24/02/03

LO CENTRAL ES RESTABLECER LA CONFIANZA

“Para nosotros lo central es un marco de confianza que permita la vuelta del crédito, que vuelvan las inversiones, que ya empiezan a aparecer”, dijo el Ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, en declaraciones a distintos medios de comunicación, luego del acuerdo logrado con el Fondo Monetario Internacional.

Declaraciones a la prensa del Ministro de Economía y Finanzas, Alejandro Atchugarry, luego de los acuerdos alcanzados en Washington con los organismos internacionales de crédito
24-02-2003

PERIODISTA: Ministro, ¿está contento con lo que lograron -finalmente- los negociadores uruguayos en Washington respecto al acuerdo, al preacuerdo con el Fondo?

ATCHUGARRY: Bueno, mire, yo creo que para todos los uruguayos llegar a un marco de esta naturaleza significa muchísimo. No olvidemos que en este largo proceso se dieron muchas cosas importantes para el país. En primer lugar, desde agosto -en aquellos tiempos tan ansiados-  se inició un camino que diría que hasta ahora, hasta el mes de febrero, los uruguayos lo fuimos recorriendo un poco solos, con una enorme dificultad, pero -al mismo tiempo- mostrando  toda la sociedad uruguaya una enorme sensatez. Es lo que ha ido -de alguna manera- ganándonos un derecho a que se crea cuando nosotros sentimos los uruguayos -y es un poco el sentir de la cosa- de que, bueno, que el uruguayo pasó por momentos tan difíciles, básicamente difíciles como ésta, pero que hemos mostrado que después de una caída muy grande en la producción, donde también la deuda llegó a niveles muy, muy altos, tan altos como ahora, el país fue capaz de cuestionarse, crecer y producir y, por lo tanto, de hacerse viable, sustentable, manteniendo tanto sus políticas sociales, de crecimiento de empleo que son nuestra preocupación central y también haciendo una administración correcta de su deuda y yéndola superando por el mejor camino que es el de crecer. De alguna manera, eso ha sido lo que ha estado un poco arriba de la mesa en todas estas conversaciones, o sea, la visión de mediano y largo plazo del país, en donde -en noviembre, en diciembre, en enero y ahora, en febrero, donde empieza la misión allá el 8 de febrero y trabaja hasta el 18 acá- donde las personas a la cual los uruguayos tenemos que reconocerle muy particular esta gestión, sino todo un trabajo tan importante, donde bueno, de toda la vida y sólida como es Davrieux, este joven, inteligente, buenos comunicadores, como Julio de Brun, Alfie siempre defendiendo hasta el último número, el embajador Fernández Faingold y un conjunto de otras personas cuyos nombres la mayoría de la población no conoce, pero que atrás de ellos han trabajado; han “mordido la cancha”; para decir -de alguna manera- como decimos los uruguayos, ¿verdad?

PERIODISTA: ¿Cuál es para usted la importancia de este entendimiento con el FMI? Aún no está oficializado, pero está claro que se produjo un acuerdo en cuanto a los números.

 

ATCHUGARRY: Efectivamente. En primer lugar, desde el 4 o 5 de agosto el país recibió una inyección de dinero que, junto a la conducta de todos los sectores de la sociedad uruguaya, nos permitió cortar aquella cosa tan difícil en la que estábamos, e iniciar un camino muy duro, muy difícil, en el cual la sociedad uruguaya fue mostrando que tenía la capacidad de estabilizar las cosas.
A partir de ahí, diría que desde noviembre cuando vino la primera misión del FMI, se inicia un contacto permanente con los tres organismos multilaterales que financian, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y naturalmente y fundamentalmente con el FMI. El centro de la consideración fue el análisis sobre la posibilidad de crecer de Uruguay, y por lo tanto tender una economía sustentable, para usar los términos de ellos; “viable”, diríamos los uruguayos.

PERIODISTA: Ministro, en esa materia había dudas del FMI porque, recordemos, el FMI suspendió los desembolsos en octubre – noviembre.

 

ATCHUGARRY: Efectivamente, en función de eso.

 

PERIODISTA: ¿Por qué habían quedado pendientes esos desembolsos?

 

ATCHUGARRY: Le diría que, en realidad, no había que ir hasta Washington para conocer las dudas. Recordará que en Uruguay en setiembre, octubre, noviembre, muchas voces de economistas, de distintas personas, marcaron sus dudas, su escepticismo, sobre la posibilidad de que Uruguay fuera realizando una administración prudente de su situación y por lo tanto ir saliendo adelante. Le diría que esa conversación tuvo lugar en noviembre, en diciembre, hubo una misión en enero, donde primero se verificó por un lado que, pese a todas las posibilidades negativas, Uruguay más o menos se había arreglado, había cumplido pese a esas dificultades tan grandes -diría que setiembre y octubre fueron los peores meses desde todo punto de vista: social, económico y demás-; en enero ve que, más o menos, pese a que nos faltó la cifra, Uruguay se las fue ingeniando para llevar las cosas estables...

