REPORTAJE EFECTUADO EN JAPON AL SEÑOR MINISTRO DE
RELACIONES EXTERIORES URUGUAYO DR. DIDIER OPERTTI
PREGUNTA: Si bien aun es pronto para hablar de
resultados concretos, ¿cuáles fueron los avances logrados en materia de
negociaciones entre Uruguay y Japón?
MINISTRO OPERTTI: Esta visita ha tenido, diríamos, dos
dimensiones: una dimensión política y una dimensión comercial y de
cooperación. La dimensión política va de suyo que evidentemente el
contacto entre los Jefes de Estado y de Gobierno apunta a una mejor y más
profunda comprensión de la situación recíproca en que cada uno se
encuentra. El Uruguay ha venido a marcar con su presencia el interés por
esta zona del mundo, el interés por este país, el interés por las
relaciones uruguayo-japonesas y lo ha hecho desde una perspectiva global
que incluye, obviamente, la relación política pero también acompaña
con empresarios, con Cámaras de Empresarios, una presencia orgánica que
dio lugar incluso a la presentación formal del Uruguay como país en su
economía, en su infraestructura, en su sistema de producción agrícola
en sectores básicos como puede ser el arroz o la forestación a cargo de
mis colegas Ministro de Economía y Ministro de Vivienda y Medio Ambiente.
Quiere decir, por lo tanto, que en definitiva esta misión ha tenido un
alcance muy amplio. La cosecha de los resultados de esta misión
seguramente tendremos que tener un horizonte de tiempo para poder
apreciarla, pero en cualquier caso, estamos absolutamente convencidos de
que, a partir de esta visita, Japón conoce mejor nuestras aspiraciones,
nosotros conocemos mejor cuáles son los límites o los andariveles dentro
de los cuales tenemos que movernos para que esas aspiraciones se concreten
y al mismo tiempo, también, no hay ninguna duda de que nuestra
presentación de la oferta de obras que el Uruguay llevará adelante en
los próximos años tiene en Japón un eventual proveedor de bienes de
capital, de tecnología, de servicios de infraestructura que estimo que
este país –por su tecnología de punta, por el avance notorio que tiene
en el mundo en cuanto a su oferta de bienes exportables- hará que Japón
también tenga interés, o mayor interés, en el Uruguay.
PERIODISTA: Japón, al igual que Uruguay y otros
países, intentan la colocación de su oferta exportable. En las últimas
horas se conocieron avances sobre un futuro acuerdo de libre comercio
entre Chile y ALCA. ¿En qué medida beneficia esto a Uruguay?
MINISTRO OPERTTI: Divido la respuesta en dos aspectos.
En primer lugar, es evidente como usted decía, o la pregunta lo
señalaba, que Japón también tiene interés en ampliar su mercado. El
mundo globalizado hace que todos jueguen en la misma cancha, que es el
mundo. Y todos juegan con lo mejor que tienen: Japón con su tecnología,
nosotros con los productos agrícolas. Eso significa, por lo tanto, que
Japón también está mirando a nuestra región. Pero Japón está mirando
particularmente al Asia. Su ubicación en Asia, su relación histórica
con la región –y en algunos casos incluso una relación difícil con
países de un gran porte, como el caso de China- lleva sin duda a Japón a
mirar su entorno como la primera prioridad. Japón ha vivido también
dificultades en su manejo interno en los últimos años; está tratando de
salir de ello.
Por nuestra parte, y en lo que hace ya a la visión de
Uruguay de un país asociado como es Chile a su ingreso a un acuerdo de
libre comercio con el NAFTA evidentemente es un hecho positivo: un país
de la región latinoamericana alcanza los estándares necesarios para
acceder a ese circuito mayor que es, sin duda, la relación con el NAFTA.
