15/03/2001

BATLLE Y EL MERCOSUR: EL TEMA ES DECIDIRNOS A HACER TODO LO QUE NOS FALTA HACER

"Considero que los diez años han sido útiles, porque nos han mostrado todo lo que somos capaces de hacer y también porque nos muestran todo lo que nos falta hacer. El tema es decidirnos a empezar a hacer lo que nos falta hacer. Y creo que esa es una tarea, que es la tarea más importante, no solamente la tarea del regocijo de lo hecho, sino la tarea del reconocimiento de lo que falta", manifestó el Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle Ibáñez, en su discurso pronunciado en el acto de clausura de la Conferencia "MERCOSUR, 10 Años de Integraciòn hacia la Unión Aduanera" que tuvo lugar en la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del uruguay.

Esta fue su alocución:

Lo interesante además es hablar al cierre de un Seminario del cuál uno no sabe nada, de lo que ha ocurrido y ni de lo que se ha dicho y hacerlo además delante de los popes cosa que es difícil, autores del proto, eso sí no es posmoderno, es premoderno, del proto MERCOSUR, autores del PEC, aquí están los autores del PEC. El amigo Embajador del Brasil, señor Flores y el monstruo local, el señor Magariños. Este, así que para mí resulta harto difícil, harto difícil. Y todos saben además que el asunto del gobierno hay que trabajar todo el día, no hay hora, no hay nada, es brutal, así que uno al final necesita improvisar.

