21/05/02   

EL ESTADO GASTA U$S 19: EN EL FERROCARRIL Y NO FUNCIONA

El Presidente Jorge Batlle informó que están en marcha diversos recortes de gastos en el estado, citando como ejemplo la reestructura en AFE, en donde “el estado gasta U$S 19 millones y el ferrocarril no funciona”.

Declaraciones en el Edificio Libertad del Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle.

PRESIDENTE BATLLE: No en primer lugar todos los recortes están en marcha, inclusive algunas medidas, ya tengo noticias que se han tomado esta mañana. Pero hoy estuvimos trabajando en otros temas que tienen que ver con algunos proyectos que fundamentalmente vamos a trabajar con el señor Ministro Alonso, y con el Prosecretario de la Presidencia, a propósito de normas que nos habiliten a procesar la distribución de funcionarios dentro de la administración central, dentro de la administración autónoma, estudiar las posibilidades que puedan surgir de algunas medidas que nos permitan habilitar que alguna gente de cierta edad pueda jubilarse mejorándole su tasa de remplazo, en cuanto a la jubilación. Modificar normas de excelencia, las normas de excelencia habilitan por ejemplo algún funcionario, de una repartición se traslade a otra repartición. Están muy lentas, inclusive algunos expedientes, aunque le parezca mentira para determinar la excelencia tardan no menos de un año, y por tanto cuando uno obtienen los efectos que procura, ya la enfermedad que se quiere resolver, ya ha sanado solo, o el enfermo ha desaparecido.

Ya que estamos trabajando en eso, y creo que en esta semana vamos a poder darle un camino adecuado a cantidad de áreas fundamentalmente en los entes autónomos y los servicios descentralizados en donde hay zonas como la Administración de Puertos, Ferrocarril,  ANCAP, la ANTEL , que tienen seguramente recursos humanos por encima de sus necesidades. Y hay otras áreas, en donde están faltando recursos humanos, hoy hablamos en ese sentido con el Ministro de Salud Pública, que le acaba de acercar a Salto algunos funcionarios de los que estaban dentro del Espinillar, y que están recibiendo una guía del Estado y que están progresivamente incorporándose a tareas especificas.

Lo mismo tenemos que hacer con la ANEP, quiere decir que este es un trabajo que vamos a encarar en forma muy fuerte. Algunas normas las tendremos que incorporar a la Rendición de Cuentas, y otras pueden hacerse directamente por resolución de las administraciones comerciales, industriales, y financieras del Estado.

PERIODISTA: Presidente, la cumbre de líderes en momentos...

PRESIDENTE BATLLE: Eso es una palabra demasiado rimombante. ¿No verdad?

No, notoriamente la información que yo recibí del señor ex presidente Lacalle, fue que él había conversado con el Dr. Vázquez, creo que esa idea me parece que no prosperó entre quienes conversaron, antes de nuestro regreso al Uruguay.

Yo manifesté muy claramente y reitero, lo que dije a nuestro  arribo a Montevideo; acá hay dos instancias completamente distintas, una es la que tiene que ver con la consideración del mensaje para obtener los recursos enviados por el Poder Ejecutivo al Parlamento. Y otro son las cosas que tienen que ver con la Rendición de Cuentas y la eventual reforma de la Constitución, en donde tenemos que participar todos para lo que estamos  totalmente dispuestos como lo reitero  a conversar con todo el mundo, a escuchar los puntos de vista de todo el mundo, y a atender las cosas que creemos que son convenientes, y que son viables, y que naturalmente se procesaran luego en el Parlamento de la República, a donde cada uno puede no solo incorporar sus ideas, sino dar o negar sus votos. A eso creo que sí, que estamos en condiciones de trabajar y  de aportar cosas interesantes, todos los sectores políticos.

PERIODISTA: Ese paquete de soluciones que se está estudiando de personal, ¿son dirigidas por el Poder Ejecutivo o existe la posibilidad de que aquellos que quieren incorporarse o salir del Estado, lo hagan?

PRESIDENTE BATLLE: No. Incorporarse al estado, no. Habrá posibilidades, sí. Ya lo hizo la UTE en su momento, pero estamos trabajando en común con los Ministros y con los servicios públicos del Estado.

Creo que es una tarea muy importante para hacer. Muy necesaria. Es bueno: de futuro lo tendremos que hacer. No va a ser en un futuro lejano -sino que va a ser en un futuro próximo- que empecemos a mirar los números sobre los cuales se establecen los presupuestos de las organizaciones comerciales e industriales del Estado, para ver si es útil, por ejemplo, que el Estado siga haciendo whisky y siga haciendo otro tipo de bebidas, para ver cuáles son las organizaciones públicas que tienen un rendimiento real o que dan un déficit espantoso.

