DISCURSO DEL PRESIDENTE BATLLE EN SEMINARIO ORGANIZADO
POR LA CÁMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA DE JAPÓN
PRESIDENTE BATLLE: Señor Gobernador; Señor Ministro
de Japón para la Cooperación Internacional, Señores; Señoras: Sin
ninguna duda para el Uruguay esta es una ocasión de enorme importancia y
sobre todo también lo es para el Presidente, porque por primera vez va a
escuchar a los Ministros hacer una exposición sobre el Uruguay y, por
tanto, yo voy a ser muy breve, porque pienso que el interés fundamental
de ustedes está en escuchar a los Señor Ministros que van a disertar
sobre aspectos técnicos concretos de la marcha de nuestro pequeño país.
Quiero simplemente dar algunas ideas generales de
aquello a lo cual está comprometido nuestro país. Naturalmente con la
ayuda del Señor Jiroshi Shasuda y su crédito quizás nos podamos
comprometer a llegar a la Copa del Mundo del 2002, aunque le aseguro que
estamos más cerca de no venir que de venir. De cualquier manera, el
MERCOSUR va a estar muy bien representado porque ya estamos totalmente
aseguradas nuestras participaciones con Argentina, Brasil y Paraguay,
aunque haremos un esfuerzo para poder volver al Japón.
El Uruguay es, como ustedes bien conocen, un país muy
chico. Es apenas la mitad de la superficie de Japón y tiene un poco menos
de habitantes: tienen 3: 400.000. Me decía recientemente un amigo
japonés que todos los uruguayos cabíamos en un Gran Hotel de Japón.
Somos apenas 3:400.000 Tenemos la ventaja de tener 12 millones de vacas y
16 millones de ovejas, todas absolutamente sanas, que hoy por hoy es una
ventaja. No sé si estamos tan sanos nosotros, pero aseguramos que las
vacas y las ovejas están sanas.
Tenemos desde siempre algunos compromisos que a lo
largo de la historia hemos podido mantener, con las dificultades naturales
de vivir en un mundo que no ha sido fácil. Durante el Siglo XIX hasta la
II Guerra Mundial, Uruguay –y pienso que Argentina y Brasil y Chile otro
tanto- vivimos dentro del sistema económico que en su momento
primordialmente organizó el Imperio inglés. Para que tengan ustedes una
idea, en 1868 en el Uruguay un dólar equivalía a 95 centésimos y en
1950, un dólar era un peso con 50 centésimos. Esta estabilidad
económica y la existencia de un sistema económico abierto en el mundo
nos permitió crecer en forma continuada y también nos permitió
incorporar a nuestra sociedad una serie de beneficios que habilitaron al
Uruguay a tener una organización política e institucional estable, una
organización educativa amplia y un acceso bastante abierto a la sociedad
a los efectos de que los ciudadanos pudieran crecer dentro de ella en
libertad y por sí mismos.
Luego de la II Guerra Mundial, a igual que los países
del área, sufrimos las consecuencias de los cambios de política que
fundamentalmente tuvieron lugar en Europa. El comienzo de los acuerdos
entre el Señor General de Gaulle y el Presidente de Alemania, el Señor
Konrad Adenauer, determinó un cambio central de la política europea con
respecto a la corriente natural de exportaciones del Uruguay a Europa. Los
mercados desde entonces se cerraron para nosotros a tal grado que a mí me
tocó participar como integrante de la delegación uruguaya que negoció
el último acuerdo de carnes en Inglaterra en 1963. Por entonces, los
precios nominales de la carne eran el doble de lo que son hoy en dólares:
precios nominales, entonces, el doble de lo que son hoy. Y todavía
existimos.
Esta situación, agregado a los temas políticos que
sufrimos todos, determinaron en el área y también en el Uruguay
dificultades económicas y, por ende, dificultades políticas, que fueron
superadas y que en los últimos quince años nos han permitido a los
distintos gobiernos ocupados por distintos partidos políticos, mantener
una política de creciente apertura económica y de creciente estabilidad
financiera, cosa esta que sin ninguna duda el Ministro de Economía va a
explicar mejor que yo.
