BATLLE Y EL MERCOSUR: EL TEMA ES DECIDIRNOS A HACER
TODO LO QUE NOS FALTA HACER
"Considero que los diez años han sido útiles,
porque nos han mostrado todo lo que somos capaces de hacer y también
porque nos muestran todo lo que nos falta hacer. El tema es decidirnos a
empezar a hacer lo que nos falta hacer. Y creo que esa es una tarea, que
es la tarea más importante, no solamente la tarea del regocijo de lo
hecho, sino la tarea del reconocimiento de lo que falta", manifestó
el Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle Ibáñez, en su discurso
pronunciado en el acto de clausura de la Conferencia "MERCOSUR, 10
Años de Integraciòn hacia la Unión Aduanera" que tuvo lugar en la
Cámara Nacional de Comercio y Servicios del uruguay.
Esta fue su alocución:
Lo interesante además es hablar al cierre de un
Seminario del cuál uno no sabe nada, de lo que ha ocurrido y ni de lo que
se ha dicho y hacerlo además delante de los popes cosa que es difícil,
autores del proto, eso sí no es posmoderno, es premoderno, del proto
MERCOSUR, autores del PEC, aquí están los autores del PEC. El amigo
Embajador del Brasil, señor Flores y el monstruo local, el señor
Magariños. Este, así que para mí resulta harto difícil, harto
difícil. Y todos saben además que el asunto del gobierno hay que
trabajar todo el día, no hay hora, no hay nada, es brutal, así que uno
al final necesita improvisar.
Yo, en primer lugar, diría que no cabe duda de que el
MERCOSUR es algo que además de haber sido una necesidad, una necesidad
impostergable es algo que nos ha hecho bien. O sea, yo creo que el
MERCOSUR no se puede analizar en números, ¿cuánto es lo que aumentamos
la exportación?, creo que no se puede analizar en números del MERCOSUR.
Con esa manía que uno tiene, con la vejez las manías aumentan, por tanto
yo ya entro en una etapa de peligrosidad, (risas) este, el otro día
estaba leyendo el prólogo de un libro de un ciudadano de origen español
que se instaló en el Uruguay allá por mil ochocientos cuarenta y, lo
pusieron, digamos, de encargado de un comercio en Canelones, como toda la
familia de sus patrones eran colorados, se hizo colorado, los blancos de
Oribe llegaron, ocuparon el lugar y salió corriendo, y se pasó su vida
corriendo hasta mil ochocientos setenta que terminó el lego, de haber
hecho una importante posición económica de vuelta radicado en su país
de origen con su familia. Y anduvo entonces, salió de Montevideo fue para
Buenos Aires, de Buenos Aires volvió para el Uruguay, participó en las
actividades políticas y revolucionarias, fue secretario de Rivera,
después lo deportaron a Río Grande do Sul, desde donde fue Río, en Río
recorrió el norte hasta en Santarem estuvo, donde quedó enloquecido por
la malaria para siempre , y después volvió y participó hasta, hasta fue
aprovisionador de las tropas del imperio en la Guerra de la Triple
Alianza, de todo, hizo de todo. Claro, el libro es interesantísimo porque
no se refiere a nada de eso, él hace su autobiografía y después es la
recopilación de la documentación por la cuál Carlos III expulsó a los
jesuitas de América, no tiene nada que ver, pero es de cualquier manera
muy interesante. Entonces, uno llega a la conclusión de que esto del
MERCOSUR es una cosa que no tiene sentido, si ya existía. Es que ya
existía el tal MERCOSUR. Si uno empieza a leer la biografía de aquel
hombre, como se movían en aquel mundo, como tenían contactos estrechos
permanentes, crecientes, con las personalidades, como estando en Río le
dieron un documento para que fuera a ver David Canavarro a Río Grande do
Jul de parte del otro fulano, o sea es un mundo único este, no había
fronteras, claro que no había fronteras. No había ninguna frontera no se
sabe si era muy legal tampoco, pero tampoco había muchas leyes. Había
una interconexión de los pueblos que nosotros hoy ni imaginamos, ni
imaginamos. La gente que vive en la frontera en el norte en Rivera y en
Cerro Largo y en Artigas tiene una interconexión familiar con la gente
del sur de Brasil y seguramente, buena parte de ello también pasa en el
Litoral argentino-uruguayo, a la altura de Entre Ríos, en donde los
ciudadanos de Fray Bentos y de Gualeguaychú y los de Concordia y los de
Chajarí, Federación con los de Salto, tienen una vida muy en común. En
alguna forma eso se mantuvo pero nunca al grado de lo que se había vivido
en esta zona en el siglo XIX. Luego vino el tiempo de encerrarnos y todos
construimos terribles murallas para seguir los caminos que el mundo
indicaba entonces, que el mundo central indicaba entonces. Y luego viene
el camino de desalambrar o sea de bajar las defensas, que empieza con el
PEC y con el CAUCE. Autores en buena medida son del PEC quienes están
