El Río de la Plata es para nosotros razón de nuestra
existencia y conservarlo es también algo central a las obligaciones del
país, manifestó el Presidente de la república, Dr. Jorge Batlle
Ibañez, en ocasión de proceder a la inauguración de la Conferencia
Internacional "ECOPLATA 2001-Gestión Integrada de la Zona Costera
Uruguaya del Río de la Plata" que tuvo lugar en la Intendencia
Municipal de Montevideo.
Las palabras pronunciadas por el primer mandatario en
la ocasión fueron las siguientes:
Muy buenos días.
Sra. Maureen O’Neil, Señor Intendente, Señor
Ministro, Señores Embajadores, autoridades nacionales, amigos:
Este asunto del Plata es para nosotros, un asunto
central. Siempre lo ha sido, es razón de nuestra existencia. Conservarlo
es también algo central a las obligaciones del país, que nunca ha tenido
muchos recursos para ponerlos en el Plata. Ni para poner boyas, ni para
dragarlo, ni para vigilarlo, ni para conservarlo, ni para cuidarlo.
Jamás. Es una historia muy antigua y además muy interesante. Inclusive,
todavía se debate si fue realmente Solís o Vespucio el que llegó
primero. Para el amigo Laguarda Trías, un hombre sabio que tuvo el
Uruguay, fue Vespucio.
Los activos de los países hoy son otros que los que
eran tradicionalmente, ¿no?. Hoy los activos de los países, más que las
riquezas naturales, son otros activos.
El activo de una educación, una capacidad intelectual
desarrollada, es hoy el activo número uno, ¿no? Japón no tiene nada,
absolutamente nada, nada más que gente capaz. Y alcanza.
Las sociedades, además tienen como un activo muy
importante, ser confiables. Ser serias y ser confiables. Lo que hagan,
hacerlo bien, hacerlo con sentido de responsabilidad. Tienen además
activos importantes cuando a eso le agregan estabilidad institucional y
estabilidad económica. Y la estabilidad económica, también, como las
anteriores cosas, dependen de lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer.
Y tienen, además, como activo fundamental al día de hoy, habida cuenta
que hoy son 6 mil los millones de habitantes que hay arriba del planeta y
en pocos años van a ser 8 mil, la conservación de la parte de territorio
de este planeta que nos toca administrar.
Por tanto, este tema es un tema importante. Ha pasado a
ser un tema mucho más importante que antes. Y en ese sentido,
lamentablemente todos estos temas, después que uno hace conferencias y
estudios y demás, se pasa a la parte cruel del tema: que es cuánto
dinero se precisa para hacer las cosas que hay que hacer.
La costa uruguaya se mueve, se mueve permanentemente.
Se mueve en la desembocadura del Chuy, se mueve en la desembocadura del
Pando. El amigo Anchorena que le dejó esa hermosa, ese hermoso sueño, al
Estado uruguayo, se pondría muy nervioso si viera que las defensas que
él construyó para impedir que el río llegue a la casa, se han caído, y
a la casa va a tardar en llegar, pero a la iglesia, no. O sea, el río
trabaja, el río se mueve, el río tiene vida y va cambiando a una enorme
velocidad. Al punto que una de las tareas más importantes que el Uruguay
debería hacer - yo en su momento, en 1968 lo intenté, con el Instituto
de DELF es hacer un estudio sobre el camino del Río de la Plata.
Yo recorrí el río cuando tenía 19 años, a bordo de
un guardacostas, y pasé más o menos casi un mes a bordo del
guardacostas. Me interesaba el río, concurrí a la isla del Juncal, donde
había una señora que ya tenía dos maridos en la isla, una señora muy
interesante, que todos los señores marinos que están acá la conocían.
Practicábamos la retratoterapia en aquella época. Lo que ha cambiado ese
río, lo que ha cambiado, digamos, la Playa Honda, enfrente a la zona de
Carmelo. Hay frontera seca con la Argentina. Timoteo Domínguez y Martín
García tienen ya frontera seca. Cualquier juncal que se arme al Río de
la Plata se transforma en isla. Hacer del Banco de Ortiz una isla es un
asunto tan simple. Si queremos polderizar el río hay que llamar a los
holandeses y son capaces de agrandar el territorio nacional en poco
tiempo. El río tiene un gran efecto bañadera. Ustedes vieron cómo es el
efecto bañadera. Uno piensa darse un baño de inmersión y abre las
canillas de la bañadera, y mira un rato ahí, un instante y ve aquello no
funciona y se va a hacer otra cosa y al rato vuelve porque la mujer lo
persigue, lo quiere matar, se ha inundado el baño, el dormitorio, todo.