Cuando uno tiene un déficit por una determinada actividad, ese déficit , o eso que pierde, lo tiene que cargar a otro sector de la misma actividad. Quiere decir que si  pierdo en alcoholes, lo tengo que pagar en el precio de la nafta. Si pierdo en portland, lo tengo que pagar en la nafta.

 Por tanto, me parece que son cosas que tenemos que revisar en todas las actividades públicas. Absolutamente en todas.                                

Hoy, con el Ministro de Salud Pública, tomamos una serie de medidas en este sentido para tercerizar algunos servicios, para que los propios funcionarios los puedan organizar y llevar adelante.

 Lo mismo hicimos con el Ministro interino de Vivienda, al que, por ejemplo, se le ha pasado, por disposición del BPS, al Ministerio de Vivienda, la administración de las cuatro mil  viviendas para jubilados.

Yo no sé si ustedes saben que en esas cuatro mil viviendas para jubilados, el Estado paga el agua, paga la luz, para el servicio de mantenimiento de gastos comunes, paga el mantenimiento de los espacios verdes pequeños que pueda haber en el lugar, paga el 222, paga absolutamente todo.

 Naturalmente, no se paga alquiler y en ese sentido, el Estado tiene que gastar tres millones de dólares anuales para sostener el funcionamiento de la más grande empresa: es el Ministerio de Vivienda, con cuatro mil viviendas que le acaba de entregar en mayo el BPS para su administración. Y se siguen construyendo, y se inauguran esta semana en distintos lugares del Interior de la República, distintos grupos habitacionales. Es una obra fantástica, una obra social formidable, en donde todas las personas que tiene un ingreso muy bajo, la inmensa mayoría de ellas de mucha edad, o sea que son personas que tienen más de 70 años casi todas. Están pidiendo una vivienda. Imagínense lo que cuesta eso.

 Supónganse que nosotros podemos obtener que por un problema de distribución de personal podemos llegar a incorporar a agregados,  agregar factor humano que esté proviniendo de otros sectores y haya una excedencia de personal para desempeñar funciones, para atender a ese grupo humano, y si tienen conocimientos, se les hace una pequeña entrevista para que se hagan cargo de los problemas de atender la electricidad o de atender el arreglo de los ascensores -en donde ellos existan- o para atender todo el problema del servicio de agua o de saneamiento, de la sanidad. Todo eso hay que hacerlo, y con recursos nuevos.

 No podemos ponernos a contratar personal nuevo para manejar cuatro mil viviendas. Tenemos que utilizar los recursos que tiene el Estado.

Tenemos que hablar con la UTE, tenemos que hablar con la OSE. En una sola palabra: es muy difícil, porque no estamos acostumbrados en el Uruguay,  integrar los esfuerzos, a integrar los recursos, pero hoy nos damos cuenta de que la necesidad también supone una oportunidad para optimizar lo que hacemos, para mejorarlo, y eso es en lo que estamos trabajando muy intensamente.

PERIODISTA: Presidente, ¿es posible que no se aplique el impuesto a la franja más baja del impuesto a los sueldos?

PRESIDENTE BATLLE: Me informó Atchugarry que estaban resolviendo eso. Ustedes saben que la franja más baja tiene el 1%. Ese 1% lo tienen los pasivos porque es la contribución al fondo para la construcción de viviendas. Lo habíamos pensado extender al resto de los funcionarios, pero creo que, me informó el senador Atchugarry, el Partido Nacional estaba pidiendo que eso no se hiciera y nosotros estamos dispuestos siempre a tener la mayor flexibilidad dentro de lo que es necesario hacer.

 Lo quiero repetir una y mil veces: el  Uruguay tiene a veces sentimientos muy encontrados, toda colectividad. Por un lado tiene el sentimiento del temor de que nos pasen cosas malas, ¿no es verdad?.

 Hay mucha gente asustada. Hay mucha gente en el interior de la República que va al Banco República y como no tiene cofre de seguridad, lleva la plata y la esconde en un pozo en la casa, creyendo que va a estar más seguro allí. Sin darse cuenta, que la única cosa que hace con eso, es nada más ni nada menos que hacerse daño a sí mismo.

 Y por tanto, los uruguayos tienen que ver como el gobierno procede con energía y con seriedad, haciendo todos los esfuerzos para achicar los gastos, de manera de saber  que vamos a tener el equilibrio fiscal necesario, que nos permitirá recibir un apoyo financiero de tal magnitud y naturaleza que los problemas nuestros van a estar totalmente resueltos.

