PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN EJERCICIO,
PROF. LUIS HIERRO LÓPEZ, EN EL ACTO RECORDATORIO DEL GENOCIDIO DEL PUEBLO
ARMENIO
Me corresponde hablar en nombre del gobierno de
Uruguay, pero estoy seguro también que hablo en nombre de los uruguayos,
en su amor por la tolerancia y la paz, que han hecho de la hermandad entre
Uruguay y Armenia una de las cuestiones principales. Sin duda que estamos
aquí para recordar en forma emotiva y en forma comprometida también a
las víctimas del genocidio del pueblo armenio. Pero estamos aquí
también para reafirmar principios fundamentales de nuestra convivencia,
de esos que han hecho de este país un país tolerante y amistoso, de esos
que han hecho que el Uruguay haya recibido siempre a las personas
perseguidas para darles el calor de nuestra tierra, para darles el amor de
nuestra fraternidad. Esos pilares de la convivencia uruguaya que hacen que
allí, donde hay un perseguido, los uruguayos sentimos profundamente que
tenemos que estar al lado de él para tenderle una mano y para curar las
heridas. Y por eso es que el Uruguay ha estado comprometido siempre con la
causa de Armenia. Como bien se dijo, hemos sido el primer país en
reconocer el genocidio y, en todos los foros internacionales, en forma
permanente, Uruguay tiene la vocación de servir a esta causa de Armenia,
que es la causa de la humanidad, para que haya un sentimiento
internacional solidario para con este pueblo y, a la vez, una condena del
genocidio. Los armenios vinieron a este país y nos dieron su fe, su
trabajo, su inteligencia, su amor. Y hoy sentimos realmente que las cosas
buenas que el Uruguay ha hecho por la colectividad armenia, los armenios
la han hecho por el país. De ahí que es una doble, profunda y hermosa
hermandad la que se cultiva entre nosotros. Desde ya que hay que recordar,
como que no vamos a recordar el genocidio de un millón y medio de
personas inocentes. Tenemos que hacerlo, porque el mundo sigue a veces
envuelto en acciones de violencia y es nuestro deber de hombres libres.
Nosotros, el Uruguay, este país amante de la paz y de la libertad, este
país que es un celoso custodia de la plena vigencia de los derechos
humanos, tenemos que seguir recordando. Para advertir que allí, toda vez
que haya un acto de discriminación, de intolerancia o de odio, que esos
sentimientos (que solo) los padres de la guerra, de los holocaustos o de
los genocidios. Toda vez que haya un sentimiento de esa índole los
uruguayos tendremos que estar presentes, aquí o en el mundo. Como los
estamos hoy para orgullo del país con nuestras misiones de paz en tantos
países, en tantas regiones, tendremos que estar presente para seguir
recordando y para seguir alimentando día a día la semilla de la paz y la
semilla de la esperanza. Como todos ustedes me emocionaron con las
estrofas estupendas de vuestro himno, que tiene hermosura musical pero que
tiene a la vez fuerza épica. Y mientras lo escuchaba sentía
profundamente en mi corazón que Armenia está viva, que no hay genocidio
que pueda con este grande pueblo y que en la medida que la causa de
Armenia siga viva, como seguirá, la causa de la humanidad, de la paz y de
la Justicia, será cada día más grande. Muchas gracias.