01/04/2002  

El Canciller Opertti destacó la importancia del hecho

DIVERSOS ORGANISMOS INTERNACIONALES PASAN A TENER SU SEDE EN EL EDIFICIO MERCOSUR

El Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Didier Opertti hizo uso de la palabra hoy al inaugurarse, en el Edificio MERCOSUR de la Rambla Wilson, las sedes de UNESCO, FIDA, OEA Comisión Interamericana de Mujeres y Acuífero Guaraní, que funcionarán desde ahora en adelante en el referido edificio, que alberga la Secretaría Administrativa del MERCOSUR.

Las palabras del Canciller Opertti se transcriben a continuación. 

MINISTRO OPERTTI: Señores representantes de la Secretaría General de la OEA; amigo Sanguinetti aquí presente en la mesa con nosotros, antiguo y querido amigo, uno de los compatriotas que ha abierto camino en la Organización de Estados Americanos; Embajadores; Directores; señor Secretario de la SAM; Señor Representante de PNUD aquí también presente entre nosotros, siempre acompañando estas movilizaciones en el buen sentido de la palabra; amigos; amigos de la prensa: es muy satisfactorio para nosotros en la mañana de hoy recibirlos a ustedes, recibir al señor Ministro, lo veo aquí en la primera fila -seguramente no ha sido por su estatura que lo he dejado de ver, amigo Mercader- señor representante del Ministerio de Transporte y Obras Públicas y amigos todos: es muy satisfactorio –decía- para nosotros este acto. Implica darle vida a este edificio, agregarle vida a este edificio, sumarle actividad, adicionarle actividades, incluir nuevas instituciones, convertirlo – el piso dos- en un piso activo, tan activo como el piso uno y con una expectativa vigilante acerca del piso tres. Seguramente el piso tres no tardará mucho tiempo en que también esté habilitado. Entonces, la OEA, la UNESCO, la Comisión Interamericana de Mujeres, dignamente aquí representada por la Dra. Robaina, el FIDA, que tiene como Coordinador Ejecutivo a mi antecesor en el tiempo y en la Comisión y al cual saludo también con simpatía y alegría.

Creemos, por lo tanto, que es un hecho positivo este de hoy. Fíjense ustedes que la OEA va a tener aquí catorce funcionarios, la UNESCO va a tener 23 funcionarios, el programa FIDA MERCOSUR cuatro, la SAM 27, la Red de Mercociudades quince. La OEA va a ocupar 383 metros cuadrados, la UNESCO va a ocupar 522 metros. A usted le dimos el metraje más el IVA. El FIDA va a ocupar cuarenta y cuatro metros, la red de merco ciudades cincuenta metros, la SAM, que es el corazón administrativo del MERCOSUR, ocupa 960 metros. Y resta habilitar el tercer piso: mil cien metros. Y ya tenemos algún ofrecimiento. Nuestro querido Director General, Embajador Oddone, está muy pendiente de eso, de una institución internacional también regional, interamericana, que se apresta a formalizar su interés en ocupar, por lo menos parcialmente, la mayor parte de la superficie. Quiere decir -por lo tanto- que este es un edificio vivo, un edificio activo. Convertir este edificio en una suerte de centro cívico internacional -lo hemos hablado alguna vez con el señor Subsecretario, con el Embajador Valles- es algo realmente sugerente, es algo realmente, diría yo, atractivo porque al Uruguay le hace falta ese tipo de cosas.

Yo a veces trato de no incurrir en esa hipérbole, decir que somos "la Bruselas del MERCOSUR", bueno, porque entre otras cosas nos faltan algunos órganos comunitarios que ojalá  tuviéramos: nos falta la Comisión, nos falta el Consejo, nos falta la Corte, nos faltan muchas cosas. Pero, de todas maneras, hay una señalización física, geográfica, histórica, cultural que hace de esta ciudad la ciudad más propia para este tipo de encuentros, no sólo por lo que ella significa históricamente por sus compromisos con el desarrollo institucional y jurídico y por su historia misma, sino también por lo que representa de equilibrio entre países que muchas veces todavía no han sabido encontrar el eje de la balanza que nosotros en esta materia sí, en vocación de fiel de la balanza sí somos un país que no levanta anticuerpos, que no genera resistencias, en definitiva, que no participa de una puja de poder que lo pueda comprometer en la búsqueda de lugares señalados para hacer esto. Estará también entre nosotros el acuífero Guaraní. Al llegar el domingo ¿no?, de Monterrey, el Embajador Merci y el Director de Asuntos Políticos me informaban que había concluido el proceso de la sede y que, finalmente, el tema de la sede -tras un proceso de negociación como sucede en estos casos- había sido resuelto favorablemente a favor de nuestra petición de que fuera aquí también. Ese espacio el amigo Casaña lo va a tener que distribuir conforme a sus nuevos criterios: creo que ya lo tiene previsto. Y el acuífero Guaraní estará ahí.