sentados acá. Que fue un primer inicio de la creación de una corriente
de negocios estables en donde tanto Brasil como la Argentina le dieron al
Uruguay cierto tipo de beneficios para que el Uruguay pudiera expandir su
comercio en esos países que se ha ya consolidado con las formas del
MERCOSUR que nos ha permitido llegar a este posicionamiento en donde los
uruguayos sentimos que en los mercados naturales de Brasil y Argentina
tenemos un cúmulo de oportunidades para desarrollarnos. Y llevamos diez
años en eso ¿no? Y han sido años, han sido años fundamentalmente que
han girado alrededor del tema comercial y del tema económico, este, en
aquella época giraba no solamente alrededor del tema comercial y el tema
económico, sino que giraba alrededor del tema político, realidades que
hoy no existen, pero que tampoco han sido reemplazadas por otro tipo de
cosas que el MERCOSUR no ha creado y que es necesario que cree. El
MERCOSUR no es solamente un MERCOSUR del comercio, no es un MERCOSUR de la
economía, no es solamente un MERCOSUR de la estabilidad macroeconómica,
debe ser también un MERCOSUR de corrientes culturales, corrientes
educativas, corrientes sociales, de intercambio permanente, de la
creación de ideas que se plasmen a través de instituciones comunes de
carácter regional, cosa que, inclusive, el Uruguay propuso en la última
reunión que tuvimos en Brasilia en ocasión de, de la celebración del
aniversario, del quinto aniversario, cuarto aniversario de la llegada,
quinto aniversario de la llegada de Cabral a las costas brasileras. Pienso
que eso, es un componente que par y paso deberíamos tratar de impulsar en
el MERCOSUR, que no lo hemos impulsado porque realmente ¿Qué nos pasa
con el MERCOSUR?. Con el MERCOSUR nos pasa que hasta ahora el MERCOSUR es
un MERCOSUR de los ministros y de los presidentes. El MERCOSUR no tiene,
no ha desarrollado todavía la capacidad de ser una institución en sí
misma, un poco más independiente del acontecer político de todos los
días. O sea, la tarea más importante que tenemos en el MERCOSUR es
discutir entre nosotros los problemas de importaciones y exportaciones y
como todos estos países, todos, el Uruguay, entre ellos naturalmente, no
es diferente a los demás, naturalmente que nuestros errores lucen menos
porque somos más chicos, o nuestras aptitudes también lucen menos porque
somos más chicos, lamentablemente lo que tenemos que decir es que el
MERCOSUR no ha podido construir en estos diez años alguna formas de
acciones que sean un poco más independientes de los Estados que lo
conforman, con lo cual, por ejemplo, si alguien quiere hablar con el
MERCOSUR y viene de la Comunidad Europea a hablar con el MERCOSUR ¿con
quién habla? Con el secretario técnico que está en el Parque Hotel, no
puede hablar, porque no tiene funciones, ni representatividad. Con un
grupo de ciudadanos que preparen los elementos técnicos que les sirvan a
los gobiernos tampoco, porque no existe ¿Con un ministro?, con las ideas
que tenemos los presidentes, los ministros duran tan poco que no se sabe
si van ha hablar con ese y a la vuelta van hablar con el otro (risas). Al
final tienen que hablar con el Presidente. Yo creo que estamos, en ese
sentido, fallando en que no hemos tomado todavía decisiones que, en buena
medida, nos encaminen a tener algunas capacidades de continuidad, tanto en
las organizaciones técnicas necesarias, en un secretariado técnico, para
que haya entre nosotros un poco más de distancia en nuestras propias
realidades, porque sino siempre nosotros estamos asumiendo, en cada
discusión que asumimos, que tenemos toda la razón del mundo y que los
demás están todos totalmente equivocados. Pero como tampoco tenemos
Tribunales Arbitrales estables ni permanentes, bueno, se nos generan un
conjunto de problemas. Yo diría que estos son, digamos, las consecuencias
naturales del crecimiento. El crecimiento de los países dentro de los
respectivos mercados generan las reacciones naturales de la estropada
proteccionista, la estropada proteccionista es algo sobre lo cual
marchamos, como marcha una División blindada arriba de un territorio y
nos afirmamos sobre esa estropada proteccionista y desarticularla y
desarmarla a todos, tanto en el sector privado y más en el sector
público, a unos más a otros menos, nos cuesta enormemente hacerlo y
quizás el camino que se ha comenzado para ver si podemos, en materia
macroeconómica, armar algo a lo cual o a lo que estemos todos obligados,
sea un ejemplo de lo que necesitaríamos instrumentar para poder alcanzar
estadios de alguna forma parecidos a lo que después de muchos años más
que nosotros ha alcanzado la Unión Europea.