 

PERIODISTA: Pero, Ministro, el problema eran las perspectivas en este 2003 y 2004.

 

ATCHUGARRY: Sí, o de mediano y largo plazo: ver un poco qué posibilidades y perspectivas tenía. Y los uruguayos, con mucha convicción, mostramos y seguimos mostrando que, pese a la enorme dificultad, si se logra lo que para nosotros es central, que es un marco de confianza que permita la vuelta del crédito, que vuelva más atractivas las inversiones que ya empiezan a aparecer, reeditar lo que le pasó al Uruguay en la década del 80, cuando también hubo allá en los años 1982-83 una caída de 20 puntos del PBI, un problema muy grande, pero en 1985-86 Uruguay recuperó rápidamente lo que había perdido también rápidamente tanto en producción como en empleo, como en su situación con el mercado y demás... Ese conjunto de análisis es el que nos ha mantenido trabajando...

PERIODISTA: Las metas problemáticas eran el desempeño fiscal, por ejemplo en este año 2003 (el FMI era más pesimista, no compartía la estimación que hacía el equipo económico), y había también un problema con la sustentabilidad de la deuda pública.

 

ATCHUGARRY: Sí. Quisiera en primer lugar decir dos o tres cosas más. En la información que vamos a ir dando todavía tenemos que terminar entre hoy y mañana la redacción de la carta... Permítame hacer un reconocimiento, no personal sino seguramente de todos los uruguayos a un conjunto de personas que han trabajado tanto, que están encabezadas por cierto por el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Ariel Davrieux, que es un hombre que tanto conoce, por Julio de Brun, un hombre cuya solvencia y demás nos ha llenado a todos de satisfacción, por el asesor económico del gobierno, Isaac Alfie, por el agregado financiero de Uruguay ante los organismos internacionales, Carlos Sténeri, y un montón de otras personas que son menos conocidas pero han trabajado en esto con una enorme convicción, como la tienen todos los uruguayos, que estamos acá pasándola muy mal pero convencidos de que el país puede salir adelante, y que merece la oportunidad de mostrar eso.

 

O sea, que cuando esto esté terminado tendremos que hacer un reporte, naturalmente a los partidos para informarles las bases de este procedimiento que termina aproximadamente a mitad de marzo con la aprobación formal del FMI.

Respecto a los detalles de la información, nuestra intención hoy es decir que se ha avanzado sustancialmente; por primera vez desde agosto tenemos claramente la posibilidad de obtener el convencimiento no sólo del FMI sino del BM y el BID en dos cosas muy importantes: la primera, que el país tiene una vía de crecimiento sostenido a corto, mediano y largo plazo, en la medida en que haga las cosas de manera ordenada, seria, como los está haciendo. Hay un reconocimiento también de esa conducta de Uruguay, y mire que no de un gobierno ni de personas sino del conjunto de elementos de la sociedad, que van desde las personas, los partidos, los sindicatos, los comunicadores y los organismos oficiales... Con errores que todos cometemos, por supuesto, pero le diría que en su conjunto hay un respeto a cómo Uruguay viene haciendo las cosas.

 

Y eso genera una posibilidad de confianza no sólo para sentir que tenemos una vía de crecimiento sino para apoyarla económicamente porque ¿cuál es el centro de llegar a este acuerdo? La posibilidad de que Uruguay reciba préstamos por más de U$S 2.000 millones que estaban programados entre los tres organismos para este año y el que viene; y que tenga además la visión, a lo que se aspiraba, de que en los años siguientes siga habiendo apoyo por distintos mecanismos, que aún no están acordados; pero sí la idea de que estos organismos van a mantener el apoyo el mediano plazo, de manera que el país no sólo pueda decir “Pasamos el 2003 y el 2004”, sino que de alguna manera haya una visión de mediano plazo para el 2004, 2005, 2008, 2010, para que -así como en el 80, cuando la deuda también llegó casi al 100% del PBI, con un agravante: en los 80 los intereses eran el doble que hoy, por lo tanto el peso de la deuda era mucho mayor en cuanto a la necesidad de generar dinero porque los intereses a pagar eran sustantivamente mayores-; así como del 100% ocho años después eso se fue bajando por la mejor vía, por la vía del crecimiento del país y de una administración sensata de su deuda, la iba cumpliendo, la iba administrando, y además iba creciendo.

La idea, el desafío de la primera década de este siglo, que nos ha sido tan adversa y tan dura, es remangarse y apostar al crecimiento sostenido, que es lo que nos va a permitir, junto con la administración de la deuda, ir generando un país en pleno crecimiento y por lo tanto pudiendo, primero, con la deuda social que es lo más importante para los uruguayos, y segundo con la deuda externa que es naturalmente lo que también miran los que generan el financiamiento que tanto precisamos...

