29/09/03
DESPEDIDA AL
SELECCIONADO DE RUGBY
El Presidente Batlle
deseó una buena participación en el Campeonato Mundial
de Australia 2003 a Los Teros, el seleccionado uruguayo de rugby,
al hacerles entrega del Pabellón Nacional en acto cumplido en el Edificio
Libertad.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE,
EN EL ACTO DE ENTREGA DEL PABELLÓN NACIONAL A LA SELECCIÓN URUGUAYA DE
RUGBY, LOS TEROS
29/09/2003
PRESIDENTE BATLLE: Bueno, se podrán imaginar que
siempre para uno es un acto muy importante, uno entrega en pocas ocasiones
el Pabellón del país; se les entrega a los Embajadores, cuando uno los
despide, porque van a representar un país, al tiempo cuando uno le
entrega las patentes, las credenciales, como en las épocas casi
medievales, ¿no verdad?, es el plenipotenciario. O sea, adquieren la
plenipotencia, tiene toda la potencia habida y por haber para representar
al Estado y particularmente a su Presidente.
La otra instancia en la cual uno entrega pabellones es
cuando en alguna ocasión a un Cuerpo Militar, como los que van a la
Misiones de Paz, se entrega el Pabellón; los restantes cuerpos militares
ya lo tienen porque están fundados desde hace muchos, muchos años, y lo
tienen desde hace mucho años.
En otros casos, es estos casos, cuando salen los
deportistas ha representar al país, que siempre una cosa que todos
sentimos, y con naturaleza propia de la índole de la representación que
asumen, van a actuar en nombre de todos nosotros.
En este caso, además, es muy importante. Se trata de
un deporte, que por otra parte nunca he practicado, que al principio no
entendía mucho, sobre todo cuando empezó a practicar mi hijo, porque
todos los fines de semana pasaba primero por el Británico y luego venía
a casa, siempre tenía alguna cosa que le faltaba o que le sobraba. Pero
más con el andar del tiempo, a instancia de un centenario integrante de
rugby, mi amigo Raúl Lago, empecé a comprender la naturaleza de la cosa,
cómo era la cosa. Y creo que realmente es una cosa bastante distinta a lo
que son las distintas actividades deportivas. Yo remaba, remaba mal, pero
ponía el empeño para hacerlo lo mejor que podía, en un bote de ocho, y
pienso que es una cosa más o menos parecida, con la diferencia que de un
bote uno no se puede bajar ni puede dejar de hacerlo, porque si no el de
atrás te clava el palo en la espalda y te saca un pulmón; pero es un
sentimiento de solidaridad y de amistad que es muy difícil de que se
pueda igualar en alguna otra actividad, porque ahí si no tiramos todos
parejos, y al mismo tiempo y con el mismo ritmo, la cosa no funciona. Y se
crea una solidaridad adentro que repercute afuera para toda la vida. No
sé, a veces quedamos -como en mi caso- treinta o cuarenta años sin
vernos y seguimos amigos, como si hubiéramos estado remando el día
anterior.
Y creo, entonces, que es lo bueno del deporte. Los
resultados, ¡fantástico! ¡Si se puede ganar, mejor! ¡A todos, mejor!
Eso que dijo no sé quien, usted, que no tenemos la ilusión de ganarle a
los ingleses, ¡está loco! Tenemos una terrible ilusión de ganarle a los
ingleses, a los franceses. ¡A todos! Por supuesto, si no tuviéramos esa
ilusión, nos quedamos acá. Vamos con toda la ilusión de ganar y si no
les podemos ganar los vamos a morder, porque es lógico, porque para eso
vamos: para hacer todo el esfuerzo posible para andar siempre mejor; en la
condición, además, de amateur que supone una desventaja tremenda. Los
demás se preparan, corren, hacen pesas, no hacen otra cosa que eso, les
pagan para hacer eso. Inclusive, algunos, tengo entendido que muchos
argentinos juegan en Europa, en otros lugares, alguno de ustedes
posiblemente ya también. Todo eso significa de que -a diferencia de los
caballos de carrera, ya que de eso habló Pedro- cuando uno es más débil
uno tiene un handicap, ¿no es verdad? Le dan menos kilos. Acá, no hay
handicap, o sea se entra cero a cero, y se sale a veces medio mal.
