15/10/03

URGE CONCLUIR EL ACUERDO MERCOSUR-UNIÓN EUROPEA

“La conclusión del acuerdo de asociación entre la Unión Europea y el MERCOSUR es urgente”,  sostuvo el Presidente italiano Carlo Azeglio Ciampi durante su encuentro con el Presidente Batlle. Ambas partes precisan continuidad y realizaciones concretas, agregó. Batlle, por su parte,  expresó que América precisa restablecer “la amplia apertura comercial con Europa.”

DECLARACIONES A LA PRENSA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ITALIANA, CARLO AZEGLIO CIAMPI, LUEGO DE SU ENCUENTRO CON EL PRESIDENTE JORGE BATLLE EN EL PALACIO DEL QUIRINAL
14/10/2003

PRESIDENTE CIAMPI. El coloquio con el Presidente Batlle fue concreto e intenso, con el mismo espíritu de las conversaciones sostenidas con ocasión de mi visita de Estado al Uruguay en marzo de 2001.

La solidaridad con el Uruguay se identifica con la amistad por los países del MERCOSUR, y por América Latina entera.

Las raíces de América Latina están en Europa; su futuro debe ser también en Europa.

En primer lugar, me felicito por los avances que Uruguay ha logrado en su lucha contra una grave crisis económica y para estabilizar su economía.

La relación entre Uruguay e Italia es especial, como puede ser la relación entre miembros de una misma familia.

El acuerdo sobre crédito de ayuda destinado a las pequeñas y medianas empresas, a punto de firmarse, consolidará colaboraciones innovadoras.

Un acuerdo dedicado al sector de la salud está en fase avanzada de negociación.

Debemos mirar también más allá, más lejos. Precisamos más América Latina en Europa, más Europa en América Latina: las instituciones democráticas, el intercambio comercial, las inversiones, los vínculos culturales, constituyen la vía a lo largo de la que hacer correr nuestro diálogo.

De esto beneficiará la eficacia del sistema multilateral, que debe permanecer anclado al respeto de los principios, las leyes y las reglas.

En éste del interés auténtico de la comunidad internacional. Es éste el espíritu con el que habrá que concluirse, espero pronto, el Acuerdo de asociación entre la Unión Europea y el MERCOSUR.

La América Latina es un interlocutor valioso para la Unión Europea. Apoya el proceso unitario de Europa, así como nosotros sostenemos sus esfuerzos por la integración regional, por el desarrollo, y en la lucha de la miseria. Debemos valorizar mejor la complementariedad recíproca.

Con estos sentimientos y esta confianza, renuevo mi saludo al Presidente Batlle. 


DISCURSO DEL PRESIDENTE DE ITALIA, CARLO AZEGLIO CIAMPI, EN LA RECEPCIÓN QUE TUVO LUGAR EN EL PALACIO DEL QUIRINAL
14/10/2003

Señor Presidente, distinguida Señora de Batlle, señoras y señores:

Le recibo con simpatía y amistad. Es con particular agrado que mi Señora y yo los acogemos, a usted y a la señora de Batlle, con ocasión de su visita de Estado a Italia.

Cuánto mayor la distancia geográfica, tanto más estrechos son los lazos entre nuestros dos países.

Italia tiene confianza en el Uruguay.

La nuestra es una relación especial, basada en la libertad, la solidaridad y la complementariedad: Uruguay e Italia, así como Europa y América Latina, necesitan una de la otra.

Y no podría ser de otra manera.

Creemos ambos en los valores de la libertad y la democracia; compartimos raíces culturales y de sangre; estamos unidos por relaciones económicas intensas.

Uruguay ha representado, a lo largo de un siglo y medio, un lugar de acogida y de esperanza para decenas de miles de familias italianas.

Recientemente, su país encaró con dignidad y determinación una grave crisis económica y social: ha mejorado sus cuentas públicas, suscitando la apreciación por parte del Fondo Monetario.

También la integración regional entre los países del MERCOSUR contribuirá a hacer superar la incertidumbre económica y financiera actual.

Italia, con un compromiso y una colaboración debidos a una auténtica solidaridad, está cerca de un país amigo y hermano como lo es el Uruguay.

