02/03/2001

ABREU: ARGENTINA Y URUGUAY DESARROLLAN UNA ESTRATEGIA COMÚN EN POLÍTICA ENERGÉTICA

El Ministro de Industria, Energía y Minería, Dr. Sergio Abreu, destacó la importancia que tiene en la política energética del gobierno la construcción del gasoducto Buenos Aires-Montevideo, cuyas obras fueron inauguradas hoy por los presidentes Batlle y De la Rúa, y sostuvo que este emprendimiento binacional es la comprobación de que los países pueden realizar esfuerzos concretos para desarrollar estrategias de carácter común. A continuación las expresiones del secretario de Estado.

Señor Presidente de la República Oriental del Uruguay, Dr. Jorge Batlle,

Señora Ministra, Secretaria de Energía de la República Argentina,

Señores Ministros,

Señores Legisladores,

Señores Embajadores, Representantes diplomáticos,

Señores empresarios, miembros del Consorcio Gasoducto Cruz del Sur,

Señoras y Señores:

Esta circunstancia de hoy significa no sólo un punto de partida de un esfuerzo de carácter regional y nacional, sino también la comprobación de que los países podemos y debemos realizar esfuerzos concretos para desarrollar estrategias de carácter común. Cuando ya la visión copernicana de lo que es la participación de los Estados en el mundo ha superado la autarquía, sabemos que hoy el tema no está al rescate de la soberanía, sino que está basado precisamente en lo que es administrar la interdependencia de los Estados, en un mundo que la globalización y la economía nacional volcando y definiendo sus roles, más allá de las voluntades políticas.

Y esta es la voluntad política que ha decidido ingresar en esta área de la política energética donde el gas se transforma en un elemento fundamental, no sólo por la estrategia que pueda desarrollar la Argentina, sino fundamentalmente por lo que significa en el Uruguay en su matriz energética, con sus características especiales, con la visión que tiene de aumentar su competitividad y su calidad de vida en un ámbito donde la naturaleza nos ha dotado de petróleo para ser productores de él y de gas para ser productores de él. Y en ese sentido este ámbito de la interdependencia, de esta administración de interdependencia, es también un elemento complementario a la integración. Sólo tenemos en el Río Uruguay condición visionaria en la expresión de la empresa binacional de Salto Grande, desde hace muchos años, donde compartimos generación de energía, compartimos responsabilidades comunes y además, mismo desde el punto de vista de leyes internacionales, la expresión de la binacionalidad para manejar este tipo de recursos con la responsabilidad de dos Estados. Lo hemos concretado también en los ámbitos de compartir los recursos de países ribereños, tanto en la Comisión Administradora del Río de la Plata como en la Comisión Administradora del Río Uruguay, como también en lo que significa la responsabilidad de ir administrando los recursos comunes que son parte de una estrategia que va más allá de los temas comerciales en la integración. La integración hoy y la interdependencia que nosotros manejamos a través del gas significa que ya estamos superando los aspectos estáticos del comercio y de los aranceles para que la estrategia y la proyección de la infraestructura que tiene mucha más durabilidad que los compromisos comerciales, nos permita desarrollar en conjunto ideas que están mucho más allá del concepto antiguo del Estado-Nación. El Estado-Nación hoy está al servicio, precisamente, de una visión co-panamericana en la que hoy la administración de esta interdependencia supone que somos parte de un engranaje en el que tenemos que defender para trasmitir a nuestros actores sociales la mejor calidad de vida y a nuestros actores económicos los mejores insumos para ser más competitivos.

Este es el desafío que asumimos hoy en el ámbito de esta interdependencia y en la inauguración de estas obras. Porque el gas ha ingresado en el Uruguay es un elemento estratégico que supone una alteración de la proyección de la matriz energética. Porque además ha entrado a refrescar en la vida nacional una serie de ideas que por antiguas parecían perennes, como por ejemplo la necesidad de que el sector público de agentes monopólicos del Estado sepan que el monopolio es un instrumento al servicio de la comunidad y no un instrumento al servicio de la ineficiencia. Y estos temas se manifiestan en la forma en que distinguimos la política energética como definición estratégica del país. Los roles empresariales como aportando su esfuerzo en la consonancia de una visión privada en la que el sector privado, como estamos viendo hoy, tiene una participación más que interesante en definitiva. Como también, como decía la Secretaria de Energía, la importancia que tienen los juegos reguladores que aún cuando vayan a ritmos diferentes, es muy importante es ir concretándolo, porque son las normas las que van a regular las normas de juego y porque es con reglas de juego claras que el sector privado y el sector público definen sus estrategias y ajustan sus decisiones de carácter comercial o político.

Así que es con este espíritu positivo, de hermandad en el sentido más trascendente, no en la hermandad melancólica o en la hermandad romántica, sino en la hermandad que significa la complementación de intereses, donde cada uno de nuestros países sabe lo que está aportando, y donde cada uno de nuestros países sabe que algunas concesiones realiza al interior de su propio país para saber que hay empresas más importantes que el interés nacional que vale la pena rescatar, porque es allí donde se ve la grandeza y la hermandad donde podemos trabajar con objetivos comunes.

En este espíritu de reactivación empresarial, de abaratamiento de costos, de aumento de la calidad de vida, de trasmitir la responsabilidad de que cuando el gas ingresa al Uruguay, el gas argentino no sólo es una visión estratégica sino también la participación de un insumo que va a redundar en beneficio de la mejor calidad de vida de la gente haciendo del medio ambiente un elemento importante para no terminar siendo a veces los que vamos a buscar respuestas a los problemas insolubles, sino sabiendo que las verdaderas responsabilidades de gobierno se hacen previendo el futuro y no achicando los problemas que no pudimos prever. Medio ambiente, calidad de vida, competitividad, relación del sector productivo con todo lo que significa para un país como el Uruguay, en consonancia con el esfuerzo argentino, complementar también en proyectos de descentralización la posibilidad de que todo el proyecto de desarrollo del Uruguay tenga a través de este gasoducto, que ingresa como el otro gasoducto que está ingresando por el litoral, tenga en la respuesta en el sector productivo para radicar las inversiones, para ser más competitivo y asumir el riesgo de que invertir en los países de la zona, teniendo al gas como principal insumo, no sólo vale la pena, sino que somos capaces de hacer vivir a los uruguayos y a los argentinos un mejor nivel de vida, que es la principal obligación que tienen todos los gobernantes.

Quiero agradecer a las empresas públicas, a UTE y a ANCAP, el esfuerzo que han hecho, también por posibilitar a través de distintos contratos el ingreso del gas al Uruguay. A la empresa que ha tomado el riesgo y que además ha tenido fuerza y suficiente energía en ese sentido, con interpretación redundante, energía para poder decir y apostar a este tipo de proyección y sobre todo a una visión de futuro, al desafío que tenemos también los uruguayos de saber que este gasoducto es un planteo estratégico que involucra a la integración no sólo comercial sino a la integración energética, para saber que también todos los que estamos en la región somos capaces de responder a los desafíos nuevos sin necesidad de estar recurriendo a viejas y gastadas fórmulas integracionistas y retóricas, cuando en realidad lo que todos los uruguayos y argentinos quieren hoy es ver obras concretas y resultados concretos para vivir mejor entre todos. Muchas gracias.