El agua salió para afuera.
Y si uno mira las cartas marinas inglesas, del siglo
XIX en el Río Paraná y las profundidades naturales, se las mira hoy en
las cartas marinas, se da cuenta que el río se está colmatando. Y si uno
mira qué pasaba en algunos lugares de la Provincia de Buenos Aires, la
gente salía los fines de semana a cazar y hoy sale a pescar. Hay un
proceso de inundación de tierras bajas muy importante, muy importante. El
señor Saavedra, que era el delegado boliviano de la UNESCO hace muchos
años en el Uruguay, hace más de 25-30 años, su obsesión era poner
sensores en el pantanal, porque sin ninguna duda, con el andar del tiempo,
esta bañadera se iba a desbordar. Y es un poco lo que está pasando.
Naturalmente que en algunos momentos, los ríos ayudan a dragar, y a
caminar y a sacar el agua, pero el agua le está ganando a la tierra. Por
un lado la inunda, y por otro lado la come. Del lado argentino la inunda,
del lado uruguayo la come y la mueve y la cambia, por el efecto de la ley
de Coirolis.
Y todo esto supone una acción técnica que es muy
difícil de evaluar porque los ríos y las aguas se mueven y por tanto,
las evaluaciones de hoy posiblemente mañana sean distintas.
Yo recuerdo que durante una época, hace más o menos
50 años -ya tengo recuerdos de esa cantidad, lo que naturalmente es algo
que me deteriora, ¿no?- se inició un proceso de análisis para la
ampliación del Puerto de Montevideo. Recuerdo lo que me decía el
entonces inspector de la Marina, el señor Contralmirante Aguiar, que era
uno de los hombres más ilustres que ha tenido la Marina Nacional, un
hombre dedicado a su profesión, desde el punto de vista militar, mejor
dicho naval y desde el punto de vista científico. Le habían preguntado a
la CUTCSA, a la ONDA, al Municipio, a la Administración de Puertos, a la
Aduana, qué pasaba con la ampliación del Puerto, pero no le habían
preguntado al mar, que era el único que no había respondido y era el
único que realmente decidía sobre qué nos iba a pasar con la
ampliación del Puerto.
Yo pienso que esta de ECOPLATA es una tarea muy
importante y central en un país que, en buena medida, vive de la costa,
no solamente por la pesca, sino por el turismo, en donde, inclusive, a
veces arruinamos las playas con ramblas y con construcciones y con
espigones mal puestos, porque le preguntamos a los municipios y le
preguntamos a los vecinos y no le preguntamos al mar y el mar es un actor
central importante y toma decisiones sin consultarnos y las toma con mucho
más importancia y con mucho más trascendencia que las que tomamos
nosotros. Mientras hoy estamos conversando, el mar sigue comiéndose las
costas de la barranca San Gregorio. Y por lo tanto, todo lo que se puede
hacer en esta materia, me parece muy importante. Y sobre todo, después de
haber leído los objetivos que son "ejecutar acciones orientadas a
promover la conservación y uso de los recursos costeros, o proponer
acciones orientadas a proteger áreas poco intervenidas hasta el presente
y medidas correctivas", porque he visto que esto se relaciona mucho
con la vida en la tierra y yo creo que tiene que relacionarse mucho más
con la vida del mar.
ECOPLATA, dice "debe empezar inmediatamente el
desarrollo de una estrategia destinada a la obtención de fondos externos
para la investigación". Serán las grandes agencias internacionales
donantes. Creo que esa es una tarea central y estuvimos conversando con el
Embajador del Canadá sobre estas cosas. Fuimos con el Ministro Cat al
Japón con el propósito también de hablar de estas cosas que son cosas
centrales para también para los japoneses, para ver si podemos obtener
los recursos suficientes para empezar acciones que, sin ninguna duda, el
Uruguay, no solamente por un problema de soberanía, porque al fin y al
cabo el Río de la Plata tiene una legislación muy clara a través de los
Tratados, que establece como funciona todo el tema de la soberanía sobre
todo con un país como la Argentina en donde la condición de hermandad es
una condición natural, no es una condición que surja de los tratados,
sino es una condición natural.
Porque las inversiones que tenemos que hacer son
importantes y los recursos que tenemos son muy pocos, los propios son muy
pocos y lamentablemente tienen, por regla general, otros destinos.
Quiere decir que al tiempo que me place en participar
de esta reunión, inaugurarla, convoco a todo el mundo a hacer los
esfuerzos para encontrar los donantes.
Que tengan buena suerte y yo me pongo a la orden, también, para la
misma tarea. Buenos días (aplausos)