PERIODISTA: Ministro, según trascendió, el FMI pretendía que Uruguay adoptara decisiones complejas en relación a la deuda pública . Complejas en cuanto a sus consecuencias para la imagen del país: alguna forma de default o reprogramación de los compromisos con los tenedores de títulos. Finalmente, no es ese el camino que se va a seguir: usted empleó el término “administración de la deuda”. ¿Cómo quedó este asunto en el acuerdo con el FMI?

 

ATCHUGARRY: En todos esos detalles, le reitero, nuestro propósito es no avanzar demasiado en función de todos los elementos que le expliqué y que seguramente usted y los oyentes entienden. De aquí al 14 tenemos todavía una serie de pasos, de información de terminar de concretar una serie de cosas para poder ir informando tramos, con detalles, de todo lo que estamos en condiciones de decir: “Hubo este acuerdo, qué supone en los términos globales”, como lo dice el propio comunicado del FMI, y que yo no desearía avanzar mucho más de eso, pero que es la convicción del propio Fondo y sus técnicos que el país tiene un camino de crecimiento y que a juicio de ellos, si se hacen las cosas razonablemente, es sustentable como sociedad que crece... Es como una familia, como una empresa: cuando tienen un momento difícil generalmente recurre a distintas ayudas, y todos sabemos que la única manera de que eso se puede recuperar es a partir de más empleo, más crecimiento. Eso vale para una familia, una empresa chica, una empresa grande, y vale para los países...

PERIODISTA: ¿Cuándo se redistribuyen las primeras partidas del Fondo?

ATCHUGARRY: Mi impresión es que es con la aprobación del directorio, antes de la semana Santa o criolla o de Turismo, como usted prefiera; y yo le diría que para nosotros va a ser la semana de la esperanza porque también, de alguna manera, sentimos que a partir de ahí ese marco de confianza, es decir, no sólo el dinero, ¿sí?, que es muy importante, porque se refiere no sólo a los fondos para fortalecer las reservas del país, también es la liberación de muchos programas que hacen o tienen que ver con el crecimiento, pero este marco lo que está diciendo -de alguna manera- como decía el propio comunicado del organismo, es: sentimos que el Uruguay tiene una vía de crecimiento no sólo a corto plazo, también de mediano y largo plazo. Yo le diría que ése es el centro de la opinión que, de alguna manera, Uruguay ha ido tratando de convencer. Y le digo: mire que otras conversaciones además -como dijimos muchas veces- han sido en tono constructivo, técnico donde -digamos- cifra a cifra, elemento a elemento se ha ido concordando, convenciendo, ¿verdad? Esto no es fruto de una mera decisión política, sino es claramente una obra de convencimiento de toda la sociedad. Porque el Uruguay a nuestro juicio, además, cuyo desafío central es el crecimiento, la generación de oportunidad de crecimiento y de empleo que ese es el camino de verdad, necesitaba dos cosas: uno es la austeridad y conducta fiscal, no gastar más, se va a recaudar, cosa que ya estábamos haciendo, es decir, en eso no hay novedades, es decir, uno simplemente escribirá lo que ya estaba haciendo. Es más, sin este apoyo de los organismos multilaterales, seguramente, nuestra actualidad hubiera sido más dura y más grave. 

PERIODISTA: Ahora, Atchugarry, en el planteo con el Fondo Monetario hay una meta de déficit fiscal de 3%, ¿cómo se va a financiar eso?

ATCHUGARRY: Es parte de todo, digamos, programa de mediano y largo plazo. Esto supone un superávit primario 3 con 2, 3 con 4.

PERIODISTA: Pero,  ¿y cómo se financia?

ATCHUGARRY: Superávit primario, ¿verdad? Es decir, antes de pagar los intereses el país tiene que superar ese superávit, como los intereses son como 6 punto del producto, terminamos con un déficit final de 3 puntos, que es como todos podemos percibir, es un poquito mayor ese déficit al que originalmente hubiéramos tenido que tener sin este apoyo. O sea, que, si bien la austeridad va a tener que ser muy importante, donde para comprometer gastos previsionales, incluido pasividades que hemos cumplido en todo momento, que seguiremos cumpliendo, todos los ajustes que marca la Ley, con salarios de los funcionarios públicos, que hasta ahora hemos tratado de que tengan el mismo desarrollo que los salarios de la actividad privada. Porque naturalmente el Estado no puede marcarse mayores beneficios que el sacrificio, el esfuerzo que está haciendo la actividad privada, a su vez el Estado a través de la recaudación vive. Pero que además los gastos discrecionales es más que esto -¿verdad?- y que refiere a los gastos de funcionamiento, las inversiones, a las políticas sociales, que también tienen que tener su espacio ¿no es verdad? Entonces, uno con muy escasos recursos que es lo que recauda, tiene que ir pagando todo esto. Este acuerdo significa de alguna manera, de que con más financiamiento uno por lo menos va a tener un poco más de espacio para las políticas sociales y para las políticas de crecimiento, sin este acuerdo estábamos peor, o sea, estábamos más limitados por la razón que usted mismo señalaba en la pregunta. Porque entonces al tener menos financiamiento, íbamos a poder gastar menos o tener que salir a recaudar más.          

