16/09/03

UNA OPORTUNIDAD PERDIDA EN CANCÚN

La reunión de la Organización Mundial de Comercio en Cancún fue "un capítulo perdido" en cuanto a articular reglas para el sistema internacional de comercio, dijo el Ministro Didier Opertti.

DECLARACIONES A LA PRENSA DEL MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES, DIDIER OPERTTI, EN EL EDIFICIO LIBERTAD
16/09/2003

PERIODISTA: Bueno, Ministro ¿cuáles son sus reflexiones sobre la situación planteada en la Organización Mundial de Comercio?

MINISTRO OPERTTI: Que hay que seguir trabajando, que el sistema internacional de comercio necesita seguir articulando reglas. Lamentablemente, Cancún fue un capítulo perdido para esas reglas. Pero naturalmente el mundo no termina ni empieza en Cancún; el mundo continúa y es responsabilidad de todos nosotros seguir trabajando.

El diálogo entre países agrícolas, y países no agrícolas, el diálogo entre países ricos y países pobres, el diálogo entre países en desarrollo y países desarrollados es un diálogo complejo. No descubro nada cuando digo esto, pero hay que ponerlo de relieve en todo momento.

No es fácil articular ese tipo de asociación, pero tenemos que persistir con un objetivo muy claro, que es que las reglas de comercio sean más justas, sean más equitativas.

Yo le diría como apreciación personal que lo que más me preocupa -que preocupa, diría yo, a quienes participamos en esta experiencia frustrada de alguna manera de Cancún- es la señal que se le da a la opinión pública internacional. La opinión pública internacional, al igual que la opinión pública interna, necesita señales, necesita guías, necesita orientación, necesita saber hacia dónde vamos, qué camino estamos recorriendo. Y eso es un valor que a veces se pierde de vista.

El mundo ha caído de nuevo en materia comercial en una cierta perplejidad, es decir los 146 países que allí estaban vuelve cada uno de ellos a su patria de origen sin haber adquirido nada nuevo ni distinto de lo que tenían el día antes. Entonces eso no es buena cosa; en un mundo que tiene ya situaciones de irritación, situaciones de fricción, situaciones de alejamiento entre Estados o entre regiones, no debe agregarle nuevos elementos.

Yo lo miro desde un punto de vista político global. El comercio se negociará finalmente, habrá reglas más equitativas, los subsidios caerán y habrá mejor acceso de mercados, pero entretanto lo que no podemos licuar es el ánimo de la gente de ver en el sistema internacional algún tipo de garante. Es decir la ilusión, la esperanza, la expectativa de la gente es lo que uno no debe matar.

PERIODISTA: Ahora Ministro, ¿por dónde pasaría entonces esa búsqueda de solución? ¿De qué manera se entablaría un diálogo?

MINISTRO OPERTTI: El diálogo se procesó en Ginebra durante varios meses y el Consejo trabajó con la presidencia del Embajador de Uruguay, precisamente, Carlos Pérez del Castillo, y fue un diálogo intenso y extenso. Aparentemente lo que ha sucedido es que hubo temas que quizás requerían de mayor diálogo. Es posible que así sea, pero en todo caso lo que sí quedó de manifiesto también es que cuando se va a una mesa de negociación hay que ir en una actitud negociadora.

Si usted tiene una posición sustentable y usted cree que puede negociar, lo que debe hacer es ir y presentarla en la mesa, pero también aceptando el argumento del otro. No hay una negociación unilateral.

PERIODISTA: ¿Para usted quién fue intransigente?

MINISTRO OPERTTI: Es una pregunta difícil la que usted me hace, porque es casi como dictar sentencia, ¿verdad?, y siempre eso es muy difícil. Yo diría que hubo una concurrencia de factores, hubo un cierre, hubo un cierto divorcio, un cierto alejamiento, no hubo un ánimo de construir una mesa de negociación por parte de algunos países, y hubo sobre todo –yo diría- la búsqueda más de una confrontación que de una coincidencia. Esa es nuestra precisión, posiblemente...

PERIODISTA: ¿Pero desde países industrializados, desarrollados?

MINISTRO OPERTTI: Mire, yo creo que como se dice en el dicho, "la risa va por barrios". Es decir no sería razonable ni justo desde un punto de vista que quiere ser sobre todo equitativo, culpabilizar exclusivamente en este caso a los países desarrollados.

Creo que esa incomunicación fue el producto de una pareja no bien avenida.