12/05/03 

NECESITAMOS INVERSIONES E INFRAESTRUCTURAS

“Si nosotros queremos paz, necesitamos democracia, para tener democracia, tenemos que tener un crecimiento de nuestros pueblos, y para eso necesitamos tener inversiones e infraestructuras que nos conecten, y oportunidades”, dijo el Presidente Batlle

 

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE, AL TÉRMINO DE LA FIRMA DE ACUERDOS EN PALACIO ITAMARATÍ, EN BRASILIA
12/05/2003

PRESIDENTE BATLLE: Señor Presidente de la República Federativa de Brasil, señor Luis Inacio Lula da Silva, señores Ministros: venir a Brasil, es como venir a nuestra propia casa, para todos los uruguayos y particularmente para mi.

La primera vez que vine a Brasil, señor Presidente, fue en 1935, seguramente usted no había nacido. Y vine acompañando, mejor dicho, me trajo mi padre y mi madre porque vinimos deportados al Brasil, vivimos en Río de Janeiro deportados, cuando yo era muy pequeño; entonces me acuerdo de aquella época, era muy pequeño, pero yo tengo recuerdo. Después, como usted dijo, trabajé en Rio Grande do Sul: yo soy gaúcho, señor Presidente. El señor sabe que los gaúchos hicimos la invasión de Brasil, el señor sabe.  Entonces, señor Presidente, llegar aquí es venir a un país hermano, con el que hemos tenido una larga historia común de convergencias y divergencias, como usted lo ha dicho, pero con un objetivo común: que nuestros pueblos sean cada día más libres y más justos. Y esta es la tarea, señor Presidente, en la que usted está empeñado y en la que nosotros en el Uruguay también estamos empeñados.

Hemos hablado de muchas cosas, todas a nuestro juicio muy importantes.

Usted sabe, señor Presidente, como se lo he manifestado, el MERCOSUR es un invento de la frontera entre los gaúchos y los castelhanos, y yo creo que esto  de abajo para arriba lo podemos hacer para que el MERCOSUR sea una realidad cada día más fuerte.

En ese sentido hemos dado algunos pasos muy concretos. La reunión de los señores Ministros de Ganadería y Agricultura del MERCOSUR ampliado, para poder hacer una tarea común que nos permita defender el estatus sanitario de estos países, presentarnos en común en las discusiones internacionales que tenemos en desarrollo en este año y pensar en común para la evolución tecnológica, porque por primera vez, por primera vez en la historia de la actividad agrícola el MERCOSUR se ha transformado en el primer gran productor y abastecedor de alimentos en más de una de las producciones; no solamente en girasol, no solamente en colza, sino fundamentalmente en soja.

Y Brasil se ha transformado en forma definitiva en el más grande productor agrícola de América del Sur. Ese es un paso, a mi juicio, central, porque cuando podamos eliminar las barreras tarifarías van a nacer las barreras sanitarias y tenemos que estar preparados entre todos para eso.

Otro paso, señor Presidente, que entendemos principal es llevar adelante las actividades de infraestructura común. Comunicarnos entre nosotros en América es mucho más difícil que comunicarnos con el resto del mundo.

El señor Presidente, señor Lula, hacía un relato de cómo había que hacer para llegar a Lima. Había que salir primero de Manaos e ir a San Pablo, de San Pablo ir a Panamá y de Panamá volver a Lima.

Si nosotros no tenemos un proyecto de infraestructura común los esfuerzos de integración, que son los que habilitan el comercio y el conocimiento de los pueblos, son muy difíciles. Pero, además, tenemos que tratar de procurar que las inversiones comunes de infraestructura no se acrediten de una forma como se hace hoy al gasto de los países.

Cuando tenemos problemas económicos y tenemos que discutir con el Fondo y con el Banco qué vamos a hacer, la primera cosa que no tenemos más remedio que hacer es reducir las inversiones. No podemos reducir los salarios, no podemos reducir la previdencia, los gastos muchas veces son inelásticos, finalmente reducimos las inversiones. Y si reducimos las inversiones achicamos el mejoramiento de la vida y la calidad de la vida de los pueblos.

Tenemos que ir a buscar soluciones distintas, que en ese sentido, le he dicho al señor Presidente Lula que en la reunión que él tiene invitado por el Grupo de los Ocho en Evian, puede hablar en nombre del MERCOSUR y del Uruguay por lo menos, y estoy seguro que lo mismo le dirán el Presidente de la Argentina y el Presidente del Paraguay, para plantear estas cosas formalmente.

Si nosotros queremos paz, necesitamos democracia. Para tener democracia, tenemos que tener un crecimiento de nuestros pueblos, y para tener un crecimiento de nuestros pueblos tenemos que tener inversiones e infraestructuras que nos conecten, y oportunidades.

Nosotros no queremos regalos, queremos oportunidades. Las mismas oportunidades que los demás pueblos han reclamado para sí muchas veces desde situaciones de poder, que nosotros hoy pretendemos se transformen en situaciones de igualdad.

