18/11/02
EL AYUNTAMIENTO ES SEDE
DE FORMACIÓN DEMOCRÁTICA
“Los
Ayuntamientos, los Cabildos han sido siempre las áreas de formación
política central en la vida de nuestros pueblos”, dijo el Presidente
Jorge Batlle al ser designado Visitante Ilustre de la ciudad de Santo
Domingo.
PALABRAS DEL PRESIDENTE
JORGE BATLLE AL SER RECIBIDO POR EL SINDICO DEL DISTRITO NACIONAL, SIENDO
DECLARADO VISITANTE ILUSTRE.
18/11/02
PRESIDENTE BATLLE: Estamos
aquí en el primer cabildo, en el primer ayuntamiento de América ¿no? Y
seguimos estando en los lugares en donde nuestros países y desde donde
gobernamos con el mismo estilo y con el mismo modo con el cual se
comprometieron con las naciones .
Las primeras elecciones que
hubo en el Uruguay en 1813 para elegir a los diputados que iban a
representar a la entonces llamada Banda Oriental del Río Uruguay, al
Congreso de las Provincias Unidas que se iba a celebrar en
Buenos Aires se hicieron por los mismos mecanismos por los cuales
los cabildos españoles elegían a sus representantes. El mismo sistema de
cédula, el mismo sistema de voto secreto, naturalmente no el voto como
era entonces.
Los ayuntamientos, los
cabildos han sido siempre las áreas de formación política central en la
vida de estos pueblos. Al fin y al cabo, el señor Síndico y los señores
Regidores terminan siendo Ministro de Salud, Ministro de Hacienda,
Ministro de Obras Públicas, Ministros de todas cuantas actividades se
realizan en el Estado central. Y son los ayuntamientos las sedes de
formación, distintas universidades políticas reales, siguen siendo la
democracia.
Uno concurre a la
Universidad para recibirse de médico, de arquitecto, de abogado, de
agrónomo, pero de gobernante, no hay ninguna Universidad. Nada más que
la universidad de la vida, el único centro donde uno aprende las cosas es
precisamente en los gobiernos municipales, en los ayuntamientos, porque
ahí el ciudadano está integrando , está todo el día en contacto con
todos y cada uno de los problemas que la ciudadanía y aprende a
encararlos y a resolverlos.
Aprendemos que hoy tenemos
que tener gobiernos en primer lugar, honorables, para poder mantener la
confianza del pueblo en nosotros.
En segundo lugar, gobiernos
de puertas abiertas, para que todos aquellos que tengan interés en
hacerse escuchar, sean escuchados.
En
tercer lugar, gobiernos sensibles, porque muchas veces no podemos resolver
los problemas, pero cuando no los podemos resolver, por lo menos podemos
escuchar a aquellos que los tienen, sus cuitas, para ver cómo entre todos
podemos irlos encarando y los podemos ir resolviendo. Creo que esto es
esencial para la vida en la política, y esto se aprende, se vive, se
recibe, se siente, antes que en ningún otro lado, en los gobiernos
municipales, en gobiernos cabildos, en los ayuntamientos.
Nosotros, que también al
igual que ustedes, llegamos un poco más tarde apenas 300 años
después, llegamos a América en 1800, 300 años después, y fuimos
eso, un pequeño cabildo de
la ciudad de Montevideo. Un pequeño Cabildo de la Ciudad de Montevideo,
una ciudad puerto que luego fue creciendo, creciendo hasta tener un área
rural que se fue partiendo bajo las fronteras de los Tratados con los
portugueses, y que hoy es la República Oriental del Uruguay. Un pequeño
país de 187 mil kilómetros cuadrados, con tres millones 400 mil
habitantes, 12 millones de vacas y 13 millones de ovejas. (Risas)
Un
país ganadero, un país que básicamente cifra su riqueza en la
explotación pecuaria, y que tiene una situación en el mundo interesante
porque está entre dos grandes países, que le permiten crecer y que le
permiten sufrir; a veces
crecemos y a veces sufrimos. Y en ese mundo sentimos que el camino para
todos, para los grandes como para los pequeños, es el camino de la
integración. No hay más caminos en el Uruguay, no hay más. Ni para los
países más grandes. Mucha gente dice que
porque México está unida económicamente a Estados Unidos depende
de los Estados Unidos. Hoy el cliente mejor que tiene Estados Unidos para
vender sus cosas, es México. Quiere decir que así como México tiene el
80% de su exportación hacia el mercado americano, el mayor comprador de
bienes de los Estados Unidos es también México. Nadie compra mucho si no
vende al mismo tiempo, y esto nos hace a todos crecer.
