04/04/2001

DISCURSO DEL PRESIDENTE BATLLE EN LA INAUGURACIÓN OFICIAL DE LA COSECHA DE ARROZ 2001 EN TREINTA Y TRES

Señor Presidente de la Federación de Cultivadores de Arroz, señores productores: Sin ninguna duda esta era una oportunidad a la cual yo no podía faltar. No sabía si el tiempo me iba a permitir pero yo no podía faltar a la reunión de hoy en primer lugar porque se trataba no solamente de la inauguración de la cosecha, cosa que no sé si podré venir en todos los años, pero en primer lugar porque se trataba de una oportunidad en la que ustedes de seguro iban a rendir el homenaje que le rindieron a don Pancho Gigena. Para demostrar una vez más que las cosas se hacen a partir del esfuerzo de los seres humanos, de los seres humanos capaces, inteligentes que tienen la fuerza de la perseverancia para superar la adversidad, que sin ninguna duda esta actividad --como muchas otras actividades del país-- a lo largo del tiempo han vivido, han sufrido y han superado.

En segundo lugar no podía dejar de venir porque como es un mal momento es cuando tiene el Gobierno que estar no solamente para acompañar las dificultades sino fundamentalmente para escuchar a quienes, con todo derecho, le reclaman al gobierno todas las soluciones. Yo sabía perfectamente que el amigo Manini no me iba a decir que yo era muy lindo, cosa que de ninguna manera lo podía hacer porque la circunstancia no da para eso y esa misma razón me impulsó a estar aquí entre ustedes.

Algunas cosas, sin embargo, quiero decir con respecto a lo que el amigo Manini dijo en representación de la Asociación de Cultivadores de Arroz y, digamos, de los productores en general. En primer lugar yo creo que los gobiernos de la República, y no hablo de éste porque éste puede ser el peor gobierno de todos los tiempos, yo considero que los gobiernos del Uruguay no han mostrado insensibilidad con respecto a la producción de arroz: no la han mostrado. Si alguna cosa es cierta a lo largo de estos años que han pasado, no de los últimos cuatro, ni cinco, ni diez, ni quince sino a lo largo de muchos años, es que el gobierno del Uruguay ha ido acompañando los esfuerzos de los productores de arroz. Yo soy suficientemente viejo como para haber pasado muchos inviernos y para haber recordado muchas instancias de muchas dificultades y haber participado no como actor, porque era simplemente a veces nada o a veces diputado o a veces senador --las más de las veces nada-- pero he sido testigo y he acompañado con mi voto cuando tuve que darlo o con mi apoyo personal o político cuando me fue dable darlo, a las muchas cosas a lo largo de los años que el Uruguay con los recursos de todos los uruguayos --de todos, de los que plantan arroz y de los que no plantan arroz-- ha invertido en beneficio de una actividad que todo el Uruguay consideró siempre que es una actividad provechosa para el país y por ende que trata de que sea naturalmente provechosa para los que la hacen. A través de muchas cosas: a través de programas y contratos que hemos hecho en el mundo internacional para mejorar condiciones de infraestructura, a través de deducciones de impuestos, a través de ayudas, de modificaciones en valores de combustibles, a través de algo que forma parte del gobierno y ha formado siempre parte del gobierno que ha sido el Banco de la República. El Banco de la República que, como cualquier otro banco, vive de recursos que se generan a partir de las circunstancias operativas que el Banco tiene. El Banco no tiene un manantial en el sótano de donde surge dinero. Eso en el Banco no existe: ni en éste Banco ni en ningún banco.

El gobierno por otra parte sabe, y supo, de las dificultades de la producción en virtud del hecho de que los precios se derrumbaron en los mercados, precios que los propios productores cuando hacen el planteo de su refinanciación ponen en un eje de nueve dólares con treinta el arrendamiento, son precios que lamentablemente en el mercado no existen ya desde hace más de una zafra. Las circunstancias por las cuales ellos no existen algunas son de dominio público, otras no son tanto, pero no existen. Nadie en el gobierno es responsable de que los tailandeses estén ofreciendo arroz a 170 dólares, nadie. El gobierno no es responsable de la baja de esos precios internacionales, como que el gobierno no fue responsable de que la leche se vendiera a menos de once centavos de dólar, y el gobierno tampoco fue responsable de que los precios del ganado bajaran y de que tuviéramos un sistema de cuotas en Europa que nos haya impedido cambiar el nivel de nuestra exportación en los últimos 30 años.

