24/09/2001   

BATLLE:LAS NACIONES HEMISFÉRICAS NECESITAN DEL LIBRE COMERCIO PARA ALCANZAR UN DESARROLLO SUSTENTABLE   

      

El Presidente de la República asistió al acto inaugural de la reunión de Ministros de Educación y Cultura de las Américas. En la primera nota gráfica, flanqueado por el Ministro Dr. Antonio Mercader, el Dr. Batlle escucha el discurso del Secretario General de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria. La siguiente nota registra al Primer Mandatario en momentos en que hace uso de la palabra.

En su discurso ante la reunión de Ministros de Educación y Cultura de las Américas, el Presidente de la República Dr. Jorge Batlle se refirió a las dificultades que enfrentan los países hemisféricos para mantener una política de desarrollo sustentable frente al proteccionismo y las trabas impuestas al libre comercio. A nuestros principales socios les podemos comprar pero no le podemos vender, dijo. La falta de oportunidades de comerciar abiertamente genera problemas que incluso pueden determinar un aumento de los niveles de desorden social, advirtió el Presidente. El texto de su discurso es el que sigue.

  Señoras y señores Ministros, señoras y señores, Señor Ministro Mercader:

Como ustedes se podrán imaginar, seria una irreverencia que yo me pusiera a hablar de asuntos educativos, no solamente por mi ignorancia, sino porque después de haber escuchado una exposición tan clara como la del amigo Gaviria me da la impresión de que no es a mí a quien le corresponde hablar específicamente de ese tema.

Trataré, sin embargo, de ponerme un poco en contacto con el tema, pero del lado de afuera del tema y no del lado de adentro del tema. Es cierto, como lo dijo el señor Gaviria, hemos tenido la fortuna, no solamente en el Uruguay, sino en América, de todos los países y a lo largo de nuestra historia, trabajando en pos de la educación, de la mejor educación. No soy muy conocedor de América, he sido poco salidor de las fronteras, pero algo conozco de lo que es el MERCOSUR o el Southern Cone. Pensando en Bello, en Bilbao y en Lascarria alcanza con advertir cuánto se ha hecho en América por la difusión. Pensando en Sarmiento, pensando el Alberdi y sin ninguna duda nosotros podemos hablar lo mismo de José Pedro Varela y de la Educación Primaria uruguaya, que comenzó en el siglo pasado. Nosotros tenemos escuelas rurales, muchas, muchas escuelas rurales que han festejado ya hace bueno, hace más de 20 años, y 100 años de antigüedad y de trabajo permanente. Educados con los programas inclusive que se trasladaron para esas escuelas primarias de educación de Horacio  Mann con quienes fueron a  aprender y a estudiar tanto Sarmiento como Varela. Y Varela, por consejo de Sarmiento.  Y Sarmiento le dijo a Varela, Domingo Faustino Sarmiento, que estaba en los Estados Unidos, le dijo, “Bueno, pero si querès tener una republica hay que formar republicanos”.  Y la única forma de formar republicanos es tener una amplia, extendida, obligatoria y gratuita Educación Primaria.

Hemos hecho muchas cosas, los distintos gobiernos todos han ido trabajando en eso. En los últimos tiempos hemos podido extender la educación preescolar a la mayor parte de los niños en edad preescolar. Hemos podido inclusive también, a partir de la reforma de la Constitución de 1965, hacer obligatoria la Enseñanza Media. Yo fui, es claro, yo soy como el nogal, centenario, ya, pero yo fui a la escuela primaria pública en Uruguay, fui a la escuela Venezuela. Mi escuela se llamaba la escuela Venezuela. Fui al liceo público, liceo del Estado. Igual que mis hermanos, fui a preparatorios públicos, igual que el doctor Martins, que está por allá sentado, no digo que éramos compañeros porque él es mucho más joven que yo, tres semanas más jóvenes de yo. Y fui naturalmente también a la Universidad pública, todo gratuito, absolutamente todo gratuito, desde Primaria hasta que me entregaron el titulo en la Facultad de Derecho.

En aquella época, cuando yo iba al Liceo, naturalmente esto hace recurrir a la  memoria para mí de tantos años, cincuenta y pico, casi sesenta, había siete liceos en Montevideo. Hoy, hay más de 250 liceos, algunos de ellos con dos y tres turnos, en todo el país. Hemos hecho obligatoria la Enseñanza, hemos incorporado inclusive en estos últimos años, en la medida de nuestras fuerzas,

las nuevas tecnologías informáticas en aulas informáticas a la Enseñanza Secundaria y a la Enseñanza Primaria.

