BAJAR EL COSTO PAIS Y MEJORAR EL PRECIO FINAL DEL
PRODUCTO AGROPECUARIO EXPORTABLE
El Presidente Dr. Jorge Batlle estuvo en la
sede del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) durante la firma de un
convenio de cooperación técnica entre el Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca, el Instituto Nacional de Investigaciones
Agropecuarias, la Sociedad de Criadores de Merino Australiano y el propio
SUL. Las notas muestran el acto de la firma, el Presidente haciendo uso de
la palabra y un momento de la recorrida por las instalaciones del SUL.
Uruguay tiene un camino muy claro parta continuar
robusteciendo la producción agropecuaria, esencial para el país: bajar
los costos directos, el llamado costo país, a través de la modificación
impositiva y contribuyendo a mejorar el precio final del producto por la
calidad del mismo y la seriedad y responsabilidad de procedimientos. Estos
fueron algunos de los conceptos vertidos por el Presidente de la
República Dr.Jorge Batlle al hacer uso de la palabra en la sede del
Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL),en el acto de firma del Convenio de
Cooperación Técnica entre el Ministerio de Ganadería, Agricultura y
Pesca, la Sociedad de Criadores de Merino Australiano, el Instituto
Nacional de Investigaciones Agropecuarias y el SUL.
Lo que sigue es el texto de la alocución presidencial
en la oportunidad.
Yo, en primer lugar quiero decir que me siento muy a
gusto acá, no había tenido nunca el placer de visitar esta mansión,
sino que siempre he estado en contacto con ustedes casi siempre en su zona
de investigación en Cerro Colorado, donde en más de una oportunidad he
tenido la suerte de poder recibir de todos ustedes tanta información tan
interesante que tanto me ha ayudado a mirar las cosas del campo.
El Uruguay no puede dejar de hacer lo que siempre ha
hecho, la única cosa que tiene que hacer es hacerlo mejor. Hacer todo
mejor. Ser en todo excelente. Excelente en los servicios técnicos que
aquí se dan, gracias al dispendioso gesto del INIA a través de nuestro
amigo Pedro, que trajo una máquina y que seguramente yo creo que tenemos
que aprovechar la circunstancia de que cada vez que hay una exposición le
podemos pedir algo a Pedro, porque no es cuestión de que me pidan siempre
a mí. Yo le puedo pedir a otro, así que aprovechen que de pronto tienen
alguna idea para mejorar las cosas que el laboratorio precisa porque todo
viste, como explicó Donagaray, todo después produce, así que algo vamos
a ligar, y como él dijo que es en 15 años, y es un número que me
encanta (risas), me parece que será bueno que hagamos más inversiones.
Exacto.
Yo digo que esa actitud que aquí se ha expresado, y
que se refleja en los años de trabajo, es lo que al Uruguay realmente le
sirve. Todo lo que se ha dicho por nuestro amigo Sáenz y todo lo que ha
dicho nuestro amigo Donagaray que representan dos generaciones distintas
con el mismo objetivo y con el mismo impulso, es lo que le sirve al país.
Este es un país que tiene que proceder en función de
su dimensión y en función de su razón de ser con seriedad, con
responsabilidad, con categoría y con la capacidad de que todo el mundo
cuando reciba un producto del Uruguay, si el Uruguay dice que el producto
es así, el producto es como se dice, ni más ni menos. Es como se dice.
Es más, nosotros tenemos una industria de tops de lana que se orienta a
los dos mercados fundamentales, al mercado europeo y al mercado asiático,
y tanto en uno como en otro, donde se demandan determinadas diferencias en
cuanto a su calidad, los productos son bien recibidos, tienen prestigio y
se sabe que nuestra gente cuando le piden un determinado producto, hemos
llegado ya a la posibilidad de darle el servicio casi puerta a puerta a
cada uno de los compradores. Quiero decir que eso significa que estamos en
condiciones de armar una completa línea de producción que va desde los
primeros pasos hasta la entrega final, todo rodeado de un marco de calidad
y de seriedad que hace imprescindible cualquier tipo de producto para
poder estar en el mercado con posibilidad de competir con éxito.
