16/04/2001

DISCURSO DEL PRESIDENTE BATLLE EN SEMINARIO ORGANIZADO POR LA CÁMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA DE JAPÓN

PRESIDENTE BATLLE: Señor Gobernador; Señor Ministro de Japón para la Cooperación Internacional, Señores; Señoras: Sin ninguna duda para el Uruguay esta es una ocasión de enorme importancia y sobre todo también lo es para el Presidente, porque por primera vez va a escuchar a los Ministros hacer una exposición sobre el Uruguay y, por tanto, yo voy a ser muy breve, porque pienso que el interés fundamental de ustedes está en escuchar a los Señor Ministros que van a disertar sobre aspectos técnicos concretos de la marcha de nuestro pequeño país.

Quiero simplemente dar algunas ideas generales de aquello a lo cual está comprometido nuestro país. Naturalmente con la ayuda del Señor Jiroshi Shasuda y su crédito quizás nos podamos comprometer a llegar a la Copa del Mundo del 2002, aunque le aseguro que estamos más cerca de no venir que de venir. De cualquier manera, el MERCOSUR va a estar muy bien representado porque ya estamos totalmente aseguradas nuestras participaciones con Argentina, Brasil y Paraguay, aunque haremos un esfuerzo para poder volver al Japón.

El Uruguay es, como ustedes bien conocen, un país muy chico. Es apenas la mitad de la superficie de Japón y tiene un poco menos de habitantes: tienen 3: 400.000. Me decía recientemente un amigo japonés que todos los uruguayos cabíamos en un Gran Hotel de Japón. Somos apenas 3:400.000 Tenemos la ventaja de tener 12 millones de vacas y 16 millones de ovejas, todas absolutamente sanas, que hoy por hoy es una ventaja. No sé si estamos tan sanos nosotros, pero aseguramos que las vacas y las ovejas están sanas.

Tenemos desde siempre algunos compromisos que a lo largo de la historia hemos podido mantener, con las dificultades naturales de vivir en un mundo que no ha sido fácil. Durante el Siglo XIX hasta la II Guerra Mundial, Uruguay –y pienso que Argentina y Brasil y Chile otro tanto- vivimos dentro del sistema económico que en su momento primordialmente organizó el Imperio inglés. Para que tengan ustedes una idea, en 1868 en el Uruguay un dólar equivalía a 95 centésimos y en 1950, un dólar era un peso con 50 centésimos. Esta estabilidad económica y la existencia de un sistema económico abierto en el mundo nos permitió crecer en forma continuada y también nos permitió incorporar a nuestra sociedad una serie de beneficios que habilitaron al Uruguay a tener una organización política e institucional estable, una organización educativa amplia y un acceso bastante abierto a la sociedad a los efectos de que los ciudadanos pudieran crecer dentro de ella en libertad y por sí mismos.

Luego de la II Guerra Mundial, a igual que los países del área, sufrimos las consecuencias de los cambios de política que fundamentalmente tuvieron lugar en Europa. El comienzo de los acuerdos entre el Señor General de Gaulle y el Presidente de Alemania, el Señor Konrad Adenauer, determinó un cambio central de la política europea con respecto a la corriente natural de exportaciones del Uruguay a Europa. Los mercados desde entonces se cerraron para nosotros a tal grado que a mí me tocó participar como integrante de la delegación uruguaya que negoció el último acuerdo de carnes en Inglaterra en 1963. Por entonces, los precios nominales de la carne eran el doble de lo que son hoy en dólares: precios nominales, entonces, el doble de lo que son hoy. Y todavía existimos.

Esta situación, agregado a los temas políticos que sufrimos todos, determinaron en el área y también en el Uruguay dificultades económicas y, por ende, dificultades políticas, que fueron superadas y que en los últimos quince años nos han permitido a los distintos gobiernos ocupados por distintos partidos políticos, mantener una política de creciente apertura económica y de creciente estabilidad financiera, cosa esta que sin ninguna duda el Ministro de Economía va a explicar mejor que yo.

El Uruguay fue firmante de los acuerdos del MERCOSUR y participa de esta organización con un espíritu orientado a consolidarla institucionalmente. Hemos presentado, de la autoría del Señor Ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay, recientemente al MERCOSUR, un proyecto para estructuras tribunales permanentes que resuelvan las diferencias comerciales que se suscitan entre los socios para tener que obviar los trámites hasta ahora únicos efectivos que existen, que son las conversaciones entre los Presidentes. El Uruguay quiere además, y así lo ha planteado nuestro Ministerio de Relaciones, que la Secretaría Técnica del MERCOSUR cobre importancia creciente, para que cuando alguien quiera saber cuáles son los datos y las opiniones del MERCOSUR pueda referirse a una Secretaría y no a cada uno de los integrantes en forma independiente. El Uruguay participa, además, de las conversaciones para alcanzar un acuerdo en el ALCA y participaremos en Quebec con ese propósito la próxima semana. Uruguay está totalmente dispuesto a hacer los máximos esfuerzos para lograr el objetivo de organizar un mercado común desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Considera que ese es un hecho político central para el desarrollo estable de todos los países de América. El Uruguay quiere recordar que en 1992 la exportación global de México eran 29.000 millones de dólares por año: hoy equivale a 140.000 millones de dólares por año. Y quiere recordar que la exportación de la Argentina fue de 25.000 millones de dólares por año y la de Brasil 55.000, lo que hace que ambos países juntos exporten la mitad que México. Con lo que es claro, absolutamente claro, que solamente el comercio libre es el que permite que los países se desarrollen en paz. Si no hay comercio libre entre las naciones, es muy difícil alcanzar el crecimiento igualitario entre todas las naciones.

El Uruguay pretende, además, mantener y acrecentar su vinculación económica, financiera y comercial –además de política y cultural- con Japón y con los países del Asia, con quienes viene desarrollando una política creciente de intercambios. En el Japón, lo explicará el Ministro, hemos tenido una recepción favorable a la colocación de nuestra deuda externa y hoy estamos empeñados en acrecentar nuestro comercio a través de las relaciones que nuestros representantes de los sectores privados aquí presentes, y otros que han venido antes, lo están tratado de hacer en áreas como madera, como carne, como arroz, y con otros productos alimenticios naturales que tanto el Uruguay como otros países del MERCOSUR están en condiciones de proveer. Estamos, además, convencidos de que la conservación del medio ambiente es algo central para alcanzar esos objetivos y es una preocupación cada día mayor de los pueblos, por lo que el Uruguay ha firmado, ratificado, la Convención de Kyoto, porque entendemos que el aumento de la producción industrial así como el aumento de la producción natural, no se debe hacer a costa de la destrucción del medio ambiente en el cual todos vivimos y del cual todos pretendemos seguir viviendo. Cuando yo nací había menos de 2.000 millones de habitantes arriba de este Planeta; hoy hay 6.000 millones de habitantes y en pocos años habrá 8.000 millones de habitantes y tenemos que darles de comer a todos productos sanos, productos naturales, con garantía de que ello llegue aquí a la mesa de cada uno de los habitantes de este planeta y creemos que los países del MERCOSUR están en condiciones de proveer esa alimentación a muchos menores precios con mucho mejor calidad.

Pienso que con estas breves palabras más o menos pueden ustedes comprender cómo es nuestro país, a lo que solamente nos queda agregar que verá Señor Shasuda que es un lindo lugar para ir, hay buenas playas, se pasa muy bien; buenas carne –bastante más barata que acá- buenos amigos que los esperan con los brazos abiertos.