 

PERIODISTA: El tema de la deuda no va a estar en la carta de intención en sí, según ha trascendido, pero Uruguay lo va a encarar. Tiene que encararlo: es de alguna manera un resultado de estas conversaciones. Allí hay dos partes: la deuda con los organismos multilaterales y la deuda con tenedores de títulos públicos. Usted insistía en que debe mantener reserva sobre algunos aspectos, pero en cuanto a la deuda con los organismos multilaterales, aparentemente el FMI se aviene a postergar para 2004 algunos vencimientos que Uruguay tenía con ese organismo ahora, en 2003. ¿Es así?

 

ATCHUGARRY: Le diría, en primer lugar, que si bien esto todavía no está escrito, hay la intención -no sólo del FMI sino también del BID y el BM- no sólo de mantener los apoyos, los más de U$S 2.000 millones que liberan en estos acuerdos, sino -mirando ya a los próximos cinco, seis, siete, ocho años- de mantener una presencia, diríamos. Todavía no están definidos los mecanismos, pero no retirarse rápidamente, no desertar en un momento difícil, como dijo un técnico, sino de mantener una corriente de financiamiento y, en la medida en que algunos organismos -como el FMI, que tienen una participación distinta y no de largo plazo como los otros- hacerlo de una manera prudente y ordenada. Así que le diría que eso va a colaborar para que, por lo menos esto que es más del 40% de la deuda externa uruguaya con los propios organismos, tenga una administración acordada, prudente, y que permita al país no hacer un pico de devoluciones sino, en la medida en que deba ir devolviendo, contar con un flujo de fondos y por lo tanto que uno pueda mirar los próximos siete, ocho, 10 años del país y no ver montañas y valles, sino una cosa plana y ver que el país podrá ir cumpliendo razonablemente con esto, pagando, recibiendo más fondos, y por lo tanto -por lo menos con los organismos- existe la idea de armar un esquema de cosas que permita al país transitar. Pero insisto...

 

PERIODISTA: Y en cuanto a la deuda con los tenedores de títulos...

 

ATCHUGARRY: Uruguay siempre ha...

 

PERIODISTA: Aparentemente, Uruguay encarará formas de canje voluntario de estos papeles.

 

ATCHUGARRY: Como dijimos de entrada, siempre hemos hecho una administración prudente, razonable y voluntaria del mercado. En esos temas permítasenos que no sigamos avanzando en la información.

Pero me interesa señalarle algo mucho más importante, a nuestro juicio.

PERIODISTA: Pero antes que eso...

 

ATCHUGARRY: Permítame...

 

PERIODISTA: ...con respecto a los títulos de deuda, el viernes pasado usted tuvo una reunión con el presidente de la Bolsa de Valores de Montevideo, porque esta institución está diseñando, pretende efectuar con el gobierno un canje de papeles similar al que el gobierno concretó con las Afap el año pasado. Ellos entregarían eurobonos del Banco Comercial y del Banco de Montevideo, algo de efectivo, pero además títulos de deuda pública a cambio de títulos en Unidades Indexadas a plazos largos... ¿Ahí hay uno de los ejemplos de los pasos a dar?

 

ATCHUGARRY: Claramente, no. Le diría que el presidente de la Bolsa de Valores vino a ratificarme lo que dijo en público, en el sentido de que no había ningún tipo de encargo ni de conversación formal entre el gobierno y la Bolsa sobre ese punto.

PERIODISTA: Todavía no. Pero, ¿están preparando ...?

 

ATCHUGARRY: Me parece importante señalar esto. Claramente, lo que planteó el viernes el señor Perera, y lo ratificó con nosotros, no hay ningún encargo del gobierno, ninguna conversación formal sobre el tema. Lo dijo públicamente y lo ratificó ante nosotros. La relación ente el gobierno y la Bolsa siempre ha sido muy buena, el gobierno siempre está dispuesto a escuchar cualquier cosa que se le quiera plantear, pero no había ningún encargo sobre la materia. Me interesa ser muy claro en ese punto, y me parece que la aclaración pública que hizo el viernes el señor Perera fue correcta, exacta, y simplemente me gustaría no avanzar.

PERIODISTA: Nosotros entrevistamos el viernes al señor Perera y él dijo eso que usted destaca pero, al mismo tiempo, que en la Bolsa de Valores se está trabajando en el diseño de un esquema que se va a proponer después al gobierno.

ATCHUGARRY: Correcto. El día que se proponga, lo analizaremos. Pero me interesaba señalarle que nada tienen que ver las cosas que está pensando o imaginando la Bolsa en esa y otras materias con el tema que nos ocupa, que es la administración que hace el Estado de sus asuntos, de su déficit, de su endeudamiento y demás cosas. Nada tenía que ver una cosa con otra.

