17/08/2001
Batlle exaltó personalidad de Banzer y habló por
teléfono con él
GRUPO DE RIO REAFIRMO VOLUNTAD DE ENFRENTAR LAS TAREAS
Y DESAFIOS DEL SIGLO QUE SE INICIA
Con una declaración en la que los Presidentes de los
países del Grupo de Río reafirman su voluntad de "enfrentar las
tareas y desafíos del siglo que se inicia", finalizó hoy
la Reunión de Evaluación de dicho Grupo en sus primeros 15 años de
existencia. En esa jornada de trabajo, el Presidente de la República, Dr.
Jorge Batlle, realizó varias intervenciones, pero en una de ellas exaltó
la personalidad del recientemente renunciante Presidente de Bolivia,
General Hugo Banzer, con quien, luego, tuvo oportunidad de dialogar en
forma telefónica contacto por gentileza del mandatario actual, Dr. Jorge
Quiroga. La actitud del Presidente uruguayo fue intensamente aplaudida.
El siguiente es el texto completo de la declaración de
los jefes de estado.
1.- Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno
reunidos en Santiago de Chile los días 17 y 18 de agosto de 2001, en el
XV Aniversario del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación
Política (Grupo de Río), creado por la Declaración de Río de Janeiro
de 18 de diciembre de 1986, habiendo evaluado el trabajo realizado,
reafirmamos nuestra voluntad de enfrentar las tareas y desafíos del siglo
que se inicia.
2.- Coincidimos en que esta instancia constituye un
foro que permite un contacto y comunicación privilegiada entre los Jefes
de Estado y de Gobierno, así como entre los Ministros de Relaciones
Exteriores, y que ha ido adquiriendo una reconocida representatividad en
la región contribuyendo a fortalecer su presencia y capacidad negociadora
en los diversos foros internacionales, constituyéndose además en un
interlocutor válido con otros países y regiones.
3.- Los principales objetivos del Grupo, definidos en
la Declaración de Río de Janeiro, se identifican con los postulados de
otros grupos regionales y tienen amplia aceptación internacional. La
adopción de posiciones comunes, a través de una instancia flexible de
diálogo y convergencia, lo convierte en un referente necesario y
obligatorio respecto de una serie de temas que interesan a la región. El
Grupo de Río, a lo largo de estos quince años, ha contribuido
eficazmente a incrementar y estrechar la cooperación entre los países
latinoamericanos y caribeños.
4.- Reconocemos el importante papel desempeñado por el
Grupo de Río en la promoción y fomento de la paz en la región, la cual
constituye hoy día el patrimonio más valioso con que cuentan nuestros
países. Coincidimos en que el Grupo de Río ha coadyuvado de manera
importante a aumentar los niveles de concertación y diálogo político
alcanzados en la región. Resaltamos la variedad y riqueza de sus temas
básicos, entre ellos, democracia, integración, derechos humanos, plena
igualdad de género, derechos de los pueblos indígenas y de los
migrantes, fortalecimiento del multilateralismo, el desarrollo sostenible,
prevención y atención de desastres naturales, la protección y
preservación del medioambiente, el problema mundial de la droga y el
combate al crimen organizado y la corrupción.
5.- El Compromiso de Acapulco (1987) y las
Declaraciones de Punta del Este (1988), Ica (1989), Caracas (1990),
Cartagena de Indias (1991), Buenos Aires (1992), Santiago (1993), Río de
Janeiro (1994), Quito (1995), Cochabamba (1996), Asunción (1997), Ciudad
de Panamá (1998), Ciudad de México (1999) y Cartagena de Indias (2000)
recogen los principales consensos y temas de interés para la región. Al
mismo tiempo indican la vocación de concertación y convergencia que
anima a los Jefes de Estado y de Gobierno y la voluntad de llevar a cabo
acciones comunes en defensa de los intereses permanentes de los Estados
miembros. En todas ellas hay un hilo conductor muy claro y definido de
preservar la paz, fortalecer la democracia e impulsar el desarrollo de los
países de América Latina y el Caribe. Esos pronunciamientos, recogidos
en el Acta de Veracruz (1999), constituyen un importante patrimonio que
debe orientar la actividad de este mecanismo. Dicha Acta contiene el
patrimonio histórico consolidado de los consensos básicos del Grupo de
Río.
