20/12/2001
Asegurar
un marco de estabilidad política y económica
BATLLE
DESTACÓ LA IMPORTANCIA DEL DECRETO REFERENTE A LA MEGACONCESIÓN DE OBRAS
PÚBLICAS
Con
seriedad, sensatez y la tranquilidad que da la coalición política que
sustenta al Gobierno, el país está utilizando las oportunidades que
surgen de las dificultades de estos tiempos
para lograr con leyes bien meditadas las transformaciones que el
país necesita. Esto conceptos fueron vertidos por el Presidente de la
República, Dr. Jorge Batlle, al hacer uso de la palabra luego de dar el
cúmplase al decreto sobre la megaconcesión de obras públicas, una de
las medidas que –sostuvo- coloca al Uruguay en mejores condiciones para
competir en el mundo actual y, al mismo tiempo, generar oportunidades de
trabajo y crecimiento “en un marco de estabilidad política y
estabilidad económica.”
A
continuación se transcriben las palabras del Primer Mandatario
PRESIDENTE
BATLLE: Señores senadores, señores Diputados, señores Ministros, hoy
estamos reunidos para ponerle el cúmplase al decreto relativo a la
megaconcesión que es uno de los temas que el Gobierno de coalición ha
venido considerando en los últimos tiempos. Y que se inscribe dentro de
las distintas formas y acciones que hemos en común estado llevando
adelante, tanto en el Parlamento de la República como en el Poder
Ejecutivo, en procura no solamente de colocar al Uruguay en condiciones de
competir mejor en un mundo tan complejo y tan difícil, sino al mismo
tiempo de poder generar en función de estas resoluciones, oportunidades
de trabajo, de crecimiento de la economía en un marco de estabilidad
política y de estabilidad económica. Que son objetivos básicos para
alcanzar mejores niveles de ocupación en cualquier sociedad.
Sin
estabilidad política, sin la consecuencia de la misma que es la
estabilidad económica, es
prácticamente imposible para una sociedad cualquiera, en cualquier
tiempo dado, lograr objetivos que superen las situaciones de
recesión o de dificultades locales, regionales o globales como las que
estamos viviendo.
En
ese sentido, el Gobierno siente que trabajando
de esta forma, alcanzando estos objetivos de unidad, se está llevando
adelante un conjunto muy significativo de transformaciones que le
permitirán al Uruguay ingresar a un tiempo nuevo.
Las
mayores dificultades que ha tenido el Uruguay en el pasado derivan sin
ninguna duda del hecho de que a partir del año de 1960 las condiciones en
las cuales y bajo las cuales el mundo operó cambiaron. Y cambiaron de tal
forma y manera que a estas naciones, y particularmente a un país tan
pequeño como el Uruguay, nos dejaron quizás sin procurarlo, sin
quererlo, pero sin poderlo evitar tampoco, al margen del camino, al
costado del camino.
Y
para un país tan estructurado como el Uruguay lo ha sido, estructurado
por el trabajo de sus partidos, estructurado por el trabajo de sus
distintos agentes productivos, acostumbrado a normas que fueron en su
tiempo exitosas, tanto en el plano agropecuario, como en el plano
industrial, como en el plano de los servicios, producir las
transformaciones en paz como las que estamos logrando, como las que se han
alcanzado recientemente en el Parlamento de la República, ha resultado
ser una de las tareas y uno de los desafíos más importantes.
Y
pienso, y creo que todos estamos contestes en ello, que esto se puede
hacer por varias circunstancias concurrentes.
En
primer lugar, un cambio profundo en la sociedad uruguaya que reclama que
nos incorporemos con fuerza y que reconozcamos con fuerza a esta nueva
realidad.
Y
en segundo lugar, el sustento que la coalición política le da al
Gobierno para poder en el Parlamento de la República, en los Municipios y
desde el Poder Ejecutivo, a través de los Ministerios y de las
organizaciones autónomas o descentralizadas, procesar estos cambios.
La coalición, por
ejemplo, procesó el cambio que ha resultado tan exitoso en el Puerto de
Montevideo. Y, además, por otra parte, la propia coalición -el 12 de
diciembre- votó en el Parlamento de la República, en la misma fecha en
la que un intento anterior de transformaciones no se pudo llevar adelante,
porque en ese momento, la sociedad uruguaya no había alcanzado aún el
grado de comprensión que hoy tiene, que nos habilitaba para operar en paz
en el Parlamento de la República, no solamente con la participación
activa y del voto de los integrantes de la coalición de gobierno, sino
inclusive con la opinión importante de legisladores relevantes de otras
estructuras políticas, que cumpliendo su disciplina partidaria como
corresponde, como lo hemos hecho siempre, trabajaron, colaboraron y
permitieron que incorporáramos a la ley votada disposiciones sanas y
justas que son, sin ninguna duda, parte de lo mucho que hemos podido
hacer. Como Presidente de la República, yo debo decir que pese a las
dificultades que hemos tratado de conjugar, de conjurar, en función de
los hechos acaecidos este año dentro y fuera del país, la aftosa del 24
de abril, los atentados del 11 de septiembre, terribles formas del
terrorismo que todos rechazamos, que tanto daño están haciendo a la
economía del mundo, como Presidente de la República debo decir que puedo
finalizar el año sintiendo que el gobierno tiene en función de su
estructura, en función de este apoyo, la capacidad desde el Parlamento de
la República, desde los Municipios y desde los Ministerios, de llevar
adelante las transformaciones imprescindibles para que el país pueda
aprovechar la crisis. Las dificultades generan oportunidad. Y lo que
estamos haciendo es, precisamente, con capacidad, con seriedad, con
tranquilidad y con sensatez, utilizar las oportunidades que dan las
dificultades para transformar, con leyes bien meditadas, reflexivas y
sensatas, operar las transformaciones que, si uno las mira con el andar
del tiempo y les da perspectiva histórica, advierte que estamos con este
grupo de ciudadanos que representan lo que se dijo por parte, en su
momento, de nuestro compañero de la Comisión de Constitución y Códigos
del Senado, en oportunidad que yo era senador, el señor Senador Santoro,
con la acción de los partidos fundacionales, para repetir sus
expresiones. Y como legislador que he sido toda la vida, que he sido más
que nada legislador, soy, conjuntamente con el Señor senador Carlos Julio
Pereyra, decanos en el sentido de que somos los más antiguos, entramos
juntos al Parlamento. Me lleva una ventaja, señor senador, usted sigue
allí y yo espero algún día volver y encontrarlo en ese mismo lugar
trabajando por el país .... Hacemos... no importa, señor senador, si
usted quiere venir para acá, no le arriendo a la ganancia (Risas), pero
de cualquier manera, le puedo decir que como el senador Carlos Julio
Pereyra, que tanto tiempo hemos trabajado juntos en la concordancia y en
la discrepancia, sentimos que ésta es la expresión del enorme valor que
tiene la política como sostén de la democracia.
Muchísimas
gracias.
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