Me parece que hay un tema central que me gusta anotar; creo que los uruguayos merecemos anotarnos en esos aspectos. Tengo la impresión de que, después de seis meses realmente difíciles, cuando la sociedad está ya -tanto por la competitividad como en el ánimo de su gente- buscando la oportunidad de crecer, la posibilidad de crecimiento, el empleo, son el centro de la preocupación de las personas y también el nuestro. Todos sentimos que para poder lograr eso hoy, lo que de alguna manera nos está frenando es la posibilidad de tener un marco global de confianza y un marco que nos suministre el crédito imprescindible, a costos razonables, que precisan el consumo interno, la exportación, la producción interna...

Tengo la impresión de que están dados todos los elementos para que el país haga rápidamente un impulso muy grande a crecer, y que la limitación del crédito -por su costo y restricción- es hoy uno de los elementos que nos está dificultando, aunque igual hay señales claras de empezar a crecer un poco, pero para llegar a los niveles de crecimiento que el país requiere y que queremos todos. Por lo tanto, me parece que este principio de acuerdo no sólo genera el ingreso muy importante de fondos que el país precisa, y a costos bajos, sino que también genera ese marco de confianza no para el 2003 sino para una visión hacia delante de cosa posible, de camino posible, que es lo que estamos precisando para que un montón de inversiones importantes que están mirando al país, algunas incluso avanzando, para que los exportadores que ahora con otros costos están buscando mercados y encontrándolos, para que quienes trabajan para el mercado interno, que ahora tienen una oportunidad que antes no tenían de poder competir con éxito en el abastecimiento local, para que la familia, que muchas veces está muy comprimida en su consumo, porque los niveles de adquisición no son importantes sino que además están muchas veces satisfaciendo créditos anteriores a costos muy, muy altos...

PERIODISTA: Quería preguntarle justamente a propósito de qué posibilidades hay de que el gobierno encare medidas que favorezcan la reactivación, más allá del acuerdo con el FMI como una base que usted decía imprescindible para la generación del marco de confianza, etcétera. Pero es la base. ¿Qué planes de políticas de reactivación está manejando el gobierno?

 

ATCHUGARRY:  Primero es la base, porque significa también devolver –a nuestro juicio– esa confianza que está volviendo, que permite primero el más natural de los mecanismos: la consolidación de esto que ya ha empezado, que es la vuelta de los depósitos, por lo tanto la vuelta del crédito a todos los sectores de la economía, que hoy es de las restricciones más fuertes. Esto nos permite en primer no sólo el marco general de volver a esos niveles de crédito para que las instituciones puedan generar esas vías naturales, sino que además la liberación de fondos de muchos programas, de distinta naturaleza, con los organismos que generan ese nivel de crédito.

 

Segundo, eso permite que muchas medidas que ya se ha tomado y otras que se está tomando -por ejemplo con el sector industrial, con el cual estamos conversando para mejorar y perfeccionar las medidas de incentivo; con el sector agropecuario; con los sectores del transporte, que hoy tienen los niveles de menor imposición en muchas décadas. Por lo tanto, lo que hoy seguramente estamos precisando todos para hacer ese empuje final es ordenar estas medidas.

PERIODISTA: Hoy, por ejemplo, el diario El Observador consulta a varios economistas sobre este tema, y surgen propuestas del estilo de establecer mecanismos para las deudas de las empresas con los bancos privados, destinar fondos a la prefinanciación de exportaciones, reducción de la presión fiscal a la producción... Estos son nada más que algunos ejemplos.

 

ATCHUGARRY:  Yo le diría, sin ir más lejos, que nunca en la historia del país fue más baja la carga tributaria del sector agropecuario; el sector industrial está exonerado de los aportes patronales, hay medidas de promoción y estamos haciendo un trabajo con ellos para buscar una ordenación a mediano y largo plazo de un conjunto de beneficios fiscales y situaciones de promoción para dejar organizada una situación de esta naturaleza; también estamos trabajando con los sectores del transporte y los servicios.

 

A partir de este marco de confianza no es que las cosas se den solas, seguimos remangados trabajando, pero con un horizonte con otras perspectivas que nos permitan a todos empujar hacia el crecimiento, sin perjuicio de programas concretos en que el gobierno está promoviendo a través de promoción de inversiones todas las inversiones que están empezando a tratar de entrar en el país y otras medidas.

Con este marco de confianza también podemos esperar que en las carreteras, en los aeropuertos y los puertos donde hemos llamado a concesiones tener una buena respuesta; una cosa es hacer el llamado -que en el caso del aeropuerto incluso se ha postergado para el mes de abril- en un marco donde no están todas las cosas claras que hacerlo en un marco donde la comunidad internacional nos está planteando esa confianza. Por lo tanto es más atractivo y posible buscar esas inversiones que precisamos que vengan para generar empleo e impulsar el papel central del país, que ha sido, desde su nacimiento, ser el centro de las comunicaciones de esa cuenca; esa vocación de prestar servicios de transporte, de comunicaciones y de servicios en general... Porque tampoco debemos olvidar esta área que ocupa a tantos uruguayos y que por lo tanto, junto con el agro, la industria, el transporte y otros sectores primarios y secundarios, también los servicios tienen esa vocación. Son las cosas en que creemos todos los uruguayos, eso debe ser a partir de una actitud, primero, de austeridad fiscal.

