20/12/02
PRIORIZAR
LAS POLÍTICAS SOCIALES
"Este gobierno no
está dispuesto solamente a esperar un crecimiento, sino a seguir
priorizando las inversiones sociales", afirmó el Secretario de la
Presidencia, Raúl Lago.
PALABRAS
DEL SECRETARIO DE LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA, RAUL LAGO, DURANTE EL
ACTO EN EL EDIFICIO LIBERTAD DE LA FIRMA DE LOS DOCUMENTOS DEL PRESTAMO DE
40 MILLONES DE DOLARES DEDICADOS AL PROGRAMA DE INFANCIA, ADOLESCENCIA Y
FAMILIA EN RIESGO
20/12/2002
Señor
Presidente de la República, doctor Jorge Batlle, Señor Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, contador Enrique
Iglesias, Ingeniero Juan Notaro (Director) por Uruguay del BID, el señor
representante del BID en Uruguay, doctor Martín Estable, Señores
ministros de Estado, a los directores de la Administración Nacional de
Educación Pública, directores del INAME, en fin, integrantes
de las sociedad civil:
El
primero de marzo del año 2000, cuando el señor Presidente de la
República, doctor Batlle, asumía la Presidencia, en un discurso a la
Asamblea General, decía que recordaba que años anteriores había estado
o había contribuido a la redacción de algunos textos que establecía o
que establece hoy la Constitución -pero en aquel caso la Constitución
del año 1966- y hacía referencia al que es hoy el artículo 40 de la
Constitución de la República, que dice que
la familia es la base de nuestra sociedad; el Estado velará por su
estabilidad moral y material para la mejor formación de los hijos dentro
de la sociedad. Y agregaba inmediatamente en esa ocasión el Señor
Presidente: ello quiere
decir, en buen romance, que en la vida vale más el ser que el tener; y
que el ser, representado por los valores morales, éticos y de conducta,
que se aprenden antes que ningún otro lugar en el regazo de la madre, en
el seno de la familia y también en la escuela, porque la escuela es
nuestro segundo hogar, y seguirá siendo por siempre en este país nuestro
segundo hogar. Y concluía, con relaciones de afecto, el doctor Batlle:
toda política social tiene por finalidad
vigorizar la familia, a la familia uruguaya, porque haciéndolo se
sientan los valores a la que está sujeta nuestra civilización y nuestros
orígenes primeros, de todos, de donde todos provenimos, que son los
mismos valores morales que sentimos desde que nacemos.
Con
esto queremos decir que desde el inicio mismo de este Gobierno, de este
período gubernamental, ha habido -marcado por el propio Presidente- una
voluntad muy clara de desarrollar políticas sociales. Esa a veces
dicotomía que se pretende establecer, entre
agendas sociales y agenda económica, no estaba prevista en estas
acciones. Al contrario, creo que se retroalimentan la una de la otra. Que
es difícil pensar en acciones o en agenda económica y en agendas
sociales, o en agendas sociales y en agenda económica; eso es realmente
lo que contribuye a un verdadero desarrollo humano y sustentable.
Nadie
duda, que el Estado uruguayo -con relación a las políticas sociales- es
sin lugar a dudas un ejemplo en Latinoamérica. Es realmente importante a
lo que ha venido haciendo, a lo largo de los años, el Estado uruguayo en
materia de políticas sociales; por todo lo que puede ser alfabetización,
salud, distribución de ingresos, vivienda. Podríamos seguir enumerando
una cantidad de cosas, pero lo importante a destacar es que hoy, aun hoy,
el 75 por ciento del gasto público es gasto social. Incluso podríamos
hoy, refiriéndonos al INAME, que con la incorporación sostenida y
permanente de los centros CAIF, por ejemplo, es hoy un 30 por ciento más
importante de su presupuesto que el Poder Judicial y un 25 por ciento más
que el Poder Legislativo.
