30/07/2001

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE COSTA RICA, MIGUEL A. RODRIGUEZ ECHEVERRIA, AL RECIBIR LA MEDALLA DE LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

El Presidente costarricense Miguel Angel Rodríguez Echeverría, agradeció en emotiva alocución la condecoración recibida de parte del Jefe de Estado uruguayo y subrayó, en breves palabras, la identidad histórica y los lazos que unen a Costa Rica y Uruguay.

Se transcriben a continuación los conceptos vertidos por el mandatario visitante.

"Señor Presidente y querido amigo Jorge Batlle; su señora esposa; señoras y señores: Señor Presidente, he recibido de sus manos, de las manos de un hombre que ha asumido con hidalguía el reto de llevar a su país al Siglo XXI, la Medalla de la República Oriental del Uruguay, gesto que agradezco como una expresión de la entrañable amistad y afecto que enlaza a nuestras naciones y que acepto reconociendo el gran privilegio y el gran honor y responsabilidad que significa portar este símbolo.

Con la misma solemnidad con que usted me ha impuesto esta insignia, en nombre de mi pueblo y de mi gobierno lo he condecorado con la Orden Juan Mora Fernández en el Grado Cruz Placa de Oro, medalla que se da en recuerdo de nuestro primer Jefe de Estado, un sencillo maestro, que imprimió el ritmo a nuestra nación. Un maestro que nos une a su patria, señor Presidente, una patria, la uruguaya, dedicada a la educación y la superación de sus ciudadanos, reconocimiento que mi nación le brinda al representante de un pueblo con el cual compartimos un compromiso inquebrantable, con los valores y los ideales del humanismo. Reconocimiento que subraya su visión para llevar a la República Oriental del Uruguay por nuevos caminos de progreso y bienestar.

Esa es la fuerza que nos une. Costa Rica y la República Oriental del Uruguay unidas por un destino común; Costa Rica y la República Oriental del Uruguay juntas en la esperanza, en los sueños de un futuro de dicha y prosperidad para todos.

Señor Presidente Batlle: a costarricenses y uruguayos nos enorgullece nuestra historia y nuestra identidad latinoamericana. Somos dos naciones que construimos desde el Siglo XIX sobre las bases indispensables de la libertad, la democracia, la inversión social y la tolerancia, un modelo singular de desarrollo humano que en el caso de Costa Rica le permitió ingresar al Siglo XX, ya no como la nación más olvidada, recóndita y pobre de Centroamérica, que éramos cuando nos independizamos de España, sino más bien como una de las Repúblicas más prósperas y equitativas de Latinoamérica. Somos dos países que nos caracterizamos por nuestra vocación pacifista y democrática, por nuestra inversión en capital humano y nuestra estabilidad política y social, que nos ubican en los primeros lugares en el desarrollo humano en el mundo. Somos dos países comprometidos con el fortalecimiento del sistema interamericano de derechos humanos, con la cláusula y la Carta Democrática. Somos naciones hermanas, que nos apoyamos en la edificación de nuestro desarrollo y esperamos que este encuentro nos acerque más para avanzar en la defensa de los intereses que nos unen como países pequeños, en las rutas del desarrollo humano. Esperamos que su presidencia del MERCOSUR signifique un acercamiento con el sistema de integración de Centroamérica y un fortalecimiento de la integración hemisférica, que ambos procuramos y empujamos. Con gran respeto y admiración escuchamos su propuesta en la Cumbre de Québec, solicitando a todos los Presidentes y Jefes de Estado y Gobierno del hemisferio que colaboráramos con la administración del Presidente Bush, promoviendo en el Congreso de esa nación la aprobación del Trade Promotion Authority para que ALCA pudiese ser una realidad en el año 2005. Siguiendo sus palabras, me atreví a escribirle a todos los presidentes de América, pidiéndoles que actuáramos en esa dirección. Y hace pocos días estuve en el Congreso con Senadores y Representantes de los Estados Unidos, cumpliendo con esa iniciativa.

A costarricenses y a uruguayos nos une también nuestro amor por la literatura y de este país han surgido algunos de los más sobresalientes exponentes de las letras hispanoamericanas, signo inequívoco de un país en que la educación ocupa un lugar de privilegio. Se yergue así la vitalidad narrativa de Quiroga, la actitud social de Benedetti y la elocuente prosa de Rodó.

Compartimos el gusto uruguayo por los tangos, desde Francisco Canaro y Gerardo Matos Rodríguez con La Cumparsita hasta Horacio Ferrer, sin olvidar al inmortal Carlos Gardel. Compartimos también un valioso patrimonio de ideales y convicciones y el interés de iniciar una nueva era de relaciones más fraternas y solidarias, por el bienestar de nuestros pueblos.

Señor Presidente: "creo que este tiempo que habitamos es mejor que todo tiempo pasado y que todo tiempo futuro será mejor que el presente". Con esas palabras el poeta costarricense Jorge De Bravo quiso evocar el optimismo, la fe y la confianza de nuestros pueblos en su futuro, un futuro que los costarricenses hemos construido con previsión y trabajo, un futuro que sabe a esperanza y a profecía, un futuro en el que todos los pueblos de América serán uno. El futuro de América Latina es, tiene que ser alentador. Así lo creemos, así tiene que ser, así debemos hacerlo.

Agradezco una vez más el honor conferido al otorgarme la Medalla de la República Oriental del Uruguay. Confíe, Señor Presidente, que guardaré con especial cariño esta muestra de afecto y amistad del pueblo uruguayo, que se lo haré del conocimiento claro de mi pueblo y que tendré siempre gran cuidado de responder con honor a esta distinción. Dios bendiga a su familia, a su pueblo, a la República Oriental del Uruguay.

Muchas gracias".