Incorporado inclusive, en estos últimos años, en la medida de nuestras fuerzas algunas tecnologías informáticas, en aulas informáticas en Enseñanza Secundaria y en Enseñanza Primaria. Estamos utilizando los recursos que provienen de las construcciones públicas para consolidar la infraestructura, renovando las viejas escuelas que necesitan permanente atención y permanente renovación, no verdad, al tiempo que hacemos  liceos y escuelas nuevas preciosas, las viejas se empiezan a deteriorar y en buena medida, los niños que van a las viejas escuelas se sienten como marginados.

Yo, el sábado pasado contribuí a pintar el viejo liceo al cual iba, al que cuando yo iba habíamos festejado que nos mudábamos a uno nuevo, pero creció tanto la matrícula que tuvimos que seguir también en el viejo, en donde además hay tres turnos: un turno matutino, un turno vespertino y un turno nocturno.

Y sin ninguna duda, todo esto, bueno, ha contribuido a mejorar, - como lo dijo el amigo Gaviria -, nuestro perfil educativo en el Uruguay. Sin ninguna duda es así.

Pero que y es cierto también que la educación es central. Ha sido siempre central. No es en este mundo solo tecnológico que la educación es central. La educación siempre fue central. Sin la educación no existen sociedades. Bien, pero, claro, yo soy Presidente de la República y entonces me reúno con el Ministro de Educación y por la mañana, y por la tarde, con el Ministro de Economía.

El Ministro de Educación me pide dinero y el Ministro de Economía me dice que no hay. Y eso es lo que nos pasa a todos. Todos tenemos este champagne educativo, pero nada más que rentas de cerveza, ¿no?. No nos alcanzan los recursos que tenemos.

Y como no nos alcanzan los recursos que tenemos, cada uno tiene su manía.

Ustedes saben que con el andar del tiempo, uno fortifica sus manías, se hacen más pesadas, se hacen más reiterativas, y por tanto, se hacen más tediosas también. Y por lo menos a los ojos de los demás y con mucha razón.

Yo diría que es un momento oportuno para hacer las cosas. Bien dijo el Señor Gaviria que eran tiempos impropicios. Sí, son tiempos impropicios vistos desde un lado. Pero son tiempos propicios vistos desde otro.

Las crisis, como esta terrible circunstancia que todos hemos vivido y a la que hemos asistido, y esta expresión global de solidaridad con el pueblo y naturalmente con el gobierno de los Estados Unidos, después de este proceso que se está generando de que esto va a enlentecer la economía y que esto puede tener efectos sobre las naciones y a quien le va a caer más y a quien le va a caer menos, significa que son circunstancias propicias para reflexionar globalmente sobre los tiempos en los que vivimos y tratar de tomar acciones, no solamente para evitar estas cosas, sino para tratar de generar los hechos que conducen a darle presión a las sociedades, que sin ninguna duda, más allá de circunstancias muy particulares, las presiones de carácter social y con sus consecuencias políticas tienen sus orígenes - en muy buena medida - en las dificultades económicas en las que viven las naciones.

Nosotros y yo lo reitero siempre y lo quiero volver a reiterar, aunque yo mismo sufro de esas cosas que les pasa a los políticos cuando hacen campañas electorales. Los políticos cuando hacemos campañas electorales siempre tenemos puntos diferentes, pero tenemos siempre el mismo discurso. Y aquellos que nos acompañan están realmente hartos de nosotros, porque saben qué vamos a decir ahora, y qué vamos a decir después y qué vamos a decir más tarde, al punto de cuando alguno sube antes que nosotros al estrado, dice nuestro discurso antes que lo digamos nosotros, y ya resulta una cosa trágica.

Yo dije en más de una oportunidad y concretamente recientemente en Chile que cada 30 años iba a Inglaterra. Que había ido en 1946 al término de la guerra, que había ido en el 70, que había ido en el 2000, que pensaba volver en el 2030 y que iba únicamente a Londres a la Plaza de Trafalgar. Que lo miraban ellos, los saludaba, le agradecía por Trafalgar y me volvía a Montevideo.

Y sí. Pasó así. Y porque no pasa así, no tenemos plata para la educación.

Porque antes teníamos si nosotros utilizábamos bien los recursos que llegaban a nuestros países por la vía del comercio. Ahora no tenemos, aunque sepamos y estemos dispuestos políticamente a utilizar bien los recursos.

En esos tiempos, en esos tiempos se abrió una economía; hubo una civilización atlántica. Los precios convertían, los mercados estaban abiertos, los salarios convertían, había inversiones de tecnología de última generación. A nosotros no nos llegaron los ferrocarriles viejos, de segunda. Nos llegaron los mejores ferrocarriles. Y no nos llegó el gas de cuarta. Nos llegó la mejor organización industrial para suministrarnos gas. El agua corriente pública se instaló en Montevideo en 1868 y vino de 25 kilómetros a la distancia del mismo lugar de donde hoy se abastece una ciudad de 1 millón y medio de habitantes.