Sin ninguna duda, estos son hechos que castigan, fundamentalmente, a las economías de los países pequeños que viven, fundamentalmente de la producción primaria y del valor agregado que se le pueda dar a ella. En donde el Uruguay, sin ninguna duda también, ha sufrido en los últimos treinta años desembates de esa situación, situación que no se resuelve apelando a gastos indebidos de las naciones.

Cuando el gobierno tiene que tomar una medida y no la toma, no es porque al Presidente no le guste dejar contento a los arroceros. Al Presidente le gusta dejar contentos a los arroceros, dejar contentos a los lecheros, dejar contentos a los panaderos, dejar contentos a los trigueros, dejar contentos a los ganaderos, dejar contentos a los operarios, dejar contentos a los industriales y a los comerciantes. Ahora, para dejar contento a todo el mundo y olvidarse de los problemas hay que tener una suerte de dinero que en el Uruguay no existe. O si no, darle a todo el mundo como un gran obsequio, una formidable inflación que destroza todas las economías. Y este Gobierno, no lo ha hecho ni lo va a hacer. Aunque tenga que ser duro, el Gobierno dice que su primera preocupación es cuidar el nivel inflacionario y el nivel de equilibrio fiscal del país. El Gobierno tampoco apela a tener comprensión porque haya recogido de la realidad, - y no de la administración anterior ni de la otra-, de la realidad, de la que el país vivió en el año de 1999, un déficit enorme, muy grande, que no baja de lo que fue casi 800 millones de dólares. Conclusión, de hecho es que vivimos todos en el 99. Y que no podíamos resolver devaluando la moneda, porque eso hubiera sido un incendio mucho peor y hubiéramos hecho mucho más daño a todo el mundo.

Pero el Gobierno dice que, pese a esa dificultad, hemos conseguido mantener una situación que frente a nuestros dos grandes países vecinos, se manifiesta claramente en el hecho que ocurrió la semana pasada.

En plena crisis del gobierno argentino, el Gobierno específicamente y a propósito, colocó una oferta de 40 millones de dólares en el mercado de bonos, nos ofrecieron 117, a 7.5% de interés, mientras que en ese mismo momento, la Argentina estaba pagando el 15% y el Brasil el 13%. Y esto es la consecuencia de haber tenido una política mesurada, que nos ha permitido llegar a estas circunstancias, no haber hecho cosas que si lo hubiéramos hecho de acuerdo a lo que se nos solicitó con todo derecho para los arroceros, teníamos que haberla repetido para los lecheros, para los ganaderos, para los horticultores, para los trigueros que vendieron a 90 dólares y para todo el mundo en el país que tiene igual derecho y que trabaja igual y produce igual y hace lo posible por producir y sobrevivir de su producción y que, para todos, hubiera sido lo mismo que apagar un incendio echando bencina. Y eso el Gobierno no lo hace, pese a que sabe que eso no le agrada a aquel que en cada lugar lo va a esperar y le va a pedir que le resuelva las cosas. Y yo sé que ustedes no están contentos porque yo les digo no le pudimos dar ese dinero porque no teníamos más posibilidades de hacerlo, sin generar, en la generalidad de la adecuación económica del país, una situación que no podíamos controlar.

Respeto, yo comprendo que ustedes están en su derecho de que esta expresión a ustedes no les guste, me parece que tienen todo el derecho del mundo a decir que esto está mal y que no les guste, pero nosotros, desde el Gobierno, tenemos que cuidar la economía global, porque si no cuidamos la economía global, y arreglamos una cosa y no arreglamos lo demás, en primer lugar no tenemos fuerzas para impedir que los demás sectores nos pidan otro tanto. Y en segundo lugar, si decimos a todo el mundo que sí, la economía del país se descontrola totalmente, y los mismos que hoy nos piden, cuando eso suceda, mañana nos cuelgan,porque eso ha sucedido. Soy bastante viejo para haber visto estas cosas en el pasado y soy bastante viejo también para saber que lamentablemente cuando el viento se pone de la puerta hay que hacer, sí, muchos esfuerzos. Y por cierto que hay que hacerlos y por cierto que lo hemos tratado de hacer y trataremos de seguir haciéndolo. Por eso hemos tratado de colaborar con las intendencias para ver si podemos aliviar el proceso de las contribuciones inmobiliarias y por eso pretendemos generar por ejemplo un cambio para eliminar para siempre el aporte patronal en el campo y el aporte patronal en la industria y ver si cambiando un poco ese tipo de cosas podemos ir realmente abatiendo costos. Pero no crean ustedes, porque sería una falsa apreciación de parte del gobierno, que el gobierno está en condiciones de resolver así de un plumazo todos estos problemas económicos, porque sería una falsedad.