Es evidente que la sociedad a través del Estado tiene
que hacer cosas, no es únicamente el tema de la pequeña inversión que
tenemos que hacer. Un millón doscientos mil dólares a veces lo gastamos
en un suspiro. En un suspiro. El ahorro que hemos podido producir, por
ejemplo en algún tipo de servicios, en algún Ministerio, no precisamente
en el de Ganadería, que tiene otra composición, a veces suma mucho más
que esa cantidad.
Pero, de cualquier manera, el país tiene que saber que
todo lo que invierte tiene que tratar de invertirlo con ese pensamiento,
con esa manera de pensar, Y sobre todo, tratar de hacer algo que está
implícito, o mejor dicho, claro en esas palabras. Hasta ahora nosotros,
en el Uruguay hemos hecho las cosas desde el punto de vista presupuestal
totalmente al revés.
Primero, nos ponemos de acuerdo a gastar y decidimos
cuánto vamos a gastar, después sacamos el 38 largo y empezamos a ver a
quiénes vamos a cobrar impuestos. Y nunca nos fijamos si la comunidad
está en condiciones de verter esos impuestos, de cumplir con esos
impuestos.
En un momento dado, cuando el mundo estaba
absolutamente encerrado y cuando los precios de nuestras materias primas
tenían otro valor y los costos de los insumos otro valor, ese tipo de
ejercicio, de ficción financiera y de organización al revés de la
economía nacional podía funcionar. Pero hoy eso no funciona más.
El mundo, aunque no está totalmente abierto, - y esa
es una de las dificultades de la globalización, que se habla de ella,
pero que no existe- , tiene una mucho mayor apertura de lo que tenía
antes y por tanto, el grado de competencia es mucho mayor y eso se
transfiere hacia dentro de las sociedades, tanto al sector público como
al sector privado, y por tanto, el esquema de eficiencia es
imprescindible, necesario, es progresivo y también el esquema de
reflexión a propósito de cómo debe manejarse el gasto, es completamente
otro. El gasto tiene que manejarse así: voy a invertir tanto para sacar
tanto.
Eso es, en buena medida, lo que nos ha mostrado la
señora Richardson a propósito de cómo ha sido la organización de la
administración en Nueva Zelanda. No es una cosa que nosotros podamos
hacer de inmediato, pero tenemos que empezar a caminar en ese sentido;
tratar de unificar el valor del IVA y extenderlo hacia abajo a todo el
mundo, supone un camino que lleva a esa finalidad. Tratar de en vez de
tener pocos impuestos y muy altos, tener uno mucho más ancho de base,
pero mucho más bajo de tasa.
Creo que de esa manera, vamos a poder bajar el costo
país, que es algo que todos sentimos como una realidad en función de un
crecimiento que se operó en el pasado, movido por otras causas, que nos
permitieron hacer cosas muy buenas para un mundo que en aquella época lo
permitía, pero para un mundo que hoy es otro y que aquel, aquel perfil de
cosas hoy ya no existe más.
Quiero decir, por tanto que, aunque no es de estricta
relación al tema de que nos trae hoy acá, forma parte de todo ello.
Forma parte de todo ello y uno de los elementos centrales es lo que
estamos haciendo hoy: robusteciendo la acción de las instituciones,
tratando de que todas trabajen en común, con la participación de la
sociedad a través del Estado. A mí no me gusta mucho decir del Estado,
porque sino uno empieza a creer que el Estado es alguna cosa que anda por
ahí, que existe, que tiene vida propia, que es algo que...que..., que es
en sí mismo algo importante y fundamental. No, el Estado es una, una
creación de la sociedad por necesidad de la sociedad para instrumentar
mejor la vida de la sociedad y no puede ser un instrumento para mortificar
la vida de la sociedad.
Por tanto, pretendo, tratar de reiterar y decir una y
otra vez más, la sociedad a través del Estado tiene que contribuir, pero
va a contribuir con éxito porque va a contribuir para mejorar, no
solamente el producto en el tiempo que se requiere para alcanzar esos
niveles de producción, sino fundamentalmente la vida de la gente que es
lo que produce.