6.- Fundados en ese importante acervo, debemos
proyectar la acción futura del Grupo de Río tanto en los aspectos
políticos como económicos, sociales y culturales, particularmente cuando
el mecanismo es hoy más representativo y amplio luego del ingreso de los
países centroamericanos y República Dominicana.
7.- La preservación y reafirmación de la democracia y
de los valores democráticos en la región, y la vigencia plena de las
instituciones y el estado de derecho, son objetivos primordiales y
permanentes del Grupo de Río. Dentro de este contexto, enfatizamos la
importancia de las negociaciones en curso conducentes a la adopción de
una Carta Democrática Interamericana, las que deberán culminar en el
XXVIII Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de la
OEA, a celebrarse en Lima el 10 y 11 de septiembre próximo, conforme al
mandato de la resolución de San José de Costa Rica - Carta Democrática
Interamericana (AG/Res.1838), aprobada en la XXXI Asamblea General
Ordinaria de la OEA. Dicha Carta Democrática Interamericana deberá
contemplar disposiciones que contribuyan significativamente al
fortalecimiento de los mecanismos de preservación, defensa y
consolidación de la democracia representativa en los países de la
región. Asimismo, se deberá continuar profundizando la calidad de
nuestra institucionalidad democrática, garantizando mediante normas una
participación efectiva, ética y responsable de los ciudadanos en un
marco de legalidad, conforme al respectivo orden constitucional.
Reconocemos el aporte que efectúa toda la sociedad civil en los procesos
democráticos en nuestros países.
8.- La plena vigencia y goce de los derechos humanos y
libertades fundamentales de nuestros pueblos, constituye un principio
rector de permanente observancia, seguimiento y respaldo por parte del
Grupo de Río. Nos comprometernos a fortalecer el Sistema Interamericano
de Protección de los Derechos Humanos, asegurando que los órganos del
Sistema cuenten con recursos apropiados que les permitan funcionar más
efectivamente. De igual modo, reafirmamos nuestro compromiso con la
normativa internacional y, en particular, la interamericana en materia de
promoción, protección y defensa de los Derechos Humanos, así como a
promover la adhesión y ratificación, por parte de todos los países del
Hemisferio, a los instrumentos regionales sobre la materia.
9.- Acordamos coordinar iniciativas y acciones en la
Conferencia Mundial contra el Racismo que tendrá lugar en Durban,
Sudáfrica, para alcanzar los objetivos fijados en la Declaración y Plan
de Acción adoptados en Santiago en la Conferencia Preparatoria de las
Américas contra el Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia y las
formas conexas de Intolerancia.
10.- En la perspectiva de reforzar el respeto
irrestricto de los derechos humanos en el mundo, manifestamos nuestro más
amplio apoyo al Tribunal Penal Internacional y nos comprometemos a
realizar los esfuerzos necesarios destinados a promover la adhesión
universal de su Estatuto, a fin que dicho Tribunal pueda entrar en
funciones en el más breve plazo. Asimismo exhortamos a que la comunidad
internacional amplíe su colaboración en la ubicación y juzgamiento de
los imputados de crímenes de lesa humanidad de acuerdo a diversos
instrumentos internacionales.
11.- Reiteramos, asimismo, nuestro compromiso para
continuar desarrollando esfuerzos conjuntos en la lucha contra la
corrupción, en particular para asegurar que quienes han sido imputados de
estos delitos sean entregados a la justicia de los países donde los
cometieron, respetando el debido proceso y conforme al derecho
internacional. En ese sentido, expresamos nuestro firme apoyo a la plena
vigencia de la Convención Interamericana contra la Corrupción y
reafirmamos el compromiso con el mecanismo de seguimiento de la misma. El
Grupo de Río fomentará la cooperación judicial en todos los ámbitos y
especialmente en los procesos de extradición.