 

PERIODISTA: Ministro, en el plano fiscal hay también un desafío por el lado de la reducción del gasto en términos reales. Cuando se habla de salarios públicos y pasividades, ¿qué es, concretamente, lo que se ha acordado con el Fondo?

 

ATCHUGARRY:  En materia de austeridad fiscal, y más ampliamente todos los gastos discrecionales -donde están salarios, pasividades, gastos de funcionamiento e inversiones- antes de cualquier acuerdo con el Fondo nuestra situación de austeridad está dada por una cosa muy sencilla: la capacidad de recaudar. Para decirlo más claramente: la recaudación que hoy podemos obtener es la que nos permite pagar dos tercios, que es el apoyo al Banco de Previsión Social y los salarios, más los gastos de funcionamiento y las inversiones. Hoy la recaudación nos está condicionando a ser muy austeros en esta materia, por eso en enero se tomó las medidas que se tomó, y por eso...

 

PERIODISTA: ¿Qué va a pasar con los próximos aumentos salariales en el correr de este año para los funcionarios públicos?

 

ATCHUGARRY:  En definitiva estamos condicionados a lo que podamos recaudar. Yo le decía a una de las personas con la que hablamos estas cosas: “¿Sabe qué?, usted baja al segundo piso, que es la Tesorería General de la Nación, y ahí va a encontrar todos los días la enorme dificultad para poder realizar correctamente todos los pagos”. Por otra parte tenemos desde hace muchos años una situación con proveedores que también vamos a trabajar, ordenar y ayudar, que también está condicionada estrictamente por lo que la DGI, el BPS y la Aduana puedan recaudar.

PERIODISTA: ¿En materia de pasividades se va ajustar el mínimo previsto por la Constitución y la ley?

 

ATCHUGARRY:  Si me permite, voy a seguir el razonamiento. En consecuencia hoy estamos condicionados por la situación de Tesorería, de lo que podamos recaudar, en función de lo cual hemos hecho un enorme esfuerzo para cumplir puntualmente con salarios y pasividades; por lo tanto no podemos comprometer mayores aumentos de los que marcan la Constitución y la ley para pensionistas y jubilados, a los cuales, como ellos mismos han reconocido, aun en los peores momentos de dificultad que hemos vivido en estos seis meses, cuando había incertidumbre para todo, la garantía del Estado fue en todo momento el pago puntual y correcto de las jubilaciones. Basta ver que, lamentablemente, los países de la región que han pasado por dificultades parecidas a las nuestras no han podido cumplir con ese compromiso. Uruguay en ese sentido ha cumplido y va a seguir cumpliendo estrictamente, no sólo con el pago puntual sino con los ajustes que manda la ley.

 

A su vez con los funcionarios hemos hecho lo que hemos podido, en función de la situación que también tiene el funcionario privado. Por lo tanto la regla fue que los aumentos fueran más o menos los mismos que tiene el sector privado, hasta que éste y la recaudación puedan mejorar.

 

PERIODISTA: En el sector privado hubo incluso rebajas nominales de salarios.

ATCHUGARRY:  Ni hablar: me estoy refiriendo al Índice Medio de Salarios, al promedio. Se llegó al 3 por ciento en enero porque era el promedio a que había podido llegar el sector privado. El razonamiento fue: si el sector público de alguna manera se financia con los impuestos en el sector privado, no podemos ser más generosos con nosotros mismos cuando el sector privado está pasando esa dificultad.

PERIODISTA: Esa va a ser la guía para el aumento de los funcionarios públicos: el Índice Medio de Salarios.

 

ATCHUGARRY: No: eso es un indicador. En principio la guía para el cumplimento puntual de las jubilaciones y la regla de los salarios públicos es en principio una enorme austeridad y cumplimiento estricto.

¿Cómo se puede mejorar esto, que es lo que todos queremos? En primer lugar buscando mejorar la recaudación, para lo cual hay dos caminos. El primero es el crecimiento, porque toda recaudación está vinculada básicamente al consumo, a las importaciones, a la producción; en consecuencia el crecimiento trae un crecimiento en la recaudación.

 

Segundo un gran desafío: cobrar mejor, disminuir el informalismo, salir a recaudar. Para ello tenemos tres o cuatro líneas de acción: hoy estamos generando una serie de instrumentos para buscar una recaudación más eficaz, buscando concentrar en puntos más controlables muchas de las recaudaciones, es decir generar puntos donde se haga la retención del impuesto donde sea más fácil de controlar; segundo, ya estamos trabajando con un grupo de técnicos nacionales en el cruce de datos de los organismos porque teníamos algunos elementos pero no funcionaban bien; vamos a cruzar la Aduana, la DGI, el BPS, el Ministerio de Trabajo para poder ir a buscar y promover el formalismo; tercero, estamos trabajando con todos los medios sobre una campaña de opinión pública, no sin dificultades como siempre en estas cosas, pero confiamos en que en corto tiempo podamos llevarla para que de alguna manera quien está formal sienta que tiene un apoyo, y empujar a quien está informal a volver al formalismo.

