19/07/03 

RESTAURAN QUINTA DE BATLLE Y ORDÓÑEZ

El Presidente Jorge Batlle participó de la firma del convenio de colaboración con la Generalitat de Cataluña, para la restauración de la casa de José Batlle y Ordóñez, junto al Ministro de Educación y Cultura, Leonardo Guzmán.

DECLARACIONES A LA PRENSA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE, EN LA QUINTA DE BATLLE, POSTERIORMENTE A LA FIRMA DEL CONVENIO PARA LA RESTAURACIÓN DE LA MISMA.
19/07/2003

PERIODISTA: Presidente, ese fue para usted un sentimiento muy profundo, ¿verdad? Es la casa de Batlle, pero más que una enorme significación para el país.

PRESIDENTE BATLLE: Yo pienso que más allá del agradecimiento que tenemos a la Generalitat, a su presidente, nuestro gran amigo don Jordi Pujol, al consejero Mas, que hoy nos acompaña para hacernos entrega a través de este convenio de las ayudas, que se necesitan para poder hacer lo que hace muchos años debimos haber hecho, más allá de todo eso acá hay algo que creo que es muy importante para el Uruguay.

Batlle y Ordóñez es un hombre que esta muy por encima del partido que integró. Es un hombre que, con un conjunto de hombres, con una generación de gente joven, que en 1884 hizo lo que se llamó la revolución del Quebracho, hace ya más de cien años, formó parte de un grupo de ciudadanos que en aquel momento se iniciaba en la vida y que formaron desde la segunda mitad del siglo XIX, hasta 1920, formaron al Uruguay.

Es muy interesante para la gente joven volver a recordar quienes eran los integrantes de aquel batallón universitario. Hubieron allí cinco Presidentes de la República: Batlle y Ordóñez, Williman, Campisteguy, Serrato, Viera. Estaba el poeta Zorrilla de San Martín, estaba el ingeniero Smith. Blancos, colorados, católicos, todos los jóvenes de la elite uruguaya, la elite intelectual, la elite comercial, emprendedores como industriales, más tarde, gente de campo, más tarde, que querían que el pais ingresara a la democracia, se alzaron contra aquel gobierno militar y realmente hicieron lo que tenían que hacer para que el pais ingresara a la modernidad.

A Batlle y Ordóñez le tocó ser quizás, por las circunstancias de la vida y de su carácter tan distinguido, un líder, el más importante de ese gran movimiento.

Creo que esta casa sirve para recordar ese Uruguay, y para recibir una enseñanza que es la enseñanza central de aquella generación: aquella generación no tuvo miedo. No tuvo miedo al cambio, no tuvo miedo a insertarse en el mundo. No fue una generación de gente pacata y conservadora; una generación de gente que estaba dispuesta a recoger las ideas más avanzadas de su tiempo, a discutirlas, a incorporarlas, y así a transformar al país en un país ejemplar.

Quizás la nostalgia del país que tuvimos nos ha hecho hoy -a muchos uruguayos de nosotros- temerosos del mañana, queriendo quedarnos en el ayer, cuando ese ayer para lo que sirve es realmente como un impulso y no como un freno. Y esa quizás sea la tarea más importante que desde esta casa podemos hacer lo que aquí convocamos, después que me toque democráticamente entregarle la banda a otro ciudadano de este país, poder llegar acá para seguir trabajando.

PERIODISTA: Presidente en el marco, justamente, de esos desafíos Uruguay se apresta ahora a buscar caminos, ¿verdad? Hay una Rendición de Cuentas allí planteada, y hay un proceso de negociación. Presidente, ¿cómo se va a enfocar ese aspecto?

PRESIDENTE BATLLE: La Rendición de Cuentas es lo que dice la Constitución, un sólo artículo.


PALABRAS DEL MINISTRO DE EDUCACIÓN Y CULTURA, LEONARDO GUZMÁN, EN LA QUINTA DE BATLLE
19/07/2003

MINISTRO GUZMÁN: Señor Presidente de la Generalitat de Cataluña, Señor Presidente de la República, señor Embajador, señor Vicepresidente.