12.- Reconociendo la importancia de mejorar la
capacidad de respuesta de la comunidad internacional frente a las grandes
crisis humanitarias, conforme con las normas y principios contenidos en la
Carta de las Naciones Unidas, hemos recibido con interés la información
de los avances logrados por el Grupo de Reflexión sobre Acción y
Responsabilidad Internacional ante Situaciones de Crisis Humanitarias y
resuelto encomendar la continuación de estas deliberaciones, así como
renovar el mandato a los Cancilleres para que dirijan sus esfuerzos en tal
sentido y evalúen y definan los posibles cursos de acción para su
oportuna consideración por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
13.- Ratificamos la importancia que el Grupo de Río ha
otorgado a la lucha contra la pobreza y extrema pobreza, como necesidad
global, objetiva y urgente, a fin de atender las necesidades de la
dignidad humana y fortalecer la democracia. Convenimos en dar pasos
decididos y coordinados hacia un desarrollo económico y social, cuyos
ejes centrales sean: empleo digno, educación de calidad y servicios de
salud integrales, para los sectores más necesitados.
14.- En concordancia con este compromiso, instamos a
los países del Grupo de los Ocho a que, de conformidad con los acuerdos
alcanzados en Génova, convengan acciones que permitan el alivio de la
deuda externa para aquellos países que así lo requieran y favorezcan la
lucha que los países del Grupo de Río libran contra la pobreza y extrema
pobreza; especialmente en lo referido al incremento de la cooperación no
reembolsable, así como al aumento del financiamiento de proyectos en
áreas críticas.
15.- Consideramos que la naturaleza multicultural y
pluriétnica de nuestras naciones ha constituido un factor esencial en la
formación de las nacionalidades y la identidad histórica de nuestros
países. En tal sentido, nos comprometemos a la decidida promoción y
protección de los derechos y libertades fundamentales de los pueblos
indígenas y sus usos y costumbres así como el derecho a su
identidad y tradiciones; a no ser privados de su patrimonio cultural
histórico; a la educación en la diversidad; y, a ejercer sin
discriminación sus derechos constitucionales.
16.- Reconocemos la necesidad de incorporar el enfoque
de género en el diseño y ejecución de nuestras políticas, en las
tareas estratégicas para el desarrollo económico-social y en el
fortalecimiento de la democracia. Destacamos la importancia de profundizar
el intercambio de experiencias, información y programas en el campo de la
modernización institucional de los países, revalorizando el papel de la
mujer en todos los ámbitos.
17.- Constatamos un contexto internacional marcado por
la globalización y la interdependencia. La región requiere, más que
nunca, de una instancia de concertación política fortalecida que se
traduzca en acciones rápidas y eficaces en defensa de los intereses
latinoamericanos, frente a los nuevos temas de la agenda internacional.
Debemos seguir robusteciendo el Grupo de Río, manteniendo el consenso
como medio para la adopción de decisiones y asegurar el seguimiento de
las mismas. Instruimos a los Cancilleres para que continúen explorando
las posibilidades de mayor fortalecimiento y proyección del Grupo de
Río, acogiendo las sugerencias indicadas en el informe elaborado por el
Grupo de Alto Nivel, que se ha reunido durante el presente año.
18.- Ha sido preocupación permanente del Grupo de Río
la inestabilidad de los mercados y las crisis financieras que afectan a
los esfuerzos y políticas de ordenamiento, apertura y estabilización
adoptadas por nuestros gobiernos. Debemos impulsar un desarrollo libre y
ordenado de los flujos de capital, así como el diseño de mecanismos que
propicien un sistema financiero internacional más estable.
19.- América Latina, que ha optado por el regionalismo
abierto, debe continuar impulsando un sistema de comercio internacional no
discriminatorio, transparente, libre de proteccionismo, en el cual la
apertura de los mercados y la eliminación de las barreras nos permitan
aprovechar las ventajas comparativas de nuestras economías y nos
faciliten una inserción competitiva en la economía global.