 

Es la manera de atender las políticas sociales, que son sólo los salarios y las jubilaciones, sino que son muchos otros programas sociales que tiene el Estado en los chicos, en la alimentación, en las Asignaciones Familiares, en la atención de la salud, en el INAME, en ANEP, que son esa escuela, ese alimento que se hace llegar, esa salud que se atiende: no son sólo salarios y pasividades, son las funciones que como Estado también tenemos que dar, que están vinculadas al esfuerzo para tratar de que el formalismo empiece a aumentar y tengamos la posibilidad de atender mejor y demás.

 

PERIODISTA: ¿Cómo juega la reforma tributaria en este cuadro de mejora de la recaudación?

 

ATCHUGARRY:  Confiamos en ella, como todos nos damos cuenta. En diciembre enviamos un proyecto para abrir el tema…

 

PERIODISTA: ¿Existe algún compromiso con el FMI en esta materia?

 

ATCHUGARRY:  Sí, claro. Estaríamos acordando dar un mayor tiempo de análisis y de consulta para, a través de ese proceso con la sociedad, con los partidos, con los técnicos poder mejorar o profundizar el planteamiento y, sobre junio, enviar una visión un poco más trabajada, más acordada, para ver si podemos impulsarla en el correr de 2003. Estamos hablando de reformas de fondo de largo plazo. No refieren a que en 2003 se vaya a tomar medidas impositivas, que no están previstas.

PERIODISTA: En esas reformas “de largo plazo y de fondo”, ¿se va a trabajar en la dirección de un Impuesto a la Renta de las Personas Físicas?

 

ATCHUGARRY:  No es el punto de vista del gobierno ni está comprometido ni obligado a ello.

 

PERIODISTA: Tabaré Vázquez dijo, a su regreso de Washington la semana pasada, que las autoridades del Banco Mundial le aseguraron la inminente llegada a Montevideo de una misión de ese organismo que, entre otras cosas, impulsará la creación de ese impuesto.

 

ATCHUGARRY:  Como usted sabe, es un impuesto que funciona en muchas partes del mundo. Sin ir más lejos, funciona en Brasil desde siempre; en México, en Estados Unidos, en muchos lados; tiene sus pro y sus contra. Con la cabeza muy abierta vamos a discutirlo todos, pero no porque el gobierno esté obligado sino porque notoriamente partidos en Uruguay opinan que ese es un punto de interés. Así que con total tranquilidad y franqueza vamos a discutirlo, y en definitiva...

PERIODISTA: ¿Es además una sugerencia de los organismos multilaterales?

ATCHUGARRY:  Eh… a nivel técnico puede haber algunos organismos que, como naturalmente sus países lo tienen, entienden que es un punto de interés. No es el punto de vista del gobierno, pero en esas cosas la humildad es la base y, como también estamos convencidos, cada uno irá con sus argumentos. Ese es el trabajo que tenemos que hacer de aquí a junio, no digamos las conclusiones porque sería como que uno no está dispuesto a escuchar a los demás. Así que es uno de los temas.

PERIODISTA: El acuerdo con el Fondo, ¿incluye algún tipo de compromiso en cuanto al funcionamiento del sistema bancario? El comunicado que se conoció el viernes, emitido por Anoop Singh, dijo que “el programa reparará asimismo en las reformas necesarias para fortalecer al sistema bancario doméstico”. ¿Qué significa esto?

 

ATCHUGARRY:  En realidad es el mantenimiento de lo que ya todos conocemos, de la carta de agosto. No olvidemos la crisis bancaria de la que venimos; el principio ha sido y es el mismo: banco que abre debe cumplir con todas las normas correspondientes, que es la llave con que hemos podido ir saliendo de la crisis de confianza; incluso algún sobresalto reciente nos llevó a reafirmarlo nuevamente. De alguna manera creo que es el elemento de confianza.

 

PERIODISTA: ¿No hay nuevos planteos, nuevas reformas en el sistema bancario?

 

ATCHUGARRY: No; es siempre lo mismo: es la reafirmación y convalidación de que esas deben ser las reglas de juego y demás.

 

PERIODISTA: ¿Qué pasó la semana pasada en el caso del Banco de Crédito?

