"A esta Administración todavía le queda un
año y medio de trabajo" y es un plazo extenso. "Por lo tanto,
nos queda tiempo para seguir implementando cambios", sostuvo el
Ministro Isaac Alfie.
PALABRAS DEL MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS, ISAAC
ALFIE, EN EL ACTO DE CLAUSURA DEL IV SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE MERCADO
DE VALORES
30/09/2003
MINISTRO ALFIE: Gracias a las autoridades del Banco
Central, a su presidente, a su vicepresidente y al vocal, a Andrés
Pieroni, ausente, y gracias a la gerenta Rosario Patrón por esta
invitación para esta clausura de este seminario.
Claramente el país –no es nuevo- tuvo problemas muy
importantes durante el año pasado. Problemas y acontecimientos en los
cuales se hicieron notorios por un lado la falta de regulación
prudencial, y por otro lado carencias a veces en la dotación de los
recursos humanos para llevarla a cabo.
Pero también se hizo notorio que la actitud individual
de las personas es mucho más importante y va mucho más allá de lo que
puedan hacer los organismos de contralor. Y así, ante una misma
situación, hubo diferentes comportamientos y diferentes resultados
finales.
Está bien claro, y en este Seminario hubo aportes
interesantes desde el extranjero y también desde actores nacionales, de
que se tiene que tener un sistema que sea fiable, un sistema que preserve
en todo su contexto y en toda la amplitud posible el valor que está
generando precisamente el mercado de valores y el sistema financiero.
Valor que va mucho más allá de lo que crea directamente, sino que es
mucho más importante por lo que crea de manera indirecta. Y para ello hay
dos agentes: está el agente controlador, pero está el agente privado,
dentro del cual tenemos los actores y tenemos los que hacen a la vez de
auditores o de co-controladores. Estos son las auditorías, las
calificadoras de riesgo y todos los demás actores que se van moviendo
alrededor de este sistema que -como también quedó demostrado- es la
parte fundamental y sobre la cual se construye toda la riqueza, porque sin
crédito y sin circulación de moneda no es posible lograr un intercambio
eficiente entre los actores económicos.
A esta Administración todavía le queda un año y
medio de trabajo. Un año y medio es mucho tiempo. De hecho en el último
año y poquito todos hemos observado cómo han cambiado las cosas, por
suerte para bien en todos los aspectos. Pero además también hemos
observado como ha cambiado el Banco Central en determinadas áreas y como
ha puesto énfasis en cosas que uno veía como –digamos- laterales
previamente, no como una crítica: en general todo el mundo las veía como
más laterales. Pero resultaron que al final del camino cualquier cosa
lateral se puede convertir en importante y desencadenar acontecimientos no
deseados. Por lo tanto nos queda tiempo para implementar, seguir
implementando cambios. Le queda tiempo al Banco Central en especial en
estos aspectos para seguir implementando cambios, para seguir avanzando en
la regulación prudencial, no sólo del sistema financiero de los bancos,
sino de todos los demás actores del sistema financiero: las compañías
de seguros, las compañías administradoras de fondos de pensiones y –esperemos-
también de vuelta los fondos de inversión.
Las propuestas que el Banco Central está trabajando,
en general son bastante discutidas a nivel del Equipo Económico, no por
idoneidad técnica en general sino por tratar de chequear efectos
microeconómicos, pero también son chequeadas, o están siendo realizadas
en consultas con el sector privado. El sector privado deber poner en esto
no sólo el ahínco sino también la grandeza de pensamiento de pensar en
términos generales y no pensar cada uno en su parte particular y en su
regulación. Es bastante usual ver cómo cada uno dice: "Sí, hay que
regular, porque acá las cosas pueden estar mal y esto no puede
pasar", pero cuando la regulación le cae sobre uno y ve los costos
que tiene, "Ah no, pero a mí no, porque yo en realidad no lo
preciso. Yo hago esto bien, está la autorregulación y demás". Es
cierto que hay que lograr un equilibrio y el mundo, y nosotros no estamos
ajenos al mundo, vamos en péndulos desde un extremo hacia el otro,
normalmente, y siempre lo mejor está en el medio.
Bueno; quizás ahora estemos yendo hacia el péndulo de
más regulación y demás. Bueno, es tarea también del sector privado
tratar de hacer de contrapeso –o de contrapeso justo- y de buscar el
punto del medio, el difícil punto del medio, donde, diríamos, estamos en
un óptimo de Pareto, por decirlo en términos económicos.
Yo creo que la crisis del año pasado nos abrió los
ojos en algo que nunca había pasado en el país. Nos abrió los ojos sin
necesidad de tener un marco jurídico estable, un marco confiable en todo
sentido. Hemos ganado muchísimo en transparencia y creo que los
compañeros del Banco están haciendo todos los esfuerzos por mejorar esa
transparencia, por mejorar la información, para que cada agente se sienta
bien dueño de sus decisiones finales, teniendo la máxima información
posible.
Tenemos que seguir avanzando en este aspecto, pero
también tenemos que seguir avanzando en pensar reglas que permitan que
los actores sean verdaderamente responsables de sus actos y que la
Justicia y la Ley de Quiebras y todas estas cosas que son tan importantes
cuando se habla de mercado de valores, actúen de manera rápida, porque
lo peor que hay es la pérdida de capital que se da por la inacción. La
inacción de que una empresa no pasa de manos cuando está fundida y pasa
años en una indefinición donde la inversión se pierde y se pierde el
capital humano y el capital físico y se pierde todo, es la peor pérdida
de capital que puede tener una sociedad.
Entonces, quizás en este año y medio que nos queda de
trabajo este sea uno de los aspectos clave en el cual tenemos que seguir
avanzando.
Muchas gracias.