29/11/02
INAUGURAN
GASODUCTO CRUZ DEL SUR
La
diversificación de las fuentes de abastecimiento energético del país, a
los efectos de reducir los riesgos de aprovisionamiento; la reducción de
los costos, tanto para la industria como para los usuarios menores y la
mayor calidad de la fuente de energía con el beneficio ambiental, son los
principales aportes que tendrá para Uruguay la puesta en funcionamiento
del Gasoducto Cruz del Sur, dijo el Ministro de Industria y Energía,
Pedro Bordaberry.
![](20021129cp.jpg)
PALABRAS DEL MINISTRO DE
TURISMO, INDUSTRIA, ENERGÍA Y MINERÍA, PEDRO BORDABERRY, DURANTE LA
INAUGURACIÓN DEL GASODUCTO CRUZ DEL SUR, EN LA CHACRA SAN JOSÉ
29 de noviembre de 2002
MINISTRO BORDABERRY:
Señor Presidente de la República Argentina, Señor Presidente de
la República Oriental del Uruguay, Señor Secretario de Energía,
Señores Cancilleres, Señores Embajadores, Señor Presidente del
Gasoducto Cruz del Sur, autoridades nacionales, señoras
y señores.
Es un capricho del destino
y de las circunstancias políticas que sea yo quien les dirija hoy la
palabra en la inauguración del gasoducto Cruz del Sur. Hace tan sólo
quince días, el Ministro de Industria, Energía y Minería, era el doctor
Sergio Abreu, y este gasoducto es obviamente el fruto de muchos años de
trabajo y de estudios, que se desarrollaron a lo largo del tiempo y que se
iniciaron en 1996 con la gestión del contador Federico Slinger.
Pero en los dos últimos
años, en los últimos dos años y medio, recibió un empuje vital por
parte del doctor Sergio Abreu y del Director de Energía, el ingeniero
Enrique Patiño.
Varias fueron las
dificultades que se enfrentaron y hace un rato ya fueron relatadas, creo
que con total precisión. Desde la aftosa, la no concreción de la segunda
etapa y la necesidad de firmar contratos que aseguraran la rentabilidad,
la abolladura del ducto; una cantidad de cosas que se cruzaron en el
camino, pero que no pudieron con la construcción de éste.
De ahí que es necesario
agradecer los esfuerzos que realizaron
British Gas, Pan American Energy, Wintershall y ANCAP. Vaya
entonces nuestro reconocimiento a quienes trabajaron y especialmente al
doctor Sergio Abreu. También al Señor Secretario de Energía de la
República Argentina, con quien hasta hace unos pocos días estuvimos
precisamente trabajando en los últimos detalles de los contratos de este
gasoducto.
El gasoducto posee varios
significados para los dos países. En el caso del Uruguay es el
cumplimiento de objetivos de política energética del país, política de
responsabilidad que es de Estado.
Se cumplen con este
gasoducto varios objetivos: la diversificación de las fuentes de
abastecimiento energético del país, a los efectos de reducir los riesgos
de aprovisionamiento; la reducción de los costos, tanto para la industria
como para los usuarios menores; la mayor calidad de la fuente de energía
con el beneficio ambiental que significa el gas natural.
La
disponibilidad de este gas será una fuente además indispensable para la
generación de electricidad en el territorio nacional. Es decisión
de política energética del Uruguay la concreción de inversión privada
en el sector generación.
Pero,
además de todo esto, el gasoducto Cruz del Sur tiene un significado yo
creo que aún mayor para la Argentina como para el Uruguay. Es sí un
cambio en la matriz energética de nuestros países, pero también es -yo
creo- una muestra bien clara, una más, del destino de integración de los
dos Estados. Destino que nos espera en forma ineludible, me animo a decir,
por encima de nuestras voluntades.
Podemos
apurar o demorar con nuestras acciones ese destino de integración, pero
la historia nos asegura que ese es el camino al que se dirige la Argentina
y el Uruguay. Nótese que este gasoducto no fue parte del Tratado de
Asunción y hoy es una realidad. Y hoy le toca al gasoducto, tenemos la
seguridad y la certeza que mañana será el puente Colonia – Buenos
Aires.