 Pero eso, nos obliga a hacer cosas que también a los mismos uruguayos les resultan desagradables, les resultan desagradables no solamente a los gobernados, sino también a los gobernantes.

A nadie le gusta poner un impuesto, a todo el mundo le gusta bajar los impuestos. Y por cierto, si no hubiera tenido el Uruguay la crisis que ha tenido, no hubiéramos tenido la necesidad de pedir de nuevo los mismos impuestos  que habíamos ya derogado en 1995, luego de que se pusieron y que habíamos derogado después que se pusieron en 1990. Tan es así lo que yo les digo, de que antes de esta necesidad, el gobierno había eliminado los impuestos patronales a todo el sector industrial del Uruguay. Había eliminado los aportes patronales en el campo y en los sectores del transporte, urbano y de fletes. Había eliminado prácticamente todos los impuestos en el agro.

 O sea, el gobierno cree que lo mejor para mejorar la producción, es eliminar los impuestos. Si esto lo estamos haciendo desde un punto de vista de la coyuntura que hoy nos exige hacerlo, es por la circunstancia ajena al Uruguay que estamos viviendo, y que por suerte pienso que el país está en condiciones e superarla bien.  

PERIODISTA: Presidente, antes de ser presidente justamente, usted decía que era partidario de no aumentar los impuestos y si es posible bajarlos, dice que no tuvo más remedio. También antes de ser presidente usted hablaba como una buena cosa, empezar a pensar que determinadas empresas del estado se asociaran con privados. ¿Le parecería algo que sería bueno empezar a intentar practicarlo ahora, en un momento en que el estado está necesitando dinero?    

BATLLE: No se preocupe, que en pocos días va a tener noticias importantes a propósito de planteos que estamos haciendo para esas sociedades. Uno de los casos más claros en esto es lo que está haciéndose a través de la Megaconcesión.

Todos los días aparecen informaciones en la prensa de que se abren licitaciones con ofertas de particulares para la Megaconcesión, en donde por otra parte, estamos recibiendo financiamiento de sectores privados.

O sea que eso que usted dice es muy claro. Es además, imprescindible. Fíjese en lo siguiente: ¿usted cree que es posible que nosotros gastemos 19 millones de dólares por año en subsidiar un ferrocarril que no funciona?. El ferrocarril no funciona, y cuesta 19 millones por año de dólares de subsidio. A los sueldos de todos los funcionarios, a un mínimo mantenimiento de las vías, de los pocos trenes que circulan en forma regular desde Minas con el Portland, y de alguno de un lugar con una carga fundamentalmente carga de madera, o carga de arroz. Nos cuesta 19 millones de dólares por año y no tenemos ferrocarril.

 Quiere decir que gastamos y no tenemos ferrocarril. Y por otro lado alguien dice: ah, no el ferrocarril es del estado. Del estado... no es de nadie ese ferrocarril, ni es de los empleados, y los empleados saben perfectamente que si el resto de la sociedad, todos ustedes que estamos acá con los impuestos, no pagaran impuestos, no le podríamos dar el subsidio que le damos para que vivan.

 Yo le voy  a hacer la historia de los ferrocarriles. Los ferrocarriles los hicieron los ingleses. Hicieron 3 mil kilómetros de ferrocarriles en el Uruguay en el siglo XIX. No en el siglo XX, no, en el siglo XIX. Los hicieron con una tasa de interés baja, como era la tasa de interés de aquella época. Usted invertía en un capital y se le aseguraba una renta de interés de equis por ciento. Así lo tuvieron hasta la guerra, hasta la Segunda Guerra Mundial. Cuando la Segunda Guerra Mundial llegó ya había una gran competencia entre el flete urbano y el flete ferroviario. Las carreteras habían comenzado a ser un flete más directo, más barato, más rápido, más eficaz y el ferrocarril empezó a perder pie en la competencia.

En los últimos años el concesionario, que eran los ingleses, no solamente porque la competencia no los dejaba sobrevivir sino porque además por los conflictos de Europa, digamos desde el año de 1936, 37 en adelante, no pudieron invertir más, el ferrocarril se fue envejeciendo. Cuando se terminó la guerra el Uruguay mandó una delegación a cobrar a Inglaterra lo que nos debían por todo lo que le habíamos enviado para comer durante toda la guerra. Los ingleses nos dijeron; "no tenemos plata, no le podemos pagar".