Ustedes me dirán, los mercados mejorarán, dijo el señor Manini, y yo ciertamente no sé si van a mejorar los mercados. Por suerte el señor Manini ha anunciado que van a mejorar, lo cual quiere decir que la situación va a ser mejor. Ojalá sea así. Ustedes me dirán por qué nosotros no hemos podido conseguir todavía mejor inserción en el mercado del mundo. Imagínense ustedes advierten el lío que yo tengo cada vez que digo que quiero hacer un acuerdo con los Estados Unidos. Hay una buena parte del país que dice que no. Cuando se habla de ir a una mayor globalización se juntan las fuerzas sociales por todos lados para decir que no, que quieren estar encerrados. Es como si dijéramos que podemos vivir sin exportar y si podemos vivir sin acceder a mercados, si precisamente el tema que ustedes tienen es ese. El tema que ustedes tienen es precisamente que los mercados de arroz son artificiales, no son reales. Los mercados de arroz son artificiales porque están movidos en sus precios por subsidios. Subsidios que ocurren en todos lados, que han ocurrido en mucho mayor grado en países próximos a nosotros y que existen en los Estados Unidos y que existen en Europa. Y que deforman todos los precios de todos los mercados. Lo mismo nos pasa con la carne, lo mismo nos pasa con otros productos, lo mismo nos pasa con la leche. Qué diferente seria el Uruguay si en vez de tener 20.000 toneladas de cuota de carne en los Estados Unidos tuviéramos 50.000 toneladas de cuota de carne, y qué le hace a ese país 50.000 toneladas. Nada. Y en vez de tener una cuotita de morondanga de queso tuviéramos diez veces más, que no le hace nada. Por supuesto. Pero es lo que me he pasado diciendo desde que he llegado a la actividad política y desde que he llegado al gobierno, que el tiempo que nosotros vivimos hasta la segunda guerra mundial, es tiempo de mercados abiertos. Mercados manejados por Inglaterra que eran mercados abiertos. Y por eso estos países crecieron. Estos países crecieron porque sus gobernantes fueron suficientemente capaces de aprovechar la existencia de esos mercados abiertos y hacer que el beneficio de ellos no se redujera al beneficio de unos pocos, sino que se extendiera por toda la sociedad. Y eso lo hicieron todos los Partidos y todos los dirigentes políticos del Uruguay de todos los sectores políticos y sociales durante todo el siglo XIX y durante la mitad del siglo XX. Pero a partir de entonces estamos en una situación completamente distinta, y nuestro acceso al MERCOSUR fue precisamente para ir agrandando esos mercados. Y qué nos encontramos cuando accedemos al MERCOSUR. Nos encontramos con todas las dificultades que han tenido ustedes los arroceros en Brasil. Y con las dificultades que eso ha generado de tratar de procurar en una negociación insistente y permanente y progresiva tratar de generar espacios para resolver esas dificultades. Lo mismo nos ha pasado con otros productos en el propio MERCOSUR. Es por eso que nosotros decimos, bueno, no será el momento de buscar también otras alianzas y por eso la administración anterior fue a buscar una alianza con México, a donde ustedes no pueden vender el arroz porque es un mercado que está cerrado para ustedes y está cerrado México para ustedes no por un problema sanitario ni por un problema de calidad sino por la influencia del arroz americano en el mercado mexicano. Todas esas cosas que han deformado el mercado son las que han contribuido a esta precipitación del mercado.