Bueno, esto supongo que quiere decir muchas veces ceder
parte de nuestra capacidad soberana de decidir las cosas, pero en la
medida en que entramos en una sociedad, tenemos que empezar a compartir
las decisiones y tenemos que empezar a compartir las formas de actuar y de
hacer las cosas. Y pienso que si nosotros, todos, miramos hacia fuera con
la posibilidad de que como una región negociemos con otras regiones, la
primera cosa es que seguramente los demás nos van a pedir es que nuestra
región a sí misma sea capaz de decir "esto es en forma común y
conjunta, lo que la región piensa, lo que la región quiere y lo que la
región hace", cuando notoriamente todavía no hemos podido ni
comenzar a desarrollar instrumentos que nos permitan hacia lo interno de
esta región hacerlo.
Bueno, diez años quizás son pocos, es posible. Es
posible que el impulso natural inicial de expansión del comercio fuera
muy fácil, porque porcentualmente crecer de la nada siempre uno crece muy
mucho. O sea, cuando los suizos ofrecen al 2 por ciento y los chinos al 8,
uno dice "no, que bien van los suizos", porque crecer al 2 por
ciento en Suiza es ser mucho más que crecer al 8 en China. Y, por tanto,
crecer de cero, es lo que le pasa a los novillos, ¿no es verdad,
Roberto?; lo sacas de Treinta y Tres y lo pones en el Valle de Fuentes, a
los primeros dos meses hacen ¡boom!. Bueno, muy bien. Después es
difícil que siga así.
Por lo tanto, considero que los diez años han sido
útiles, porque nos han mostrado todo lo que somos capaces de hacer y
también porque nos muestran todo lo que nos falta hacer. El tema es
decidirnos a empezar a hacer lo que nos falta hacer. Y creo que esa es una
tarea, que es la tarea más importante, no solamente la tarea del regocijo
de lo hecho, sino la tarea del reconocimiento de lo que falta.
No es fácil, por supuesto que no es fácil. Nunca es
fácil, cuando alguien –instituciones, personas, sociedades, países,
gobiernos, partidos, colectividades- tienen que ceder parte de su
capacidad de decidir lo que van a hacer, como va a ser el destino de su
vida. Pero pienso que eso forma parte esencial de un MERCOSUR real, de un
MERCOSUR que tiene que tratar de ser una organización fuerte hacia
adentro y orgánica hacia fuera. Desde ese punto de vista nosotros no
creemos en un mundo cerrado, nosotros no creemos en un mundo cerrado,
creemos en un mundo abierto. Es más, nosotros a diferencia de esa
organización de contracultura que se ha lanzado al ruedo en contra de la
globalización, a la que la acusan a la globalización, de todos los
males, decimos que por suerte existe la globalización. Porque, ¿qué es
lo contrario de la globalización?, que esté todo el mundo encerrado,
porque si uno no quiere estar globalizado, quiere decir que quiere estar
encerrado y si quiere estar encerrado, ¿a qué nivel quiere estar
encerrado?, ¿a nivel nacional, a nivel departamental, a nivel local, a
nivel regional, a nivel continental, o encerrado a nivel planetario?