Recuerdo,
incluso, que en una oportunidad que nos tocó participar de una
reunión de UNTAD, el director general de UNTAD, el doctor Ricúpero,
explicaba y veía con tristeza cómo en otros países de nuestra América,
de nuestro continente, había una permanente baja en cuanto a las
inversiones sociales, y ponía como ejemplo Uruguay, que realmente seguía
creciendo y fortaleciendo en ese aspecto.
Pero, a pesar de todo,
naturalmente que notamos o percibimos desmejoras, que nos obligan a
adoptar con urgencia otras medidas y otras acciones; a incrementar la
inversión, tal vez acá nos esté ocurriendo en algunos momentos algo que
le escuchaba al señor Presidente del BID, al contador Iglesias: a veces
los problemas no son solo de cantidad, sino también de calidad; y a eso,
a esas cosas, es que enfocamos fundamentalmente este programa que se
inicia hoy.
A pesar de la restricción
que hemos tenido que aplicar en el gasto, el gasto social se mantuvo; es
más, en algunos aspectos se incrementó como con la participación del
Instituto Nacional de Alimentación, que realmente cubrió aspectos muy
importantes. Y este programa nace por un planteo del propio Presidente de
la República, y empieza en los primeros meses del año 2000. En esa
oportunidad, con el señor Edison Wimber empezamos a analizar cómo
podíamos acercarnos a quien contribuyera a la financiación de un
proyecto que llegara, que fortaleciera, las políticas sociales. La
señora Inés Lacalle fue la que primera
dibujo, yo diría, los términos de referencia y el primer acercamiento
con el BID. Posteriormente, por otras razones, se apartó de este programa
para cumplir otras funciones y llegó a colaborar con nosotros la
socióloga Claudia Romano, de notoria veraz acción, y con gran esfuerzo personal
permanente, para llevar adelante este programa.
Yo quisiera recordar que
hace un año, justamente, con el señor Presidente de la República y el
señor presidente del BID, recibimos fondos del gobierno japonés, a
través del BID. Japón nos entregó unos fondos, no reembolsables, para
armar el programa, para preparar el proyecto. Y yo quiero destacar lo que
fue, a partir de ese momento, los equipos de técnicos del BID que
llegaron de Washington, y de otras partes de esta América, porque tomaron
el tema con especial interés; así también la representación del BID en
Montevideo, pero al mismo tiempo quiero hacer justicia con un puñado de
personas, muy poquitas, que están por aquí hoy: Juan Pablo Motola,
Guillermo Amoroso, Alejandro Barreto, Edgardo Greissing, Virginia Deus,
Diego Ruiz, Verónica Monsuárez, Erica Martinelli; solo esos
contribuyeron a armar un programa de 45 millones de dólares, 40 de
préstamo y 5 de aporte nacional. También colaboró el doctor Fernández
Reyes, por el CEPRE, y creo destacar algo que no suele ser común y que
creo que es mérito de ellos y no nuestro, por eso lo destacó: esos
fondos japoneses nos permitieron armar este inmenso, importante y
trascendente programa, y lo hicimos con el cincuenta por ciento de los
fondos que nos brindó el gobierno japonés. Este otro cincuenta por
ciento, por supuesto, lo vamos a utilizar para otros aspectos vinculados
naturalmente al programa y que nos van a permitir adelantar acciones que
tal vez no lo hubiéramos podido conseguir de otra forma.
Las bases de este programa,
uno de los esenciales, es la participación ciudadana. Aquí no hemos
querido dejar de lado a nadie, o sea, el Estado naturalmente porque no
puede eludir la responsabilidades que tiene, pero la sociedad civil con
relación a todos los integrantes de toda la sociedad civil no solo las
organizaciones gubernamentales, que han cumplido un papel fundamental en
el diseño mismo del programa, sino también las permanentes reuniones con
la Comisión especializada de la Cámara de Diputados, que incluso llegó
a reunirse en este Edificio con la señora Ricci, Gerente de Área del
BID, para explicar incluso sus inquietudes. Lo que nos proponemos seguir
adelante con las Comisiones de la Ley Ciudadana, el artículo 37 de la Ley
Ciudadana, con los gobiernos departamentales, que tienen una función
importante a cumplir en esta materia.