Con dicho objetivo se negoció el acuerdo sobre los créditos a las pequeñas y medianas empresas que se firmará mañana.

Espero que sus encuentros de estos días puedan contribuir a la rápida finalización de los acuerdos en vías de definición, en el campo de la asistencia sanitaria y de la cooperación para el desarrollo.

Éstos tendrán efectos positivos sobre la formación y el sistema productivo de su país.

Señor Presidente:

El ejercicio, por parte de nuestros dos países, de la Presidencia de turno de la Unión Europea y del MERCOSUR, respectivamente, conlleva responsabilidades importantes y comunes.

La conclusión del acuerdo de asociación entre la Unión Europea y el MERCOSUR es urgente: precisamos mutuamente de continuidad y realizaciones concretas.

No he olvidado su llamamiento, con ocasión de mi vibrante visita de Estado a la República Oriental del Uruguay, en 2001, para una mayor apertura de Europa a las mercaderías procedentes de América Latina; espero que el acuerdo de Asociación pueda llenar, en parte al menos, este vacío.

Estoy seguro de que el Gobierno italiano sabrá hacerse intérprete de dicha exigencia, legítima y de sentido común, ante la Unión Europea.

A veces, los eventos nos toman de sorpresa y hacen temer por consecuencias preocupantes.

El resultado negativo de la Conferencia de Cancún provocó en nosotros dolida sorpresa y profunda desilusión.    

Hay un daño que es preciso remediar, obrando activamente a fin de que prevalezca la confianza en la negociación.

La alternativa sería la de derivar hacia una contraposición entre el norte y el sur del mundo.

Solamente reglas de gobierno internacionales, estribadas e inspiradas en un sistema multilateral eficaz, pueden asegurar una síntesis entre los intereses de todos. Los acuerdos bilaterales son útiles, pero insuficientes.

Señor Presidente:

Su visita a Italia contempla varias etapas.

Me alegro de ello. Porque demuestra que el Uruguay, en Italia, se siente como en su casa: las iniciativas en camino con instituciones financieras, económicas, académicas y culturales tendrán seguramente un efecto multiplicador para las relaciones entre nuestros dos países.

Las relaciones ítalo–uruguayas no se agotan, por cierto, en la esfera de la política exterior: forman parte de nuestra historia, de nuestra identidad.

Debemos darles vigor creciente en el marco más amplio de los vínculos entre la América Latina entera e Italia, con el compromiso alimentado por las raíces comunes y por nuestra historia.

De esto está convencido el pueblo italiano.

Con estos sentimientos, señor Presidente, quiero brindar a su bienestar personal y al de la señora de Batlle, el futuro del Uruguay y al proseguimiento de la relación fecunda que vincula a nuestros dos pueblos.


DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, DR. JORGE BATLLE, EN LA RECEPCIÓN QUE TUVO LUGAR EN EL PALACIO DEL QUIRINAL
14/10/2003                                        

Excelentísimo señor Presidente de la República de Italia, Don Carlo Ciampi; Excelentísima señora Doña Franca de Ciampi; señoras y señores.

Nada más fácil para un uruguayo que encontrarse en Italia y tener el alto honor de estar junto a ustedes y particularmente con usted, señor Presidente.

Crecimos de la mano de Europa. Recibimos su gente, su cultura. Nos desarrollamos con su inversión, recibimos la tecnología más avanzada de los albores de la Revolución Industrial.

Fuimos nosotros los uruguayos, Europa en América, y particularmente Italia y España en América.

Los acontecimientos posteriores a la Segunda Guerra Mundial vieron nacer ese gran sueño de la Casa Europa, sueño necesario a la paz del mundo, que hoy se ensancha con la incorporación de nuevos países.

Señor Presidente: en mi condición de Presidente Pro Tempore del MERCOSUR, le aseguro a usted que América precisa restablecer la amplia apertura comercial con Europa, que tanto hizo en el pasado a favor de nuestra democracia.

El Uruguay siente que Italia es un portavoz, ninguno mejor, de este mensaje. Al tiempo que brindamos por su ventura personal y la de su pueblo, señor Presidente, quiero que usted reciba el inmenso amor de los uruguayos por su país, por su cultura, por la enorme sabiduría de vida que distingue a Italia.