Esta
obra es una clara muestra de una historia en común que se proyecta hacia
el futuro, como lo decía el señor Secretario de Energía hace unos
momentos, pero que también recoge infinidad de testimonios a lo largo de
nuestra historia en común; historia que no solamente viene de la época
de la colonia, de la gesta libertadora, de la salida de los 33 Orientales
desde San Isidro, sino que se va expandiendo a lo largo de toda nuestra
historia y de la cual hay a cada rato ejemplos de que hoy es el gas pero
antes era la gente, era la cultura, era una cantidad de cosas en común
que tenemos ambos pueblos.
La llegada en 1838 de Esteban Etcheverría, el argentino que
venía de Francia y que impuso el romanticismo, o que introdujo el
romanticismo en el Río de la Plata, que tanto influyó en tantas
generaciones posteriores. O quizás, algo que en estos últimos días
hemos vuelto a revivir, como fue la actuación del doctor Figari, que
luego de su actuación en el Uruguay se traslada cobijado por Manuel
Güiraldes, y es ahí donde desarrolla su actividad artística que lo
lleva a la fama.
Ese
mismo Figari que conoce allí en Buenos Aires a Jorge Luis Borges, a
Victoria Ocampo; ese mismo Jorge Luis Borges que hizo el camino inverso al
de Figari, venía hacia el Uruguay a pasar sus veranos a la quinta de los
Haedo, aquí cerquita, en Montevideo, y que además tomó como escenario
de sus cuentos -quizás los más memorables- la República Oriental del
Uruguay como el propio Figari tomaba muchos paisajes de la Argentina en
sus cuadros. Borges hizo “Funes, el memorioso”, hizo “El inglés de
la Colorada”, “El duelo”, con escenarios en el Uruguay.
Y
eso mismo que hizo Borges viniéndose de allá, lo hizo otro escritor
yéndose a allá como fue el salteño Horacio Quiroga, que desde Salto
vino a Montevideo y de ahí a Buenos Aires y después a la selva misionera
y el escenario de sus cuentos era, precisamente, los escenarios de la
Argentina. Y que vivió en el Tigre, ahí en Buenos Aires, el mismo Tigre
donde hoy Carlos Páez Vilaró, el uruguayo, hizo una réplica de su Casa
Pueblo, de la Ballena.
Ese
trasiego de ir y venir, y que tiene tantas manifestaciones que exceden no
solo a los escritores y la pintura, sino que una cantidad de otros
ámbitos, para citar solo nombres como los de Norma Leandro o China
Zorrilla en el teatro, o la propia Natalia Oreiro; y ni qué hablar
del deporte, que vinieron los Hohberg, los Onega, los Artime, y fueron los
Francescoli, los Walter Gómez. Hoy los Tabárez, los Luis Garisto, que
creo que tiene un valor especial para el Señor
Presidente de la República Argentina, en especial después de los
últimos resultados.
Pero todo eso que ha ido y
ha ido viniendo, hace poco el Embajador Volonté nos contaba de un
homenaje al jockey Pablo Falero, que ahí tiene otra reminiscencia para el
Señor Presidente del Uruguay, que no es otra cosa que un estar mirando lo
que hizo Irineo Leguisamo, el salteño nacido en Arerunguá que fue con su
hermano Carlos Gardel, quizás la síntesis de todo esto, hacia allá y
que era ciudadano de ambas orillas.
Todo ese ir y venir,
incluso se manifiesta en quienes hoy son los Primeros Mandatarios. Hace
unos días nos enterábamos que el Señor Presidente de la República
Argentina, tiene parientes y familiares con antecedentes en quizás el
mejor departamento de la República Oriental del Uruguay -lo digo con el
corazón – que es Durazno, y el propio Presidente de la República
Oriental del Uruguay es hijo de una argentina.
Todo eso lleva a que este
gasoducto, que va a traer gas, no es otra cosa que una muestra de todo
este trasiego que ha habido durante toda esta historia entre los dos
países.
Como dice el Embajador
Alberto Volonté, en una cita que siempre le reconozco pero que siempre le
robo: “una nación y dos Estados”, eso es lo que nosotros tenemos
acá.
Y
yo creo que fue Borges el que, en su milonga definió como insuperable
esta relación, luego de decir que el sabor de lo oriental era lo que era
igual pero distinto termina dedicándonos a los orientales esta copla que
dice así: “Milonga para los orientales, milonga para que el tiempo vaya
borrando las fronteras, por algo tienen el mismo color nuestras banderas”.
Muchas gracias. (Aplausos).
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