19/06/2001
MERCADER: ANTE LAS CONTRARIEDADES EL EJEMPLO ARTIGUISTA
DEBE SERVIRNOS DE INSPIRACION Y DE AMPARO
"El ejemplo artiguista debe servirnos de
inspiración y de amparo cuando sobrevienen, una tras otras, las
contrariedades, los problemas y las acechanzas" expresó el Ministro
de Educación y Cultura, Dr. Antonio Mercader, en su discurso pronunciado
en el acto conmemorativo del 237º aniversario del natalicio del Prócer
"Gral. José Gervasio Artigas" que se cumplió en la ciudad de
Sauce, acto que contó con la presencia del Presidente de la República,
Dr. Jorge Batlle Ibáñez y altas autoridades nacionales, departamentales,
militares y público en general. En otra parte de su alocución el
mencionado Secretario de Estado expresó que "debemos preocuparnos no
sólo de los analfabetos idiomáticos sino también de los analfabetos
éticos, porque las reglas éticas, la formación en valores debe ser el
eje de toda buena educación y para eso estamos trabajando".
Ofrecemos a continuación el discurso del Ministro de Educación y
Cultura, Dr. Antonio Mercader:
Sr. Presidente, Intendente, Ministros, Legisladores,
autoridades militares. Sr. Presidente de la Junta, Sr. Presidente e
integrantes Comité Patriótico de Sauce.
Como todos los años, nos reunimos todos aquí en
Sauce, la tierra tradicional de los Artigas, para rendir homenaje al
prócer en el día de su nacimiento.
19 de Junio de 1764,19 de junio de 2001 son 237 años
que nos separan de aquel tiempo de la patria vieja en que nació Artigas y
en el que comenzó a manifestarse un sentimiento nacional hacia la
autonomía y la independencia.
Designado por el Sr. Presidente de la República tengo
el honor de hablarles hoy a Uds. en mi condición de representante del
Poder Ejecutivo y como Ministro de Educación y Cultura. Y al respecto
quiero recordar que el año pasado también recibí la distinción de
coordinar los actos nacionales de homenaje a Artigas en el 150 aniversario
de su muerte. Permítanme recordar algunos episodios de esa conmemoración
del año pasado.
Quiero destacar el estilo, el tono de los homenajes
para decir que tuvieron un carácter espontáneo y popular pocas veces
visto todos recordamos esa marcha a caballo que arrancó en la Meseta de
Artigas y siguió camino a Montevideo fue emocionante acompañarla en
algunos tramos. Adelante iban los Blandengues con ese caballo moro
sin jinete que simboliza la presencia del jefe de los orientales créanme
que había que ver a la gente en los rincones más apartados del país, en
un cruce de caminos, esperando la marcha y sacándose el sombrero en
señal de respeto.
Entre esos Blandengues y entre los centenares de
jinetes que se iban sumando el ambiente era de entusiasmo, recordación,
unción patriótica y, si me permiten la expresión, de afirmación
nacional en algunos tramos, en la entrad de los pueblos y ciudades,
jinetes y público mezclaban sus voces para entonar "a don
José".
A ese criollo rodear, rodear, rodear
los paisanos le dicen mi general
Antes que esa marcha simbólica llegara a Montevideo el
país estaba agitado por una corriente evocadora de artigas. Con
revisiones criticas desde algunos sectores, con nuevos aportes desde
otros, pero en todos los casos, distintas perspectivas para juzgar la obra
de este hombre que nos mostró el camino del Uruguay independiente,
democrático y pluralista que hoy tenemos.
De ese acercamiento a su figura, de su reexamen,
siento, y creo que sentimos todos, que Artigas salió fortalecido,
humanizado, con una personalidad no de bronce sino real, humana,
confirmadas sus virtudes esenciales. Su don de mando, su valentía, su
búsqueda constante de la libertad tal como lo plasmó en la máxima
expresión de su pensamiento las instrucciones del año XIII.
En medio de ese clima, la entrada a Montevideo de esa
marcha a caballo, los actos en la plaza lndependencia marcaron el 23 de
setiembre una jornada de fiesta, inolvidable, fermental, y sobre todo
popular. Como se dijo entonces, quedó probado que hoy como ayer el nombre
de Artigas sigue convocando. No fue preciso arengar a la gente, pedirle
que apoyara, sino que los uruguayos en grandes proporciones, se plegaron
por su propia voluntad a esa gesta de recordación y homenaje.
Impregnados por ese espíritu y por las imágenes de
aquella fiesta patriótica, es que venimos hoy a Sauce, sabiendo que somos
simples portavoces de un sentimiento profundo y autentico del pueblo
uruguayo. Venimos en tiempo de dificultades, sí es verdad, pero ¿no eran
acaso tiempos mucho más difíciles los que vivió Artigas dos siglos
atrás cuando ni patria había y cuando la amenaza de la intervención
extranjera se cernía sobre el país?
