15/03/2001

BATLLE: LA INTEGRACION PROSPERARA SI EL CAMINO ES DE IDA Y VUELTA

"Mientras el camino sea de ida y de vuelta la integración prosperará para todos. El camino jamás podrá ser de mano única porque entonces habrá vencedores y vencidos y ese no es el signo de la globalización", expresó el Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle Ibáñez, al hacer uso de la palabra en la ceremonia de inauguración de la reunión de los Ministros de Transporte del Hemisferio Occidental que tiene como tema central "Transporte en las Américas: Acercándonos mas" que se lleva a cabo en el "Conrad Resort & Casino Punta del Este".

Esta fueron las palabras pronunciadas por el primer mandatario:

Sin ninguna duda ustedes se podrán imaginar lo que significa para nosotros la presencia de ustedes en el Uruguay. Es un gusto, es un honor, desearíamos al compartir esta reunión con ustedes, trasmitirles todo cuánto sentimos con respecto a la enorme tarea histórica que tienen los señores ministros a su frente para encarar en los próximos años.

El señor ministro Cáceres, usted sabe que a los presidentes se les permite corregir a los ministros, se les permite tantas cosas a los presidentes que, una de ellas es corregir ministros, ¿no, verdad?, muy bien. El ministro Cáceres dijo, que la globalización es irremediable, o sea, es una cosa que no tiene remedio, por tanto si es un remedio la globalización ha de ser un mal, porque los remedios son para curar los males. Yo digo que no, yo digo que la globalización es un bien. Gracias a Dios que hay globalización, si no hubiera globalización que sería de cada uno de nosotros, encerrados adentro de cada uno nosotros. ¿Es que América acaso no conoció globalización? Y es claro que América conoció globalización. En el siglo XIX América conoció una formidable globalización, en aquella época a la cabeza de la globalización se colocó el imperio inglés, naturalmente el imperio inglés que se colocó a la cabeza de la globalización, después de las derrotas de Napoleón y de España en los mares y de Waterloo, tuvo esa posibilidad de controlar el gran medio de transporte de su tiempo y de bajar los fletes. En la otra punta estaban los mercados abiertos y el siglo XIX vio una civilización atlántica con una formidable globalización. Existe un formidable estudio hecho por economistas ingleses y americanos a propósito de un análisis desestacionado de las inversiones, de las inversiones financieras, hechas por Europa en América en el siglo XIX y al mismo tiempo se la hacíamos a ellos. El agregado de la emigración europea que pobló nuestro continente, la transferencia tecnológica y de la habilitación de los mercados y de la baja de los fletes, vemos que el desarrollo de ese tiempo en América con las consecuencias naturalmente beneficiosas que cada país administró de acuerdo a su real saber y entender fue producto de la existencia de esa globalización. En donde hubo una convergencia en el mundo en precios y en salarios, lo que nos permitió a todos crecer. Los uruguayos por ejemplo durante cien años tuvimos una moneda estable, no había investment grade, por supuesto, en aquella época, no había Banco Mundial, no había Fondo Monetario Internacional, alcanzaba con hermanos compradores y en el Uruguay entre mil ochocientos sesenta y poco y mil novecientos cincuenta, un dólar era un peso, sin Ley de Convertibilidad y sin nada. ¿Por qué?, porque teníamos una economía ordenada, en la medida en que teníamos una economía abierta que nos permitía tener una economía ordenada. A mi me tocó, privilegio de la edad discutir hace treinta y siete años en Inglaterra junto con los argentinos y junto con australianos y neozelandeses e irlandeses y polacos, el último convenio de carnes en Sheffield. En aquella época vendíamos la carne a 2.400 dólares la tonelada, hoy la vendemos a la mitad de precio. Con aquellos dólares y con estos de hoy, quiere decir que nuestros productores son más que sobrevivientes, son héroes. Por lo tanto la globalización es buena en la medida que ella supone en sí mismo, por ser global, apertura. ¿Qué es difícil? ¡Ah! por cierto que es difícil. Por tanto cuanto más rápido mejor. Si es un asunto difícil cuanto antes nos pongamos a discutir mejor, cuanto más tarde lo discutamos más demoraremos en obtener los resultados beneficiosos que una globalización de esta naturaleza nos va a dar.

Por supuesto como yo tengo que volver a Montevideo les voy a dejar y ahora me voy a encontrar con el Ministro de Economía, le voy a comunicar al Ministro de Economía que nuestro ministro Cáceres ha multiplicado los panes y los peces (risas) por que sin ninguna duda una multiplicación por cuatro de todos estos bienes determina que el Producto Bruto va a ir, no se sabe adónde, va a salir para afuera y a más Producto Bruto mejor recaudación y así bajaremos los impuestos y haremos sociedades que puedan ser más justas, más equitativas, en la medida en que podamos comerciar más libremente.

Y sin ninguna duda para comerciar se precisa transportar la mercadería, tener medios físicos para hacerlo y por tanto siempre es necesaria la presencia, como ustedes de grandes ministros de infraestructura para que nos den los medios para poder realmente alcanzar estos objetivos cuando en pocos años este mundo, tanto el de este continente americano como notoriamente va a pasar también con Europa porque Europa no puede dejar de reconocer el hecho de que también tiene que ponerse en camino en la búsqueda de este tipo de asociaciones este continente, que tiene entre otras tremendas ventajas en este planeta, el de que está separado del resto de la tierra por océanos.

Es bastante distinto vivir al norte o al sur del Mediterráneo que vivir alejado del resto del resto de la tierra por océanos. Y pienso, entonces, que esta tarea puede ser, además, de muy fructífera imprescindible, no irremediable, imprescindible, en la medida en que ustedes contribuyan a que nuestros ríos sirvan para transportarnos para que aquí en el MERCOSUR y en la Cuenca Andina nuestros ríos sirvan para transportarnos. Y nuestros ferrocarriles vuelvan a servirnos para aquellas cosas para las que se hicieron. Aunque les parezca mentira en el Uruguay se construyeron por el sector privado, en el siglo pasado, tres mil kilómetros de ferrocarriles, lo que significa que pudimos tener un crecimiento, que algunos aprovechamos más que otros, según nuestras condiciones particulares pero que fue la consecuencia de que existiera esa civilización atlántica que nos habilitó a recibir y a dar.

Mientras el camino sea de ida y de vuelta la integración prosperará para todos. El camino jamás podrá ser de mano única porque entonces habrá vencedores y vencidos y ese no es el signo de la globalización. Que es difícil, ¡ah! Por cierto. Fácil nada hay en este mundo Que vamos allí, también. Ese sí no es irremediable, es inexorable y que vamos rápido, mejor.

Que tengan buena suerte y que disfruten de Punta del Este que yo me voy a Montevideo a trabajar un poco (risas y aplausos).