7/05/02
PALABRAS DEL MINISTRO
INTERINO DE GANADERÍA, AGRICULTURA Y PESCA, ING. AGR. MARTÍN
AGUIRREZABALA, DURANTE LA INAUGURACIÓN DEL SEMINARIO DE “BIOTECNOLOGÍA
AGRÍCOLA: LA REALIDAD PARA PRODUCTORES Y CONSUMIDORES”, REALIZADO EL
LUNES 6 DE MAYO EN EL HOTEL SHERATON DE MONTEVIDEO, ORGANIZADO POR EL
DEPARTAMENTO DE AGRICULTURA DE LOS ESTADOS UNIDOS (USDA) Y LA EMBAJADA DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA EN URUGUAY.
ING.
AGR. MARTIN AGUIREZABALA:
Es un gran placer y un gran honor estar inaugurando este evento, porque es
una excelente oportunidad de poner en la palestra, en la discusión
pública, un tema de gran trascendencia para toda la agroindustria
agroalimentaria. Demás está decir la importancia que tiene esto para un
país como el nuestro, que depende casi exclusivamente de su generación
de divisas, de esta agroindustria y de lo que ésta pueda progresar en el
futuro para mejorar la calidad de vida de su gente.
Me
parece que es una gran oportunidad y agradezco que la Embajada de los
Estados Unidos y el Departamento de Agricultura hayan hecho este esfuerzo
para traer a tan connotados especialistas a discutir con nosotros y poner
una vez más en la lupa de la opinión pública este tema que tiene mucho
más de oportunidad que de dilema en la realidad de nuestro país.
No
voy a ser exhaustivo en el tratamiento de este tema, simplemente voy a
tratar de poner a la biotecnología y a su progreso desde la visión de un
país como el nuestro.
Creo
que no hay mejor visión del estado de la biotecnología respecto del
conocimiento, que la que hizo el Dr. Philip Shull al principio, así que
me voy a ahorrar y les voy a ahorrar algunos minutos.
Uno
piensa que lo que hoy llamamos biotecnología es un peldaño más del
conocimiento biotecnológico que viene desarrollándose y que así como la
luz del tío de Philip (Shull), esto es un paso en el desarrollo
científico y tecnológico que como tal genera temores y dificultades para
incorporar ese nuevo conocimiento en el lugar que debe tener en el
conocimiento general. Rompe algunos paradigmas y requiere entonces que la
sociedad reedite su nuevo orden en función de ese nuevo conocimiento.
Pero
esto sucede con la biotecnología como sucede con cualquier otra fase del
conocimiento. El problema no es si la biotecnología como aplicación de
ese nuevo conocimiento es buena o mala, y no es si el instrumento que
tenemos es bueno o malo, sino que lo que importa es si la sociedad es
capaz, si la comunidad internacionales capaz de utilizarla en buena forma
para mejorar la calidad de vida de la gente.
En
segundo término, si vamos a mirar el tema de la biotecnología desde
Uruguay, no se pueden ignorar algunas características principales que
tiene el país. Primero, es un país pequeño. Segundo que es
agrodependiente, es decir, dependiente de la exportación de alimentos y
eso hace que además tenga una base tecnológica y humana desarrollada
para eso lo cual constituye una oportunidad adicional. Esto no quiere
decir que nuestros recursos humanos sean los mejores del mundo para hacer
eso, sino que son recursos humanos calificados básicamente para
incorporarse a ese proceso con alguna ventaja relativa sobre algunos otros
países.
El
otro elemento que tampoco podemos desconocer, es que como somos un país
exportador de alimentos dependemos de quienes nos compran. Entonces, la
percepción del mundo sobre el tema y la percepción a los cuales se
destina mayoritariamente nuestra producción sobre el tema es fundamental.
La
oportunidad que tenemos es para mejorar la calificación de su gente
respecto de ese tema y una oportunidad para mejorar la calificación de
sus sistemas de producción para competir más eficazmente en el mundo y
para hacerlo no sólo con alimentos, no sólo con bienes, sino con
servicios desde el punto de vista biotecnológico.
Por
todo esto, es una gran oportunidad. Pero, no perdamos de vista también
que incorpora, dada las características del mercado de los alimentos y
dada las características de nuestros mercados, algunos elementos que
pueden transformarse en una amenaza relativa y entonces, cuando digo esto
me estoy refiriendo a que buena parte de nuestros mercados de destino de
nuestra producción son aquellos donde sus segmentos de mayor poder
adquisitivo, tienen una segregación mayor en el concierto del mundo
respecto de, por ejemplo, algunos eventos biotecnológicos como pueden ser
los organismos genéticamente modificados.
Esto
debe estar en la cuenta, en la ecuación de conveniencia que un país como
Uruguay debe considerar en el análisis.
Así
las cosas, arribamos a lo que estimo son algunos lineamientos muy básicos
que involucran algunas certezas y algunos cuestionamientos respecto de
este tema, porque creo que ustedes, en un ámbito tan calificado como el
que estamos hoy, pueden arrojar luz sobre estos tópicos.
Voy
a tratar de hacer una serie de reflexiones que ustedes después, en sus
disquisiciones dirán si son esos u otros los puntos que tenemos que
encarar.
