16/04/2001

DISCURSO DEL PRESIDENTE BATLLE EN ALMUERZO OFRECIDO EN SU HONOR POR LA CAMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA DE JAPÓN

Señor Inama, señores Presidentes de las Cámaras de Comercio del Japón, de las Cámaras de Industria del Japón, señores:

En mi condición de Presidente de la República Oriental del Uruguay, acompañados por los señores Ministros de Relaciones Exteriores, Economía, Medio Ambiente y Vivienda, y de los señores que integran nuestra comitiva, el Señor Embajador del Uruguay ante el Japón y los señores empresarios que nos acompañan desde el Uruguay, queremos agradecer esta recepción tan acogedora que nos han hecho ustedes hoy acá, en trasmitirles a ustedes el placer y el honor que significa para toda la delegación del Uruguay, compartir con ustedes esta mesa en nuestro primer viaje al Japón. Celebramos los primeros ochenta años de amistad y relaciones diplomáticas con el Japón. Ochenta años fructíferos, en los que hemos llevado adelante relaciones de amistad en el orden cultural, en el orden económico, en el orden comercial y en el orden político.

Uruguay es un pequeño país: 187.000 kilómetros cuadrados,- la mitad del Japón-, 3.400.000 habitantes, 11.000.000 de vacas, todas sanas, 14.000.000 de ovejas más sanas, 1.000.000 de toneladas de arroz muy bueno, buenos productos lácteos, buena alimentación, sana y natural. No tenemos, por suerte, terremotos, salvo financieros de los vecinos. Tratamos de conservar la condición de un país estable. Un país abierto, un país libre, con un alta y buena educación. Estamos celebrando los primeros diez años del MERCOSUR la capital del MERCOSUR pero todavía no funciona como debe funcionar. Le falta estructura institucional estable. No existe todavía una Secretaría Técnica del Mercosur. Y cuando tenemos problemas comerciales,- que son muchos-, los tenemos que resolver hablando los Presidentes por teléfono. Es un gran proyecto, que nos ha permitido crecer comercialmente mucho. Más del 40% del comercio exterior del Uruguay es con Argentina y Brasil. Estamos en un proceso en el cual tenemos confianza y esperanza. Al mismo tiempo, estamos participando de los acuerdos para conformar un mercado común desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Cuando partamos del Japón, vamos a ir a la Conferencia de Quebec, en donde todos los Presidentes de todos los países procuraremos consolidar ese acuerdo. Esperamos que esté en funcionamiento para el 1º de enero del 2005.

Nuestra relación comercial con Japón ha sido no solamente antigua, sino, -creo yo-, conveniente. Los productos industriales japoneses tienen en el Uruguay un mercado abierto y muy receptivo por la calidad de esos productos. Las grandes marcas japonesas son enormemente conocidas y adquiridas por los consumidores uruguayos. Nuestra expectativa es que progresivamente el mercado japonés reciba nuestros productos naturales. El comercio ha sido siempre como la sangre de los pueblos y la gran hacedora de su amistad. El comercio transmite cultura. El comercio consolida los regímenes políticos democráticos. Sin comercio las sociedades se asfixian. Es bueno, por tanto, que el comercio camine en direcciones recíprocas: de Japón para el Uruguay y del Uruguay para el Japón. Estamos seguros que nuestra visita contribuirá a consolidar esos lazos de amistad e intereses recíprocos. Los esperamos pronto a todos por el Uruguay, aunque no podemos asegurarle que vamos a ser tan eficaces como el gobierno local que nos ha dado este hermoso tiempo al recibirnos. Espero, entonces, que me permitan ustedes, brindar junto a todos, todos nuestros delegados aquí presentes, por la salud y la felicidad del Emperador y de su familia y del pueblo de Japón.