Quiere decir que, además
de toda esta gente, también conseguimos que participaran los propios
beneficiarios en el diseño y en la ejecución de estos programas. No
podemos quedarnos en lo que podríamos llamar los Programas de Gabinete,
que se realizan dentro de cuatro paredes sin sentir lo que realmente
ocurre y lo que realmente reclama la sociedad. Y en función de esta
participación, en función además de los fondos que recibimos para la
preparación del proyecto, se hicieron cuatro experiencias pilotos: niños
en situación de calle en Ciudad Vieja y Centro, atención a niños que
realizan calle en su zona de residencia, Punta de Rieles y Bella Italia,
prevención y atención del embarazo adolescente, estrategias integrales
en zonas de alta y baja densidad asociativa, Casavalle y Maroñas.
Pero, además, queremos que
esto sea política de Estado. Las políticas sociales deben ser políticas
de Estado, necesariamente, políticas de Estado. En esta materia no puede
ser la política del INAME o de la Administración Nacional de Educación
Pública, o del Ministerio de Trabajo, o del Ministerio de Educación y
Cultura, ni siquiera del Presidente de la República, o del Poder
Ejecutivo. Necesariamente, como son políticas que trascienden incluso los
períodos de gobierno, deben ser políticas de Estado para que sin
perjuicio naturalmente de lo que son los perfiles, lo que puede ocurrir,
lo que imprime quien detenta en determinado momento a quien orienta el
programa lo vertebral, lo fundamental debe ser como política de Estado.
Por cierto, hemos querido
marcar que no queremos esas políticas sociales asistencialistas, que lo
que se procura además es dejar de lado simplemente esos aspectos
voluntaristas que a veces son muy positivos o importantes pero que no se
traducen en aspectos positivos.
Dicen los sociólogos, y
esto me lo han machacado permanentemente, la necesidad de establecer un
balance entre la oferta de servicios y la demanda de la comunidad. Y otro
de los aspectos que queremos destacar es la eficiencia, la eficiencia en
los programas sociales. Es importante introducir fuertemente el criterio
de eficiencia y eficacia en los programas. Las ineficiencias siempre
tienen costos, y siempre hay alguien que las paga, pero lo terrible de
todo esto, que en políticas sociales quienes tienen o llevan el peso o el
costo de las políticas sociales son los propios beneficiarios. Por eso es
que sentimos que es realmente muy importante ser eficientes.
Muchas veces hemos podido
comprobar el esfuerzo que se hace con determinadas inversiones y que con
una especie de goteo se va perdiendo por el camino, a veces por la
introducción de la burocracia, a veces por exageradas consultorías, y en
definitiva sentimos que no llegan a los que realmente tienen que llegar. Y
este es uno de los principios fundamentales que hemos obtenido y que
aprobamos en este programa.
El otro aspecto que
también es esencial, claro todo lo que uno va diciendo parece que
realmente que es fundamental para este programa, pero es la articulación
de las políticas sociales, la superposición, la cantidad de organismos
que participan, y eficaz muchas veces, pero al superponerse se van
perdiendo recursos que se dilapidan o que no se aprovechan debidamente.
Entonces este es uno de los aspectos esenciales del programa,
articulación, coordinación para que podamos aprovechar al máximo todo
este aspecto de los fondos que vamos a invertir. Naturalmente que tienen
que ser programas realmente integrados. Y, además, incluir los aspectos
de la innovación,.
Hoy, hay -indudablemente-
cambios sustanciales; las tecnologías de la información, la emergencia
del conocimiento, es un factor esencial.
Hoy estamos viviendo a
tiempo real las informaciones que nos llegan de todo el mundo.
Me permito recordar,
también, un programa que tenemos con la Administración Nacional de
Educación Pública, ANTEL, y que participa también Presidencia de la
República, llamado “Conectividad Educativa”, que está, digamos
en esta línea que permite acercar a maestros, a niños y a
liceales, a la sociedad de la información.