De golpe como que se nos trastocan los órdenes, por el carácter estrictamente republicano de ésta reunión, que constituye para mí en lo afectivo uno de los puntos más altos de la vida, ya que me eduqué leyendo a José Batlle y Ordóñez. Todavía hoy puedo ir a la Biblioteca Nacional y pedir -sin equivocarme- Batlle y el Batllismo, F. 2706-B3-G5 y allí está el libro. Aprendí en el segundo y tercer año, e hice la prueba hace unos días con el Director de la Biblioteca Nacional, y que de acuerdo a las costumbres republicanas adquiridas de don José Batlle y Ordóñez a través de su pensamiento, y no le pregunté si votó a un partido o a otro para dejarlo en el cargo puesto que lo estaba haciendo bien.

Nunca imaginé que habría de tener este honor. Esto es personal, es personalísimo. Pero permítame que, tomando sus expresiones, me detenga en la importancia de la cultura en relación con nuestro porvenir inmediato. No es un momento alegre de la vida económica, ni aún de las circunstancias sociales, este que nos reúne hoy. Y, sin embargo, es un momento fundacional el de venir acá a rescatar los puntos de partida que muchas veces nos permitieron levantarnos de las dificultades. Cuando la dificultad fue institucional, allá fuimos a las ideas republicanas de libertad que en el Uruguay tanto tienen que ver con apellido Batlle. Cuando nuestros problemas fueron económicos volvimos a las fuentes del pensamiento riguroso y de la educación colectiva que tanto tiene que ver con la prédica de ese hombre que antes de ser Presidente de la República, fue hombre de doctrina a través de la fundación de un inolvidable diario en el cuál participamos, de una u otra manera, tantos de los de aquí presentes.

Es fundacional este instante en el sentido en que todos sabemos hoy, gracias a españoles tan ilustres como Ortega y Gasset, que en definitiva la cultura es el conjunto de ideas a partir de las cuales se vive, y es ese conjunto de ideas el que ha de sembrar los tiempos inmediatos.

El recorrido hecho en los últimos años nos ha mostrado que hay aspectos que se entendieron doctrinarios, que naturalmente estaban necesitados de revisión. Pero hay verdades que se entendieron de principio que nunca van a poder ser revisados. La principal: el valor de la libertad en lo institucional, y el valor de la persona como punto de referencia.

Si ustedes, visitantes ilustres que nos han de apoyar en esta reconstrucción, repasan la Constitución Nacional, de la cual ayer se cumplió el 173 aniversario, pues ahí encontrarán -en sus artículos 72 y 332- que toda la Constitución reposa sobre el concepto de que la persona humana tiene derechos que le son inherentes antes que nazca el Estado. Es que este país fue primero Nación y después Estado, por lo cual, cuando algunas cosas del Estado -las finanzas, por ejemplo- entran en estado tormentoso, entran en turbulencia, en ese momento, el país tiene todas las reservas que le vienen de los valores morales que le indica su condición de Nación. Porque primero fue Nación y después fue Estado. Porque primero estuvo la revolución artiguista, o la afirmación independentista, anterior a muchos otros países de América, ya en el Cabildo Abierto del 21 de setiembre de 1808, y solo después vino la Constitución republicana.

Esa conciencia de que lo personal preside a lo institucional va a legitimar y realzar el quehacer del Uruguay, por encima de partidos, en los tiempos inmediatos. Allí es donde tendremos que reencontrarnos, por lo cual, alzándonos por encima de los límites de las divisas, es el porvenir del Uruguay el que recibe este apoyo, que usted ha calificado muy bien de museístico, que sea museístico, que sea un lugar no solo de visita turística ni de evocación pasatista, sino como buen museo que esté inspirado por las musas, que de adentro venga algo que nos haga resurgir aquello en que cuando no teníamos canas creíamos que valía la pena y ahora que las tenemos sentimos que tanto vale la pena que a ello le consagramos lo mejor de nuestros esfuerzos.

