DISCURSO DEL PRESIDENTE BATLLE EN LA INAUGURACIÓN
OFICIAL DE LA COSECHA DE ARROZ 2001 EN TREINTA Y TRES
Señor Presidente de la Federación de Cultivadores de
Arroz, señores productores: Sin ninguna duda esta era una oportunidad a
la cual yo no podía faltar. No sabía si el tiempo me iba a permitir pero
yo no podía faltar a la reunión de hoy en primer lugar porque se trataba
no solamente de la inauguración de la cosecha, cosa que no sé si podré
venir en todos los años, pero en primer lugar porque se trataba de una
oportunidad en la que ustedes de seguro iban a rendir el homenaje que le
rindieron a don Pancho Gigena. Para demostrar una vez más que las cosas
se hacen a partir del esfuerzo de los seres humanos, de los seres humanos
capaces, inteligentes que tienen la fuerza de la perseverancia para
superar la adversidad, que sin ninguna duda esta actividad --como muchas
otras actividades del país-- a lo largo del tiempo han vivido, han
sufrido y han superado.
En segundo lugar no podía dejar de venir porque como
es un mal momento es cuando tiene el Gobierno que estar no solamente para
acompañar las dificultades sino fundamentalmente para escuchar a quienes,
con todo derecho, le reclaman al gobierno todas las soluciones. Yo sabía
perfectamente que el amigo Manini no me iba a decir que yo era muy lindo,
cosa que de ninguna manera lo podía hacer porque la circunstancia no da
para eso y esa misma razón me impulsó a estar aquí entre ustedes.
Algunas cosas, sin embargo, quiero decir con respecto a
lo que el amigo Manini dijo en representación de la Asociación de
Cultivadores de Arroz y, digamos, de los productores en general. En primer
lugar yo creo que los gobiernos de la República, y no hablo de éste
porque éste puede ser el peor gobierno de todos los tiempos, yo considero
que los gobiernos del Uruguay no han mostrado insensibilidad con respecto
a la producción de arroz: no la han mostrado. Si alguna cosa es cierta a
lo largo de estos años que han pasado, no de los últimos cuatro, ni
cinco, ni diez, ni quince sino a lo largo de muchos años, es que el
gobierno del Uruguay ha ido acompañando los esfuerzos de los productores
de arroz. Yo soy suficientemente viejo como para haber pasado muchos
inviernos y para haber recordado muchas instancias de muchas dificultades
y haber participado no como actor, porque era simplemente a veces nada o a
veces diputado o a veces senador --las más de las veces nada-- pero he
sido testigo y he acompañado con mi voto cuando tuve que darlo o con mi
apoyo personal o político cuando me fue dable darlo, a las muchas cosas a
lo largo de los años que el Uruguay con los recursos de todos los
uruguayos --de todos, de los que plantan arroz y de los que no plantan
arroz-- ha invertido en beneficio de una actividad que todo el Uruguay
consideró siempre que es una actividad provechosa para el país y por
ende que trata de que sea naturalmente provechosa para los que la hacen. A
través de muchas cosas: a través de programas y contratos que hemos
hecho en el mundo internacional para mejorar condiciones de
infraestructura, a través de deducciones de impuestos, a través de
ayudas, de modificaciones en valores de combustibles, a través de algo
que forma parte del gobierno y ha formado siempre parte del gobierno que
ha sido el Banco de la República. El Banco de la República que, como
cualquier otro banco, vive de recursos que se generan a partir de las
circunstancias operativas que el Banco tiene. El Banco no tiene un
manantial en el sótano de donde surge dinero. Eso en el Banco no existe:
ni en éste Banco ni en ningún banco.
El gobierno por otra parte sabe, y supo, de las
dificultades de la producción en virtud del hecho de que los precios se
derrumbaron en los mercados, precios que los propios productores cuando
hacen el planteo de su refinanciación ponen en un eje de nueve dólares
con treinta el arrendamiento, son precios que lamentablemente en el
mercado no existen ya desde hace más de una zafra. Las circunstancias por
las cuales ellos no existen algunas son de dominio público, otras no son
tanto, pero no existen. Nadie en el gobierno es responsable de que los
tailandeses estén ofreciendo arroz a 170 dólares, nadie. El gobierno no
es responsable de la baja de esos precios internacionales, como que el
gobierno no fue responsable de que la leche se vendiera a menos de once
centavos de dólar, y el gobierno tampoco fue responsable de que los
precios del ganado bajaran y de que tuviéramos un sistema de cuotas en
Europa que nos haya impedido cambiar el nivel de nuestra exportación en
los últimos 30 años.