Por
tanto, el designio de estas naciones es la integración -la apertura al
comercio y la integración- no hay crecimiento sin comercio ni
crecimiento. No hay crecimiento interno si los países se cierran, no hay
capacidad de respuesta acertada a los reclamos justos y crecientes de las
poblaciones de alcanzar rápidamente los primeros niveles de desarrollo
social y por ende de desarrollo cultural, educativo y económico, si no
hay un comercio que crezca y no hay un comercio en bloque. Y eso es lo que
tenemos que hacer entre todos, rápido. Al principio, es difícil y
cuesta, cuesta porque cada país tiene sus áreas que han estado
desarrollándose por años y años detrás de protecciones que todos
hemos, digamos, armado después de la gran crisis del 30. Y al principio
cuesta, porque uno cambia hacia un régimen de más libertad, hay alguien
que pierde competitividad y capaz que pierde empleo, que tiene cesar de
sus actividades y eso genera dificultades políticas, dificultades
sociales. Pero mucho peores son las dificultades que se generan cuando
pretendiendo sostener determinadas actividades cerramos todo el sistema, y
entonces los que sufren no son unos pocos, sino que sufren todos.
Y
a ustedes les pasa como a nosotros. Buena parte de nosotros busca otros
lugares para poder crecer y para poder vivir. Cuántos de ustedes viven en
los Estados Unidos y cuantos de nosotros vive en los Estados Unidos. Eso
quiere decir que los bienes que ellos podrían producir desde acá, no lo
pueden hacer, lo tienen que salir a producir a otro país. Y lo que
nosotros tendríamos que tratar entonces
rápidamente, de encarar ese problema de una forma clara, enérgica
y valerosa, sin temores.
Y
pienso que éste es un paso, que no puede ser un paso lejano, tiene que
ser un paso inmediato, un paso próximo. De una unión abierta
absolutamente. Quizás, el primer año podamos tener dificultades y
traspiés en algunos sectores, pero
inmediatamente todos vamos a crecer. Y todos nos vamos a beneficiar.
Muchas
veces, en nombre del pueblo, se tienen intereses, pequeños círculos de
industriales o comerciantes que se amparan detrás de las protecciones
para vender internamente caro y malo lo que podemos traer de otros países
de más calidad y más barato. Y viviendo entonces con costos de esa
naturaleza, el desarrollo interno de cosas muy buenas y muy competitivas
se tienen que pagar costos que no provienen de su trabajo, sino del
trabajo de terceros y que los alejan de esa posibilidad de competir y de
esa posibilidad de crecer.
Tenemos
que pasar de la retórica a la acción. Hacemos discursos fantásticos y
luego no resolvemos lo que los discursos dicen, y ese es el tiempo que nos
ha llegado, en un mundo que ha cambiado mucho, en donde tenemos el ejemplo
de que los europeos esta semana están incorporando diez países más a
Europa, nada menos que traer países como Lituania, como Letonia, como
Estonia, como Polonia, como Rumania, como Yugoslavia los incorporan en la
Europa desarrollada, para agrandar su crecimiento, para mejorar su
capacidad al igual que a todos en cosas de orden interno.
¿Cuánto
tiempo hace que estamos hablando nosotros mismos y no pasamos de reuniones
o discursos? ¿Por qué? Porque a todos nos pasa lo mismo, todos sentimos
que algo podemos perder, y ponemos primero en nuestro corazón lo que
podemos perder sin advertir cuánto podemos ganar.
Cada
vez que voy a algún lugar trato de vender esta idea, porque me parece que
es una idea salvadora, porque es una idea muy antigua, no propia de todos
nosotros pero que todavía no hemos tenido el valor ni el coraje de
ponerla en práctica.
Creo
que esa es la gran tarea que le toca a los ayuntamientos, porque está
más cerca del pueblo que ninguna otra autoridad política. Aceptemos que,
así como el ayuntamiento no puede vivir aislado del resto de la
República Dominicana, el Uruguay no puede vivir aislado de la República
Dominicana, ni de la República del Ecuador, ni de la República de
Colombia. Todos, aún en este caso, pero realmente todos,
y en la República Dominicana para mí más que ningún otro lugar,
porque es mi segunda casa, porque pude convencerla a Mercedes de que por
el buen clima de la República Dominicana me iba a poder hacer feliz.
Muchas gracias. (Aplausos)
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