26/07/02 

TENEMOS QUE TENER FUERZA Y UNIDAD PARA IMPONER NUESTRA VOZ

En su participación en la II Cumbre de América del Sur, el Vicepresidente, Luis Hierro López, manifestó que la región debe tener “toda la fuerza y unidad para imponer nuestra voz e ir incluyendo los cambios”.

PALABRAS DEL VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, LUIS HIERRO LÓPEZ,  EN SU INTERVENCIÓN DURANTE LA II CUMBRE DE AMÉRICA DEL SUR (26-07-2002)

Quisiera volcar una reflexión de índole política en relación a las recientes intervenciones de los presidentes Toledo y Chávez, que en términos generales comparto.

Ciertamente, América del Sur ha perdido en los últimos años la idea consagrada que teníamos a principios de los años 80, y cuando casi todos nuestros países superamos los períodos militares, de que habíamos conquistado y reconquistado la democracia de una vez y para siempre.

Hemos advertido algunos procesos institucionales con situaciones económicas y sociales y falta de estabilidad institucional, económica y social que nos han preocupado a todos, permanente. Y que creo que en algún sentido deben reiterar nuestro estado de vigilancia y de atención en estos temas, reconociendo que la democracia estable y permanente en América Latina es aún una prueba que estaremos por dar todos juntos.

En este sentido, yo deseo expresar que así como los gobiernos no tenemos siempre el control de las cuestiones económicas y de las turbulencias sociales, que muchas veces lamentablemente nos superan a todos, sí tenemos el control de -ante los desafíos de esta índole- cada vez más democracia, cada vez mas respeto a los derechos cívicos, cada vez más respeto a la libertad de prensa, cada vez más ejercicio de los partidos políticos y de la opinión pública, cada vez más dignidad y transparencia de los mandatarios, cada vez más legitimidad moral de todos nosotros. No serán todos los instrumentos que tengamos, pero son los principales.

Y en este sentido, creo que si afirmamos ese rumbo en América del Sur, seguramente cada uno de nosotros, los gobiernos, vamos a ser más fuertes y estaremos en mejores condiciones, a la vez, de enfrentar los procesos tan difíciles que el mundo nos arroba.

En segundo término, ¿cómo ve el gobierno de Uruguay este espacio de América del Sur y cómo ve esta conferencia y cómo ve este nuevo esfuerzo?.

Sinceramente, con enorme simpatía. Porque todos los procesos y los esfuerzos que hagamos en materia de integración y de vinculación, son necesarios. Todos los foros, todos los ámbitos, todos los espacios, todas las ventanas que podamos abrir, son necesarios.

Si repasamos la crónica menuda de nuestras cumbres, nuestros organismos, nuestras instituciones, quizás digamos: “Pero, caramba, venimos fracasando. Una vez hicimos la ALADI, otras veces hicimos otras cosas y todo quizás nos fue quedando más o menos trancado en el pasado”. Pero si lo miramos también desde el punto de vista del esfuerzo y la perseverancia, digo -como sugería recién Hugo Chávez, que había mencionado Fernando Henrique Cardoso- todos son caminos. Y caramba, estamos triunfando en la medida de la perseverancia, estamos triunfando en la medida de buscar nuevos caminos ante nuevas cirscunstancias que el mundo nos va ofreciendo.

Y ninguno de estos caminos tiene porqué ser antagónico. No es antagónico el MERCOSUR con la Comunidad Andina. No es antagónica la coordinación de estas dos fuerzas, con la idea de América del Sur. No es antagónica la idea de América del Sur con la vieja idea de América Latina. Son espacios que nos pueden permitir a todos ir buscando cómo mejorar los procesos de integración, que es lo que tenemos que hacer en cada instancia.

Y tenemos a la vez, me permito mencionar a dos de los Presidentes, que tan estupendamente han hablado todos, y tenemos a la vez una especial combinación de las ideas generales y las estrategias generales que ha demostrado el Presidente de Brasil en la mañana y el sentido pragmático que  le dio el Presidente de Chile para encarar las cuestiones de la agenda más cotidiana que hacen a la integración en los aspectos físicos, en los aspectos tecnológicos, en los aspectos energéticos, en las barreras esas administrativas que nuestras burocracias nos van poniendo cada día.