Porque si vamos a, a hablar nada más que del producto
como un producto en sí, entonces la gente no tiene ninguna
significación. Entonces, es lo mismo producirlo con una máquina que
producirlo con un cristiano. Y no es así.
Vamos a mejorar el nivel de la vida de la gente. Que no
será el único medio para hacerlo, que tendremos que alcanzar también
otros que están cerca, entre los cuales supone, por ejemplo, el esfuerzo
que viene haciendo la sociedad para reconocer la necesidad de ir
eliminando los impuestos que gravan las actividades agropecuarias. Cosa
que la sociedad ha venido haciendo a lo largo de los últimos períodos de
gobierno, en el impuesto a los semovientes, en el impuesto a la tierra, en
el impuesto al patrimonio, bajando la contribución inmobiliaria. Son
todos esfuerzos que la sociedad hace como una forma de invertir, en
aquellos sectores que han tenido que sufrir, lo que sin ninguna duda,
otros muchos no han sufrido y que han significado siempre el eje de lo que
es la estructura de la sociedad uruguaya, tal como ella se reconoce a sí
misma, y que han tenido que soportar un..., una..., un mantenimiento e
inclusive, una pérdida de los valores nominales a los cuales vende sus
productos durante los últimos veinticinco años, al tiempo que los
valores nominales "desestacionados" a los cuales tiene que
comprar los insumos referidos a los mismos productos que venden, han
subido enormemente, a partir del hecho de que la globalización que antes
existía cuando el comercio lo manejaba Inglaterra desapareció cuando el
comercio lo empezó a manejar Francia en el continente.
Esa es una realidad. Una realidad que hemos vivido con
los precios "desestacionados", a lo largo de los períodos que
van desde 1960 hasta la fecha.
Todo eso determina que tenemos que tener objetivos. Los
objetivos son muy claros en materia de lana.
(Flaco, gracias. Si yo no lo veo a Cardelino, me
pierdo. Risas)
Son muy claros en materia de lana. El SUL ha estado en
el Irán y ha visto que en el Irán son muchas las cosas para hacer, con
tops de otras finuras, amén de este esfuerzo que estamos haciendo acá.
Ahí hay un mercado; hemos conversado sobre eso, y el gobierno está
totalmente de acuerdo con la propuesta del SUL y está dispuesto a
apoyarla. Y creo que es un camino y un camino muy importante. No hay un
camino sólo para este lado y, y no, y deja de existir el camino para el
otro. Tenemos que ir descubriendo los mercados y ése es, sin ninguna
duda, un lugar en donde el Uruguay tiene un buen posicionamiento. Y si hay
que volver y hay que volver rápido y hay que armar cosas, hay que
hacerlo. Absolutamente estamos de acuerdo en los puntos de vista que nos
ha planteado el SUL con respeto a la evolución de sus contactos
industriales y productivos en el Irán. Y lo mismo digo con respecto a, a
la lana Merino y lo mismo digo con respecto a la producción de carne y a
la organización y de la venta de ese producto y a la forma de producirlo
y de venderlo y de publicitarlo.
El Uruguay tiene, sin ninguna duda, en la región donde
está, un camino muy claro para continuar tratando de robustecer - por
todos los medios disponibles- lo que es la producción esencial en la vida
del país. No solamente bajando los costos directos, bajando el costo
país a través de la modificación impositiva y contribuyendo a mejorar
el precio final del producto por la calidad del mismo y por la seriedad y
responsabilidad de nuestros procedimientos.
Es posible que el gobierno se pueda equivocar muchas
veces, pero el gobierno tiene estos objetivos, tratará de cumplirlos, y
si no los puede cumplir totalmente, por lo menos, los tratará de
encaminar; porque los países no terminan con los gobiernos, sino que cada
uno tiene la obligación de ir aportando algo para que otros continúen en
la tarea, que sin ninguna duda, es común a todos nosotros.
Muchísimas gracias y espero volver para que me sigan
contando las muchas cosas buenas, sobre todo, cuando nuestro amigo Pedro
compre la próxima máquina. (aplausos)