porque no vamos a relacionarnos con Marte ni con Saturno. Eso de estar
encerrado es como decir "es mejor estar sin aire que con aire";
¿quién va a sacar una ventaja estando encerrado? Pero, además, un país
chico encerrado, peor, y una región encerrada, peor. Es posible, es
posible que haya algún país muy grande, muy grande, que en algún
instante sueñe que es bueno estar encerrado, pero no le dura más que
eso, más que un instante Absolutamente, más que un instante. Estados
Unidos tiene un déficit comercial de ciento cincuenta mil millones de
dólares. ¿A usted le parece que Estados Unidos con su capacidad
autárquica dijera "me voy a encerrar"? Desaparece el mundo y
él, porque así nadie solo más puede vivir.
Por tanto, estar encerrados al MERCOSUR no le sirve, al
Uruguay no le sirve, al Brasil no le sirve, a la Argentina no le sirve.
¿Dónde van a crecer Argentina y Brasil, entre ellos? Imposible. No digo
que no sea así, pero digo que será para nuestros bisnietos. Y,
naturalmente, las urgencias y las demandas de los pueblos, ya no estamos
hablando en los términos de 1810, que es cuando se decía que no
admitían dilaciones, sino que la información hace que hoy la gente diga,
"pero por qué nosotros no y los demás sí". Entonces, en qué
medida nosotros no nos vamos a dar cuenta que tenemos que buscar formas de
apertura entre nosotros y hacia fuera, para poder crecer. Para mí eso
también está en la base de un pensamiento colectivo-político del
MERCOSUR. Y con todos.
Yo se lo decía el otro día al señor Presidente
Ciampi, cuando él hablaba de nuestras afinidades con Europa, que son
ciertas, absolutamente ciertas y hemos venido todos de allá; yo le decía
"mire, no creo, señor Presidente Ciampi, que haya una opción, no es
un dilema de falsa oposición esto "Europa sí, el ALCA no"; o
"el ALCA sí, Europa no". No existe ese dilema de falsa
oposición. Tenemos que tratar de negociar una apertura con todos los
mercados posibles y pienso que si las negociaciones son duras, como
siempre lo son, si son duras entre nosotros y de que manera. Cuando
tenemos que arbitrar soluciones, para cosas entre nosotros, se llamen como
se llamen, nuestras pretensiones o nuestros puntos de vista y los puntos
de vista de los demás países que conforman este MERCOSUR, si son
difíciles entre nosotros, como no van a ser mucho más difíciles con
toda la Unión Económica Europea o con los Estados Unidos. Por tanto, si
son difíciles, empezar cuanto antes, porque si son difíciles, ¿para
qué demorar?. La dificultad hace que tratemos de resolverlas cuanto
antes. O sea, es difícil la operación. Entonces, vamos a dejar que esté
bien grave, para operarlo, porque es difícil. Bueno, yo creo que como es
difícil tenemos que tratar de conversar lo antes posible, para saber en
qué medida las partes están dispuestas a poner arriba de la mesa sus
respectivas dificultades y de esa manera generar las presiones necesarias,
para que esas dificultades puedan ser progresivamente resueltas. Yo no
pienso que nosotros en ninguna negociación con Europa o con los países
del ALCA, básicamente Estados Unidos, estemos en condiciones de un día
para otro de resolver todas las dificultades, ya sea con el jugo de
naranja o con el arroz, o con el azúcar, o con el tabaco, o con las
cuotas de queso o con las cuotas de carne. Pero, sin ninguna duda, si hay
alguien que procura un entendimiento, la mejor forma de develar a qué
grado ese entendimiento es querido, es empezar a conversar sobre el
entendimiento y ponerlo arriba de la mesa. Pienso que para eso, que tan
necesario es con el ALCA, como la Unión Económica Europea, el MERCOSUR
tiene que empezar a tomar algunas medidas administrativas, algunas medidas
administrativas que sean en cierta forma una base de trabajo y de sostén
y de información, para que los amigos que tendrán que considerar los
temas que el MERCOSUR plantee, tanto en sus negociaciones futuras, como
así lo resolvió en junio en Buenos Aires, el año pasado, con la
Corporación Andina y con México, como también lo resolvió en Buenos
Aires el MERCOSUR, permitan tener un grupo de trabajo interdisciplinario,
en donde participen ciudadanos de la talla de los que participaron en su
momento. Los embajadores, aquí presentes, con el amigo Casera que son
representantes del MERCOSUR y embajador de Chile, que tiene sin ninguna
duda su país una función formidable en América, porque es el que ha
comenzado a analizar estos temas con los Estados Unidos, de que el
MERCOSUR tenga un grupo de gente integrado por representantes de los
distintos países que estamos vinculados directa o indirectamente y que
empiecen a trabajar sobre el tema y que empecemos todos a ver nuestras
cosas comunes para ver de qué manera, inclusive, podemos adelantar
mecanismos para poderlas atender y entender mejor entre nosotros.