Y entonces hicieron un contrato con la delegación uruguaya que presidía el Dr. Gallinal bajo el gobierno del Dr. Amezaga y por ese contrato nos dijeron; les pagamos con el ferrocarril, le pagamos con los tranvías, les pagamos con el agua potable. Nos entregaron el ferrocarril. En 1950 el gobernante de la época, que era el Sr. Luis Batlle Berres, mi padre, firmó el contrato y se hizo cargo Uruguay de los  ferrocarriles. Pero, como el país no tiene tráfico de volumen porque no tiene nada más que tres millones de habitantes y no tiene un tráfico pesado de volumen, el ferrocarril cada día perdió capacidad operativa de funcionar.

Por ejemplo; el tráfico más importante que tenía el ferrocarril era el ganado, que venía todo a La Tablada de Montevideo en ferrocarril, ahí desembarcaba y pasaba a pie el ganado, naturalmente, por la puerta de donde nosotros vivíamos, en el Camino de las Tropas, y por eso se llamaba el Camino de las Tropas.

Pero se acabó eso, no viene más ganado a La Tablada. Era el gran transporte de volumen del ferrocarril, porque los frigoríficos se instalaron en el resto del país y cada frigorífico recibe el ganado en camiones, que traen 25 o 30 novillos gordos. Por tanto, hoy por hoy el ferrocarril precisó una inversión más grande. El Uruguay no tenía dinero para hacer esa inversión porque tenía otras inversiones más importantes que era necesario hacer antes que la del ferrocarril, porque no tenía volúmenes suficientes.

Hoy por hoy, entonces, tenemos un ferrocarril que no funcionaba, que nos cuesta un subsidio de 19 millones de dólares por año y no tenemos tampoco ferrocarril. Y si mañana se va a querer sacar el volumen de madera por ferrocarril no tenemos ferrocarril pero, tampoco tenemos plata para nosotros modificarlo. Entonces, hay que hacer lo que usted dice; buscar alguna asociación con quien quiera decir; bueno, muy bien, nosotros nos hacemos cargo, hacemos la inversión y apostamos al crecimiento de eso en el futuro. Y habrá que hacerlo en más de un lugar de la vía nacional.

PERIODISTA: ¿Esas son las novedades?

PERIODISTA: ¿Qué hace pensar que los empresarios privados pueden tener expectativas de que funcione el ferrocarril cuando ahora no funciona?

PRESIDENTE BATLLE:? La gente que tiene empresas tiene quizás una visión de futuro más clara de lo que sucede en estos lugares. Y el empresario no tiene el dinero pero, en el mundo hay una enorme cantidad de fuentes de financiamiento, fuentes de financiamiento que van a venir a ofrecérsela a un empresario porque tienen más confianza que la gestión de la administración en las mismas tareas.

PERIODISTA: Presidente, los anuncios de los que habló respecto a los funcionarios públicos . Son de cara a un ahorro del Estado, a una....

PRESIDENTE BATLLE: De cara a optimizar los recursos humanos, a bajar las plantillas de organizaciones que tienen un excedente notorio de funcionarios. Por ejemplo; le voy a decir un caso bien concreto, hace muchos, muchos años, cuando la Aduana y el Puerto de Montevideo servían a una organización de un volumen de negocios no muy menor de lo que tenemos ahora los funcionarios de la administración no eran nada más que unos poquitos. Un día pasaron a ser como cuatro mil, hoy son mil. Y el Puerto funcionaría igual o mejor con 200. Pero, nosotros no vamos a echar 800 personas a la calle, bajo ningún concepto. Vamos a buscarle a todos soluciones, en donde cumplir funciones para el Estado, porque la sociedad tiene un instrumento llamado Estado y el funcionario es un funcionario que está en el Estado para trabajar para la comunidad.

 O sea; yo soy funcionario, soy funcionario al servicio de la comunidad. Bueno, trabajaré en la Administración de Puerto o trabajaré en el Ministerio de Salud Pública o trabajaré en el Correo o trabajaré atendiendo las necesidades de la escuela de primer grado Nº 78. Pero lo que pasa es que no podemos seguir teniendo a cada ciudadano que quiere estar en el lugar de donde está porque en ese lugar tiene alguna ventaja frente a otro que está en otro lugar.

 Vamos a tratar de futuro de generar condiciones de igualdad y tratar de generar también la sensación clara de que cuando estamos al servicio de la comunidad desde el Estado lo tenemos que estar en cualquier lugar en donde nos toque trabajar. Señores, me tengo que ir a almorzar.