Yo, en primer lugar, diría que no cabe duda de que el MERCOSUR es algo que además de haber sido una necesidad, una necesidad impostergable es algo que nos ha hecho bien. O sea, yo creo que el MERCOSUR no se puede analizar en números, ¿cuánto es lo que aumentamos la exportación?, creo que no se puede analizar en números del MERCOSUR. Con esa manía que uno tiene, con la vejez las manías aumentan, por tanto yo ya entro en una etapa de peligrosidad, (risas) este, el otro día estaba leyendo el prólogo de un libro de un ciudadano de origen español que se instaló en el Uruguay allá por mil ochocientos cuarenta y, lo pusieron, digamos, de encargado de un comercio en Canelones, como toda la familia de sus patrones eran colorados, se hizo colorado, los blancos de Oribe llegaron, ocuparon el lugar y salió corriendo, y se pasó su vida corriendo hasta mil ochocientos setenta que terminó el lego, de haber hecho una importante posición económica de vuelta radicado en su país de origen con su familia. Y anduvo entonces, salió de Montevideo fue para Buenos Aires, de Buenos Aires volvió para el Uruguay, participó en las actividades políticas y revolucionarias, fue secretario de Rivera, después lo deportaron a Río Grande do Sul, desde donde fue Río, en Río recorrió el norte hasta en Santarem estuvo, donde quedó enloquecido por la malaria para siempre , y después volvió y participó hasta, hasta fue aprovisionador de las tropas del imperio en la Guerra de la Triple Alianza, de todo, hizo de todo. Claro, el libro es interesantísimo porque no se refiere a nada de eso, él hace su autobiografía y después es la recopilación de la documentación por la cuál Carlos III expulsó a los jesuitas de América, no tiene nada que ver, pero es de cualquier manera muy interesante. Entonces, uno llega a la conclusión de que esto del MERCOSUR es una cosa que no tiene sentido, si ya existía. Es que ya existía el tal MERCOSUR. Si uno empieza a leer la biografía de aquel hombre, como se movían en aquel mundo, como tenían contactos estrechos permanentes, crecientes, con las personalidades, como estando en Río le dieron un documento para que fuera a ver David Canavarro a Río Grande do Jul de parte del otro fulano, o sea es un mundo único este, no había fronteras, claro que no había fronteras. No había ninguna frontera no se sabe si era muy legal tampoco, pero tampoco había muchas leyes. Había una interconexión de los pueblos que nosotros hoy ni imaginamos, ni imaginamos. La gente que vive en la frontera en el norte en Rivera y en Cerro Largo y en Artigas tiene una interconexión familiar con la gente del sur de Brasil y seguramente, buena parte de ello también pasa en el Litoral argentino-uruguayo, a la altura de Entre Ríos, en donde los ciudadanos de Fray Bentos y de Gualeguaychú y los de Concordia y los de Chajarí, Federación con los de Salto, tienen una vida muy en común. En alguna forma eso se mantuvo pero nunca al grado de lo que se había vivido en esta zona en el siglo XIX. Luego vino el tiempo de encerrarnos y todos construimos terribles murallas para seguir los caminos que el mundo indicaba entonces, que el mundo central indicaba entonces. Y luego viene el camino de desalambrar o sea de bajar las defensas, que empieza con el PEC y con el CAUCE. Autores en buena medida son del PEC quienes están sentados acá. Que fue un primer inicio de la creación de una corriente de negocios estables en donde tanto Brasil como la Argentina le dieron al Uruguay cierto tipo de beneficios para que el Uruguay pudiera expandir su comercio en esos países que se ha ya consolidado con las formas del MERCOSUR que nos ha permitido llegar a este posicionamiento en donde los uruguayos sentimos que en los mercados naturales de Brasil y Argentina tenemos un cúmulo de oportunidades para desarrollarnos. Y llevamos diez años en eso ¿no? Y han sido años, han sido años fundamentalmente que han girado alrededor del tema comercial y del tema económico, este, en aquella época giraba no solamente alrededor del tema comercial y el tema económico, sino que giraba alrededor del tema político, realidades que hoy no existen, pero que tampoco han sido reemplazadas por otro tipo de cosas que el MERCOSUR no ha creado y que es necesario que cree. El MERCOSUR no es solamente un MERCOSUR del comercio, no es un MERCOSUR de la economía, no es solamente un MERCOSUR de la estabilidad macroeconómica, debe ser también un MERCOSUR de corrientes culturales, corrientes educativas, corrientes sociales, de intercambio permanente, de la creación de ideas que se plasmen a través de instituciones comunes de carácter regional, cosa que, inclusive, el Uruguay propuso en la última reunión que tuvimos en Brasilia en ocasión de, de la celebración del aniversario, del quinto aniversario, cuarto aniversario de la llegada, quinto aniversario de la llegada de Cabral a las costas brasileras. Pienso que eso, es un componente que par y paso deberíamos tratar de impulsar en el MERCOSUR, que no lo hemos impulsado porque realmente ¿Qué nos pasa con el MERCOSUR?. Con el MERCOSUR nos pasa que hasta ahora el MERCOSUR es un MERCOSUR de los ministros y de los presidentes. El MERCOSUR no tiene, no ha desarrollado todavía la capacidad de ser una institución en sí misma, un poco más independiente del acontecer político de todos los días. O sea, la tarea más importante que tenemos en el MERCOSUR es discutir entre nosotros los problemas de importaciones y exportaciones y como todos estos países, todos, el Uruguay, entre ellos naturalmente, no es diferente a los demás, naturalmente que nuestros errores lucen menos porque somos más chicos, o nuestras aptitudes también lucen menos porque somos más chicos, lamentablemente lo que tenemos que decir es que el MERCOSUR no ha podido construir en estos diez años alguna formas de acciones que sean un poco más independientes de los Estados que lo conforman, con lo cual, por ejemplo, si alguien quiere hablar con el MERCOSUR y viene de la Comunidad Europea a hablar con el MERCOSUR ¿con quién habla? Con el secretario técnico que está en el Parque Hotel, no puede hablar, porque no tiene funciones, ni representatividad. Con un grupo de ciudadanos que preparen los elementos técnicos que les sirvan a los gobiernos tampoco, porque no existe ¿Con un ministro?, con las ideas que tenemos los presidentes, los ministros duran tan poco que no se sabe si van ha hablar con ese y a la vuelta van hablar con el otro (risas). Al final tienen que hablar con el Presidente. Yo creo que estamos, en ese sentido, fallando en que no hemos tomado todavía decisiones que, en buena medida, nos encaminen a tener algunas capacidades de continuidad, tanto en las organizaciones técnicas necesarias, en un secretariado técnico, para que haya entre nosotros un poco más de distancia en nuestras propias realidades, porque sino siempre nosotros estamos asumiendo, en cada discusión que asumimos, que tenemos toda la razón del mundo y que los demás están todos totalmente equivocados. Pero como tampoco tenemos Tribunales Arbitrales estables ni permanentes, bueno, se nos generan un conjunto de problemas. Yo diría que estos son, digamos, las consecuencias naturales del crecimiento. El crecimiento de los países dentro de los respectivos mercados generan las reacciones naturales de la estropada proteccionista, la estropada proteccionista es algo sobre lo cual marchamos, como marcha una División blindada arriba de un territorio y nos afirmamos sobre esa estropada proteccionista y desarticularla y desarmarla a todos, tanto en el sector privado y más en el sector público, a unos más a otros menos, nos cuesta enormemente hacerlo y quizás el camino que se ha comenzado para ver si podemos, en materia macroeconómica, armar algo a lo cual o a lo que estemos todos obligados, sea un ejemplo de lo que necesitaríamos instrumentar para poder alcanzar estadios de alguna forma parecidos a lo que después de muchos años más que nosotros ha alcanzado la Unión Europea.