Siempre se dice de que estos países tienen un gran
futuro. Es así. Es una gran verdad y es buen chiste. Son las dos cosas a
la vez. Depende de que sea una cosa o la otra según cómo apuremos el
ritmo de nuestras actividades. Y tenemos, me parece a mí, una gran
ventaja hoy. La ventaja que tenemos es que todos estamos de acuerdo en que
no hay más inflación y en que no debe haber más inflación. Y por tanto
la inflación, cuando existe, es un gran anestésico. A una persona que le
suministran la inflación es como si le suministraran una terrible dosis
de anestesia. No puede pensar, no puede razonar, no sabe dónde está el
bien, no sabe dónde está el mal, termina sin saber nada y por eso
terminan, los gobiernos, perdidos en las tinieblas y vienen los sinsabores
institucionales cuando las inflaciones dominan el escenario.
Pero la inflación tiene una contracara, que es que no
haya inflación, y cuando no hay inflación aparece la cara verdad. La
cara verdad, naturalmente, muchas veces es dura y la cara verdad le dice a
las sociedades, "miren, señores, que esto es así, no es como
ustedes quieren que sea", y eso determina y obliga a que, a lo
interno de las sociedades, todos hagamos el esfuerzo para ajustar nuestros
pasos a esas verdades que tienen más fuerza que nuestros discursos. En
esta materia es bueno que existan ingenieros, porque los ingenieros saben
que las matemáticas son tozudas y son tercas y pueden más que nuestras
palabras, y por lo tanto, en esta materia, me parece que ese es otro
ingrediente que nos tiene que mostrar a todos, en el MERCOSUR, lo que no
podemos seguir haciendo. Lo que no podemos seguir haciendo, porque hay
cosas que con, MERCOSUR o sin MERCOSUR, que no podemos seguir haciendo. No
podemos tener déficit fiscal, porque eso termina con el problema
generando otro mucho más grande y no podemos tener sectores públicos que
tienen una dificultad intrínseca en su gestión. El problema más grave
que tienen los sectores públicos es que nadie les dice que están
equivocados. Nadie les puede decir, porque paga o le cortan la luz.
Los sectores públicos tienen un grave problema
filosófico, terrible problema existencial: no se avienen a sí mismos a
discutir con nadie. Entonces, empezando por mí, tácate, firmo y se
acabó. Y bueno. Al Tribunal de lo Contencioso mejor no ir, que tiene tres
mil expedientes y son nada más que cinco. Así que no es problema. Puede
ir todo al Tribunal de lo Contencioso, que se termina más o menos el día
del golero o cuando los señores ministros han sido todos internados en un
estado de estrés superior a toda cosa resistible, pues cada uno tiene un
alto así de expedientes. ¡Cómo se llega al Tribunal de lo Contencioso
para decir, por ejemplo, que le pusieron a uno una suspensión de quince
días por error y todo es objetable! (risas) De allí a la impunidad del
Estado es formidable. Y entonces cuando el Estado, a través de todos sus
gestores, desde el que lo atiende a uno en el mostrador hasta el Director
General siente esa impunidad, entonces no existe para el Estado la
realidad. Y cuando el Estado no tiene la realidad por delante como una
especie de aldabón que le pega, le pega y le pega, de la ineficacia a la
arbitrariedad, hay un pasito así. Y eso es muy grave en estas sociedades.