20.- Reafirmamos la necesidad de fortalecer el sistema
multilateral de comercio, especialmente en un momento de desaceleración
de la economía mundial en que las presiones proteccionistas emergen con
mayor fuerza. Es por ello que renovamos nuestro compromiso de seguir
trabajando para lograr los consensos necesarios que permitan el éxito de
la Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC, a celebrarse en Doha, Qatar,
en noviembre próximo. Concretamente, los países integrantes del Grupo de
Río manifestamos nuestro apoyo a que se lance una nueva Ronda que cuente
con una agenda equilibrada y bien definida, que tome en cuenta los
intereses de todos los participantes y cuyos resultados beneficien a todos
los Miembros, en particular a los países en desarrollo y de los menos
adelantados. La agenda de una nueva ronda debe abordar adecuadamente las
preocupaciones de los países en desarrollo en materia de implementación
de los Acuerdos de la Ronda Uruguay, así como incluir un mandato
ambicioso orientado a completar el proceso de liberalización del comercio
agrícola iniciado durante dicha Ronda.
21.- Declaramos nuestro decidido apoyo a la
preparación y realización de la Conferencia Internacional sobre
Financiamiento para el Desarrollo, en el marco de la Organización de las
Naciones Unidas, a celebrarse en Monterrey, México, del 18 al 22 de marzo
de 2002.
22.- Reafirmamos los principios establecidos en la
Declaración de Río de 1992 y en la agenda 21 que promueven el diseño de
políticas ambientales, económicas y sociales para que nuestros países
se encaminen hacia el desarrollo sostenible. En ese sentido, nos
comprometemos a trabajar coordinadamente para que en la Cumbre Mundial
sobre Desarrollo Sostenible que se desarrollara en Sudáfrica en el año
2002 se renueven decididamente los compromisos políticos y éticos que
deriven en acciones concretas para lograr el desarrollo sostenible a nivel
mundial.
23.- Fortaleceremos nuestras acciones de cooperación
en casos de desastres naturales, con el fin de aumentar la eficacia de la
asistencia y reducir la vulnerabilidad de nuestros países ante estos
fenómenos, los cuales afectan severamente los esfuerzos nacionales y
regionales de desarrollo. Para ese propósito, apoyamos los trabajos que
realiza el "Grupo de Trabajo Ad Hoc sobre Cooperación Técnica para
la Prevención y Atención de Desastres de Origen Natural".
24.- Continuaremos impulsando los objetivos de la
Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Nos
congratulamos por la reciente aprobación del Acuerdo de Bonn sobre la
"Ejecución del Plan de Acción de Buenos Aires" del Protocolo
de Kioto. Esperamos que contribuya a reducir y mitigar el impacto de las
emisiones de gases de efecto invernadero, bajo los principios de
responsabilidad común pero diferenciada y de acuerdo con las respectivas
capacidades. Estos criterios que resultan fundamentales para los países
en desarrollo, especialmente vulnerables al cambio climático, como es el
caso de los países de América Latina y el Caribe.
25.- Instamos a la comunidad internacional a promover
la pronta y efectiva aplicación de los mecanismos jurídicos que regulan
la explotación y utilización del espacio ultraterrestre con fines
pacíficos. Asimismo, abogamos por la implementación de los principios
previstos en la "Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo" que permitan evitar convertir a los océanos en
vertederos de materiales peligrosos, con las graves consecuencias
ecológicas que ello conlleva.
26.- Manifestamos nuestra preocupación por los riesgos
que implica el tránsito de material radioactivo y desechos peligrosos por
rutas cercanas a costas o por vías navegables de los países miembros,
dados los riesgos de daño que ello trae aparejado con efectos nocivos
para la salud de las poblaciones ribereñas y para los ecosistemas del
medio marino y antártico. Por consiguiente, instamos a la comunidad
internacional a seguir trabajando con el objeto de completar el actual
ordenamiento jurídico internacional en materia de medidas de seguridad
aplicables a este tipo de transporte.
27.- Valoramos la concertación política de los
países del Grupo de Río en las diversas reuniones de Naciones Unidas, la
que ha permitido aunar consensos en instancias de amplia repercusión
mundial como la Sesión Especial sobre VIH/SIDA. Asimismo, acordamos que
nuestros gobiernos mantengan una estrecha coordinación con miras a la
Sesión Especial de la Asamblea General sobre Infancia en septiembre
próximo y la Asamblea Mundial sobre Envejecimiento en abril del año
2002.