Bueno, esto supongo que quiere decir muchas veces ceder parte de nuestra capacidad soberana de decidir las cosas, pero en la medida en que entramos en una sociedad, tenemos que empezar a compartir las decisiones y tenemos que empezar a compartir las formas de actuar y de hacer las cosas. Y pienso que si nosotros, todos, miramos hacia fuera con la posibilidad de que como una región negociemos con otras regiones, la primera cosa es que seguramente los demás nos van a pedir es que nuestra región a sí misma sea capaz de decir "esto es en forma común y conjunta, lo que la región piensa, lo que la región quiere y lo que la región hace", cuando notoriamente todavía no hemos podido ni comenzar a desarrollar instrumentos que nos permitan hacia lo interno de esta región hacerlo.

Bueno, diez años quizás son pocos, es posible. Es posible que el impulso natural inicial de expansión del comercio fuera muy fácil, porque porcentualmente crecer de la nada siempre uno crece muy mucho. O sea, cuando los suizos ofrecen al 2 por ciento y los chinos al 8, uno dice "no, que bien van los suizos", porque crecer al 2 por ciento en Suiza es ser mucho más que crecer al 8 en China. Y, por tanto, crecer de cero, es lo que le pasa a los novillos, ¿no es verdad, Roberto?; lo sacas de Treinta y Tres y lo pones en el Valle de Fuentes, a los primeros dos meses hacen ¡boom!. Bueno, muy bien. Después es difícil que siga así.

Por lo tanto, considero que los diez años han sido útiles, porque nos han mostrado todo lo que somos capaces de hacer y también porque nos muestran todo lo que nos falta hacer. El tema es decidirnos a empezar a hacer lo que nos falta hacer. Y creo que esa es una tarea, que es la tarea más importante, no solamente la tarea del regocijo de lo hecho, sino la tarea del reconocimiento de lo que falta.

No es fácil, por supuesto que no es fácil. Nunca es fácil, cuando alguien –instituciones, personas, sociedades, países, gobiernos, partidos, colectividades- tienen que ceder parte de su capacidad de decidir lo que van a hacer, como va a ser el destino de su vida. Pero pienso que eso forma parte esencial de un MERCOSUR real, de un MERCOSUR que tiene que tratar de ser una organización fuerte hacia adentro y orgánica hacia fuera. Desde ese punto de vista nosotros no creemos en un mundo cerrado, nosotros no creemos en un mundo cerrado, creemos en un mundo abierto. Es más, nosotros a diferencia de esa organización de contracultura que se ha lanzado al ruedo en contra de la globalización, a la que la acusan a la globalización, de todos los males, decimos que por suerte existe la globalización. Porque, ¿qué es lo contrario de la globalización?, que esté todo el mundo encerrado, porque si uno no quiere estar globalizado, quiere decir que quiere estar encerrado y si quiere estar encerrado, ¿a qué nivel quiere estar encerrado?, ¿a nivel nacional, a nivel departamental, a nivel local, a nivel regional, a nivel continental, o encerrado a nivel planetario? porque no vamos a relacionarnos con Marte ni con Saturno. Eso de estar encerrado es como decir "es mejor estar sin aire que con aire"; ¿quién va a sacar una ventaja estando encerrado? Pero, además, un país chico encerrado, peor, y una región encerrada, peor. Es posible, es posible que haya algún país muy grande, muy grande, que en algún instante sueñe que es bueno estar encerrado, pero no le dura más que eso, más que un instante Absolutamente, más que un instante. Estados Unidos tiene un déficit comercial de ciento cincuenta mil millones de dólares. ¿A usted le parece que Estados Unidos con su capacidad autárquica dijera "me voy a encerrar"? Desaparece el mundo y él, porque así nadie solo más puede vivir.