Y, finalmente, yo quería
decir que tal vez el aspecto sustancial: el rol central de la familia. Y
aquí volvemos a lo que recordábamos, las expresiones del Presidente
Batlle en la Asamblea General del 1º de marzo del 2000: creemos que hay
que fortalecer el papel de la familia, que es el eje estructurador sobre
el cual deben realmente pasar todo este proceso con relación a los niños
y a los jóvenes.
El programa, realmente, yo
creo que podemos hacer un repartido para evitar los aspectos puntuales que
va a tener. Pero, de cualquier manera, es un programa de duración de
cuatro años y medio a cinco, y participan cuatro organismos
co-ejecutores, pero muchos más; yo casi diría que participan enormemente
todos los institutos del Estado. El Instituto Nacional del Menor, la
Administración Nacional de Educación Pública, el Ministerio de Salud
Pública, el Ministerio de Deporte y Juventud; además, tendrán un
importante rol el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Banco de
Previsión Social. En fin, muchos organismos que van a tener que
participar activamente.
Y los distintos aspectos
son los proyectos integrales de prevención y atención; modelo integral
para niños menores de cuatro años, de familias, modelos integrales para
niños de cuatro a doce años y sus familias, modelos integrales para
adolescentes de 13 y 17 años, modelo integral de prevención del embarazo
precoz, modelo integral para niños y adolescentes en situación de calle,
atención familiar para víctimas del maltrato familiar y abuso sexual.
El otro aspecto es el de
desarrollo y participación comunitaria familiar, promoción del trabajo
en red, fortalecimiento de las capacidades familiares, mejoramiento de
espacios públicos y comunitarios para el deporte y la recreación. Y el
tercer aspecto, es el del fortalecimiento institucional, plan integral de
infancia, adolescencia, la comisión del artículo 37 y el Comité
Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil.
El fortalecimiento de los
organismos participantes, esto es otro de los aspectos sustanciales, que
estas instituciones que tienen estos roles en el país serán fortalecidos
a través de este programa, y, finalmente, un Sistema Nacional de
Información que permita verificar y controlar el cómo va la evolución
en ese sentido. Y, por supuesto, la comunicación social.
Hoy tenemos a estos niños,
que Teresita me había anunciado que iban a venir; la túnica blanca y esa
moña azul, y que me permite recordar algo realmente importante: yo
escuché palabras del doctor Batlle, allá por mayo del año 99, en donde
destacaba la importancia de la atención de los niños. Era porque se
analizaba, en algún momento, de alguna manera, lo que podía ser la
situación de los menores infractores. Y el doctor Batlle recordaba una
carta, que le había enviado el arquitecto Pintos Risso, que le decía: “A veces los niños nacen buenos; la sociedad los hace a
veces malos”. Vaya si es un gran desafío el que tenemos aquí.
Muchas veces decimos: “Sí,
primero los niños”. Pero no nos quedemos en una expresión retórica,
que nos sensibiliza en el momento y que después nos olvidan nuestras
obligaciones.
Yo digo -y permítame
recordar algo que decía siempre, o que leí hace muchos años- de
Raimadeleine, que decía: Ahí están los contemporáneos del porvenir.
Son el futuro. Y para ellos tenemos que hacer los mejores esfuerzos.
No es, sin lugar a dudas,
para llevar adelante todas estas cosas, resulta fundamental el crecimiento
económico. A veces la recesión, las dificultades económicas, nos
generan dificultades.
Pero
este gobierno no está dispuesto solamente a esperar un crecimiento, sino
a seguir priorizando las inversiones sociales en esta forma de trabajo,
con este tipo de alianzas integradoras en que está el Estado y la
sociedad civil. Porque ése es el concepto de este proyecto que hoy
estamos lanzando, que hoy empieza; no sé si a caminar, pero, por lo
menos, a tener todos los instrumentos para hacerlo.
Y quiero decir, finalmente,
que éste es el desafío. Se genera muchas veces una brecha, una brecha
entre los objetivos y la
acción; una brecha entre los programas y la acción; una brecha entre las
promesas y la acción. En realidad, sanear esa brecha es el compromiso que
hoy asumimos todos.
Muchas gracias.
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