28.- Reconocemos el carácter mundial del problema de
las drogas y la necesidad de disponer de mecanismos de cooperación
bilateral y multilateral en todos sus aspectos. Reafirmamos el principio
de la responsabilidad compartida y el tratamiento integral del problema.
Resaltamos la necesidad de continuar ampliando el intercambio de
información y de experiencias en todos los temas relacionados con el
Problema Mundial de las Drogas.
Igualmente, destacamos la importancia del desarrollo
alternativo y su sostenibilidad, que permita continuar fortaleciendo el
proceso de construcción de alternativas socioeconómicas Iícitas y de
oportunidades de generación de ingresos, mejoramiento de la calidad de
vida, conservación del medio ambiente y fomento de los valores
culturales.
En este sentido, debemos desarrollar una estrategia
coordinada a nivel regional para vigorizar los esfuerzos internacionales,
que incluya el control a los insumos químicos, el tráfico de drogas,
inclusive las sintéticas, el lavado de dinero y delitos conexos.
29.- Reafirmamos la necesidad de fortalecer las medidas
de confianza mutua y cooperación en el ámbito de la Defensa, así corno
la importancia que los gastos del sector se realicen con un máximo de
transparencia y de pleno conocimiento público. Ello incluye la
coordinación de la participación amplia de nuestros países en el
sistema de información sobre adquisiciones de armas convencionales de la
OEA y en el registro de armas convencionales de las Naciones Unidas, así
como la información periódica sobre gastos militares conforme a las
resoluciones adoptadas en este último organismo internacional; y la
búsqueda de fórmulas de homologación con sistemas de contabilidad de
los mismos.
En este sentido, reiteramos nuestro firme propósito de
adoptar medidas que contribuyan a una efectiva y gradual limitación de
gastos de defensa en la región con la finalidad de disponer de mayores
recursos para el desarrollo económico y social de nuestros pueblos, lo
que constituye la más importante medida de confianza mutua, junto con el
compromiso de solucionar pacíficamente las controversias.
30.- Coincidimos en la urgente necesidad de ratificar
la Convención de Ottawa sobre Prohibición del Empleo, Almacenamiento,
Producción y Transferencia de Minas Antipersonal y Sobre su Destrucción.
Al mismo tiempo, damos nuestro respaldo a la celebración de la III
Reunión de los Estados Parte de la Convención a celebrarse en Nicaragua,
en septiembre próximo. De esta forma se impulsará el compromiso
de convertir a nuestra región en una zona libre de este tipo de
armamentos.
31- Reiteramos la importancia de que todos los Estados
de la comunidad internacional adhieran a los tratados de no proliferación
con relación al desarme nuclear y de prohibición completa de ensayos
nucleares. Invitamos a los Estados que aún no han suscrito o adherido a
estos instrumentos, a que lo hagan. Igualmente destacamos la importancia
del Tratado de Tlatelolco, así como de su organización, OPANAL,
encargada de velar por el cumplimiento del objetivo de consolidar la
primera zona habitada del planeta libre de armas nucleares.
32.- Manifestamos nuestro firme interés en prevenir,
combatir y eliminar el comercio ilícito de armas pequeñas y ligeras en
los planos nacional, regional y global, incluyendo medidas para asegurar
la cooperación y asistencia internacionales. En consecuencia, expresamos
nuestro respaldo al Programa de Acción aprobado en la Conferencia de las
Naciones Unidas, que tuvo lugar en Nueva York, en julio de este año.
Destacamos la exitosa labor desarrollada por Colombia en la presidencia de
la mencionada Conferencia.
33.- Reiteramos el interés de los países del Grupo
de Río por reforzar la asociación estratégica con la Unión
Europea. Señalamos que la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que
se celebrará en Madrid en el año 2002, será la ocasión adecuada para
lograr avances concretos entre las dos regiones.
Sociedad de la Información
34.- Resaltamos que el tema central de nuestras
deliberaciones en esta Cumbre ha sido el de la "Sociedad de la
Información", donde debatimos la propuesta de la Secretaría Pro
Témpore tendiente a analizar los impactos y efectos que sobre la equidad,
la competitividad y el empleo en nuestra región está produciendo el
cambio tecnológico.