Por tanto, estar encerrados al MERCOSUR no le sirve, al Uruguay no le sirve, al Brasil no le sirve, a la Argentina no le sirve. ¿Dónde van a crecer Argentina y Brasil, entre ellos? Imposible. No digo que no sea así, pero digo que será para nuestros bisnietos. Y, naturalmente, las urgencias y las demandas de los pueblos, ya no estamos hablando en los términos de 1810, que es cuando se decía que no admitían dilaciones, sino que la información hace que hoy la gente diga, "pero por qué nosotros no y los demás sí". Entonces, en qué medida nosotros no nos vamos a dar cuenta que tenemos que buscar formas de apertura entre nosotros y hacia fuera, para poder crecer. Para mí eso también está en la base de un pensamiento colectivo-político del MERCOSUR. Y con todos.

Yo se lo decía el otro día al señor Presidente Ciampi, cuando él hablaba de nuestras afinidades con Europa, que son ciertas, absolutamente ciertas y hemos venido todos de allá; yo le decía "mire, no creo, señor Presidente Ciampi, que haya una opción, no es un dilema de falsa oposición esto "Europa sí, el ALCA no"; o "el ALCA sí, Europa no". No existe ese dilema de falsa oposición. Tenemos que tratar de negociar una apertura con todos los mercados posibles y pienso que si las negociaciones son duras, como siempre lo son, si son duras entre nosotros y de que manera. Cuando tenemos que arbitrar soluciones, para cosas entre nosotros, se llamen como se llamen, nuestras pretensiones o nuestros puntos de vista y los puntos de vista de los demás países que conforman este MERCOSUR, si son difíciles entre nosotros, como no van a ser mucho más difíciles con toda la Unión Económica Europea o con los Estados Unidos. Por tanto, si son difíciles, empezar cuanto antes, porque si son difíciles, ¿para qué demorar?. La dificultad hace que tratemos de resolverlas cuanto antes. O sea, es difícil la operación. Entonces, vamos a dejar que esté bien grave, para operarlo, porque es difícil. Bueno, yo creo que como es difícil tenemos que tratar de conversar lo antes posible, para saber en qué medida las partes están dispuestas a poner arriba de la mesa sus respectivas dificultades y de esa manera generar las presiones necesarias, para que esas dificultades puedan ser progresivamente resueltas. Yo no pienso que nosotros en ninguna negociación con Europa o con los países del ALCA, básicamente Estados Unidos, estemos en condiciones de un día para otro de resolver todas las dificultades, ya sea con el jugo de naranja o con el arroz, o con el azúcar, o con el tabaco, o con las cuotas de queso o con las cuotas de carne. Pero, sin ninguna duda, si hay alguien que procura un entendimiento, la mejor forma de develar a qué grado ese entendimiento es querido, es empezar a conversar sobre el entendimiento y ponerlo arriba de la mesa. Pienso que para eso, que tan necesario es con el ALCA, como la Unión Económica Europea, el MERCOSUR tiene que empezar a tomar algunas medidas administrativas, algunas medidas administrativas que sean en cierta forma una base de trabajo y de sostén y de información, para que los amigos que tendrán que considerar los temas que el MERCOSUR plantee, tanto en sus negociaciones futuras, como así lo resolvió en junio en Buenos Aires, el año pasado, con la Corporación Andina y con México, como también lo resolvió en Buenos Aires el MERCOSUR, permitan tener un grupo de trabajo interdisciplinario, en donde participen ciudadanos de la talla de los que participaron en su momento. Los embajadores, aquí presentes, con el amigo Casera que son representantes del MERCOSUR y embajador de Chile, que tiene sin ninguna duda su país una función formidable en América, porque es el que ha comenzado a analizar estos temas con los Estados Unidos, de que el MERCOSUR tenga un grupo de gente integrado por representantes de los distintos países que estamos vinculados directa o indirectamente y que empiecen a trabajar sobre el tema y que empecemos todos a ver nuestras cosas comunes para ver de qué manera, inclusive, podemos adelantar mecanismos para poderlas atender y entender mejor entre nosotros.

