19/07/2001

EL PRESIDENTE BATLLE ELOGIO LA TRAYECTORIA DEL CORONEL (BM) WALTER MIÑOS, CONDECORADO AYER

El Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle Ibáñez, con sentidas palabras, hizo referencia a la trayectoria del Coronel (BM) Walter Miños, quien recibió ayer –luego de 62 años de actividad en las Fuerzas Armadas- la Medalla al Mérito de la Aviación en la categoría de Oficial, así como el diploma correspondiente. En el acto, que se desarrolló en el Comando General de la Fuerza Aérea, estuvieron presentes varios Ministros de Estado y también altos Jefes y Oficiales superiores de las Fuerzas Armadas. Miños, dijo el Presidente, es un hijo predilecto de su país.

A continuación figuran las palabras pronunciadas por el Presidente Batlle.

PRESIDENTE BATLLE: Señor Ministro; señores Comandantes en Jefe; señores Ministros; señores ex –Comandantes en Jefe; señores Generales y Oficiales Superiores; señor General Rapela; señoras, señores Jefes, señores Oficiales: yo nunca creí que las cosas de la vida me llevarían a cometer esta barbaridad, pero pienso que he tenido la enorme fortuna de poder recibir de la Fuerza Aérea y del Señor Ministro este hecho tan importante no solamente para nuestro amigo Miños –nuestro amigo "Pirón"- sino para todo lo que él representa y todo lo que él simboliza, más allá de su condición de Maestro de Banda, como ser humano, como persona a lo largo de los muchos años que ha estado vinculado a las Fuerzas Armadas de la República, a las que siente con devoción, a las que ha servido con indeclinable pasión y a su país, de quien es hijo. Porque desde su primera juventud en las instituciones públicas, en Santa Lucía y luego en el Ejército de la República y particularmente en la Escuela Militar y más tarde en la Fuerza Aérea, Miños ha servido a su país, de quien sin ninguna duda –reitero- es hoy, más que un hijo, un hijo predilecto.

Él me dijo al principio que yo lo tenía que sacar de apuros, cuando a lo largo de la vida ha sido siempre él el que nos ha sacado de apuros. Sin ninguna duda, muchos de los señores Oficiales Superiores y Jefes que están aquí han sido testigos de haber sacado de apuros y metido en apuros durante el tiempo en que convivió con ustedes a lo largo de tantas camadas en la Escuela Militar. Seguramente ha de haber sido insoportable su presencia allí para ustedes, a la vez que necesaria. Sin ninguna duda, ustedes han de poder decir cuántas veces Miños los ha sacado de apuros y otras tantas los ha de haber metido en complicaciones. Pero a lo largo de su vida, más allá de todo cuanto le debe al gran maestro Ballestrino, y más allá todo cuanto se debe a sí mismo, porque lo que heredó y aprendió de Ballestrino lo supo desarrollar, es algo tan importante como son las bandas militares, la música, lo es para la vida de la gente y sobre todo también lo es para las Fuerzas y para las Fuerzas Armadas, Miños ha estado involucrado, a lo largo de los años en lo que me ha tocado vivir, en cosas sustantivas para la vida de la República. Son la letra chica de la Historia, que muchas veces es tan importante o más importante que los grandes títulos, que los grandes capítulos de la Historia. Es cierto que si se le hubiera caído aquel bastón que revoleó en Río de Janeiro no estaría hoy acá. Yo recuerdo que cuando yo lo vi llegar y lo vi caminar sabía que algo de esto iba a pasar y estaba con mi hermano y le dije ‘"Yo cierro los ojos; avisame qué pasa". Y cuando pasó frente al Palco, al frente de la Escuela Militar, hizo aquel gesto de arrogancia y de compadrada que no lo ha dejado a lo largo de sus años y que le ha permitido sostenerse en la vida con su familia, con su mujer y con sus hijos y con sus amigos que lo han querido y que lo han rodeado, debo decir que aquel gesto no ha sido diferente de todos los gestos que ha tenido y que el señor Comandante en Jefe de las Fuerzas Aéreas, el señor Malaquín, lo ha resaltado aquí en sus palabras. Ha estado siempre junto a los amigos, al servicio de todos y al mismo tiempo ha estado en los momentos más difíciles al servicio del país, de lo cual soy testigo. Y además, no me he cansado, cada vez que he tenido alguna oportunidad de reiterarlo y de repetirlo, porque cuando en el país hubo dificultades necesitábamos puntos de unión, personas en cuya casa nos pudiéramos sentar a conversar, personas que merecieran la confianza de las partes que nos sentábamos a conversar, y más de una oportunidad le compramos masitas al señor General Rapela, y en más de una oportunidad él nos ofreció también su casa, a la que el entonces, ya no todavía coronel, el premio que le dimos por los viajes que nos llevó hasta la avenida del Libertador a su casa, a buscar los caminos para que nos pudiéramos encontrar todos los uruguayos en paz, que no fue esa la única oportunidad, ni fue esa la única circunstancia, ni fui yo el único que participó en más de una reunión, tanto en su domicilio como en otros lugares. Quiere decir, pues, que le viene bien la Condecoración, no solamente le luce bien, porque tiene los colores tricolores que ostenta sobre su pecho con la alegría que sabemos que la tiene, sino porque además se la merece, no como musicante, solamente, sino que se la merece como integrante de las Fuerzas Armadas y como ciudadano.

(Aplausos)

Don Miños, todos aquí estamos contentos de haber podido participar de esta ceremonia. Esperamos que con esta Condecoración usted sepa que lo que hemos hecho es homenaje no solamente a usted, a su señora que lo banca, a su familia, sino a todo lo que usted representa, a las Fuerzas Armadas de la República, a la paz que hemos alcanzado y a lo mucho que vamos a poder hacer todos juntos. Que la lleve usted con felicidad por muchos años. Muchas gracias.

(Aplausos)