ATCHUGARRY:  En el caso del Banco de Crédito la situación, desde el punto de vista del gobierno, es la siguiente. Recibimos y tuvimos una serie de tratativas en el mes de setiembre con el grupo Saint George o la Iglesia de la Unificación, que era el accionista minoritario, llegamos a un entendimiento para que se volviera mayoritario junto con los ahorristas. Sobre fines de noviembre el grupo nos dice que ha hecho analizar por sus técnicos las cosas y que se precisa una mayor contribución a las pérdidas del banco por parte del Estado; se hace todo un análisis y en función de eso se tramita la ley que se aprueba el 27 de diciembre, en la cual hay una contribución que fue la que se le requirió al Estado, de no cobrar -no es dinero nuevo-, es no retirar los aportes que se han hecho por 41,5 millones de dólares, como lo aprobó el Parlamento. En función de eso, se discutió en enero con los abogados de este grupo hasta las comas del convenio, sobre fines de ese mes se terminó la discusión y se envió los convenios al Tribunal de Cuentas para su aprobación.

Hasta ahí era la actividad del gobierno, y naturalmente quedaba trabajo para el grupo, las autoridades bancocentralistas que tenían que ajustarse y lograr las aprobaciones del caso.

 

PERIODISTA: Pero esas conversaciones venían lentas y daban para sospechar que podía haber inconvenientes.

 

ATCHUGARRY:  Naturalmente seguimos todo el proceso con una enorme preocupación. A mitad de la semana pasada, cuando estábamos en medio de este trabajo con el FMI, recibimos del grupo un informe que encargaron a una consultora, un informe muy negativo, que les producía un obstáculo para asumir los compromisos que habían asumido. Hubo un intercambio de correspondencia y en definitiva se fueron en consulta.

 

PERIODISTA: ¿Efectivamente el grupo Moon comunicó oficialmente a través de una carta que desestimaba la idea de capitalizar el Banco de Crédito?

 

ATCHUGARRY:  Hubo un intercambio de correspondencia. En el arranque desestimaba ser accionista mayoritario -para ser textual- y a su vez se nos informaba que se iba a hacer la consulta en función de lo cual enviamos una nota diciendo “Bueno. La actitud del gobierno es muy clara. Mire: perdone, vaya, revisen las cosas y definan cuál es su posición, porque acá hay un convenio ya en vías de aprobación”, y al mismo tiempo se le comunicó al BCU para que hiciera el estudio correspondiente.

 

PERIODISTA: A ver si entendí: el grupo Moon por un lado comunicó que desistía de la idea de ser socio mayoritario del Banco de Crédito, pero al mismo tiempo dejó abierta una puerta en la medida en que informó que iba a consultar con la dirección del grupo en Washington si esa capitalización extra era factible o no.

 

ATCHUGARRY:  Exactamente. O cuál era la posición final, si capitalizar extra o cual era la posición. Como se podrá imaginar, para nosotros fue una enorme sorpresa y una decepción, por decirlo de alguna manera; pero bueno: las cosas son como son, de modo que lo que hemos hecho ha sido pedirles una definición sobre cuál es su posición final y para qué están.

 

PERIODISTA: Usted dice que fue una sorpresa; ¿eso significa que el gobierno no agregó ningún requisito la semana pasada, que la decisión fue tomada por el grupo Moon a partir de sus propios estudios encargados a la consultora ING?

 

ATCHUGARRY:  Exactamente. Desde enero, cuando terminamos de ajustar el convenio de común acuerdo con el Tribunal de Cuentas, el gobierno está a la espera de que se consagre la operación. Había esa cuestión de trámite con el BCU, que todos hemos visto, incluso con algún comunicado público; en definitiva las cosas que había que amoldar.

 

PERIODISTA: Ministro, ¿existe algún compromiso de que pudiera haber nuevas reformas en el sistema bancario?

 

ATCHUGARRY:  No, no; desde el punto de vista del gobierno central para nosotros esto ha sido un golpe sorpresivo. A veces a uno le dan ganas de bajar los brazos en todo este camino tan largo, tan difícil y tan complejo, pero al otro día junta fuerzas y dice “Muy bien, vamos a ver, vamos a esperar a que esta gente concrete lo que quiere”; hemos pedido informes al BCU para que también nos sugiera algo y nos remangaremos, como siempre. Hoy no estoy en condiciones de decirle más nada, estamos a la espera de los elementos que se nos propongan; nos remangaremos y trabajaremos, como ha sido todo este proceso, tan difícil, tan difícil para todos nosotros. Uno siempre llega a la pregunta final: ¿qué hace uno? ¿se va a entregar? No, no se puede entregar, tiene que remangarse y trabajar. 

 

Saltando a la otra situación, después de innumerables vueltas, de innumerables estudios, de idas y venidas, hemos constituido el Nuevo Banco Comercial. Hoy se hace la subasta, esperamos, si no hay ninguna dificultad, empezar ese camino donde también se le ha aplicado todas las normas habidas y por haber, lo que significa tomar todas las precauciones, con lo cual el banco sale un poco más apretado de lo que esperábamos hace un mes y medio, pero sale. Ahí trabajaremos, nos remangaremos todos juntos e iremos abriendo esos caminos, que son dos elementos que nos faltan terminar de esa gran crisis que empezamos a atender a fines de julio del año pasado, cuando se iban 140 millones de dólares de depósitos por día.