Hemos conversado además de la conveniencia de extender los acuerdos poblacionales que hemos hecho en la frontera uruguayo-brasilera en el Chuy, al resto de las actividades.

Creo que es un ejemplo de integración realmente muy importante, muy importante, que está en marcha entre el Brasil y el Uruguay y que va a ser un ejemplo pionero de las cosas que podemos hacer en ese sentido.

Desde el punto de vista de las integraciones del MERCOSUR, hemos acordado robustecer las actividades institucionales del MERCOSUR, para lo que se ha fundado recientemente la Secretaría Técnica en Montevideo, y se van a acreditar los Embajadores de la ALADI también al MERCOSUR, para que podamos tener ya un equipo que empiece a trabajar en forma independiente para servir los intereses comunes del MERCOSUR.

Creemos, por otra parte, por lo menos lo cree así el Uruguay, y lo ha manifestado con toda claridad, que tenemos que explorar todos los caminos comerciales posibles.

Tenemos que explorar los caminos con la Unión Europea como estamos en marcha, tenemos que explorar los caminos del ALCA como estamos en marcha, tenemos que explorar los mercados del Asia, tanto de China como de la India.

Nosotros tenemos una muy fuerte conexión comercial con el Irán.

Nosotros estamos totalmente de acuerdo en seguir haciendo lo posible para buscar la zona de libre comercio con los países del Grupo Andino, porque sentimos que esa es una decisión del MERCOSUR, que aún no hemos alcanzado. Y el Uruguay entiende que nosotros también tenemos que explorar el acuerdo 4+1. ¿Por qué el Uruguay lo entiende? Porque todas las puertas hay que golpearlas para abrirlas, y si no las golpeamos no sabemos cuáles son las respuestas, y por tanto es necesario a nuestro juicio escuchar respuestas.

Eso sí, pensando en que las negociaciones tienen que ser sobre todas las cosas y no sobre parte de las cosas. O sea, nosotros hablamos de algo que técnicamente se llama single undertaking.

Desde el punto de vista internacional hemos conversado también con el señor Presidente Lula de nuestras preocupaciones, ya antiguas, por la consideración del funcionamiento y la estructura de las instituciones internacionales. Todas ellas se organizaron y se estructuraron a raíz de la Segunda Guerra Mundial, para un mundo de hace más o menos 60 años, y en 60 años el mundo exige otro tipo de respuestas, otro tipo de realidades.

Cuando se habla de la modificación de la Carta de Naciones Unidas, cuando se discute la modificación de la estructura del Consejo de Seguridad, cuando se analiza la posibilidad de que este sea un Consejo de Seguridad con muchos más miembros que los actuales, el Uruguay expresa que siente que en un Consejo de Seguridad de esta naturaleza tienen que estar los grandes países del mundo, y por tanto tiene que estar el Brasil, como otros países en otros continentes reclamarán otro tanto.

Quiero decir por tanto que las cosas que tenemos que hacer por suerte son muchas.

El señor Presidente tiene cuatro años por delante, yo dos, pero estoy seguro que yo voy a multiplicar por dos mis esfuerzos para estar a la par de él.

La única cosa que le prometo es que cuando tengamos que enfrentarnos con Corinthians le vamos a dejar ganar.

(Risas y aplausos).

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE BRASIL, LUIS INACIO DA SILVA, LUEGO DE LOS ACUERDOS FIRMADOS EN ITAMARATÍ, BRASILIA
12/05/2003

PRESIDENTE LULA: Nos da mucho placer recibir hoy, para una visita de trabajo, al Presidente Jorge Batlle. Tuvimos una larga y provechosa reunión, y avanzamos mucho en relación a nuestro primer cambio de ideas, en diciembre de 2002, cuando, en la condición de Presidente electo, tuve oportunidad de recibirlo aquí. Nos estamos entendiendo bien, y como no tenemos problemas en nuestra agenda bilateral, ese buen entendimiento solo puede resultar en un Brasil y Uruguay más próximos, más unidos y mejor integrados.

El Presidente Batlle ya vivió y trabajó entre nosotros, en Río Grande del Sur. Habla portugués. El nos conoce bien; tan bien que no preciso siquiera estar mencionando el tema de la amistad entre nuestros dos países. El sabía, por vivencia propia, que la amistad brasileño-uruguaya no es una figura retórica, sino una experiencia cotidiana de decenas de millares de hombres y mujeres en los dos lados de nuestras fronteras.

Conversamos sobre muchas cosas. Nos focalizamos, en particular, en América del Sur, donde tenemos que conmemorar el buen funcionamiento de los procesos electoral argentino y paraguayo, y una cierta mejora en las condiciones de la economía. Nos focalizamos después en el MERCOSUR y finalmente en nuestro relacionamiento bilateral.

Trasmití al Presidente Batlle mi percepción del cuadro internacional de hoy. Son muchas las interrogantes en la esfera política, después de la acción militar contra Irak, sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU. Por otro lado, nada indica que habrá un rápido movimiento de recuperación de la economía internacional.