Pero cuando una sociedad es cerrada, éramos todos arbitrarios, lo
público y lo privado. Total, si estaba todo cerrado, fijaba el precio que
él quería, siempre que fuera un poquito más bajo que el nivel de la
pared más alta. Y los compradores no lo compraban y si lo compraban que
se embromaran, que comprara otro más caro, ahora si era bueno o no era
bueno, no importaba. Pero eso, que se terminó para los privados, no se
terminó para los públicos. Entonces, es una contradictio in se. Y
al ser una contradictio in se y, además de eso, hacia el MERCOSUR, es
como poner la bomba de gelinita y ver la película de cine con el muchacho
que la apreta así y explota todo.
Y bueno, y yo creo que eso es algo que tenemos que
discutir entre nosotros, porque si, analizamos entre nosotros. Porque si
tuviéramos un equipo de estos sabios que lo hicieran y que nos
aconsejaran un poco a todos los gobiernos lo que tenemos que hacer, y que
quede un poco más lejos de sus objetivos electorales, por ejemplo yo no
lo veo a Gustavo siendo candidato a diputado y al amigo Tarso Flores
tampoco, no sé, bueno, puede ser que usted sí, por Bagé. Daniel
¿usted? ¿Yo? No. No, no, no. Ya eso de pandillero no soy más, como
decía mi padre, este, para que no me la atribuyan a mí, porque si no los
que están allí dicen que soy otro, no. O sea que si nosotros tuviéramos
un grupo de gente que decida ¿verdad?, gente importante, gente de
prestigio que nos empezara de decir, "pero señores, este asunto va
por este lado", porque si no nosotros, los que estamos en medio de la
selva, como dice el viajante aquel, yo me interné en la selva, en la
manigua, con el machete y me abrí camino Y bueno es lo que yo le digo a
Abreu, ábrase camino y entonces él se abre camino contra Tizano y contra
Tapia, y imagínese, y bueno, y así no.
Hoy funciona esto así, hacia adentro y si no funciona
hacia adentro, hacia afuera somos débiles. Somos débiles afuera, porque
entonces, como no funciona hacia adentro, cada uno qué va mirando, va
mirando cómo evita el incendio del rancho. Y ese es una cosa que tenemos
que encarar en el MERCOSUR, eso está mucho más allá de lo que hagan los
Ministros, de las sesudas discusiones a propósito de los roteros a
aplicar para el dumping de la leche. (risas) No, no es eso el MERCOSUR. Es
otra cosa. Entonces necesitamos un grupo de gente de refresco que nos
venga a decir, bueno, ¿adónde vamos? ¿Cómo lo hacemos? Esto es algo
para que nos ayuden, porque después, cuando demos la vuelta hacia lo
interno de nuestros países, todos tenemos una serie de personas que se
nos acercan y nos hablan de las dificultades que les creamos con las
aperturas que hacemos y que esto trae como consecuencia que hay gente que
queda desempleada, que hay gente que no tiene trabajo. Y es verdad. Ahora,
lo que nunca nadie nos dice es cuántos más van a quedar desempleados si
seguimos encerrándonos entre nosotros. Y cuántos más no van a acceder
al empleo si seguimos encerrándonos entre nosotros de aquellos que lo
están buscando por primera vez. Eso es lo que no nos dice nadie. Estamos
siempre muy cerca de lo inmediato y por tanto muy lejos de la realidad.
En fin, todas estas son reflexiones que a uno le
suscita el participar de este asunto y bueno, son las cosas que uno dice y
trasmite porque, al decirlas y trasmitirlas, en primer lugar le pasa como
en el matrimonio. Llega con problemas a la casa, se lo cuenta a la mujer,
la mujer no duerme, y uno se da vuelta y duerme. (Risas) Y en segundo
lugar no solamente uno se descarga, hace la catarsis y todo eso, sino que
además es muy seguro que todos ustedes, con los conocimientos que tienen,
con la vida que han llevado, con lo que trabajan en estas cosas, saben de
esto mucho más que yo, y podrán con estas pocas cosas y otras muchas
buenas que escuchen por ahí, ayudarnos a que esto cada día ande mejor.
Muchísimas gracias. (aplausos)