Siempre se dice de que estos países tienen un gran futuro. Es así. Es una gran verdad y es buen chiste. Son las dos cosas a la vez. Depende de que sea una cosa o la otra según cómo apuremos el ritmo de nuestras actividades. Y tenemos, me parece a mí, una gran ventaja hoy. La ventaja que tenemos es que todos estamos de acuerdo en que no hay más inflación y en que no debe haber más inflación. Y por tanto la inflación, cuando existe, es un gran anestésico. A una persona que le suministran la inflación es como si le suministraran una terrible dosis de anestesia. No puede pensar, no puede razonar, no sabe dónde está el bien, no sabe dónde está el mal, termina sin saber nada y por eso terminan, los gobiernos, perdidos en las tinieblas y vienen los sinsabores institucionales cuando las inflaciones dominan el escenario.

Pero la inflación tiene una contracara, que es que no haya inflación, y cuando no hay inflación aparece la cara verdad. La cara verdad, naturalmente, muchas veces es dura y la cara verdad le dice a las sociedades, "miren, señores, que esto es así, no es como ustedes quieren que sea", y eso determina y obliga a que, a lo interno de las sociedades, todos hagamos el esfuerzo para ajustar nuestros pasos a esas verdades que tienen más fuerza que nuestros discursos. En esta materia es bueno que existan ingenieros, porque los ingenieros saben que las matemáticas son tozudas y son tercas y pueden más que nuestras palabras, y por lo tanto, en esta materia, me parece que ese es otro ingrediente que nos tiene que mostrar a todos, en el MERCOSUR, lo que no podemos seguir haciendo. Lo que no podemos seguir haciendo, porque hay cosas que con, MERCOSUR o sin MERCOSUR, que no podemos seguir haciendo. No podemos tener déficit fiscal, porque eso termina con el problema generando otro mucho más grande y no podemos tener sectores públicos que tienen una dificultad intrínseca en su gestión. El problema más grave que tienen los sectores públicos es que nadie les dice que están equivocados. Nadie les puede decir, porque paga o le cortan la luz.

Los sectores públicos tienen un grave problema filosófico, terrible problema existencial: no se avienen a sí mismos a discutir con nadie. Entonces, empezando por mí, tácate, firmo y se acabó. Y bueno. Al Tribunal de lo Contencioso mejor no ir, que tiene tres mil expedientes y son nada más que cinco. Así que no es problema. Puede ir todo al Tribunal de lo Contencioso, que se termina más o menos el día del golero o cuando los señores ministros han sido todos internados en un estado de estrés superior a toda cosa resistible, pues cada uno tiene un alto así de expedientes. ¡Cómo se llega al Tribunal de lo Contencioso para decir, por ejemplo, que le pusieron a uno una suspensión de quince días por error y todo es objetable! (risas) De allí a la impunidad del Estado es formidable. Y entonces cuando el Estado, a través de todos sus gestores, desde el que lo atiende a uno en el mostrador hasta el Director General siente esa impunidad, entonces no existe para el Estado la realidad. Y cuando el Estado no tiene la realidad por delante como una especie de aldabón que le pega, le pega y le pega, de la ineficacia a la arbitrariedad, hay un pasito así. Y eso es muy grave en estas sociedades. Pero cuando una sociedad es cerrada, éramos todos arbitrarios, lo público y lo privado. Total, si estaba todo cerrado, fijaba el precio que él quería, siempre que fuera un poquito más bajo que el nivel de la pared más alta. Y los compradores no lo compraban y si lo compraban que se embromaran, que comprara otro más caro, ahora si era bueno o no era bueno, no importaba. Pero eso, que se terminó para los privados, no se terminó para los públicos. Entonces, es una contradictio in se. Y al ser una contradictio in se y, además de eso, hacia el MERCOSUR, es como poner la bomba de gelinita y ver la película de cine con el muchacho que la apreta así y explota todo.