En el comercio, también, las cosas poco avanzan: los países desarrollados continúan prometiendo mucho y ofreciendo poco. Sus mercados continúan cerrados en gran parte para nuestros productos, en particular donde tenemos ventajas comparativas.

Para países como el Brasil y Uruguay, esas distorsiones son particularmente intolerables en el comercio agrícola. Somos dos países extremadamente eficientes y competitivos en esta área y, juntos, dejamos de ganar miles de millones de dólares anualmente en exportaciones en este sector.

El Presidente Batlle y yo sabemos que la solución para el atolladero que se convirtió el comercio agrícola mundial pasa por la OMC, sobre todo en lo que se refiere a la eliminación de los subsidios. Precisamos desbloquear la Ronda de Doha. Vamos a recordarles a  nuestros socios que, sin concesiones sustanciales en el área agrícola, tenemos poco interés en discutir los demás temas de la Ronda.

Pero la cuestión de los subsidios y de otras barreras no-tarifarias tienen que ser enfrentadas en las negociaciones del ALCA.

Tenemos que ejercer presión. Conversé con el Presidente Batlle sobre la conveniencia de un MERCOSUR unido, volcado a luchar por la liberalización del comercio agrícola internacional. El mejor momento para provocar esta discusión será en Evian, en Francia, en junio, en la próxima reunión del G-7, que no son los países que más dificultad plantean en la OMC.

Yo estaré allá, convidado. El mensaje que voy a llevar es que la mejor ayuda que podemos recibir, para acabar con el hambre y la miseria de nuestros países, no es la limosna o palmadas en la espalda, sino el fin de las barreras para la entradas de nuestros productos.

Concordamos en trabajar juntos, también en el ALCA, para que el proceso negociador se dé en forma equitativa y equilibrada, teniendo en cuenta los diferentes niveles de desarrollo económico y social de los países del Hemisferio.

Es esencial pensar en la construcción de una arquitectura política del MERCOSUR y en la expansión de las instituciones que hoy tienen sede en Montevideo. Ese camino repercutirá tanto en cada uno de nuestros países, como en el relacionamiento con América del Sur y el resto del mundo.

El Presidente Batlle y yo vamos a continuar trabajando para aumentar el comercio intrazona, para consolidar la Unión Aduanera y transformarla en un verdadero Mercado Común. Sólo así, tendremos éxito en la negociación con otros países y bloques.

Brasil es sensible a las dificultades económicas por las cuales atraviesa Uruguay y está dispuesto a ayudar. Vamos a conceder apoyo financiero a través del BNDES y de bancos regionales para estimular las exportaciones uruguayas, realizando inversiones y creando nuevas oportunidades para retomar el crecimiento y el empleo. Lo importante es ayudar al país a mejorar la integración en las cadenas productivas del MERCOSUR.

Apoyamos los trabajos realizados en el ámbito de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sur Americana (IIRSA) para la integración física y para el incremento de los intercambios comerciales.

Registramos aún la retomada de los entendimientos relativos a la integración eléctrica entre nuestros dos países en la frontera Rivera-Santana do Livramento. Decidimos retomar los estudios para la construcción de la Represa de Talavera y la extensión del gasoducto “Cruz del Sur” hasta el Estado de Río Grande del Sur.

Uruguay, por sus tradiciones e independencia, es un socio esencial del MERCOSUR. El Uruguay es un socio político que interesa a Brasil ver económicamente estable. Las demandas uruguayas no pueden ser vistas solamente bajo el prisma de una ventaja económica de corto plazo.

Hay muchas oportunidades comerciales para explorar. Los dos gobiernos están dispuestos a hacer su parte, incentivando la utilización del Convenio de Pagos y Créditos recíprocos como mecanismos de facilitar las operaciones comerciales.

Vamos a incentivar la creación de joint ventures entre nuestras empresas, inclusive con el apoyo de líneas de financiamiento de bancos oficiales brasileños. El empresariado brasileño continúa dispuesto a invertir en el Uruguay, promover emprendimientos concretos en la producción de malta, en la industria frigorífica y en la minería del cuarzo, para el  procesamiento de silicio.

Y reafirmamos, finalmente, la necesidad de combatir el terrorismo y las amenazas a la paz y a la seguridad internacional, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas  y con los instrumentos jurídicos de los que forman parte Brasil y Uruguay.

Quiero decirle al Presidente Jorge Batlle que lleve de Brasil la certeza absoluta de que en los cuatro años de mandato que tengo dedicaré gran parte de los mismos para que la integración de América del Sur, para que el fortalecimiento del MERCOSUR, deje de ser apenas una serie de discursos hechas en épocas de elecciones.

Quiero dar mi contribución, la contribución de mi gobierno, para que la gente pueda transformar la integración en una política concreta, de crecimientos y de ayuda mutua.

Tengo la certidumbre de que contaré con el apoyo de Uruguay, porque para nosotros los uruguayos no son gente de un país diferente: son verdaderos hermanos.

Muchas gracias.