Y creo que en ese sentido nuestros pasos tienen que ser tan grandes como puedan ser en el plano de las ideas y tan eficientes como deban ser en el plano de las administraciones.

No hay ninguna duda de que es un mundo de ideas, éste. No es solamente un mundo de mercados, y no es solamente un mundo de incertidumbres. También es un mundo de ideas. Y en este sentido, hay cosas que están cambiando en el mundo.

Uno advierte cómo hoy Europa discute su política agraria común. Nos parecía casi  que era imposible hace algunos años. Hemos venido insistiendo desde América Latina, desde América del Sur y desde el MERCOSUR, en este tema. Y hasta hace poco algunos de nosotros veíamos que había como un muro imposible de superar.

Sin embargo, es la opinión pública europea, después de la crisis de “la vaca loca”, después de las consecuencias sanitarias que éstas supusieron y después de todas las críticas a los excesos de los subsidios, que empezaron -desde la propia Europa- a discutir la política agraria común. Esto se va a reformar en cinco años, en diez, en tres, en dos. No lo sabemos. Sabemos que hemos contribuido a germinar una idea, una semilla que seguramente llevará años que fortifique, pero que está plantada. Y creo, por lo tanto, que el alegato de índole idealista y moral que nos leyó Fernando Enrique Cardoso en la mañana fue realmente formidable, Presidente, porque a todos nos dio aire fresco, que es lo que muchas veces necesitamos, como bien decía el Presidente Duhalde,  para volver a nuestro país a enfrentar las cuestiones cotidianas.

Ya mencionamos nuestro papel respecto a los organismos internacionales de crédito, quizás precisamente los que no están aquí representados. Cuando hablamos de nuestro vínculo con las calificadoras de riesgo y especialmente con el Fondo Monetario Internacional, todos sabemos que tenemos en ese fenomenal compatriota que es Enrique Iglesias a nuestro principal socio y abogado. Y yo quiero agregar también en este sentido que el Uruguay siente que es necesario que tengamos posicionamientos comunes, entorno a los organismos internacionales de créditos y entorno a la actual organización del mundo. Que tengamos toda la fuerza y unidad para imponer nuestra voz e ir incluyendo los cambios, con el único límite de no convertir esta prédica en un pretexto para nuestras propias carencias.

Muchas veces, sobre todo en América Latina, hemos hablado mucho de “el afuera, lo extranjero, lo ajeno”. Y somos una región imprescindiblemente requerida de inversiones y este grupo de América del Sur tendrá que procurar inversiones para su infraestructura y para su renovación tecnológica. Yo no creo que podamos tener algunas expresiones, ya sea o de hostilidad o ya sea de pretexto. Entonces, si la culpa la tiene el Fondo, no la tengo yo. No, yo también, seguramente, debo asumir como país, como nación y como gobierno, alguna de las responsabilidades que los procesos históricos nos vienen imponiendo.

Finalmente, Presidente Novoa, yo consultaba recién al Canciller Opertti si América del Sur o el Grupo de Río, han tomado ya algunas precauciones respecto a esta Cumbre de Johannesburgo que francamente es muy importante, por que allí va ha haber ideas y modelos. Y en la medida que esto no se haya resuelto por otras vías, tenemos un mes antes de la Cumbre de Johannesburgo.

Me permito proponer que este grupo de América del Sur, a través de sus Ministros de Relaciones y eventualmente los ministros de Medio Ambientes que tengamos en nuestros países, puedan imaginar algunas propuestas comunes. Sería la primera instancia internacional de suma importancia que tenemos, después de esta conferencia, y creo que sería enormemente interesante estar en condiciones de acercarnos algunas posiciones comunes en un tema, en el cual, precisamente varios de los temas de fondo que hemos estado hablando aquí del relacionamiento de América del Sur con el mundo, tiene enorme interés.

Señores Presidentes, muchas gracias.