones, pequeñas en relación a otras muy grandes de América, pero sin ninguna duda grandes por lo que ha sido su fortaleza y su capacidad de enfrentar las dificultades que durante doscientos años hemos tenido sin pausa y sin cesar, han demostrado que Paraguay y Uruguay son sin ninguna duda, en América, conjuntamente con los demás países que conforman este continente, capaces de sumar un esfuerzo inteligente y un esfuerzo con vocación de libertad en favor de algo que está aún por hacerse y que es nuestra obligación llevar adelante.

Usted sabe, Sr. Presidente de la República, que la historia no es siempre fácil para hablar de ella ni para interpretarla. Véame usted a mi acá llevando el collar que recuerda al Sr. Mariscal López, y ese antecesor, mis ascendientes, estuvieron en la Guerra del Paraguay del lado del frente. Pero también supieron el momento adecuado de decirle al Paraguay, el Uruguay no quiere trofeos ni deudas de guerras y se la devolvieron al Paraguay en homenaje a lo que fue esa heroica lucha por su libertad. Sin embargo, si nosotros miramos la historia, aquella historia veremos que todas las cosas sucedieron porque en el fondo, todos sentimos en aquel momento, y ellos sintieron en aquel momento, que el Plata y toda esta zona era un lugar de vida común y todos sintieron entonces las obligaciones de participar en los hechos que conformaban las naciones que recién estaban naciendo a la luz de la vida; y así fue que durante todos esos años, volcánicos años, duros y dolorosos años en donde tanta vida quedó sobre la tierra, se fueron forjando estas naciones. El Paraguay sin duda ha sufrido mucho más que todas, mucho más que todas, y se tuvo que reconstruir desde la nada, desde la nada, y esas dificultades han signado muchas veces su vida y por eso si algo sienten los uruguayos que es la obligación de estar junto a los paraguayos. No crea usted que nuestra presencia acá es para robustecer su democracia; Paraguay no necesita de nadie para robustecer su democracia. Es capaz de hacerlo solo y muy capaz de hacerlo solo porque ha sido capaz de enfrentar cosas mucho más difíciles a lo largo de su historia. Pero sepa usted que nos tiene a su lado. Sepa usted y sepa cada paraguayo que nos tiene a su lado.

Creo Sr. Presidente que la empresa en la cual estamos hoy todas las naciones al comenzar este nuevo milenio es una formidable empresa, y seguramente, el Mariscal López y Artigas, y todos los demás héroes de esta patrias, San Martín, Nabucco, el grande Nabucco todos ellos nos han de estar mirando y pensando qué desafíos tenemos que llevar adelante. Tenemos una oportunidad histórica Sr. Presidente, si nos dejamos de cosas menores, si miramos el horizonte con perspectiva de los largos años que nos esperan para hacer crecer a nuestros países, es tanto y tanto lo que está en nuestras manos hacer, que esta formidable alarma de hoy, como dijeran los orientales en 1811, esta formidable alarma de hoy de seguro nos va a llevar por buen camino.

Señor Presidente recibo esta condecoración no sólo en representación del pueblo del Uruguay, sino además en representación de todas las fuerzas políticas y sociales del Uruguay. Es a ellas a quien usted ha condecorado reconociéndole en ellas la amistad que siempre el Uruguay le ha profesado, y el cariño que siempre el Uruguay le ha profesado al Paraguay. Y cuando tenga el gusto, el enorme gusto de entregarle a usted la nuestra, la condecoración con que el Uruguay hoy también hace a través de ella el homenaje al Paraguay, sepa que además de hacerlo a usted, que bien se lo merece, lo estamos haciendo a aquel pueblo que protegió a Artigas, que le salvó la vida y le dio paz en su soledad, que le permitió vivir entre los pájaros, los árboles y los ríos de este hermoso país, a donde llegó perseguido y derrotado, y en donde vivió para su grandeza y murió entre ustedes que hoy lo quieren y lo recuerdan de la misma manera que a sus propios héroes.

Señor Presidente, el Paraguay está en nuestros corazones, y hoy más que nunca. Muchas gracias Sr. Presidente."