Sin ninguna duda, estos son hechos que castigan,
fundamentalmente, a las economías de los países pequeños que viven,
fundamentalmente de la producción primaria y del valor agregado que se le
pueda dar a ella. En donde el Uruguay, sin ninguna duda también, ha
sufrido en los últimos treinta años desembates de esa situación,
situación que no se resuelve apelando a gastos indebidos de las naciones.
Cuando el gobierno tiene que tomar una medida y no la
toma, no es porque al Presidente no le guste dejar contento a los
arroceros. Al Presidente le gusta dejar contentos a los arroceros, dejar
contentos a los lecheros, dejar contentos a los panaderos, dejar contentos
a los trigueros, dejar contentos a los ganaderos, dejar contentos a los
operarios, dejar contentos a los industriales y a los comerciantes. Ahora,
para dejar contento a todo el mundo y olvidarse de los problemas hay que
tener una suerte de dinero que en el Uruguay no existe. O si no, darle a
todo el mundo como un gran obsequio, una formidable inflación que
destroza todas las economías. Y este Gobierno, no lo ha hecho ni lo va a
hacer. Aunque tenga que ser duro, el Gobierno dice que su primera
preocupación es cuidar el nivel inflacionario y el nivel de equilibrio
fiscal del país. El Gobierno tampoco apela a tener comprensión porque
haya recogido de la realidad, - y no de la administración anterior ni de
la otra-, de la realidad, de la que el país vivió en el año de 1999, un
déficit enorme, muy grande, que no baja de lo que fue casi 800 millones
de dólares. Conclusión, de hecho es que vivimos todos en el 99. Y que no
podíamos resolver devaluando la moneda, porque eso hubiera sido un
incendio mucho peor y hubiéramos hecho mucho más daño a todo el mundo.
Pero el Gobierno dice que, pese a esa dificultad, hemos
conseguido mantener una situación que frente a nuestros dos grandes
países vecinos, se manifiesta claramente en el hecho que ocurrió la
semana pasada.
En plena crisis del gobierno argentino, el Gobierno
específicamente y a propósito, colocó una oferta de 40 millones de
dólares en el mercado de bonos, nos ofrecieron 117, a 7.5% de interés,
mientras que en ese mismo momento, la Argentina estaba pagando el 15% y el
Brasil el 13%. Y esto es la consecuencia de haber tenido una política
mesurada, que nos ha permitido llegar a estas circunstancias, no haber
hecho cosas que si lo hubiéramos hecho de acuerdo a lo que se nos
solicitó con todo derecho para los arroceros, teníamos que haberla
repetido para los lecheros, para los ganaderos, para los horticultores,
para los trigueros que vendieron a 90 dólares y para todo el mundo en el
país que tiene igual derecho y que trabaja igual y produce igual y hace
lo posible por producir y sobrevivir de su producción y que, para todos,
hubiera sido lo mismo que apagar un incendio echando bencina. Y eso el
Gobierno no lo hace, pese a que sabe que eso no le agrada a aquel que en
cada lugar lo va a esperar y le va a pedir que le resuelva las cosas. Y yo
sé que ustedes no están contentos porque yo les digo no le pudimos dar
ese dinero porque no teníamos más posibilidades de hacerlo, sin generar,
en la generalidad de la adecuación económica del país, una situación
que no podíamos controlar.
Respeto, yo comprendo que ustedes están en su derecho
de que esta expresión a ustedes no les guste, me parece que tienen todo
el derecho del mundo a decir que esto está mal y que no les guste, pero
nosotros, desde el Gobierno, tenemos que cuidar la economía global,
porque si no cuidamos la economía global, y arreglamos una cosa y no
arreglamos lo demás, en primer lugar no tenemos fuerzas para impedir que
los demás sectores nos pidan otro tanto. Y en segundo lugar, si decimos a
todo el mundo que sí, la economía del país se descontrola totalmente, y
los mismos que hoy nos piden, cuando eso suceda, mañana nos
cuelgan,porque eso ha sucedido. Soy bastante viejo para haber visto estas
cosas en el pasado y soy bastante viejo también para saber que
lamentablemente cuando el viento se pone de la puerta hay que hacer, sí,
muchos esfuerzos. Y por cierto que hay que hacerlos y por cierto que lo
hemos tratado de hacer y trataremos de seguir haciéndolo. Por eso hemos
tratado de colaborar con las intendencias para ver si podemos aliviar el
proceso de las contribuciones inmobiliarias y por eso pretendemos generar
por ejemplo un cambio para eliminar para siempre el aporte patronal en el
campo y el aporte patronal en la industria y ver si cambiando un poco ese
tipo de cosas podemos ir realmente abatiendo costos. Pero no crean
ustedes, porque sería una falsa apreciación de parte del gobierno, que
el gobierno está en condiciones de resolver así de un plumazo todos
estos problemas económicos, porque sería una falsedad.