Por lo tanto debemos verlo desde esa perspectiva, no de una perspectiva,
diríamos, de emulación o de cierto sentimiento de frustración por parte
nuestra en el sentido de que nosotros aun no hemos llegado a esa etapa,
sino verlo con la satisfacción de que un país latinoamericano ya lo ha
conseguido. Pero esto tiene, además, un efecto operativo que no sólo
pasa por el terreno de la solidaridad sino que también pasa por el
terreno de lo que es la política exterior, y particularmente la economía
internacional. El hecho de que un país de América Latina esté en el
NAFTA significa que nuestra negociación en el ALCA tiene de alguna manera
un referente. Difícilmente fuera imaginable que nosotros en el ALCA
obtuviéramos cosas sustancialmente distintas de las que ha obtenido Chile
en el NAFTA. Me parece que este es un elemento a tomar en cuenta, de
alguna manera para decirlo de una manera muy gráfica, ya Chile ha abierto
el camino. Chile de esta manera ya ha colocado nuestros términos de
negociación sobre la mesa, si bien es cierto en el caso particular de
Chile: Chile no produce artículos que sean notoriamente competitivos con
artículos americanos que son objeto de protección, que seguramente eso
será materia de examen en su momento, pero lo importante es que este
antecedente, lejos de ser negativo, es positivo.
PERIODISTA: ¿En qué consiste la propuesta, de la que
usted es autor, referente a la creación de una Secretaría Técnica y un
Tribunal de Solución de Conflictos para el MERCOSUR?
MINISTRO OPERTTI: Nosotros creemos que el MERCOSUR para
poder avanzar necesita tener un órgano central y permanente, una
ventanilla abierta tanto para los gobiernos como para los operadores
comerciales. No es posible que, tras diez años de existencia, el MERCOSUR
siga reuniéndose en distintas ciudades, en distintos países, cada seis
meses, tenga una presidencia rotativa y no encuentren los operadores
internacionales incluso un referente institucional cierto, determinado,
central como es una Secretaría Técnica. Además esta Secretaría
Técnica tendría la facultad de asesorar a los operadores económicos, a
contestar sus consultas, a darles orientaciones tanto al interior de la
región como fuera de la región. Por tanto nos parece que es un órgano,
un cuerpo, que tenemos que crear.
El otro cuerpo que tenemos que crear, y estamos en
pleno proceso de constitución de ello, es el Tribunal Arbitral
Permanente. No es posible que cada vez que haya una controversia haya que
empezar por constituir el tribunal para recién entonces someterle a éste
la controversia a través de los llamados tribunales Ad Hoc,
tribunales especiales para cada caso. Nosotros estamos proponiendo la
creación de un Tribunal Permanente, un Tribunal integrado por cinco
miembros, cuatro de ellos nacionales de los respectivos países socios y
un quinto que podrá ser de otro Estado, de la región o de fuera de la
región. Estamos proponiendo esto formalmente. Hemos instrumentado un
proyecto completo que en este momento está a estudio de los cuatro
países en una reunión que tiene lugar en Asunción y somos
razonablemente optimistas: creemos que los países a esta altura tenemos
derecho, tras diez años, a tener un mejor sistema institucional tanto
para prevenir las controversias como para resolverlas.
PERIODISTA: Uruguay asumirá próximamente la
Presidencia Pro Tempore del MERCOSUR. ¿Cuáles son los objetivos que
perseguirá el país en ese período?
MINISTRO OPERTTI: Sin ninguna duda tomar conciencia de
que estos diez primeros años es un activo que tenemos que proteger. El
MERCOSUR es una empresa sociopolítica-económica a la que tenemos que
defender y proteger. Es un acuerdo histórico, el de Asunción y el de
Ouro Preto, y entendemos que nuestra obligación como Estado socio, y en
este caso con la Secretaría Pro Tempore en el segundo semestre del propio
año del cumplimiento de los diez años, es esa nuestra primera
responsabilidad.
La segunda responsabilidad es tratar de remover los
obstáculos que de alguna manera dificultan el libre intercambio de bienes
y personas entre nuestros países. Es necesario avanzar: no podemos
quedarnos simplemente con un proyecto que se limite a lo comercial y no
apunte a otros temas, como es la integración de servicios, como es la
facilitación del tránsito en fronteras, como es el aligeramiento de los
trámites o requisitos burocráticos en aduanas, es decir todo aquello que
hace a un mejoramiento de la circulación de bienes. Pero además tenemos
que también progresar en lo institucional. El MERCOSUR necesita dar
garantías de un buen funcionamiento hacia adentro del sistema y hacia
afuera. No es posible que el MERCOSUR continúe con una frugal
organización institucional creada hace diez años: necesita progresar.