El Uruguay fue firmante de los acuerdos del MERCOSUR y
participa de esta organización con un espíritu orientado a consolidarla
institucionalmente. Hemos presentado, de la autoría del Señor Ministro
de Relaciones Exteriores del Uruguay, recientemente al MERCOSUR, un
proyecto para estructuras tribunales permanentes que resuelvan las
diferencias comerciales que se suscitan entre los socios para tener que
obviar los trámites hasta ahora únicos efectivos que existen, que son
las conversaciones entre los Presidentes. El Uruguay quiere además, y
así lo ha planteado nuestro Ministerio de Relaciones, que la Secretaría
Técnica del MERCOSUR cobre importancia creciente, para que cuando alguien
quiera saber cuáles son los datos y las opiniones del MERCOSUR pueda
referirse a una Secretaría y no a cada uno de los integrantes en forma
independiente. El Uruguay participa, además, de las conversaciones para
alcanzar un acuerdo en el ALCA y participaremos en Quebec con ese
propósito la próxima semana. Uruguay está totalmente dispuesto a hacer
los máximos esfuerzos para lograr el objetivo de organizar un mercado
común desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Considera que ese es un hecho
político central para el desarrollo estable de todos los países de
América. El Uruguay quiere recordar que en 1992 la exportación global de
México eran 29.000 millones de dólares por año: hoy equivale a 140.000
millones de dólares por año. Y quiere recordar que la exportación de la
Argentina fue de 25.000 millones de dólares por año y la de Brasil
55.000, lo que hace que ambos países juntos exporten la mitad que
México. Con lo que es claro, absolutamente claro, que solamente el
comercio libre es el que permite que los países se desarrollen en paz. Si
no hay comercio libre entre las naciones, es muy difícil alcanzar el
crecimiento igualitario entre todas las naciones.
El Uruguay pretende, además, mantener y acrecentar su
vinculación económica, financiera y comercial –además de política y
cultural- con Japón y con los países del Asia, con quienes viene
desarrollando una política creciente de intercambios. En el Japón, lo
explicará el Ministro, hemos tenido una recepción favorable a la
colocación de nuestra deuda externa y hoy estamos empeñados en
acrecentar nuestro comercio a través de las relaciones que nuestros
representantes de los sectores privados aquí presentes, y otros que han
venido antes, lo están tratado de hacer en áreas como madera, como
carne, como arroz, y con otros productos alimenticios naturales que tanto
el Uruguay como otros países del MERCOSUR están en condiciones de
proveer. Estamos, además, convencidos de que la conservación del medio
ambiente es algo central para alcanzar esos objetivos y es una
preocupación cada día mayor de los pueblos, por lo que el Uruguay ha
firmado, ratificado, la Convención de Kyoto, porque entendemos que el
aumento de la producción industrial así como el aumento de la
producción natural, no se debe hacer a costa de la destrucción del medio
ambiente en el cual todos vivimos y del cual todos pretendemos seguir
viviendo. Cuando yo nací había menos de 2.000 millones de habitantes
arriba de este Planeta; hoy hay 6.000 millones de habitantes y en pocos
años habrá 8.000 millones de habitantes y tenemos que darles de comer a
todos productos sanos, productos naturales, con garantía de que ello
llegue aquí a la mesa de cada uno de los habitantes de este planeta y
creemos que los países del MERCOSUR están en condiciones de proveer esa
alimentación a muchos menores precios con mucho mejor calidad.
Pienso que con estas breves palabras más o menos
pueden ustedes comprender cómo es nuestro país, a lo que solamente nos
queda agregar que verá Señor Shasuda que es un lindo lugar para ir, hay
buenas playas, se pasa muy bien; buenas carne –bastante más barata que
acá- buenos amigos que los esperan con los brazos abiertos.