14/12/03
BATLLE
Y DUARTE DESTACAN LAZOS DE AMISTAD
El
Presidente de la República, Jorge Batlle, y su par paraguayo, Nicanor
Duarte, destacaron los vínculos de amistad y hermandad entre ambos países,
al tiempo que coincidieron en un mismo camino integrador, durante la cena
que ofreciera el primer mandatario uruguayo en honor al presidente del
Paraguay.
PALABRAS
DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE, EN LA CENA OFRECIDA AL
PRESIDENTE DE PARAGUAY, NICANOR DUARTE
14/12/2003
PRESIDENTE BATLLE: En primer
lugar, para saludar a la señora esposa y al señor Presidente del Paraguay,
y a su delegación, felicitarnos de este encuentro siempre tan fraterno
entre paraguayos y uruguayos, y en segundo lugar para felicitar al señor
Presidente de Paraguay. Estos primeros cien días de su gobierno han sido
realmente indicadores de un mejor tiempo para ese gran país. Un gran país
hermano al que todos queremos profundamente, con el cual nos sentimos
identificados y al que queremos ver cada día más justo, más próspero y,
por ende, más feliz.
Y como sabemos que ese es el
camino que el señor Presidente le está imprimiendo desde su gobierno a su
país, es para nosotros una enorme alegría, no solamente tenerlo aquí con
nosotros, sino en poder decirle de lo satisfechos, contentos, felices, que
estamos de poder con usted decir, bueno, ese gran país está
creciendo en forma firme, en forma sólida y en forma eficaz.
Señora, señor Presidente, a
la salud de todos los paraguayos.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE
PARAGUAY, NICANOR DUARTE
PRESIDENTE DUARTE: Estimado
señor Presidente, amigo Jorge Batlle, y señora esposa: realmente estamos
contentos esta noche, porque sentimos no el cumplimiento de una obligación
protocolar, sino el gesto sincero de amistad y buenos deseos para el
Paraguay, que tiene los mismos sueños, los mismos ideales, y la misma
voluntad que la hermana República del Uruguay, para protagonizar y
contribuir con la nueva historia que queremos en la región y que a partir
de esa nueva historia que estamos protagonizando el mundo se humanice cada
día más, y nuestros pueblos puedan alcanzar mayor prosperidad.
Agradezco sus palabras,
señor Presidente, y respetuosamente quiero decirle mi amigo Jorge Batlle,
porque desde un primer momento cuando teníamos los sueños de llegar a la
Presidencia con un grupo de jóvenes y de antiguos portadores de utopías
renovadoras en el Paraguay, hemos comprendido perfectamente el valor de sus
palabras de aquellas horas de pedagogía profunda. Yo recuerdo que una vez
ya en la sede de gobierno, le decía: “mire, Presidente, nosotros somos un
poco más jóvenes, no tenemos tanta experiencia, y esta reunión que usted
nos ha deparado probablemente va a ser la más valiosa. Y si en estos cien
días hicimos algunas cosas por nuestro país, con el afán de enviar al
mundo de que es posible un Paraguay diferente, que recupere su conciencia
ética, su solidaridad, su creatividad y su imaginación en el MERCOSUR y en
el mundo, si algún éxito pudimos lograr seguramente es porque también el
Presidente -su amigo, Jorge- siempre lo escuchó con atención y trató de
materializar el mensaje, la experiencia y la visión de personas que tienen
una larga y fecunda vida política, porque usted como Presidente ha
demostrado a sus compatriotas, al mundo, especialmente a los líderes
emergentes, de que cuando hay voluntad, cuando hay empeño, cuando no hay
claudicación, las metas se alcanzan. Y su gobierno está abriendo caminos
venturosos, llenos de esperanza para esta Patria, y no solamente para
Uruguay, porque yo suelo poner una atención muy significativa a la
participación del Presidente Batlle en los foros internacionales, y hay una
tentación de regreso al pensamiento dogmático, a la producción de vuelta
de un antagonismo estéril, de una cultura de la confrontación entre
regiones en el mundo, y todo propósito de promover el pensamiento único,
antes de contribuir a la prosperidad de los pueblos y las naciones, ha
facilitado la mayor pobreza y la mayor violencia en el mundo.
Por eso yo estoy en esa
línea de afirmar el pensamiento, la identidad de la región, los intereses
legítimos de nuestros pueblos, e integrarnos de manera plural y creativa en
el mundo, más allá de las ideologías, o de las actitudes, o de las
prácticas excluyentes.
Yo
le agradezco por esta fina atención esta noche, señor Presidente y a su
esposa, la señora Mercedes. Ojalá, podamos tener de manera permanente la
oportunidad de retribuirle este gesto de amistad y por sobre todo no
defraudar esa fe que brota en sus palabras hacia este que pretende ser, y no
lo digo con modestia, un humilde servidor de la integración regional, del
fortalecimiento de las relaciones bilaterales y, por sobre todo, de la causa
latinoamericana y de la paz en el mundo. Muchas gracias, y que Dios lo
bendiga.
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