Usted observe que el MERCOSUR nació en el ’91. En el ’94 se hizo el
Protocolo de Ouro Preto. Desde el Tratado de Asunción del ’91 y el
Protocolo de Ouro Preto del ’94 hasta la fecha han pasado diez años y
siete años, respectivamente, sin que haya habido ningún incremento y
ningún aumento cualitativo significativo en la organización. Por tanto,
uno de los objetivos que Uruguay tiene durante su presidencia es seguir
impulsando este proceso de fortalecimiento institucional, sin el cual es
difícil imaginar que se pueda producir un fortalecimiento del MERCOSUR.
PREGUNTA: Japón ha solicitado la modificación de la
Carta Orgánica del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para
adecuarlo a la realidad actual. ¿Se podría pensar en una actualización
conceptual del Tratado del MERCOSUR?
MINISTRO OPERTTI: Yo le diría lo siguiente: quiero
separar un poco ambos temas. El tema del eventual ingreso de Japón al
Consejo de Seguridad, así como de otros países desarrollados, tal el
caso de Alemania, es un tema que ya lleva casi sus diez años de estudio y
de consideración en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde se
estudia este tema año a año a través de un grupo destinado
especialmente a ese propósito. Es un proceso político complejo. Naciones
Unidas son 192 Estados; hay que conseguir dos tercios de esos 192, que son
casi 130 Estados; esto significa que hay que tener mayorías muy
representativas para alcanzar esta reforma. Es cierto también que el
Consejo de Seguridad tiene algunos otros problemas tales como el veto, el
funcionamiento del veto, que fue un instrumento creado para la posguerra
para evitar el uso de la fuerza pero que hoy ha revelado que en ciertos
casos conduce a la inacción de la Organización, como lo hemos visto por
ejemplo en los Balcanes, donde ha debido actuar la OTAN y no las Naciones
Unidas, precisamente por la definición del veto de alguno de los países
integrantes. Este, por lo tanto, es un tema político de largo aliento.
Japón quiere participar en el mundo internacional. Japón dirige hoy
UNESCO; Japón es un activo miembro de la OMC, la Organización Mundial de
Comercio; Japón pelea allí por sus posiciones proteccionistas, que
justamente han sido una de las dificultades que hemos encontrado en
nuestro diálogo desde el punto de vista del acceso a nuestra producción
exportable. Pero, en definitiva, este es un cambio que la Organización
internacional debe procesar si es que quiere seguir colocando a Naciones
Unidas en el primer capítulo de responsabilidad del mantenimiento de la
paz y la seguridad en el mundo, porque la paz y la seguridad en el mundo
necesita alguien que la preserve. Naciones Unidas nació para eso y ese
objetivo Naciones Unidas no lo debe perder.
Quiere decir que si hacemos un paralelo y una suerte,
yo diría, de doble capitulación de cuál debe ser el progreso en ambos
escenarios –uno en el escenario mundial; otro en el escenario regional-
pasa por las instituciones. Las instituciones, para un país como el
nuestro concretamente –y hablo en este caso como Canciller del Uruguay—son
el soporte de nuestros derechos, de nuestras facultades, de nuestras
posibilidades, de la defensa de nuestros intereses nacionales, de la
defensa, incluso, del ser nacional. El Uruguay no puede apostar a otra
cosa que no sea el buen funcionamiento de las instituciones. El resto
pertenece al dominio o al ámbito del poder, al ámbito de la fuerza, al
ámbito de la potencialidad económica, tecnológica, científica y hasta
militar, en la cual Uruguay no tiene un papel de primer nivel.
De consiguiente, nuestra apuesta está, nuestro
desafío, está fundamentalmente referido a trabajar en esos escenarios en
favor del mejoramiento institucional. Así lo hemos hecho cuando nos
tocara ocupar la Presidencia de la Asamblea General de Naciones Unidas;
así lo venimos haciendo en el campo del MERCOSUR.