Pienso entonces que es para el Uruguay una oportunidad
fantástica, que ustedes lo representen. Es para el deporte que ustedes
practican una cosa muy buena, porque eso estimula. Cuando yo era chico
ganaba Nacional, y por tanto todos éramos hinchas de Nacional. Poco
tiempo después empezó a ganar Peñarol y se transformaban todos en
hinchas de Peñarol. O sea, hay un espíritu de emulación y de imitación
por los deportes en la gente joven, por todas las cosas, lamentablemente
muchas veces por las malas.
Pienso que a ustedes les vaya bien, que hagan una buena
participación, que peleen cada partido dándolo como si cada partido
fuera la final, le va a hacer mucho bien -no solamente a ustedes como
seres humanos, como personas, como amigos- al país y al deporte en
general y al rugby en particular.
Por tanto, voy a proceder a entregarles el Pabellón,
al capitán y a la tribu que acompaña al capitán.
Muy buena suerte.
PALABRAS DEL MINISTRO DE TURISMO, Y DEPORTE Y JUVENTUD,
PEDRO BORDABERRY
29/09/2003
MINISTRO BORDABERRY: Se puede imaginar que en esta
ocasión, señor Presidente, señor Presidente de la Unión Rugby, señor
Director General, señor Capitán, señores directivos de la Unión de
Rugby, señores jugadores, señores entrenadores, a mí también me
comprenden las generales de la ley, como Pablo, cuando estuvimos en el
seleccionado nacional de Rugby. Cuando uno tiene un poco de historia ve
que este deporte que nació en 1823 con una infracción a las reglas de
juego que se están practicando, en la ciudad de Warwick, o de alguien que
violó las normas, que era de un fútbol que se jugaba con una mano, y
tomó la pelota y salió corriendo y ahí con esa violación, que hizo
William Webb Ellis, empezó este juego, que justamente en contradicción
con ese nacimiento, justamente lo que creó ante todo es el respeto por
las normas, el auto respeto por las normas, y que empezó un juego que no
tenía ni siquiera árbitros. Los árbitros eran los dos capitanes, que
pactaban las normas en que iban a regir el juego, qué cantidad de
jugadores iban a haber, y cómo era que se iba a jugar.
Ese mismo juego, que después evolucionó, se dividió
en dos en la liga, en la League y en Rugby Union, es juego fue
esencialmente amateur hasta 1986. Y yo creo que es un buen ejemplo para la
delegación que sale hoy de Uruguay, sobre la historia y la labor desde el
Rugby, y en el respeto por esas normas del Rugby. Porque lo que significa
el Capitán todavía hoy, hoy en el señor Diego Aguirre, para cualquier
equipo de Rugby, lo que significó el Capitán del último seleccionado
que participó en el Mundial, que hoy es entrenador y que está por allí
atrás, que es el señor Diego Manchela, y lo que significa el respeto de
las normas y la preparación que ha tenido este equipo como equipo
amateur, esencialmente amateur, van a enfrentar la competencia con
profesionales, y a revalidar la esencia del Rugby y del deporte.
Dicen que los caballos árabes, para hablar en un
idioma afín, quizás pueda ser más entendible, son la madre de todas las
razas de los caballos. Yo creo que el rugby es, sin lugar a dudas, el
padre de todos los deportes, como deporte colectivo, como deporte que
enseña, que socializa, como deporte que obliga a superarse pero a
superarse dentro de las normas, y como deporte que respeta ante todo al
rival, que es eso: un rival, un competidor y no un enemigo.
Así que entregar el Pabellón al Seleccionado Nacional
de Rugby, como decía el señor Presidente, entregar el Pabellón al
Seleccionado que se va, al mismo momento que felicitamos a la Unión de
Rugby del Uruguay por el trabajo que hace clasificando a un Mundial, pero
creo que más importante y quizás el Mundial más grande que están
jugando es que haya hoy equipos de Rugby en Salto, en Paysandú, en
Soriano, en Florida, en Durazno, en Lavalleja, en Maldonado, en Colonia y
-bueno, en Canelones- en tantos lugares más. Un deporte que ha apostado a
la base, y a la base que es donde tiene que apostarse, y los resultados de
hoy son resultados de un trabajo de hace cuatro o cinco años. Y estoy
seguro que con esta otra apuesta dentro de cuatro o cinco años vamos a
ver resultados todavía mejores.
Así que felicitaciones; habíamos quedado que hablaba
el doctor Ferrari, pero es un placer haber hablado .
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