Esto que hoy nace en el 2002, Acuífero Guaraní, y hay gente aquí mucho más calificada que yo, obviamente, para opinar de esto, tiene un destino sumamente importante en el conjunto de los recursos naturales disponibles con que este país y la región cuenta. Y, por lo tanto, esto que nace con cierta modestia, con un espacio aún acotado, con un espacio compartido, podrá ser en el futuro, en función de la tarea a su cargo y en función de la demanda de ese recurso natural, habrá de producirse un punto de referencia, sin ninguna duda, para el desarrollo regional. Va de suyo que todas las demás entidades aquí presentes, cada una de ellas con su objetivo, con sus funciones, con sus competencias pero con un ánimo de permanencia, con una estabilidad. Yo recuerdo nuestras conversaciones con el amigo Casaña cuando buscaba acuciosamente un kiosko, un lugar que le asegurara estabilidad y creo que hoy debe estar muy contento. Y lo mismo pienso que el amigo Enríquez en su momento también disputaba una vieja casa en proceso de reciclaje infinito que hubiera podido significar quizá que la renovación de su cargo se produjera en algún plazo y él visualizara desde lejos que esa casa se había convertido en lugar sede de la UNESCO. Hoy  día, en cambio, tiene ya una sede tangible y utilizable. Por eso me parece que el haber convocado todas estas instituciones, muy cerca del MERCOSUR -yo creo en el fenómeno de ósmosis- creo que este número de funcionarios, este número de gentes que van y que vienen, porque no son sólo los funcionarios que tienen permanencia, son también aquellos que se relacionan con programas, con actividades, disipantes que aquí llegan en relación a programas que las instituciones de desarrollado han de dar a esto una vida y una desenvoltura que todos necesitamos. La necesitamos como una indicación de que estos edificios no son sedes burocráticas aletargadas simplemente por esa suerte de inercia que muchas veces gana a los microclimas de las oficinas, sino auspiciada y alumbrada por un deseo de hacer cosas que a cada uno en sus competencias corresponde. Razón por la cual yo me siento muy satisfecho de haber sido en este caso nosotros los que hayamos podido participar en esta ocasión, desearle a las oficinas y a las instituciones, naturalmente, y a quienes ejercen su representación, el mayor éxito, decirles que el edificio todavía tiene alguna asignatura pendiente.

Tendremos que organizar no sólo el tercer piso, tendremos que organizar una cantina y una cocina, lo que puede parecer un tanto doméstico y trivial en este acto pero, no es nunca trivial para los funcionarios saber que hay una cantina y sobre todo en una zona como esta, que es un tanto inhóspita en invierno ¿verdad? Y que más bien convoca más a estar dentro que fuera, salvo en los tiempos de verano, en que el estar fuera puede convertirse en un disuasivo del trabajo que probablemente en verano hay que administrar con mucha prudencia.

Estaremos muy cerca de la gente de ALADI. Estar cerca de ALADI es buena cosa porque yo soy de los que cree en ALADI. Debo ser una especie en extinción pero, soy de los que cree, porque creo que ALADI -tengo aquí a nuestro Embajador y al Secretario General de ALADI presentes- cubre un espacio interregional que tiene como cordón umbilical a América Latina y que no pasa tanto por lo que pueden ser asociaciones de carácter económico, sino que se introduce más en el rasgo de unidad antropológica que significa la región como tal. Razón por la cual creo que ALADI tiene su destino y habrá que buscar la manera de convertirlo en un presente plausible.

Por consiguiente creo que esta zona, toda esta zona, adquiere un nivel renovado con esta inclusión: sumamos no restamos. Y de eso se trata: de sumar y no restar. Por eso, sin más trámite, al agradecerles a ustedes la presencia, agradecerle a las oficinas y organizaciones aquí presentes su comparecencia, quiero desearles el mayor éxito, decirles que esto va a demandar algunos nuevos niveles de administración, acaso un tanto de medida. No podremos hacerlo siguiendo el canon tradicional de un edificio que albergaba solamente a la SAM. Tendremos que buscar nuevas maneras y ya estamos trabajando en eso, imaginando las fórmulas posibles para ello. Y lo haremos en consulta, naturalmente como corresponde, con cada uno de los titulares de los respectivos programas. Imagino esto, por lo tanto, como un fenómeno activo, como un fenómeno dinámico. Y vaya por lo tanto el reconocimiento a ustedes por haber escogido este lugar. A nosotros por haber contado con la ayuda de la Intendencia Municipal de Montevideo. No veo al amigo Arana aquí hoy presente entre nosotros. Estoy seguro que ha sido en su momento convocado, seguramente por otras actividades no ha podido estar  con nosotros. Pero, es indudable que estamos usando un derecho que él nos ha concedido, que la Intendencia nos ha concedido y es bueno reconocerlo así y así proclamarlo en este instante. Por cuanto no podríamos nosotros haber cometido a terceras instituciones el derecho de uso sin tener nosotros mismos ese derecho de uso. Razón por la cual también dejo expresamente consignado nuestro especial agradecimiento al Intendente Municipal de Montevideo.

Sin más, nuevamente a ustedes nuestro reconocimiento por la presencia y el deseo de seguir trabajando juntos en esto que hoy es un cuerpo ampliado, que tiene nuevos órganos y que tiene una vida de cuya inspiración ustedes serán en definitiva los responsables. Muchas gracias.