19/04/2001

176º ANIVERSARIO DEL "DESEMBARCO DE LOS TREINTA Y TRES ORIENTALES"

En el acto conmemorativo del 176º Aniversario del "Desembarco de los Treinta y Tres Orientales" que tuvo lugar en Mercedes y que contó con la presencia del Vicepresidente de la República en ejercicio de la Presidencia, Luis Hierro López, hizo uso de la palabra en nombre del Poder Ejecutivo el Ministro de Deporte y Juventud, Jaime Mario Trobo.

Ofrecemos a continuación sus palabras:

"El sentido de un hecho histórico como el que se celebra el 19 de Abril en la tierra Oriental, adaptado a sus formas de transmisión, por la tarea de sus comentaristas y pregoneros, no puede perderse en las anécdotas, ni aún en las distintas impresiones sobre su suceso. Tiene ese "sentido", como contenidos el "hecho en si", lo que ocurrió, como, cuando, quienes lo protagonizaron y que fin aparentaban proclamar o proclamaban. Tiene también sus antecedentes, lo que precedió y toda su peripecia. Pero esencialmente tiene como valor, en la construcción de una entidad nacional, lo que provocan, lo que generan, las consecuencias que causan, la presentación virtual de la realidad que compartimos con nuestros contemporáneos.

El Desembarco de los Treinta y Tres Orientales liderados por Juan Antonio Lavalleja entraña en su sentido mas profundo, un componente esencial de la condición libre de nuestro pueblo oriental.

Animó a sus protagonistas la rebeldía contra el invasor a la tierra que denominó Cisplatina, la obligación moral de la condición americana y federal de sus protagonistas, el sentimiento pergeñado por el Jefe de los Orientales de madurez individual de la Provincia Oriental, en fin, intensas corrientes intelectuales y emotivas que se conjugaron en una actitud de arrojo, casi enajenada de la realidad. Si ella no hubiese tenido el "sentido" de que habláramos al principio, no se hubiesen sumado a su ocurrencia otros hechos, sucesivos, intensamente trascendentes, en fin, constructores del proceso que desencadenara la Independencia, la Constitución, la República, el "pacto" de esta nación singular que significamos los Orientales.

 

Hoy somos la nación oriental del Uruguay, una colectividad que al decir de Luis A. De Herrera ...."solo puede dejar la huella de un tránsito grávido sobre la faz de la tierra, manifestándose fiel a sus propias razones de vida, cuidando la herencia material y la Tradición espiritual, escarbando en su propia esencia vital y nutriéndose con los juegos de su propia savia ".

En el tránsito de los tiempos cabe a nuestra generación cumplir su rol manteniendo el "sentido" nacional, en el debe ser posible que coexistan aún en debate permanente, las visiones a veces parciales, a veces totalizadoras, que se deben expresar en un espacio de libertad plena, pero que deben obedecer al único y supremo objetivo de la felicidad pública.

Los hombres de gobierno, quienes han recibido la dignidad de la confianza de sus compatriotas cuyo rol se ejercite desde el Poder Ejecutivo o desde el Parlamento, deben preocuparse al extremo en cada uno de sus actos de conducirse por la "misión" que continúe acrecentando y fortaleciendo el sentido nacional y el bienestar moral y físico de la comunidad.

El arrebato de la pasión, la esquizofrenia que es capaz de producir el sentimiento que aconseja negar el diálogo y la confrontación sana de las opiniones constituye el peor adversario del ánimo que debe dominar al hombre público. Otra vez Herrera, describe estas obligaciones expresando "Gobernar es decidir y es prever. Cuando se conduce hay que poseer la visión total del rumbo que se lleva. Ir andando, pero saber donde llegar. Afirmar con acierto el pie en el suelo, mientras los ojos y la mente, que también tienen ojos, penetran y adivinan el paisaje que está más allá de las lomas".

La nación oriental en su peripecia actual persigue la paz y el bienestar. Que dos objetivos pueden alcanzar la importancia de estos que una vez que se procuran deben mantenerse, reconstruirse en actitudes permanentes ser objetivo y razón de la conducta cívica, acentuada en el hombre o la mujer que desde lo público, privado o estatal ejercen su influencia.

Estos dos anhelos son intemporales, su éxito nunca es perfecto, porque una vez alcanzados son perfectibles, cuando no acechados, en fin se constituyen en un "sentido" de la convivencia.

Así pues, si bien los gobernantes tenemos el primer nivel de responsabilidad en generar los ambientes y procurar las acciones que nos acerquen al ideal, los que sugieren a la opinión pública desde la prensa, los que conducen a la comunidad a través de las distintas expresiones de la denominada sociedad civil, los partidos políticos, en fin los líderes de opinión no pueden alejarse del trazo común, el sincero y colectivo deseo de paz y prosperidad.

Prosperidad que se revela cada día mas sensible a la astucia y la clara visión sobre el futuro de nuestras capacidades, de nuestra gente, de nuestras riquezas y habilidades para ser conducidas en la competencia lejana y cercana. La defensa de los intereses económicos del Uruguay entraña cada día mas en los líderes de opinión, no solo en los gobernantes, una altitud de mira, un egoísmo patriótico inteligente y pragmático que permita mantener vigente la aspiración colectiva y la realice. No olvidemos que fuimos "Patria en germen, a la par de todas las sudamericanas (....) Nadie tuvo que crearnos, porque ya existíamos".

Acompáñenme, a leer otra vez a Herrera adecuado a esta circunstancia, "Ninguna patria del Sur ha defendido mas veces y con mas desesperación su autonomía. No hemos querido ser ni Ingleses, ni Portugueses, ni Argentinos, ni Brasileños; y todas esas codicias ensayaron la garra en nuestro suelo...."

Este es un compromiso de todos los orientales, que estará mejor resuelto mañana que ayer, pero al que nadie tiene derecho a ponerle fecha cierta de nacimiento, o vigencia, mucho menos aconsejada esta por la ambición de lograrla con exclusivismos o tentativas "revolucionarias" trasnochadas y dogmáticas.

En esta jornada maravillosa, de veneración patriótica a un hecho que constituye una de las características que han conformado nuestra condición nacional, el Poder Ejecutivo me ha confiado el honor de representarlo y la responsabilidad de expresar con mi estilo y mis palabras su firme propósito de cumplir con sus responsabilidades construyendo en comunidad con el pueblo oriental la paz de la República.

Lo expreso con el sentimiento profundo de mis convicciones nacionalistas, desde la condición de Secretario de Estado de un gobierno construido por las colectividades históricas, de las cuales la que siento profundamente no ha vacilado, nunca lo ha hecho, en destinar sus mejores ideas, sus mejores hombres y sus incontrolados esfuerzos a la concordia nacional.

Resulta admirable en la perspectiva, que el tránsito de los tiempos nos acerque al lugar en el que el Libertador proclamó Libertad o Muerte y desde el cual se encaminó a que pocos días después del 19 de Abril aquí cerca en el Monzón, se configurara el compromiso que revela la frase "Compadre, estoy decidido: vamos a salvar la Patria, y cuente usted para todo y en todo conmigo" expresada por Rivera.

Resulta comprometedor que aquí ratifiquemos nuestro espíritu oriental".