35.- En este sentido, constatamos que el mundo se
encuentra inmerso en un proceso de cambios que ha provocado profundas
modificaciones en la forma de interactuar de las personas, la
organización y productividad de las empresas y el desarrollo económico,
social y cultural de las naciones. Asimismo, coincidimos que, en gran
medida, la causa de esos cambios está radicada en los significativos
avances tecnológicos recientes, especialmente los ocurridos en el Área
de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Todo este
proceso de cambios ha dado lugar al surgimiento de la denominada
"Sociedad de la Información".
36.- Observamos que, dentro de este proceso tiende a
reducirse la importancia relativa de los factores productivos clásicos,
como recursos naturales y mano de obra barata, emergiendo nuevas formas de
competitividad y un nuevo tejido económico y social -la Sociedad de la
Información- en el que la generación, procesamiento y distribución de
conocimiento e información constituye la fuente primordial de
productividad, bienestar y poder.
37.- Reconocemos el potencial que las tecnologías de
la información y las comunicaciones tienen para el desarrollo de la
democracia, la economía y el progreso social. Concordamos en la
conveniencia de compartir el conocimiento, la tecnología y la
información, aprovechando la infraestructura de conectividad y
promoviendo el acceso universal a la misma de nuestras poblaciones.
Resaltamos que el pleno aprovechamiento de las tecnologías y redes
digitales para el desarrollo y el progreso social si bien representa un
reto técnico, es sobre todo un desafío político, institucional, social
y cultural que requiere una visión y una propuesta que amplíe los
espacios de cooperación entre nuestros países y entre los sectores
público y privado, y contando con el apoyo de las instituciones
financieras y otros organismos internacionales.
38.- Nos comprometemos a implementar en el más breve
plazo las recomendaciones hechas por el Grupo de Trabajo sobre
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones creado por la XX Reunión
de Ministros de Relaciones Exteriores. En el documento "América
Latina hacia la Sociedad de la Información: Los desafíos de la Equidad,
la Competitividad y el Empleo" se nos presenta una serie de
recomendaciones y cursos de acción para adoptar, incrementar y ampliar
los beneficios del uso de las tecnologías de la información en nuestros
países y en la región.
39.- Manifestamos nuestra convicción de que la
coordinación y la cooperación regional facilitarán e impulsarán el
pleno aprovechamiento nacional de las tecnologías digitales para el
desarrollo, contribuyendo a la modernización de nuestras economías y al
progreso social. Coincidimos en que el Grupo de Río debe participar
activamente en los foros internacionales sobre Sociedad de la
Información, asegurando que las conclusiones y recomendaciones que emanen
de estas iniciativas globales y regionales sean coincidentes con nuestros
principios y objetivos. Propiciamos una acción concertada de nuestros
países en la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, que se
realizará en el año 2003.
40.- Reconociendo la importancia de la solución de
nuestros problemas más apremiantes, no debemos postergar nuestra
integración a la Sociedad de la Información, ya que las innovaciones
tecnológicas que ella trae consigo pueden ayudarnos a resolver de manera
más expedita varios de los problemas que actualmente nos aquejan.
41.- Coincidimos en la necesidad de que los Estados, en
su proceso de integración a la Sociedad de la Información, consideren la
conveniencia de adoptar medidas de carácter normativo que promuevan la
protección de la dignidad humana y la privacidad de la información en el
ámbito del ciberespacio, al mismo tiempo que sancionen el uso del
Internet para fines ilícitos, en especial la pornografía infantil y las
acciones para infectar con virus los sistemas informáticos.
42.- Acordamos celebrar la XVII Cumbre de Jefes de
Estado y de Gobierno del Grupo de Río el año 2003 en la República del
Perú, atendiendo al gentil ofrecimiento del Gobierno del Presidente
Alejandro Toledo.
43.- Manifestamos nuestro agradecimiento al Presidente
de la República de Chile, don Ricardo Lagos y al pueblo chileno por su
cálida hospitalidad y por la excelente organización que permitió el
éxito de esta XV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de
Río.
44.- Acordamos que este documento sea conocido como la
"Declaración de Santiago".