Pero en el Uruguay inclusive, más, el Uruguay ha hecho acuerdos en tiempos inclusive difíciles, políticos, para el Uruguay en el pasado, cuando el señor Pedro Ferrés, acompañado de otros ciudadanos en plena guerra entre el Irán y el Irak fueron al Irán para que para el Uruguay un mercado para el arroz. Y muchas veces hemos pagado el petróleo más caro, ¿para qué? Para que el arroz pudiera ser colocado, lo cual quiere decir que, si hay alguna cosa que el Uruguay ha hecho en el pasado, ha sido estar al lado de la producción de arroz bajo todas las formas posibles en la medida en que eso fue necesario para no quebrar un equilibrio macroeconómico que puede ser grave o que podría no serlo si tenemos la suerte de decir, bueno, hay hijos y hay entenados. Vamos a ayudar al lechero y a nadie más. O a los arroceros y a nadie más. Y esto el gobierno no lo puede hacer.

Que este gobierno, seguramente, no ha sido tan bueno como los demás, es posible que tengan ustedes razón. Que trataremos de mantener el equilibrio económico para que el país crezca y para que el crecimiento del país eso lo podamos invertir en bajar costos, nadie tenga ninguna duda que es así.

Que conozco la realidad de ustedes, no tan bien como ustedes, pero la conozco y que en la medida en que siento que esa realidad hoy precisa una cooperación mayor que la que ha tenido en otras oportunidades, también lo sé, porque también sé que esa cooperación mayor que la que ha tenido en otras oportunidades no quiere decir que las leyes del mercado no existan. Porque ¿por qué bajamos el 15% el área? Porque habíamos subido el área. ¿Y porqué no subimos el área? Porque el precio estaba bien. En un momento el precio estuvo muy bien y el área subió. Hubo gente que se incorporó a una plantación, que no lo hacía antes, porque el precio había subido. En ese momento, si nosotros, en el gobierno, le hubiéramos dicho a los que estaban entonces en los productores, por favor, no planten más porque esto mañana va a bajar, ¿qué nos hubieran dicho?

Quiere decir, señores, que espero que el amigo Manini tenga razón y que los precios mejoren, en primer lugar. En segundo lugar: estamos dispuestos a hacer todos los esfuerzos posibles, no tengan dudas. Porque el Banco República va a seguir con la sensibilidad que el señor Manini dijo, que ha tenido, que conociendo además que forma parte del gobierno. Porque se podrán imaginar que se diga que el Banco República tenga menos sensibilidad. Porque no tiene recursos, capaz que la tiene. Y por tanto, cuando el Banco República actúa es porque el gobierno, que tiene mayoría en el Banco República, porque los cinco miembros del directorio trabajan de acuerdo, es porque están de acuerdo en esa expresión de sensibilidad, dentro de los recursos posibles de un Banco.

Este ciudadano hace poco tiempo dijo que el Banco había perdido 250 millones de dólares y yo dejo porque seguir mintiendo a nosotros mismos no sirve para nada. Las cosas hay que hacerlas como hicimos con la aftosa, no esperar ocho meses para hacerlas. El Banco República, ¿saben de qué vive? Vive del crédito social, a 40% de interés, que es lo que mantiene al Banco República. Si no fuera por eso, el Banco República tendría que cerrar las puertas. Por tanto, señores, vivimos en un contexto difícil, sí, señores, vivimos en un contexto difícil, en donde el precio se ha derrumbado, es una cosa real, necesitamos tener ayudas y en la medida en que el gobierno pueda desequilibrar la cosa, el gobierno va a ayudar. ¿Qué más quiere el Presidente de la República que venir a inaugurar una zafra donde todo el mundo lo aplauda? Ya se sabe que quiere eso un Presidente de la República. Ojalá lo pudiera hacer. Ojalá les pudiera decir: les vamos a dar todo lo que pidan, y más. Ojalá, pero siempre que eso no altere la economía global de la República, porque si no, por beneficiar a algunos, que son importantes, y que generan trabajo y riqueza, estamos perjudicando a muchos que también son importantes, que también generan trabajo y que también generan riqueza. Ojalá el amigo Manini acierte y que los precios mejoren. La salida de esta zafra demostrará, una vez más, que los arroceros saben trabajar. Muchas gracias.