Quiero decir a ustedes algo más. Vuelvo a lo personal, que acabo de reivindicarlo, esta asamblea donde está la niña, donde está gente que a algunos de ellos le conocemos la trayectoria de toda la vida y hasta a algunos nos hemos signados nuestra trayectoria con el quehacer de presentes y también de pasados. Y donde otros a los que no conocemos, y hay muchos a los que no les hemos preguntado a quién acompañan, a quién votaron, ni a quién votarán, esta asamblea multiforme, donde hay gente que viene de distintas actividades y seguramente con distintas fuentes de ingresos, distintas clases sociales, distintos sentimientos incluso, esta asamblea así se parece a las viejas asambleas en las cuales formábamos nosotros nuestro civismo a partir de los conceptos de ese Batlle, que un día abrió el Uruguay para que fuera país de inmigrantes y que dejó abierto el surco como para que un día viniera acá la ilustre Margarita Xirgu a estrenar a Alejandro Casona, en el Teatro Solís, y a fundar el espíritu y la gestión de la Comedia Nacional.

A todos ustedes les agradecemos profundamente, al Gobierno de Cataluña, al Reino de España, una vez más el abrazo de quienes sabemos que seguimos siendo hermanos por ser hijos de una cultura y una tradición en la que tenemos tanto que hacer. Muchas gracias.


PALABRAS DEL CONSEJERO DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA, ARTUR MAS, EN LA QUINTA DE BATLLE
19/07/2003

Autoridades, señoras y señores. Bien, para nosotros como gobierno de Cataluña, es un placer y una satisfacción, y un gozo, poder estar no solamente aquí, sino tener la oportunidad -conjuntamente con ustedes, con el gobierno del Uruguay- de firmar este convenio. Yo sé que para ustedes esto es importante, pero para nosotros también. Para nosotros también lo es, porque, ustedes saben que Uruguay como otros países latinoamericanos, pero Uruguay especialmente, ha sido un país que se distinguió por acoger a mucha gente que vino de Cataluña en su momento, por distintas razones. Algunos vinieron pues, hacer aquí a ensayar fortuna –por decirlo así- y otros vinieron simplemente, pues, por motivos políticos, por las circunstancias de la historia.

Y entonces estos momentos, en el último siglo, siglo y medio, según como, incluso más, pues, Uruguay siempre se distinguió por acoger con hospitalidad y con amabilidad, y con los brazos abiertos a todos aquellos ciudadanos de Cataluña. Y nosotros les dejamos también hoy, que han pasado ya muchos años, especialmente agradecidos por este gesto y por esta acogida que ustedes dispensaron. Muchas veces cuando se habla de cooperación entre los países, se piensa en el terreno económico, casi siempre se analizan las inversiones, el turismo, las empresas, los servicios, etc, etc, ¿no?. Pero otras formas de cooperar entre países es precisamente el terreno cultural, y concretamente en este caso el terreno arquitectónico, y el terreno -digamos- museístico.

Yo sé que esta casa "La Quinta de Batlle", pues, tiene sus reminiscencias, tiene además su simbolismo, también para la familia del Presidente, para el conjunto del Estado de Uruguay, y por tanto, para nosotros -insisto- es una satisfacción especial poderles ayudar en ese terreno. En ese terreno cultural, en ese terreno arquitectónico, que muchas veces -no diré que es el más importante- pero como mínimo es tan entrañable, es mucho más entrañable que el terreno -digamos- estrictamente económico, que también es muy necesario lógicamente, y que nosotros como buenos catalanes no abandonamos nunca. Pero sabemos muy bien distinguir entre una cosa y otra, y sabemos que hay tiempo un poco para todo, ¿no? Y hoy es tiempo de esta relación –digamos- más estrictamente amistosa, de esta relación incluso más sentimental, más emotiva, que nos lleva a poderles ayudar con mucha satisfacción, cómo ustedes le ayudaron en su momento a mucha otra gente proveniente de Cataluña, ayudarles a ustedes a restaurar y a recuperar esta casa y este museo.