Ustedes me dirán, los mercados mejorarán, dijo el
señor Manini, y yo ciertamente no sé si van a mejorar los mercados. Por
suerte el señor Manini ha anunciado que van a mejorar, lo cual quiere
decir que la situación va a ser mejor. Ojalá sea así. Ustedes me dirán
por qué nosotros no hemos podido conseguir todavía mejor inserción en
el mercado del mundo. Imagínense ustedes advierten el lío que yo tengo
cada vez que digo que quiero hacer un acuerdo con los Estados Unidos. Hay
una buena parte del país que dice que no. Cuando se habla de ir a una
mayor globalización se juntan las fuerzas sociales por todos lados para
decir que no, que quieren estar encerrados. Es como si dijéramos que
podemos vivir sin exportar y si podemos vivir sin acceder a mercados, si
precisamente el tema que ustedes tienen es ese. El tema que ustedes tienen
es precisamente que los mercados de arroz son artificiales, no son reales.
Los mercados de arroz son artificiales porque están movidos en sus
precios por subsidios. Subsidios que ocurren en todos lados, que han
ocurrido en mucho mayor grado en países próximos a nosotros y que
existen en los Estados Unidos y que existen en Europa. Y que deforman
todos los precios de todos los mercados. Lo mismo nos pasa con la carne,
lo mismo nos pasa con otros productos, lo mismo nos pasa con la leche.
Qué diferente seria el Uruguay si en vez de tener 20.000 toneladas de
cuota de carne en los Estados Unidos tuviéramos 50.000 toneladas de cuota
de carne, y qué le hace a ese país 50.000 toneladas. Nada. Y en vez de
tener una cuotita de morondanga de queso tuviéramos diez veces más, que
no le hace nada. Por supuesto. Pero es lo que me he pasado diciendo desde
que he llegado a la actividad política y desde que he llegado al
gobierno, que el tiempo que nosotros vivimos hasta la segunda guerra
mundial, es tiempo de mercados abiertos. Mercados manejados por Inglaterra
que eran mercados abiertos. Y por eso estos países crecieron. Estos
países crecieron porque sus gobernantes fueron suficientemente capaces de
aprovechar la existencia de esos mercados abiertos y hacer que el
beneficio de ellos no se redujera al beneficio de unos pocos, sino que se
extendiera por toda la sociedad. Y eso lo hicieron todos los Partidos y
todos los dirigentes políticos del Uruguay de todos los sectores
políticos y sociales durante todo el siglo XIX y durante la mitad del
siglo XX. Pero a partir de entonces estamos en una situación
completamente distinta, y nuestro acceso al MERCOSUR fue precisamente para
ir agrandando esos mercados. Y qué nos encontramos cuando accedemos al
MERCOSUR. Nos encontramos con todas las dificultades que han tenido
ustedes los arroceros en Brasil. Y con las dificultades que eso ha
generado de tratar de procurar en una negociación insistente y permanente
y progresiva tratar de generar espacios para resolver esas dificultades.
Lo mismo nos ha pasado con otros productos en el propio MERCOSUR. Es por
eso que nosotros decimos, bueno, no será el momento de buscar también
otras alianzas y por eso la administración anterior fue a buscar una
alianza con México, a donde ustedes no pueden vender el arroz porque es
un mercado que está cerrado para ustedes y está cerrado México para
ustedes no por un problema sanitario ni por un problema de calidad sino
por la influencia del arroz americano en el mercado mexicano. Todas esas
cosas que han deformado el mercado son las que han contribuido a esta
precipitación del mercado.