Eran tiempos de construcción, mucho más peligrosos e
impredecibles que los que hoy vivimos. Creo entonces que el ejemplo
artiguista debe servirnos de inspiración y de amparo cuando sobrevienen,
una tras otra. las contrariedades, los problemas y las acechanzas.
Al actuar así no lo hacemos guiados por ese afán
permanente de mirar hacia atrás, de deleitarnos con el pasado. Lo hacemos
porque debemos tener claro que somos la continuidad de un proyecto que
nació aquí, en estas tierras, hace 237 años.
Es bueno recordarlo, es bueno tener presentes las
lecciones de nuestra historia por eso la enseñamos en las escuelas y
liceos. Por eso es tan importante insistir en que la historia nacional
debe enseñarse en profundidad para que nos sirva de guía y para que nos
diga quiénes somos, de donde venimos, hacia dónde vamos.
Como verán, estamos hablando de los valores. ¡y vaya
si son importantes tos valores nacionales! Ningún sistema educativo que
se precie, no importa de que país sea, puede renunciar a dictar clases
sobre la historia nacional, hacerlo, insistir en eso, no es un exceso de
nacionalismo, no es patrioterismo, sino que es nacionalismo bien
entendido.
Es el nacionalismo que asegura la cohesión de una
comunidad en torno a sus ideas y a sus valores centrales. Vean, estamos
hablando de valores, un tema en el que seguimos insistiendo desde que lo
lanzó el Sr. Presidente de la República, porque es la obligación
principal de toda buena educación reparar en este tema de los valores.
Cuando nos preguntamos para qué educar, la respuesta
puede ser, para preparar buenos mecánicos torneros, gente que sepa de
marketing o de informática, o buenos médicos. Pero además de eso, antes
que eso, queremos que nuestros jóvenes sean buena gente, buenos
ciudadanos, hombres y mujeres democráticos. tolerantes, pluralistas con
sentido de justicia, con respeto por los diferentes, con solidaridad para
con los necesitados. Una educación que renuncie a formar a la gente sin
esos valores no es una buena educación.
Nos jactamos a veces de que somos un país casi sin
analfabetos, con un bajo porcentaje de ellos, del 2% o del 3%, lo que nos
coloca en un sitial destacado dentro de América Latina. Pero debemos
preocuparnos no sólo de los analfabetos idiomáticos sino también de los
analfabetos éticos. porque las reglas éticas, la formación en valores
deben ser el eje de toda buena educación y para eso estamos trabajando
Algunos han querido ver en esta inquietud un presunto
ataque al principio de la laicidad. ¡No es así! Aquí somos todos
partidarios de la laicidad. el propio Artigas fue un ardiente defensor de
la libertad de cultos y en sus instrucciones habló de promover la
libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable.
Nadie quiere que se adoctrine en una religión, pero
¡atención! tampoco queremos que se adoctrine en favor de una determinada
corriente política. Politizar la enseñanza, aprovechar la cátedra para
hacer proselitismo político, es una actitud altamente condenable que debe
ser señalada y combatir. Esta es una de nuestras preocupaciones centrales
en la Comisión Coordinadora de la Enseñanza donde este concepto de
laicidad será defendido y donde deberán considerarse todas las denuncias
existentes sobre violaciones a este principio.
Señoras y señores
Entre los libertadores americanos Artigas se ha ganado
un lugar de preferencia. El estilo de vida austero reflejado en toda su
carrera; la firmeza de sus convicciones expresada con actitudes que lo
llevaron al exilio voluntario; el don de liderazgo que quedó de
manifiesto en el éxodo del pueblo oriental, y sus ideas democráticas y
liberales asentadas en las instrucciones, le han dado ese relieve propio.
Así, se convierte en un héroe singular, étnico e irrepetible, por
oriental, por criollo y por nuestro.
Hoy, como ayer, y como deberemos hacer por siempre,
ciudadanos y gobernantes le rendimos homenaje. Mantener viva su memoria es
un imperativo para fortalecer los lazos que nos unen y que nos convierten
en una nación. Con un pasado común, con un legado de tradiciones y
valores compartidos, y sobre todo, con un futuro que nos espera.
En ese futuro hay riesgos y desafíos, como los hubo en
los tiempos turbulentos de la gesta artiguista. pero hoy como ayer, en
esos tiempos difíciles. junto a los riesgos y los desafíos, también hay
oportunidades. inspirados en la figura y la obra de Artigas debemos estar
listos para superar las adversidades y, levantándonos sobre ellas,
construir el porvenir luminoso que nuestro país se merece.
Muchas gracias