18/01/2002    

ANTE LA MUERTE DEL MAESTRO HÉCTOR TOSAR

 El Poder Ejecutivo recibe con profundo dolor la noticia que nos da cuenta de que el Maestro Héctor Tosar ya no está entre nosotros. Los uruguayos que hemos tenido el honor de conocerlo y el placer de disfrutar de su arte y de sus conocimientos no podemos sino sentirnos embargados por la tristeza.

El Maestro ha dejado, sin embargo, un gran legado de señorío, de amor por la cultura y de talento en el arte de la música que todos debemos sentir como propio. El buen nombre de nuestro país se acrecentó en el mundo de la mano de su arte, de la mano de su espíritu. Allí donde estuvo Tosar o la música de Tosar estuvo una simiente del alma del Uruguay que ha tenido el privilegio de contarlo como uno de sus más insignes representantes.

La obra del Maestro Héctor Tosar ha de perdurar más allá de cualquier circunstancia; pertenece a esas esencias que de tanto en tanto se dan en el mundo y en las naciones para recordamos que no todo es transitorio sobre la tierra. La misión de la cultura consiste, precisamente, en hacernos patente que la realidad no solamente se compone de los meros hechos materiales sino que es, en sustancia, realidad del corazón, realidad del espíritu, realidad del pensamiento. Tosar encarnó todo eso con grandeza y con humildad.

Los orientales todos debemos sentir como una pérdida la partida del hombre bueno y noble que fue Tosar; pero a la vez debemos sentir el orgullo y mantenernos fieles al compromiso de ser sus dignos compatriotas.

Que su familia reciba el abrazo solidario del Poder Ejecutivo de la República.