Pero en el Uruguay inclusive,
más, el Uruguay ha hecho acuerdos en tiempos inclusive difíciles,
políticos, para el Uruguay en el pasado, cuando el señor Pedro Ferrés,
acompañado de otros ciudadanos en plena guerra entre el Irán y el Irak
fueron al Irán para que para el Uruguay un mercado para el arroz. Y
muchas veces hemos pagado el petróleo más caro, ¿para qué? Para que el
arroz pudiera ser colocado, lo cual quiere decir que, si hay alguna cosa
que el Uruguay ha hecho en el pasado, ha sido estar al lado de la
producción de arroz bajo todas las formas posibles en la medida en que
eso fue necesario para no quebrar un equilibrio macroeconómico que puede
ser grave o que podría no serlo si tenemos la suerte de decir, bueno, hay
hijos y hay entenados. Vamos a ayudar al lechero y a nadie más. O a los
arroceros y a nadie más. Y esto el gobierno no lo puede hacer.
Que este gobierno, seguramente, no ha sido tan bueno
como los demás, es posible que tengan ustedes razón. Que trataremos de
mantener el equilibrio económico para que el país crezca y para que el
crecimiento del país eso lo podamos invertir en bajar costos, nadie tenga
ninguna duda que es así.
Que conozco la realidad de ustedes, no tan bien como
ustedes, pero la conozco y que en la medida en que siento que esa realidad
hoy precisa una cooperación mayor que la que ha tenido en otras
oportunidades, también lo sé, porque también sé que esa cooperación
mayor que la que ha tenido en otras oportunidades no quiere decir que las
leyes del mercado no existan. Porque ¿por qué bajamos el 15% el área?
Porque habíamos subido el área. ¿Y porqué no subimos el área? Porque
el precio estaba bien. En un momento el precio estuvo muy bien y el área
subió. Hubo gente que se incorporó a una plantación, que no lo hacía
antes, porque el precio había subido. En ese momento, si nosotros, en el
gobierno, le hubiéramos dicho a los que estaban entonces en los
productores, por favor, no planten más porque esto mañana va a bajar,
¿qué nos hubieran dicho?
Quiere decir, señores, que espero que el amigo Manini
tenga razón y que los precios mejoren, en primer lugar. En segundo lugar:
estamos dispuestos a hacer todos los esfuerzos posibles, no tengan dudas.
Porque el Banco República va a seguir con la sensibilidad que el señor
Manini dijo, que ha tenido, que conociendo además que forma parte del
gobierno. Porque se podrán imaginar que se diga que el Banco República
tenga menos sensibilidad. Porque no tiene recursos, capaz que la tiene. Y
por tanto, cuando el Banco República actúa es porque el gobierno, que
tiene mayoría en el Banco República, porque los cinco miembros del
directorio trabajan de acuerdo, es porque están de acuerdo en esa
expresión de sensibilidad, dentro de los recursos posibles de un Banco.
Este ciudadano hace poco tiempo dijo que el Banco
había perdido 250 millones de dólares y yo dejo porque seguir mintiendo
a nosotros mismos no sirve para nada. Las cosas hay que hacerlas como
hicimos con la aftosa, no esperar ocho meses para hacerlas. El Banco
República, ¿saben de qué vive? Vive del crédito social, a 40% de
interés, que es lo que mantiene al Banco República. Si no fuera por eso,
el Banco República tendría que cerrar las puertas. Por tanto, señores,
vivimos en un contexto difícil, sí, señores, vivimos en un contexto
difícil, en donde el precio se ha derrumbado, es una cosa real,
necesitamos tener ayudas y en la medida en que el gobierno pueda
desequilibrar la cosa, el gobierno va a ayudar. ¿Qué más quiere el
Presidente de la República que venir a inaugurar una zafra donde todo el
mundo lo aplauda? Ya se sabe que quiere eso un Presidente de la
República. Ojalá lo pudiera hacer. Ojalá les pudiera decir: les vamos a
dar todo lo que pidan, y más. Ojalá, pero siempre que eso no altere la
economía global de la República, porque si no, por beneficiar a algunos,
que son importantes, y que generan trabajo y riqueza, estamos perjudicando
a muchos que también son importantes, que también generan trabajo y que
también generan riqueza. Ojalá el amigo Manini acierte y que los precios
mejoren. La salida de esta zafra demostrará, una vez más, que los
arroceros saben trabajar. Muchas gracias.