Quiere decir que hubo una economía abierta y vendíamos lo mismo que hoy y esto, que es válido para el Uruguay, es válido para todos nosotros. Todos crecimos en esos tiempos y si fuimos más justos o menos justos, no fue porque el mundo no los permitiera ni nos cerrara las oportunidades, fue porque nosotros no hicimos bien las cosas. Quiere decir, por tanto, que la diferencia entre entonces y hoy, es que hoy no tenemos esa posibilidad y cuando formamos las mejores cabezas y generamos una oferta de capacidad, que puede ayudarnos con esa educación a mejorar nuestras condiciones de equidad y de calidad de vida y ha disminuir los índices de pobreza, resulta que esos jóvenes se tienen que ir de nuestros países porque no tienen donde ocupar su talento, porque no tienen las oportunidades porque no existe una apertura comercial. Mientras que el mundo no haga una apertura comercial fuerte y en firme, no podemos crecer y no tendremos recursos y seguiremos formando gente y la seguiremos expulsando. Es más, no solamente la seguiremos expulsando, sino que inclusive se da una paradoja casi trágica, les estamos a los jóvenes enseñando un mundo formidable de oportunidades y después le decimos: mire que acá no hay. Cualquiera sea el nivel que alcance, mejor es irse a Estados Unidos o Canadá, o si puede ir a España o Suecia, porque acá en América no. Entonces, es evidente que nosotros tenemos que plantear las cosas en el lugar en donde ocurren. Y el lugar donde ocurre es en la generación de recursos, y en la generación de recursos suceden, porque los mercados están cerrados y cuando ustedes le piden a todos los ministros de Hacienda de sus respectivas naciones más recursos presupuestales para atender a las necesidades reales de los niños, de los jóvenes de la enseñanza secundaria, que es en donde nosotros tenemos los mayores problemas de inserción en las nuevas formas y estructuras de la sociedad, y también para la educación terciaria y la formación científica y tecnológica, después nos encontramos que buena parte de esos muchachos, pero no solamente los de más alto nivel, los de nivel medio, también sienten que hay mejores y mayores oportunidades para sus conocimientos en otras sociedades que en la nuestra. Naturalmente, cuando uno lee toda esa declaración, que es muy interesante y que además hemos tenido un informe de nuestro amigo César Gaviria excelente y que refleja en sus palabras la realidad de lo que nos sucede. Y este informe tiene una, dos, tres, cuatro, cinco páginas de cosas para hacer, seis páginas de cosas para hacer. Al final hay un numeral séptimo, pequeñito, pequeñito, pequeñito, pequeñito que dice - por ahí puede suceder- dice "Mecanismos de financiación". Pequeñito. Ahora, si nos prestan dinero, hay que devolverlo y además, cuando nos prestan dinero y los tenemos que devolver, forma parte del endeudamiento autorizado por el FMI y, cuando arreglamos con el FMI no arreglamos con (Standar & Poor`s) y no arreglamos con (Moody`s), que tiene mucho más fuerza que el FMI. En el FMI uno va, se sienta y negocia y habla con ellos, y los alemanes y los franceses y uno llora un poco y se va arreglando las cosas, pero con (Standar & Poor`s) no se puede arreglar y con (Moody`s) tampoco. Y por qué, por una razón muy sencilla, porque manejan indirectamente el dinero de los millones y millones y millones de personas que todos los meses guardan un poco de dinero para su retiro futuro. Y, por tanto, tienen que hacer prin, pero con una cámara congeladora instantánea, porque están pensando en la seguridad de millones y millones de anónimos ciudadanos que están confiando en el consejo de ellos para poder invertir sus ahorros en algo que les permita, cuando llegan a la edad del retiro, seguir viviendo. Son muchos más duros que el Fondo, y es lógico, tiene que ser así. Entonces qué resulta, resulta que este dinero está acotado, forma parte de la capacidad de endeudamiento - si hacemos esto no podemos hacer esto- y como consecuencia, los esfuerzos que hacemos en la educación se contrarrestan con las dificultades reales que hay en el plano de acceso a los mercados. Que son dificultades que sin ninguna duda hoy, hoy, están en cierta medida, más que en crisis o más en cuestionamiento, en una circunstancia como que tuviéramos encalacrados. O sea, como esa situación de cuando uno juega al ajedrez, que uno tiene la pieza encalacrada y si se mueve para allá me la come el alfil y, si se mueve para acá, me la come la torre y, si se mueve para el otro lado, es jaque mate. O sea, esta es una sociedad globalizada que no está globalizada.