Y bueno, y yo creo que eso es algo que tenemos que discutir entre nosotros, porque si, analizamos entre nosotros. Porque si tuviéramos un equipo de estos sabios que lo hicieran y que nos aconsejaran un poco a todos los gobiernos lo que tenemos que hacer, y que quede un poco más lejos de sus objetivos electorales, por ejemplo yo no lo veo a Gustavo siendo candidato a diputado y al amigo Tarso Flores tampoco, no sé, bueno, puede ser que usted sí, por Bagé. Daniel ¿usted? ¿Yo? No. No, no, no. Ya eso de pandillero no soy más, como decía mi padre, este, para que no me la atribuyan a mí, porque si no los que están allí dicen que soy otro, no. O sea que si nosotros tuviéramos un grupo de gente que decida ¿verdad?, gente importante, gente de prestigio que nos empezara de decir, "pero señores, este asunto va por este lado", porque si no nosotros, los que estamos en medio de la selva, como dice el viajante aquel, yo me interné en la selva, en la manigua, con el machete y me abrí camino Y bueno es lo que yo le digo a Abreu, ábrase camino y entonces él se abre camino contra Tizano y contra Tapia, y imagínese, y bueno, y así no.

Hoy funciona esto así, hacia adentro y si no funciona hacia adentro, hacia afuera somos débiles. Somos débiles afuera, porque entonces, como no funciona hacia adentro, cada uno qué va mirando, va mirando cómo evita el incendio del rancho. Y ese es una cosa que tenemos que encarar en el MERCOSUR, eso está mucho más allá de lo que hagan los Ministros, de las sesudas discusiones a propósito de los roteros a aplicar para el dumping de la leche. (risas) No, no es eso el MERCOSUR. Es otra cosa. Entonces necesitamos un grupo de gente de refresco que nos venga a decir, bueno, ¿adónde vamos? ¿Cómo lo hacemos? Esto es algo para que nos ayuden, porque después, cuando demos la vuelta hacia lo interno de nuestros países, todos tenemos una serie de personas que se nos acercan y nos hablan de las dificultades que les creamos con las aperturas que hacemos y que esto trae como consecuencia que hay gente que queda desempleada, que hay gente que no tiene trabajo. Y es verdad. Ahora, lo que nunca nadie nos dice es cuántos más van a quedar desempleados si seguimos encerrándonos entre nosotros. Y cuántos más no van a acceder al empleo si seguimos encerrándonos entre nosotros de aquellos que lo están buscando por primera vez. Eso es lo que no nos dice nadie. Estamos siempre muy cerca de lo inmediato y por tanto muy lejos de la realidad.

En fin, todas estas son reflexiones que a uno le suscita el participar de este asunto y bueno, son las cosas que uno dice y trasmite porque, al decirlas y trasmitirlas, en primer lugar le pasa como en el matrimonio. Llega con problemas a la casa, se lo cuenta a la mujer, la mujer no duerme, y uno se da vuelta y duerme. (Risas) Y en segundo lugar no solamente uno se descarga, hace la catarsis y todo eso, sino que además es muy seguro que todos ustedes, con los conocimientos que tienen, con la vida que han llevado, con lo que trabajan en estas cosas, saben de esto mucho más que yo, y podrán con estas pocas cosas y otras muchas buenas que escuchen por ahí, ayudarnos a que esto cada día ande mejor. Muchísimas gracias. (aplausos)