Lo
primero, es que si esto es una ecuación de conveniencia, y si Uruguay
tiene las oportunidades que tiene en función de sus fortalezas, y tiene
también alguna serie de amenazas en función de algunas de las
características de estos mercados, esta es una ecuación de conveniencia
que hay que ajustar.
Esto
requiere una visión compartida, es decir, no es lo que digo yo, sino que
la sociedad en su conjunto, o algunos estratos de la sociedad deberían
compartir en alguna medida esta visión y ponerse entonces a explorar las
oportunidad y analizar cuales son las amenazas.
Eso
implica a su vez y notoriamente, algo que para mi sí es una certeza
absoluta, y es que necesitamos desarrollar más los recursos humanos que
tiene esta sociedad para analizar estos problemas y para aprovechar estas
oportunidades, es decir, esto es un desafío de nuevos conocimientos que
hay que encararlo con nuevas capacidades y esas nuevas capacidades hay que
construirlas.
Eso
significa construir las capacidades de los hombres y también de las
instituciones. Es decir, no se puede encarar este tema del temor que
mencionaba el Dr. Philip Shull al principio, sin instituciones que le
brinden a la sociedad confianza y credibilidad.
El
temor se evita con conocimiento y con confianza.
De
modo que este es uno de los deberes que la sociedad uruguaya tiene al
respecto y no creo que haya grandes discrepancias en ese sentido. Lo que
sí exige, es decidir cómo y en que forma se destinan recursos.
Luego
de eso, deberíamos construir de alguna forma, porque los recursos humanos
no se generan sólo porque alguien invierta en ellos, sino que se generan
porque hay algunas cosas para hacer, porque hay algunos mercados para
atender con esos recursos humanos, y creo que el país debería intentar
alguna fórmula inteligente para desarrollar soluciones biotecnológicas
para los problemas que tiene, al menos, el país y la región, y promover
de alguna forma, una interacción pública-privada que genere una demanda
por ese conocimientos biotecnológico que hay que desarrollar.
Esto
permitiría fortalecer seguramente un cluster de la biotecnología en el
país que permitiera aprovechar más rápidamente y más fácilmente esas
supuestas ventajas que tenemos y eliminar o mitigar muy rápidamente esas
supuestas amenazas.
Esto
requiere entonces, e insisto sobre el tema, un desarrollo institucional
importante no sólo a nivel nacional e internacional. Requiere
instituciones fuertes y reglas muy claras desde el punto de vista del
comercio, puesto que aquí influyen no sólo las percepciones de los
consumidores y los distintos segmentos, sino también las tan manidas
barreras existentes en el comercio internacional y muy especialmente en el
comercio internacional agrícola.
En esto me voy a detener un momento. Desde
el punto de vista de Uruguay, hay cosas que sólo se pueden hacer en la
existencia de un marco regulatorio internacional debidamente desarrollado,
transparente y en el cual todos, consumidores y productores tengamos
confianza, puesto que si eso no existe, estamos presos de los caprichos
comerciales de algunos de los países que puedan estar importando nuestros
productos.
Este
no es un tema menor. Porque además este no es un fenómenos aislado, las
barreras o no existentes en el marco de la utilización de eventos
biotecnológicos, porque no quiero decir estrictamente transgénicos,
porque realmente creo que tiene una dimensión mucho más amplia el
fenómeno, se cruzan con otras barreras.
Por
ejemplo, tenemos una realidad en los mercados asiáticos y europeos que
discriminan fuertemente en contra sobre todo de los transgénicos, sobre
todo en los segmentos de más alto nivel de consumo. Podríamos decir eso
no importa, pero sí importa, porque de hecho tenemos barreras comerciales
con otros países, por ejemplo los Estados Unidos en otras áreas donde no
podemos acceder con nuestros productos a esos mercados.
Entonces,
el problema no es tan sencillo como saber las reglas internacionales que
van a existir respecto del uso de la biotecnología, sino saber cual es el
marco general de comercio internacional que nos rige para el sector
agrícola, puesto que nosotros no podemos tomar una resolución
independientemente de los datos de la realidad, es decir, que el problema
del comercio no es el problema de la biotecnología en el comercio, es el
problema del comercio en su conjunto y eso debe ser encarado de esa forma.
Por
último entonces, simplemente delinear que debemos construir una
percepción compartida del tema como consumidores y como productores,
porque este es un país que es esencialmente exportador de alimentos.
Debemos
también construir capacidades tanto a nivel humano personal como a nivel
institucional para garantizar de alguna forma esa confianza que nos va a
permitir prender la luz.
Debemos
propender fuertemente a que esa institucionalidad sea internacionalmente
aceptada y sea fuerte y con reglas claras y debemos desde nuestro punto de
vista tener un especial cuidado con que nuestra institucionalidad sea
particularmente flexible e inteligente para aprovechar debidamente las
oportunidades de la biotecnología.
En
ese contexto, si somos capaces de construir esas cosas, creo que la
biotecnología no tiene para el Uruguay más que una gran oportunidad de
desarrollo y está en nuestra manos hacerla realidad. Muchas gracias.
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