 La globalización sólo tiene que ver con el esquema financiero y con la INTERNET. Pero, con el comercio, no existe globalización. Y como no existe globalización con el comercio al no existir acceso a los mercados los productos que producen los que están educados no se pueden vender. Entonces, como no se puede vender los productos, colocamos a los educados. hagamos una especie de reseña de que este conjunto de Ministras y Ministros hay una evaluación de cuántos son las personas que nosotros hemos formado y que no están más en nuestros países, que contribuyen al desarrollo de los países industrializados, sepamos cuánto nos ha costado eso. Cuánto hemos recibido de dinero para formar esos ciudadanos, cuánto estamos repagando de intereses todos los días y todos los meses y todos los años para formar miles y miles y miles de científicos y técnicos y ejecutivos y personas de mediano nivel que no están con nosotros. En algunos casos, en algunas familias es el cien por ciento. Mi mujer tiene una sola hija que está en los Estados Unidos. Y yo tengo un solo hermano, los cuatros hijos en los Estados Unidos. Y esa es la realidad. No nos hagamos más trampas al solitario. E inclusive, cuando uno ve que los alemanes están diciendo que necesitan importar técnicos, ¿de dónde los van a importar? De la India, de la China o de América Latina y del Caribe, no hay ningún otro lugar. Lo cual significa que tenemos que ir al punto central de porqué estamos atrasado en nuestra expansión y en nuestro desarrollo porque, a diferencia de lo que nos pasó hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, los mercados regionalizados están cerrados. Y, si no se abren y mientras no se abran, no vamos a progresar lo que podemos y debemos y a lo que tenemos derecho. En un mundo en donde nuestras puertas están abiertas y las puertas de nuestros socios comerciales naturales están cerradas, porque eso también es otra cosa sin sentido. Mientras todos nosotros practicamos sostenemos un modelo económico –como lo dijo el Sr. Secretario - de apertura de mercado y de baja de aranceles, nos encontramos con que nuestro socio mayoritario tiene un modelo económico al revés, de cierre de mercados y aranceles altos. Con lo cual le podemos comprar pero no le podemos vender. Y, con ese mecanismo a medida que crecemos demográficamente, nuestra situación no mejora, empeora. Y eso es lo que tenemos que poner arriba de la mesa. Estos planes son todos muy necesarios, imprescindibles y otros serán los que les sucederán y estarán acompañando el ritmo de los tiempos. Pero, la esencia del asunto es que las economías den respuestas naturales a esta oferta de personas capaces, porque personas capaces sin empleo, eso sí trae problemas de sociales. Personas capaces sin destino, eso sí trae problemas sociales. Y además, finalmente, cuando América, por circunstancias equis que son los historiadores los que tendrán o los sociólogos los que tendrán la capacidad de decir porqué nos sucedió. Cuando América estaba prácticamente gobernada por circunstancias que digo que alguien deberá escribir sobre ellas y nosotros como contemporáneos es muy difícil tener objetividad, estaba gobernada en su inmensa mayoría por gobiernos de facto cuando podíamos decir que era por eso que andábamos mal. Pero ahora somos todos gobiernos democráticos. Y el pueblo nos ha elegido y tenemos obligaciones ante el pueblo y dar respuestas. Y yo creo que antes de que la democracia por esas circunstancias de no tener las respuestas adecuadas se debilite y ante el hecho cierto de que en el 2003 termina la cláusula de paz, de paz  comercial firmada en Marrakech, nosotros todos nos tenemos que unir, porque así como individualmente ustedes les piden a cada uno de sus Ministros de Economía más recursos para cumplir con sus objetivos, sería bueno que le pidiéramos a todos los Ministros de Economías que se juntaran para decir; o cambiamos esta situación o de lo contrario los niveles de desorden social no van a disminuir, van a aumentar. Por tanto, señores, yo no soy pesimista soy realista, aunque soy republicano, pero realista. O sea; digo las cosas como son, como las siento y como nos pasa a todos en mayor o menor grado en mayor o en menor medida. Y creo que esto es una cosa que, en estos tiempos, son los tiempos propicios. No creo que el mundo pueda detenerse a causa de ese terrible y tremendo atentado. Creo que es al revés. Creo que ese terrible y tremendo atentado nos debe mostrar que la insanìa del terrorismo no nos puede vencer, no nos puede detener. No puede ser que, por un hecho tan terrible, aunque tenemos que mirarlo en la perspectiva, surja de que nuestras economías van a trastabillar o van a temblar o nos vamos poner a pensar; qué tragedia, esto no nos va a permitir crecer, de ninguna manera. Solamente se cambia cuando hay dificultades, cuando no hay dificultades nadie cambia nada, solamente se cambia cuando hay dificultades. Y este es el momento en que tenemos que sentarnos para poder comenzar tiempos mejores para todos. Para que haya paz y para que aún aquellos que en algún momento pudieron creer que con la violencia van a alcanzar sus objetivos, adviertan que la paz también es una necesidad para ellos. Muchas gracias.